Un hogar para curarse de la calle
El programa Hábitat, que combate el ‘sinhogarismo’ ofreciendo viviendas a las personas sin techo, cumple un año
Arantza Coullaut 11/11/2015
El programa Hábitat es la primera iniciativa puesta en marcha en España siguiendo el modelo Housing First (la vivienda primero).
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
La ducha. Lo que más le gusta de su pequeño hogar, en el centro de Málaga, a pocos metros de la calle Larios, es la ducha. Mario tiene 54 años. Ha pasado tres en la calle. Desde hace un año tiene una casa gracias al programa Hábitat de RAIS Fundación. Antes, vivía en la calle. Y antes, trabajó como monitor de tiempo libre y fue camarero y maître en restaurantes de Marbella y de la Costa del Sol. Habla inglés, pinta, lee. Fuma incontables cigarrillos. Es elegante y pulcro. En la apariencia. Y en el habla: “El objeto que más me gusta de esta casa es la ducha. Eso es algo que no tenía. Me tenía que ir a lavar por partes al río. Y el río de Málaga es una acequia. Y he ido a las cinco de la mañana para que no me viese nadie. Parece una tontería pero el notarte desaseado te baja dos escalones, bajas a un nivel que ya agachas la cabeza para caminar y no quieres levantarla porque imaginas lo que pueden estar viendo los demás y no quieres saberlo. No quieres que vean eso. El aseo es fundamental”.
Hace 25 años, Sam Tsemberis ponía en marcha en Estados Unidos el programa Housing First. Un proyecto innovador en el que, a diferencia de los que existían hasta ese momento, la persona primero accede a la vivienda y después decide los pasos que va dando. No tiene que estar limpio para optar a una casa. Bajo un techo es mucho más fácil que venza una depresión, se desintoxique o que la enfermedad o la discapacidad no le minen. Un modelo que, señala Tsemberis, “se compromete con las personas y con sus procesos vitales”.
Mario -segoviano aunque ha pasado media vida en la ciudad andaluza- rechaza que le llamen mendigo: “Primero, porque no mendigo a nadie, y segundo, porque la indigencia viene muy bien reflejada en la RAE, y en el Diccionario, y dice: ‘Indigente es el que carece de lo necesario para sobrevivir’ y eso yo no lo he sido nunca. A mí lo único que me ha faltado siempre ha sido un techo”. Ahora lo tiene. ¿Qué piensa cuando ve a la gente en la calle? “Pienso que han tomado decisiones equivocadas; en el momento en que las tomas piensas que puede salir bien pero luego no sale bien. Cuando ves a alguien en la calle sabes lo difícil que es salir de ella, es fácil caer en ello pero muy difícil salir. Le puede pasar a cualquiera”.
Le pasó a Ramón -69 años-, que ha vivido en la calle “toda la vida”. Ha vuelto al barrio de su juventud, Capuchinos. Ha sido boxeador, se ha dedicado a la pesca submarina y a una decena de oficios más para ganarse la vida. Una foto en el salón de su casa del barrio malagueño muestra a Ramón de joven, idéntico al actor escocés Sean Connery. Hoy mira por la ventana, le brillan los ojos, parece feliz: “Es mi casa, mi barrio, mi gente conocida, es mi sitio, donde se cortó la cinta y después de veintitantos años se volvió a empalmar. Amoldarme a este barrio no me ha costado nada. Esta casa me ha alargado la vida”.
El programa Hábitat ha sacado de la calle a 38 personas en Málaga, Barcelona y Madrid. Personas con problemas mentales, de alcohol o drogas. O con una grave discapacidad. Personas que trabajaban y que en su caída hacia la calle perdieron su casa, su pareja, su familia y amigos. Hasta que un día, cuenta Mario, “pasas de estar tirado con dos mantas desechables,convirtiéndote en una persona desechable, a tener un sitio en el que estar, en el que poder realizarte. Mucha alegría y mucho desconcierto tras recibir esto de golpe y porrazo, de un día para otro”. Porque habituarse a vivir en una casa no es fácil después de estar mucho tiempo en la calle. Josep María -63 años, vive en Barcelona- se despierta muchas veces de madrugada con pesadillas y sale a pasear. Ha pasado por decenas de centros de salud mental. En su hogar intenta olvidar los viajes en ambulancia a distintos hospitales, que solían ser diarios por sus recaídas constantes.
Hábitat -programa con una financiación mayoritariamente pública (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y los tres ayuntamientos implicados actualmente: Madrid, Málaga y Barcelona)- ha hecho posible que 38 personas tengan una segunda oportunidad para rehacer sus vidas. Un primer paso, dado que 40.000 personas, según las organizaciones sociales, no tienen una vivienda en España. Desde Estados Unidos, Tsemberis señala que “no hay que inventar la cura del ‘sinhogarismo’ hay que implicar a los políticos para implantar el modelo a gran escala”. Y apuesta por el éxito de Housing First en el viejo continente: “El modelo tiene unos valores solidarios mucho más afines a los europeos que al conservadurismo americano”.
“Lo difícil de vivir en la calle -concluye Mario- son las 17 o 18 horas que tienes que estar en la calle, no las 4 o 5 que estás dormido, eso es lo de menos. En esta casa he recuperado la autoestima. Ahora no veo la vida de color negro, tampoco de color rosa. Tengo una enfermedad crónica y sé que encontrar un trabajo con mi edad es duro. Si miro la paleta de colores, me quedo con el color púrpura”.
Vídeo realizado para RAIS Fundación: Arantza Coullaut, Alba Onrubia García y Rabah Haddouche (música: Kevin MacLeod, Almost in F, Friday Morning).
La ducha. Lo que más le gusta de su pequeño hogar, en el centro de Málaga, a pocos metros de la calle Larios, es la ducha. Mario tiene 54 años. Ha pasado tres en la calle. Desde hace un año tiene una casa gracias al programa Hábitat de...
Autor >
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí