1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Cosmópolis

Aprender a escuchar

Barbara Celis 23/06/2015

Barbara Celis.
Barbara Celis. Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Del vientre de alquiler a la gestación subrogada en menos de 24 horas. ¿Qué me pasa, doctor? Es difícil explicar la transformación lingüistica que se ha producido en mi cabeza, sobre todo teniendo en cuenta la polarización con la que todo parece vivirse últimamente en todas partes. Al humano en general escuchar no se le da bien. Al español en concreto se le da francamente mal. Yo soy un híbrido al que además he de añadir una madre italiana y quince años viviendo lejos de mi país natal. Y a menudo, sí, también me polarizo. Pero para superar prejuicios no hay nada como aprender a escuchar. Y si eres periodista debería ir en tu adn aunque por lo que he leído últimamente por ahí tengo serias dudas de que escuchar esté unido al gen del reportero.

Hace unos meses me alteró mucho descubrir que un conocido iba a gastarse unos 200.000 dólares en un vientre de alquiler. Su pareja no puede concebir. La primera imagen que me vino a la cabeza fue "Año 2030, una fábrica en Tijuana llena de adolescentes mexicanas procreando como conejas para parejas pudientes norteamericanas". No sabía si eso estaba ocurriendo ya o no, pero aún así, fue esa imagen orwelliana la que ilustró la noticia en mi imaginación. "El horror, el horror", pensé mientras se me ponía cara de Marlon Brando en Apocalipsis Now.

Vivimos rodeados de parejas y mujeres que quieren concebir y no lo consiguen. A menudo es un problema ligado a la edad, pero no siempre. Por no hablar de las que no pueden por imposición biológica, las parejas gais. Primero el hito fue la fecundación in vitro en los ochenta, y ya entonces católicos y no tan católicos pusieron el grito en el cielo ante lo que se consideró una abominación. Tres décadas más tarde y dado el volumen de negocio que manejan las clínicas de reproducción asistida dan ganas de preguntarse si lo normal es ir una clínica y concebir y lo raro echar un polvo y quedarse embarazada.

Por eso el anuncio de un congreso sobre vientres de alquiler en Londres me pareció un planazo. En mi casa me miraron raro –¿en serio? ¿en eso vas a invertir un sábado?-- pero fui madre hace dos años y en mi cabeza era incomprensible que alguien quisiera pasar por un embarazo por dinero y encima, después del esfuerzo, deshacerse del inquilino. Además aún hay tantas lagunas legales y morales en torno al tema que me pareció que siendo periodista debía de tratar de acumular la mayor cantidad de información posible para entender de qué estamos hablando, porque este tema va a seguir creciendo y estaremos escribiendo sobre él durante la próxima década. Así que me apunté a la UK Surrogacy Conference y traté de dejar en casa los prejuicios.

Los asistentes eran una mezcla de parejas homosexuales y hetersosexuales en busca de información, parejas homosexuales y heterosexuales dispuestas a compartir su experiencia, mujeres británicas y americanas que le habían prestado su vientre a otras mujeres, por dinero en el caso americano, por altruismo en el británico ya que está prohibido por ley hacerlo cobrando, como máximo se llevan 15.000 euros para hacer frente a gastos extra como baja por maternidad o ropa de premamá.

Había médicos especializados en reproducción asistida, incluido uno de los pioneros de la fecundación in vitro, que recordó emocionado cómo en 1981 vio nacer el primer niño concebido artificialmente; había responsables de clínicas privadas de países como India vendiendo las mieles de su profesionalidad, abogados y expertos en leyes y por supuesto no faltaba la que desde mi punto de vista es la bestia negra del asunto de la maternidad subrogada: las agencias.

Si yo tuviera espíritu empresarial montaría una agencia como Worlwide Surrogacy, Surrogacy without borders o Growing Generations. En algunas de ellas hay hasta 8 meses de espera para conseguir una 'madre de alquiler'. "La expresión correcta es una gestante. En la mayoría de los casos ni siquiera el óvulo es suyo sino que proviene de una donante anónima" me explica Antonio Vila Coro, uno de los fundadores de la asociación española Son nuestros hijos, que agrupa a los padres españoles que han procreado utilizando esta técnica de reproducción asistida y que hoy luchan por conseguir la regulación de la gestación subrogada en España, prohibida en nuestro país, y también el reconocimiento legal de sus niños, que aún se encuentran con muchas trabas incluso para conseguir un pasaporte español.

¿Por qué no me gustan las agencias? Muchos padres que hoy lo son gracias a su intervención me dirán que estoy siendo injusta, pero sinceramente esa media de entre 150.000 y 200.000 dólares que cuesta ser padres por gestación subrogada en Estados Unidos me parece un disparate. La gestante se lleva unos 30.000 dólares limpios, el resto se va en cuidados médicos, trámites legales y gastos de viaje. Es cierto, no hay nada oscuro, los gastos médicos en Estados Unidos son absurdamente caros, la gestante tiene derecho a cobrar por lo que hace, el papeleo siempre tiene un precio y los viajes cuestan lo que cuestan. Pero el intermediario, la agencia, se forra: se llevan entre 20.000 y 30.000 dólares por pareja. Claro que en España implantarte un óvulo fecundado en una clínica privada cuesta entre 6.000 y 10.000 euros. Sin duda es uno de los negocios del siglo XXI.

¿Ventajas? Estados Unidos es el único país del mundo en el que todo este tema está regulado, por lo que es difícil llevarse sorpresas. ¿Qué pasa si la gestante subrogada se arrepiente al dar a luz? No puede. Ha firmado un papel desde el momento en que aceptó embarazarse. La agencia se ocupa de encontrarla --sólo el 1% de las que se ofrecen a serlo son aceptadas--. "Es un proceso de selección muy drástico porque aunque la gestante cobre, tiene que mantener una relación con la pareja, el proceso se alarga más de un año y por lo tanto no vale cualquiera", me explica Kelly Enders-Thap, que ha sido gestante subrogada tres veces, ahora trabaja para la agencia Growing Generations y además tiene tres hijos.

Eso, por ejemplo, fue mi primera sorpresa: tienes que haber sido madre antes para poder ser gestante subrogada. Yo no tenía ni idea. "Eso te permite saber qué tal son tus embarazos y además elimina la problemática de 'me quiero quedar con el niño'. En mi caso yo ya tenía tres, no quería que mi familia creciera, sin embargo, me gustaba mucho estar embarazada y así fue como probé la primera vez", me explica Kelly. "Además, si eres madre sabes lo bonito que es serlo. Ayudar a quienes no pueden concebir es un acto de generosidad que te hace sentir muy feliz".

Salgo del congreso con las emociones muy alteradas: varias historias me han hecho llorar como si estuviera viendo Estrenos TV

Y ahí llegamos a mi visión apocalíptica. ¿Qué ocurre cuando la gestante subrogada es una mujer india, o mexicana, o nepalí con problemas económicos? ¿Mujeres que en algunos casos ni siquiera saben leer y firman los documentos con la huella de su dedo a cambio de unos 1.000 dólares por mes de gestación --un dineral en esos países--? Los costes para los aspirantes a padres se reducen drásticamente: tu hijo te cuesta la mitad que en Estados Unidos aunque puedes tener muchos problemas de tipo legal y sacar al bebé del país puede convertirse en una pesadilla. Además, los 'peros' morales se multiplican. "Se crea una paradoja: si lo haces en países pobres parece que estás explotando a las mujeres, pero si lo haces en Estados Unidos favoreces la cara comercial. La paradoja no se resuelve, por eso lo deseable es que la gestación subrogada ocurra en tu entorno socioeconómico", subraya Antonio Caro.

Una de las agencias con las que hablé me vendió las maravillas de la gestación subrogada en México: madres solteras con un hijo propio como mínimo a las que alojan durante la gestación en apartamentos monísimos y les dan cobertura sanitaria y comida sana y unos 1000 dólares al mes. Son Surrogacy without borders: "Ellas sólo tienen que cuidarse y cumplir con el toque de queda: no pueden salir a la calle después de las nueve. Es para asegurarnos de que se cuidan y así cuidan del bebé". Horror, mi visión de la fábrica de mujeres en Tijuana comienza a materializarse. Lamentablemente, ninguna de esas mujeres ha acudido al congreso para contarnos su versión.

¿Y por qué no adoptan, se pregunta mucha gente? "Ojalá pudiéramos". La respuesta es casi unánime entre las parejas presentes: hay tantas trabas a la adopción que al final, pese a todos los problemas, resulta más fácil esto. Además, añade Vila Coro, "nadie cuestiona a una pareja heterosexual cuando va a una clínica de reproducción asistida para tener a su hijo biológico, ¿por qué se cuestiona a los que, como en el caso de las parejas gays, sólo podemos tenerlo por subrogación?".

Después de pasarme el día escuchando las historias personales de quienes han conseguido un hijo por gestación subrogada y las de varias gestantes que lo hicieron por amor al arte --"la gente piensa en nosotras como mujeres pobres y sin recursos pero yo tengo dos masters, no es algo que haya hecho estrictamente por dinero", me confirma Kelly - salgo del congreso con las emociones muy alteradas: varias historias me han hecho llorar como si estuviera viendo Estrenos TV.

Además, mi percepción ha cambiado: la gestación subrogada ya no me resulta apocalíptica, aunque hay mucho camino por andar. Me costaba creerlo pero ahora lo creo: se puede ser tan generoso como para llevar en el vientre un hijo que biológicamente no es tuyo y además nunca criarás. Esas mujeres existen, y ellas mismas me lo han explicado. Si la decisión la ha tomado una mujer libremente en un país donde sus libertades son respetadas y con toda la información en la mano, no hay condena posible. Lo apoyo, y creo que los gobiernos deberían intervenir para facilitarlo, además de para eliminar o al menos rebajar el componente fuertemente comercial que la subrogación ha adquirido.

El problema surge cuando las mujeres toman esa decisión en países como India o México por pura desesperación económica. Por ahí no paso. Esa imagen me crea rechazo, infinitas dudas y sobre todo contribuye a la construcción de un futuro orwelliano cercano al de Mad Max. A pesar de ello, salgo del congreso llamando a las mujeres 'gestantes' y no 'vientres de alquiler'. El lenguaje es importante. Y aprender a escuchar también. 

Del vientre de alquiler a la gestación subrogada en menos de 24 horas. ¿Qué me pasa, doctor? Es difícil explicar la transformación lingüistica que se ha producido en mi cabeza, sobre todo teniendo en cuenta la polarización con la que todo parece vivirse últimamente en todas partes. Al humano en...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Barbara Celis

Vive en Roma, donde trabaja como consultora en comunicación. Ha sido corresponsal freelance en Nueva York, Londres y Taipei para Ctxt, El Pais, El Confidencial y otros. Es directora del documental Surviving Amina. Ha recibido cuatro premios de periodismo.Su pasión es la cultura, su nueva batalla el cambio climático..

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

6 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Percebeiro Gude

    Comprendo las buenas intenciones del artículo, pero no puedo aceptarlo, al llegar al final del quinto párrafo algo chirría (y mucho) en mi cabeza. Un donante de riñón o de segmento hepático no reciben absolutamente nada a cambio de sus modificaciones dietéticas, asumen completa y gratuitamente las consecuencias de la donación. Pero existe una alternativa. Mats Brännström trabaja en el trasplante uterino, el primer parto con útero trasplantado de mujer a mujer se logró en 2014. Ahora se investiga el trasplante a mujeres trans y a hombres, pero quirúrgicamente el proceso sería casi idéntico. Para hombres el parto sería por cesárea, las dificultades serían sobre todo endocrinológicas: el hombre pasaría por una fase trans reversible, debido a la administración de hormonas para la preparación del endometrio y el curso del embarazo. Aspiro a ser médico en un año y sentiría una profunda pena si tuviese que atender a una paciente que se queda embarazada a cambio de una cifra, por muy baja que sea.

    Hace 7 años 5 meses

  2. Percebeiro Gude

    Comprendo las buenas intenciones del artículo, pero no puedo aceptarlo, al llegar al final del quinto párrafo algo chirría (y mucho) en mi cabeza. Un donante de riñón o de segmento hepático no reciben absolutamente nada a cambio de sus modificaciones dietéticas, asumen completa y gratuitamente las consecuencias de la donación. Pero existe una alternativa. Mats Brännström trabaja en el trasplante uterino, el primer parto con útero trasplantado de mujer a mujer se logró en 2014. Ahora se investiga el trasplante a mujeres trans y a hombres, pero quirúrgicamente el proceso sería casi idéntico. Para hombres el parto sería por cesárea, las dificultades serían sobre todo endocrinológicas: el hombre pasaría por una fase trans reversible, debido a la administración de hormonas para la preparación del endometrio y el curso del embarazo. Aspiro a ser médico en un año y sentiría una profunda pena si tuviese que atender a una paciente que se queda embarazada a cambio de una cifra, por muy baja que sea.

    Hace 7 años 5 meses

  3. Noelia González

    Lo cierto es q con gestación altruista los casos serían poquísimos, y reducidos casi todos al ámbito familiar, en este mundo individualista. Al final, alquilar o comprar gente, en todos los sentidos.

    Hace 9 años 4 meses

  4. Ignatius

    Las madres de alquiler o vientres subrogados (lo mismo da, el fondo del asunto no cambia) son una muestra de la deshumanización de la especie y de la cosificación de la mujer. El lobby que lo fomenta seguirá adelante, no me cabe duda pues es un gran negocio aunque lo disfracen de buenos sentimientos. Este mismo artículo puede haber sido promovido por un gabinete de imagen para promocionar su aceptación. Pero la cosa es tan simple como que el que tiene dinero se compra un hijo o los que quiera. Son un bien de consumo más. ¡Qué pena me produce este asunto¡

    Hace 9 años 4 meses

  5. Lavalen

    muy buena la nota! Gracias

    Hace 9 años 4 meses

  6. Noelia González

    Muy interesante, se acerca mucho a mi opinión al respecto, gracias por compartirlo @noegguerrero

    Hace 9 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí