Lectura / ‘Pasolini, massacro di un poeta’
Un asesinato tribal
Primer capítulo del libro ‘Pasolini, asesinato de un poeta’, recién editado en Italia. La investigación sostiene la tesis del atentado político
Simona Zecchi Traducción: Valentina Valverde 18/11/2015

Un mural de Pasolini con su cadáver, dibujado en las calles de Roma.
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CTXT publica hoy un largo extracto del libro Pasolini, massacro di un poeta, editado en Italia por la editorial Ponte alle Grazie en octubre de 2015, y aún no traducido en España.
La investigación de la periodista romana Simona Zecchi incluye documentos, entrevistas, testimonios y una serie de fotos inéditas --algunas, de gran crudeza; CTXT ha decidido publicar las menos duras, aunque se pueden encontrar en Internet--. La autora concluye que el crimen del autor de Petróleo fue un asesinato político, colectivo y premeditado, y no, como sentenció en su día la justicia italiana, un homicidio con trasfondo homosexual.
El libro demuestra que Pino Pelosi, menor de edad y ragazzo di vita conocido de Pasolini, no actuó solo. "Pasolini no fue a Ostia para acostarse con un chapero, sino porque le hicieron creer que podía recuperar las bobinas robadas de su filme póstumo Saló o los 120 días de Sodoma", explica la periodista.
Zecchi añade que Pasolini fue víctima de "un asesinato tribal, que solo buscaba hacer callar para siempre al hombre que cada vez que hablaba daba un puñetazo en el estómago de la burguesía y del poder".
El libro reescribe el relato de uno de los crímenes italianos más oscuros, reconstruye los últimos días de vida de uno de los intelectuales más potentes, influyentes y versátiles del siglo XX, y relaciona aquella noche sangrienta del 2 de noviembre de 1975 con la vergonzosa historia política y criminal, nunca aclarada, de los llamados "años de plomo" y "la estrategia de la tensión".
La investigación arranca el 2 de noviembre en el Idroscalo de Ostia, el pequeño barrio pesquero donde apareció el cadáver de Pasolini. Como en La carta robada de Edgar Allan Poe, Zecchi dibuja el “esquema perfecto” que arrojó al poeta friulano en brazos de sus verdugos, y trata de deconstruir la gigantesca cortina de humo puesta en pie por las autoridades desde el día siguiente al homicidio.
El libro arranca relatando un extraño atentado previo, cometido a pocos pasos de la casa de Pasolini, revela la presencia de varios coches en el lugar del crimen, y presenta las pruebas del doble atropello del cuerpo agonizante.
La investigación, calificada por La Repubblica como "definitiva", se completa con los testimonios que nadie quiso escuchar; se detiene en la matriz fascista y mafiosa de la emboscada y en la actuación de los servicios secretos; y analiza el papel confuso del enigmático Pelosi y los intentos de algunos periódicos, siempre bien informados, demasiado informados, de transformar a Pasolini en imputado en el proceso que habría debido establecer la identidad de sus asesinos.
Capítulo primero. “Me quieren matar”
1. Las amenazas telefónicas
“Recibo llamadas telefónicas de amenaza; estoy preparado, si quieren golpearme. Pero lo importante es que no hablen con mi madre”. (1) Son palabras de Pier Paolo Pasolini --recogidas por la agencia de prensa italiana ANSA en abril de 2010-- a la exactriz italiana de origen eritreo Ines Pellegrini, que en el filme La flor de las Mil y una noches interpreta el papel de una esclava sabia y culta. “Pasolini tenía miedo y algunos meses antes de morir pidió que le cambiaran el número de teléfono de casa porque recibía amenazas”. Y prosigue: “Intentaba llamarlo desde hacía días”, recuerda en una entrevista la actriz, “pero no podía comunicar con él. Empecé a preocuparme. Más tarde, me llamó Pier Paolo y me dijo que había cambiado de número; repito: tenía miedo y yo no lograba entender el porqué y a quién se refería”. Ines Pellegrini también subraya, en un documental de 2012 realizado por el periodista de La Stampa Carlo Grande, que Pasolini “murió mal; si hubiera sido un perro, habrían tenido más piedad”.
“Recibo llamadas telefónicas de amenaza, yo estoy preparado… si quieren golpearme. Pero lo importante es que no hablen con mi madre”
Es imprescindible partir de aquí, de estas palabras, y solo al final del libro comprenderemos el porqué. A pocas semanas de su muerte, el escritor pide a su compañía telefónica que le cambien el número de casa debido a las amenazas que recibe. Amenazas que se repetirían a todas las horas del día y de la noche. Amenazas duras, explícitas. Amenazas de muerte que retumban de un lado al otro de la línea. Pero, ¿de quién provienen? ¿Y por qué?
Nadie ha intentado leer a contraluz la crónica de esos días convulsos. Pasolini está alarmado, tiene miedo y, de alguna manera, quiere y debe hablar, dar a conocer la verdad. Y por ello esparce aquí y allá fragmentos de respuestas. Fragmentos para ser recogidos y leídos tal cual, siempre que alguien lo deseara. Un episodio muy extraño sazona el escenario de esas semanas: el atentado del 13 de octubre de 1975 contra la central de la compañía telefónica SIP, en la avenida Shakespeare del barrio del Eur, a pocos pasos de la casa del cineasta, (2) a causa del cual Pasolini se ve obligado de nuevo a cambiar de compañía telefónica:
“Pasolini tenía miedo y algunos meses antes de morir pidió que le cambiaran el número de teléfono de casa porque recibía amenazas”, afirma la actriz Ines Pellegrini
"Sé que me habéis buscado. Os llamo ahora porque mi teléfono no funciona. Mi aparato es uno de los que ha dejado de funcionar por el atentado contra la centralita del Eur hace tres semanas. Me interesa vuestra mesa redonda sobre la censura en televisión. Quiero ir, además, para contestar a los insultos de tanta gente. Por ahora la SIP me ha dado un número provisional y me apaño con él […]. He vuelto a Roma porque he sabido que ya hay dos copias preparadas de mi película Saló y tengo prisa por verlas y discutirlas con los amigos". (3)
De este atentado también se ha sabido poco, demasiado poco si se consideran las tramas bastante más complejas e inquietantes de aquellos años.
Pero he aquí que, del archivo de la secretaría política de la Democracia Cristiana (DC), surge un documento interesantísimo, contenido en una carpeta relativa al Partido Comunista Italiano (PCI), cuyas informaciones, como se indica en el margen del mismo documento, provienen de fuentes reservadas. (4)
"Es un suceso que causa mucha preocupación, y la dirección del PCI no tiene muy claro sus orígenes.
En principio, se considera que la iniciativa debe atribuirse a la izquierda extraparlamentaria a causa de las múltiples y pequeñas acciones iniciales a las que posteriormente se añaden elementos de extrema derecha en el episodio del EUR que ha exigido medios más técnicos y sofisticados".
Es el esquema del antagonismo entre rojos y fascistas, con frecuencia manejado en aquellos años desde fuera, aunque por voluntad de ciertos sectores del Estado; en otros casos, por el contrario, es el mismo Estado el que deja que ciertos sucesos se lleven a cabo: se trata de atentados siempre terribles, que por lo que respecta a la derecha, cuando colaboran hábiles manos externas, son más precisos y sofisticados. Para realizar el sabotaje de la SIP, se utilizan tres dispositivos incendiarios y dos bombas de plástico, todo unido a mechas de combustión lenta. En resumen, los “años de plomo” comenzaban a rugir, mientras que la estrategia de la tensión estaba en su apogeo.
Un episodio muy extraño sazona el escenario de esas semanas: el atentado del 13 de octubre de 1975 contra la central de la compañía telefónica SIP, a pocos pasos de la casa del cineasta
¿Qué relación existe entre este atentado y la muerte de Pasolini? Aparentemente ninguna, aunque su función se desvelará más adelante. Lo que despierta más sospechas es que, en el periodo inmediatamente precedente a su muerte, aunque sabía que estaba en peligro por las continuas amenazas que recibía, el poeta se aleja de su entorno, huye de las personas que le son más cercanas y más queridas, se va fuera de Roma repetidas veces, veremos en concreto adónde. Sus amigos intentan en vano contactar con él. Un hecho insólito que Oriana Fallaci, tras el asesinato en el Idroscalo ostiense, recuerda en su Carta a Pier Paolo Pasolini (5), una contra-investigación dirigida por la periodista sobre la muerte del poeta, paralela a la recién iniciada por los instructores.
La vida privada de Pasolini en las semanas que preceden al homicidio sigue estando, por tanto, en la sombra, aunque hasta hoy siga mandando mensajes muy explícitos.
2. El interés y las agresiones en torno a Saló
En el mismo periodo en el que se produce el atentado contra la SIP, durante una entrevista concedida en Suecia al periodista Francesco Saverio Alonzo, antes de volver a Roma para visionar las copias acabadas de Saló o los 120 días de Sodoma, a la pregunta de si temía alguna represalia por parte de los fascistas, Pasolini responde: ”Me sorprende que todavía no lo hayan intentado de una vez por todas”.
A lo largo de su vida, en efecto, Pasolini sufrió muchas agresiones de carácter fascista, tanto en Italia como en el extranjero. Como la que se produjo en París, en noviembre de 1974, durante un seminario sobre el fascismo europeo dirigido por Maria Antonietta Macciocchi, (6), autora, entre otras publicaciones, de un libro titulado Pasolini para la editorial Grasset. Macciocchi, exponente del PCI en un primer momento y, posteriormente, del Partido Radical, que se había trasladado a la capital francesa en 1972 y que, en 1979, se había convertido en miembro de la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo, contó cómo ese volumen no se tradujo nunca al italiano debido al rechazo de los editores; y no fueron los únicos.
“¿Sigue dando miedo Pier Paolo Pasolini? Sí, él y su muerte siguen provocando escándalo y lo puedo probar”. Y prosigue: “Propuse la traducción italiana del libro que yo había dirigido inmediatamente después de su publicación en Francia pero ya entonces solo recibí silencios embarazosos. He pensado volver a proponérselo a algunos editores con motivo del aniversario de la muerte de Pier Paolo [2 de noviembre de 1975, n.d.a.]. Todos me han dicho que el libro es interesante y bello, pero que consideraban que no era el momento adecuado para publicarlo”, declarará a la agencia de prensa Adnkronos.
No es el único episodio incómodo que le sucedió a Macciocchi. En efecto, cuando dirigía el semanal Vie Nuove, Togliatti le pidió que suprimiera una tribuna de opinión escrita por Pasolini, una colaboración que le había pedido la misma Macciocchi, y por la que el autor no recibía ninguna compensación económica. Macciocchi se negó y Togliatti la relevó de su puesto.
Con ocasión del encuentro de 1974 en la universidad parisina, se proyectó el filme Fascista de Nico Naldini, producido por Pasolini y Alberto Grimaldi. La película, construida con retazos de documentales del Instituto Luce, recibió aplausos pero también insultos. Una parte del público, formado por una muchedumbre de rojos y fascistas, franceses e italianos, tilda de asesino al escritor. El episodio confirma una convicción que, con el tiempo, se afianza cada vez más en él: que el nuevo fascismo era un fenómeno cultural, que había entrado de lleno en la mente y en la cultura de los italianos, como ya había advertido en su primer artículo publicado en Il Corriere Della Sera. (7)
En 2005, al comienzo de la apertura de una nueva investigación, el abogado Nino Marazzita, que es quien presenta la petición de reapertura, declara al diario L'Unità que, pocos meses antes de ser asesinado, Pasolini había sido agredido por un grupo de fascistas: “Lo quisieron tirar desde el puente Garibaldi, pero se paró un coche y algunas personas acudieron a ayudarle”. Se trata de un episodio poco conocido y significativo por la cercanía temporal al homicidio.
Remontándose un poco más en el tiempo, nos topamos con otro episodio relevante para el desarrollo de esta historia. El 23 de septiembre de 1962, al final de la proyección del estreno de Mamma Roma, en el cine Quattro Fontane, Pasolini es agredido. El primero que se lanza contra el cineasta es Flavio Campo (uno de los jóvenes más cercanos al fascista Stefano delle Chiaie). Para ayudar a Campo interviene Serafino Di Luia, uno de los fundadores de la organización nazimaoísta Lotta di Popolo, (8) que creará poco después el movimiento juvenil Avanguardia Nazionale junto con su hermano Bruno, actor y extra en muchas películas de los años 70.
El periodista Adalberto Baldoni, admirador de Pasolini y autor, junto con Gianni Borgna, del estupendo libro Una lunga Incomprensione. Pasolini fra destra e sinistra (Una larga incomprensión. Pasolini entre la derecha y la izquierda),(10)
Algunos de estos personajes volverán a aparecer, aunque nunca serán considerados culpables, en diferentes episodios relacionados con la estrategia de la tensión, especialmente en la matanza de Piazza Fontana. (11) Pasolini reprobará, en un ensayo incluido en la antología Empirismo herético, las falsedades publicadas tanto por la prensa de derecha como de izquierda sobre la agresión en el cine Quattro Fontane: (12).
"En el estreno de una película mía, un fascista, un joven bastante chupado, para ser sincero, me insultó públicamente en nombre de toda su magnífica juventud: (13) perdí la paciencia (de lo que me arrepiento), le di un tortazo y le tiré al suelo […]. No sé a qué cálculos responden, pero los periódicos que han reproducido el episodio lo han trastocado (acompañándolo con fotografías falsas) de forma que el golpeado fuera yo".
El semanal Lo Specchio aprovechará la ocasión para definir al cineasta como el “vate de las alcantarillas”.
Pero las agresiones al cineasta, como ya se ha dicho, son numerosas. Entre los dos episodios citados, se produce otro que será de utilidad para la prosecución de esta investigación. En el libro de Maccioni, Rizzo y Ruffini Nessuna pietà per Pasolini [Sin piedad para Pasolini], (14) uno de los autores narra la participación del poeta en un premio literario en Catania:
"En 1969 [Pasolini, n.d.a.] forma parte, junto con Alberto Moravia, del Premio Brancati. En el salón de Zafferana donde tiene lugar la ceremonia, irrumpe una banda de desalmados. Son jóvenes del FUAN, el grupo universitario del partido fascista MSI. Quieren protestar contra los intelectuales comunistas. Empujones, insultos y, al final, le lanzan varios hinojos [finocchio=hinojo, término usado en italiano para insultar a los homosexuales, n.d.t.]. “Marica comunista”, le gritan. Entre estos violentos jóvenes fascistas hortofrutícolas, hay un joven alto y esbelto del que pronto se hablará. Se llama Checco Rovella [Francesco, n.d.a]. Bastarán pocos años para que su nombre cause temor en Catania. El joven de los hinojos de Zafferana estará entre los primeros que se afilie a Ordine Nuovo y terminará en la cárcel por haber ayudado a Pierluigi Concutelli a fugarse a España para eludir la orden de detención por el asesinato del juez Vittorio Occorsio. (15)
Volvamos a la víspera de la muerte de Pasolini. Durante una entrevista televisiva sobre el filme Saló, realizada en Francia el 31 de octubre de 1975, se produce un intercambio de declaraciones con muchos sobreentendidos entre el entrevistador y el cineasta:
--¿Por qué ha rodado Saló con tanto misterio?
--Se ha rodado de esa forma porque así se trabaja mejor, en el misterio. He tratado de defender este rodaje más que otros porque había peligros inmediatos, inminentes, nada de especial…
--¿Qué quiere decir con peligros inmediatos?
--La aparición de algún moralista que rechaza el placer de ser escandalizado. (16)
Una respuesta comedida, pero caracterizada por una terminología precisa, además de una referencia a “peligros inmediatos”. El clima de protección creado por Pasolini en torno a la película no parece, en efecto, un mero artificio publicitario para aumentar la expectación ante su estreno.
Testigo directo de ese clima es la actriz Laura Betti, muy cercana a Pasolini incluso fuera de los platós:
"Él me mantenía alejada. En Saló no me quería ni a mí ni a Ninetto [Ninetto Davoli, n.d.a.]. Es verdad que yo estaba haciendo otro filme, pero el problema no era ese. Me decía que quería protegerme. Los fascistas, los servicios secretos. Un día se sabrá la verdad. Cuando estén todos muertos. Se podrá leer la historia en los periódicos, en los libros. Pero incluso entonces… no se podrá escribir todo". (17)
"Un día se sabrá la verdad. Cuando estén todos muertos. Se podrá leer la historia en los periódicos, en los libros. Pero incluso entonces… no se podrá escribir todo" (Laura Betti, actriz y amiga).
La elección de las palabras para un escritor y para un periodista no puede ser nunca casual, y el lema “peligro” vuelve a aparecer en el texto, además de estar incluido en el título de la última entrevista, publicada en La Stampa y concedida a Furio Colombo pocas horas antes de su muerte, entre las 16 y las 18 horas de la tarde del 1 de noviembre de 1975: “[…] La semilla, el sentido de todo. Tú no sabes quién está pensando en matarte ahora. Pon este título, si quieres: ‘Porque todos estamos en peligro’”.
Se trata del diálogo que consagró profesionalmente a Furio Colombo, que intentará con Alberto Moravia indagar sobre esa noche tras las palabras recogidas en caliente, al alba, a un testigo del Idroscalo, el pescador Ennio Salvitti (18), del que conviene reproducir un fragmento:
--Mi apellido se escribe con dos tes: Salvitti Ennio. Y usted ¿cómo se llama?
--Trabajo para La Stampa, me llamo Furio Colombo.
--La Stampa, ah, Agnelli.
--Sí, Agnelli.
--Escriba que todo es un asco, que eran muchos, le hicieron polvo a ese pobrecillo. Durante media hora estuvo gritando ‘mamá, mamá, mamá’. Eran cuatro o cinco.
--¿Y usted se lo ha dicho a la policía?
--Seguro, como si yo fuera estúpido…
No obstante, Colombo no logra descubrir mucho durante esa “pequeña investigación”, como revelará en años posteriores. (19) La familia Salvitti será nuevamente protagonista, en los documentos de la investigación reabierta oficialmente en 2010 por la Fiscalía de Roma, como testigos de nuevos detalles de los que nos ocuparemos a continuación.
En el diálogo entre el periodista y el escritor, Pasolini denuncia el peligro de la violencia desde un punto de vista general, menos personal pero consciente: “Todos saben que pago un precio por mis experiencias […], sigo diciendo que todos estamos en peligro”. A lo largo de la entrevista, además, Pasolini hace resonar como una advertencia tanto a sus amigos más cercanos, con Moravia a la cabeza, como a toda la prensa, dirigiéndose incluso al mismo Colombo, la importancia de no quedarse en la superficie respecto a los sucesos que conciernen el país: “Para vosotros ocurre algo cuando es una crónica, hecha, maquetada, editada y titulada. ¿Pero qué hay debajo?”.
El periodista inglés Peter Dragadze, que desde 1967 seguía a Pasolini como una sombra, recoge esa vida de apuntes y de encuentros en un trabajo publicado en el semanario Gente el 17 de noviembre de 1975. (20) Dragadze explica cómo, durante el último año de sus encuentros, Pasolini estaba ordenando de nuevo sus apuntes y rescribiéndolos totalmente: “Esto es casi un testamento espiritual-intelectual. Dragadze, si sucediera algo, publícalo. Creo que podría interesarle a alguien”. Dragadze evoca algunos gestos de Pasolini: “Durante el último encuentro nuestro le di para que revisara todos mis apuntes que quería utilizar para un trabajo extenso sobre su vida y su obra. Pasolini cogió los folios, los volvió a ordenar, los reescribió a máquina, y añadió aquí y allá correcciones de su puño”. Son palabras que transmiten otra importante huella de ese “peligro inmediato”, subrayado una y otra vez en la entrevista con Colombo. En los encuentros con Dragadze se tratan todos los temas, esos temas que gustaban tanto en esa época al escritor, y que caracterizan los últimos años “corsarios” y, especialmente, la antología póstuma Cartas luteranas. Una muestra:
“Esto es casi un testamento espiritual-intelectual. Dragadze, si sucediera algo, publícalo. Creo que podría interesarle a alguien”.
"Tanto el fallido golpe de Estado italiano de 1964 como el logrado golpe de Estado en Grecia son sucesos acaecidos en el ámbito de la OTAN. En Italia se ha procesado a los periodistas del Espresso que han denunciado ante la opinión pública a algunos de los responsables del fallido golpe de Estado. Pero la investigación parlamentaria ha sido bloqueada por el partido católico (democristiano) con el apoyo de los socialistas. Evidentemente, nadie se quiere remontar a las responsabilidades internacionales". (21)
3. El testimonio de Dario Bellezza
Dario Bellezza, poeta que murió de sida en 1996 y secretario del escritor durante un periodo, recupera el valor que no tuvo al escribir Muerte de Pasolini (22) en otro libro, El poeta asesinado, que es casi una negación del primero: (23)
"No me cansaré de repetirlo: cuando, hace muchos años, escribí, para exorcizar su fin, Muerte de Pasolini, todavía demasiado impresionado emotivamente por su atroz muerte […], no tuve el coraje de leer todas las actas relativas al juicio de primera instancia sobre la verdadera dinámica del delito de grupo, la descripción de las heridas del cuerpo martirizado […], me intrigaba la relación de carácter pedagógico que se había establecido antes del delito entre Pino Pelosi, el joven erotizante, y Pier Paolo, el poeta".
Bellezza consigna en su segundo libro un testimonio fundamental:
"Pasolini me dijo un día, poco antes de morir, que había recibido documentos comprometedores sobre un personaje notable de la DC […]. Yo le pregunté quién era y qué pensaba hacer con esos documentos. Me respondió que no era un chantajista y que no pensaba utilizarlos. El poderoso democristiano era amigo de neofascistas, de la policía… Controlaba los servicios secretos, en sus manos estaba la organización paramilitar Gladio… Pasolini podía ser eliminado en cualquier momento…".
Dario Bellezza escribió: “Pasolini me dijo un día, poco antes de morir, que había recibido documentos comprometedores sobre un personaje notable de la DC”
Este párrafo, que destaca entre las cien páginas de su tardío testimonio, será recordado por Adele Cambria en un artículo de Il Giorno pocos meses después de la publicación de El poeta asesinado. Nadie lo ha vuelto a mencionar, excepto Carlo Lucarelli y Gianni Borgna, que lo incluyeron en una reconstrucción completa del caso, la primera meticulosa en años, aunque abierta a diversas hipótesis. (25) No deja de ser anómalo el desinterés de la magistratura que, intermitente y brevemente, se ha ocupado de este caso (en 1995 y 2005), abriendo aquí y allá un expediente para después cerrarlo de mala manera y a toda prisa. Un desinterés hacia estas y otras evidencias que ha caracterizado, por desgracia, incluso la última investigación, que ha terminado por archivarse en 2015.
4. Las declaraciones de L’Unità y de Davoli
El mensaje del PCI publicado al día siguiente de la muerte de Pasolini en el periódico del partido, L’Unità, (26) cuyas crónicas sobre el suceso fueron siempre precisas y respetuosas, traduce la incomprensión y la ceguera reservadas por esa formación política hacia el hombre que, como ninguno, fue siempre un marxista y un comunista a su manera: (27)
"La “vida violenta” sobre la que él indagó con una vivacidad intelectual sin parangón en nuestro país se ha convertido ahora en la causa terrible de su desaparición. Como si se hubiera encaminado a buscar este epílogo".
Alusión que recogerá en torno a los años 80 incluso Giulio Andreotti, de forma más cortante y vulgar, en una conocida entrevista: “Él se lo buscó”. (28) Antes de recibir el aviso de inculpación por concurso externo en asociación mafiosa, Andreotti se excusará pública (y tardíamente) respecto a Pasolini, el cual, en los años corsarios, había pedido, entre otras cosas, que se abriera el ”proceso a la DC”:
"Tendría que haber dialogado profundizando más en los valores culturales y morales del análisis de Pasolini, quien, sin enunciarlo, me recordaba que el hombre no vive solo de pan. Quizás, yo estaba profundamente convencido de que sin pan seguramente no se vive". (29)
En páginas interiores, L’Unità publica un artículo en el que se recogen unas declaraciones de Ninetto Davoli (actor al que estaba muy unido Pasolini) y que nos retrotraen al preámbulo de este libro:
El actor afirma que Pasolini recibía con frecuencia llamadas telefónicas de amenaza y que, periódicamente, se veía obligado a cambiar de número de teléfono. Le insultaban, le agredían por la calle y él se había visto obligado a defenderlo más de una vez.
Davoli aclara:
"Pero la violencia que ha matado a Pasolini es una violencia diferente, absurda". (30)
El actor consagrado por el poeta olvidará posteriormente estas consideraciones e informaciones (relacionadas con todo lo que hemos indicado aquí por primera vez sobre las amenazas) hechas en caliente y aún frescas en el recuerdo.
5. La Divina Mímesis
Existe un libro, un “documento” de Pasolini, como él mismo lo definió, publicado tras su muerte y, en cierto sentido, no terminado (el escritor recopiló y corrigió lo que había escrito desde 1963 hasta poco antes de ser asesinado): la Divina Mímesis. (31) Páginas que, inicialmente y mediante el artificio del manuscrito encontrado, debían ser una reescritura de la Divina Comedia interpretada según el espíritu anticapitalista tan apreciado por el autor. Dario Bellezza, como relata en El poeta asesinado, corrige las primeras pruebas y, cuando lee la anécdota del “poeta muerto a bastonazos en Palermo”, (32) pregunta a Pasolini el motivo de esa descripción tan precisa. Este le responde: “Podría terminar de esta manera”, y prosigue describiendo algunas agresiones fascistas que había sufrido en los meses precedentes:
"Se ha encontrado incluso un bloc de notas en la guantera de la puerta de su coche; y, finalmente, detalle macabro pero también –permítanme decirlo-- conmovedor, una hoja cuadriculada […] con una decena de líneas muy inseguras –encontrada en el bolsillo de la chaqueta del cadáver (ha muerto, asesinado a bastonazos, en Palermo, el año pasado)". (33)
A ese respecto, el escritor y crítico literario Enzo Siciliano, muy unido a Pasolini desde siempre y autor de una biografía fundamental del poeta, invita a todos, en el epílogo de ese “documento”, a no interpretar el relato del poeta apaleado como una profecía o, aún peor (como había hecho el pintor y amigo Giuseppe Zigaina en su ensayo sobre Pasolini), (34) como la prueba de que el escritor había concebido y organizado su propia muerte:
"El poeta asesinado a bastonazos en Palermo es la imagen de un poeta que sucumbe a las polémicas literarias que tuvieron lugar en esa ciudad durante el segundo congreso de la neovanguardia (1965): en la iconografía amarillenta está el testimonio de una fotografía. Se trata de un juego irónico exclusivamente literario". (35)
El valor de un testimonio directo de las agresiones sufridas, como la declarada por el poeta a Bellezza, es muy diferente, en efecto, a las especulaciones sobre la muerte expresadas por Zigaina, que sugieren una especie de suicido romántico y estético. La Divina Mímesis esta concebida en 1963, es decir, en el año del nacimiento de esa neovanguardia a la que, al final de la revisión, el escritor dedica las siguientes palabras en el prefacio: “Hoy doy a la imprenta estas páginas como un ‘documento’, pero también para desairar a mis enemigos: al ofrecerles una razón más para despreciarme les doy otra razón más para que se vayan al Infierno”.
Traducción: Valentina Valverde.
CTXT publica este capítulo por cortesía de la editorial Ponte alle Grazie.
Pasolini, massacro di un poeta. Simona Zecchi. Ponte alle Grazie, 2015.
Simona Zecchi, periodista, vive en Roma. Para la revista I quaderni de L’Ora (nr. 8, 2012) ha llevado a cabo con su colega Martina Di Matteo una investigación sobre la muerte de Pasolini, tema al que ha dedicado muchos años de trabajo. Colaboradora en Il Manifesto, escribe en la versión online de Il Fatto Quotidiano, en la web de información y análisis Gli Stati Generali y en el diario estadounidense La Voce di New York, ocupándose de la crónica judicial y de temas de actualidad. Es una de las fundadoras de la web independiente de investigación Lettera35. Este es su primer libro.
Advertencia
Los personajes citados en esta investigación han sido declarados inocentes; otros solo han sido mencionados en las instrucciones judiciales. Por tanto, hay que considerar a todos ellos jurídicamente inocentes. Por lo que respecta a otros personajes, se ha citado el resultado del proceso. Este trabajo, realizado mediante actas de instrucción judiciales, elementos pasados por alto en reconstrucciones pasadas e investigación e indagaciones personales, no quiere ser una acusación contra ninguno de ellos. El cometido del periodista de investigación es el de relacionar los hechos, asegurándose que estos hayan sucedido o tengan en su concatenación un alto porcentaje de verdad con la esperanza de que su trabajo sirva de apoyo a la actividad investigadora o judicial.
Notas
1. Cfr. Pier Paolo aveva paura, ANSA, 20 de abril de 2010.
2. Cfr. Criminale attentato a Roma contro la Sip, in l’Unità, 14 de octubre de 1975.
3. Llamada telefónica entre Pier Paolo Pasolini, di regreso de Estocolmo, y el periodista Norberto Valentini de la Domenica del Corriere, sábado 1 de noviembre de 1975.
4. Archivo Histórico del Instituto Luigi Sturzo, Fondo DC, expediente 43, caja 258, secretaría política, oficinas centrales, Roma. Las notas a lápiz son nuestras. Cfr. anche Tre falsi agenti hanno fatto saltare una centrale della SIP, en l’Unità, 5 de noviembre de 1975.
5. En L’Europeo, 16 de noviembre de 1975.
6. Se puede escuchar el audio del encuentro en cuestión en la dirección http://www.bibliotheque-numerique-paris8.fr/fre/notices/102505-P-P-Pasolini-%C3%A0-propos-du-film-Fascista-.html. En el libro Pasolini, Grasset, París, 1980, Macciocchi recoge las intervenciones del seminario organizado en 1979 en la Universidad de París VIII.
7. Cfr. Contro i capelli lunghi, en Corriere della Sera, 7 de enero de 1973, y, posteriormente, en Scritti corsari, Garzanti, Milano, 2009, con el título Il «discorso dei capelli». En especial, p. 5.
8. Grupo oscuro fundado en 1969 y disuelto en 1973.
9. Vallecchi, Firenze, 2010.
10. Artículo de Michele De Feudis del 9 de julio de 2010.
11. Entre los primeros libros que reconstruyeron la dinámica de la agresión, recordamos el dirigido por Laura Betti, Pasolini: cronaca giudiziaria, persecuzione, morte, Garzanti, Milano, 1977, y escrito por varios autores; otra referencia más actualizada se encuentra en Franco Grattarola, Pasolini. Una vita violentata, Coniglio Editore, Roma, 2005. Los hermanos Di Luia e Stefano delle Chiaie entrarán en el recorrido procesal de Piazza Fontana por vías diferentes. Ninguno fue declarado culpable en las sentencias.
12. Pier Paolo Pasolini, Empirismo eretico, Garzanti, Milano, 2000. El artículo citado fue publicado por primera vez en l’Espresso, 7 de febrero de 1965.
13. Según las crónicas, parece que Campo gritó, antes de lanzarse contra el director: “En nombre de la juventud nacional te digo que das asco”
14. Stefano Maccioni, Valter Rizzo, Simona Ruffini, Nessuna pietà per Pasolini, Editori Riuniti, Roma, 2011.
15. Rovella también será implicado, para ser posteriormente absuelto por falta de pruebas, en el caso separado de la investigación sobre el homicidio de Occorsio, abierto para identificar a otros cómplices e instigadores, cuando ya se había conminado la condena a Concutelli. También serán investigados, entre otros, Maurizio Giorgi, Adriano Tilgher e Piero Citti, que más tarde serán absueltos. Cfr. ANSA, 4 de octubre de 1983. Algunos de estos imputados pertenecían al círculo de Avanguardia Nazionale – Maurizio Giorgi, Marco Marchetti, Giancarlo Cartocci, Flavio Campo, los hermanos Di Luia, Tonino Fiore – que tenía su sede en las secciones del MSI en las calles Torino y Luca Signorelli en Roma. Cfr. Tribunal de Roma, Sentencia nr. 3687 del 4 de febrero de 2004, que absolvió al sitio «Isole nella Rete» de la acusación de difamación por haber alojado un dossier sobre la derecha en Italia, relativos a los datos citados sobre las secciones y los militantes del MSI. En efecto, escribe el juez de la I Sección Civil de Roma: «La demanda resarcitoria es infundada, debiendo juzgarse que el derecho de crónica ha sido legítimamente ejercido por el Centro Social “La Strada” – autor de la página web contra la que se dirigía la querella – . En efecto, la declaración citada coincide, en su esencia, con las conocidas normas jurídicas de legitimidad del derecho en cuestión avaladas por la jurisprudencia, entre las que se encuentra, en primer lugar, el requisito de la verdad del hecho».
16. Entrevista de Philip Bouvard, Antenne 2. Se puede encontrar en YouTube: https://
www.youtube.com/watch?v=w9Ef1y_OYU.
17. Cfr. Emanuele Trevi, Qualcosa di scritto, Ponte alle Grazie, Milano, 2012.
18. Procedimiento penal nr. 1466/75. En el expediente, consultado en el Tribunal de Menores de Roma, no hay evidencia de actas relativas a las declaraciones hechas a la prensa por el pescador Ennio Salvitti, ni de interrogatorios. La entrevista se incluirá en la reconstrucción del filme de investigación de Marco Tullio Giordana Pasolini, un delitto italiano, 1995, cuyo libro homónimo contenía elementos útiles para la rápida reapertura de la instrucción judicial el mismo año.
19. Entrevista a Furio Colombo, en Corriere della Sera, 8 de mayo de 2005.
20. Posteriormente, en Pier Paolo Pasolini, Saggi sulla politica e sulla società, Mondadori,
Milano, 1999.
21. La entrevista completa está recogida, junto con otras, en el volumen de Angela Molteni,
Pier Paolo Pasolini. Povera Italia. Interviste e interventi, 1949-1975, Kaos Edizioni, Milano, 2013.
22. Dario Bellezza, Morte di Pasolini, Mondadori, Milano, 1981.
23. Ibidem., Il poeta assassinato. Una riflessione, un’ipotesi, una sfida sulla morte di Pier Paolo Pasolini, Marsilio, Venezia, 1996. En el momento de su publicación ya había salido el libro de Marco Tullio Giordana Pasolini, un
delitto italiano, el primer y único trabajo que recogió algunas actas procesales originales, utilizadas después en el filme homónimo. Probablemente, Bellezza sacó de ese libro la documentación.
24. Cfr. Pier Paolo Pasolini vittima di un vero delitto politico, en Il Giorno, 3 de agosto de 1996.
25. Cfr. Gianni Borgna, Carlo Lucarelli, Così mori Pasolini, en Micromega, junio de 2005, http://temi.repubblica.it/micromega-online/cosi-mori-pasolini/, citado también en Giuseppe Lo Bianco, Sandra Rizza, Profondo nero, Chiarelettere, Milano, 2012.
26. Cfr. Pier Paolo Pasolini assassinato. La vita e la violenza, en l’Unità, 3 de noviembre de 1975.
27. Cfr. Poeta delle Ceneri, Come sono diventato marxista? En Bestemmia, vol. II, Garzanti, Milano, 1993. Enrico Berlinguer y Aldo Moro fueron los dos únicos políticos que mandaron un mensaje de pésame personal a la madre de Pasolini. Berlinguer participó también en los funerales del poeta en la plaza romana de Campo de’ Fiori, que se celebraron el 5 de noviembre de 1975.
28. En una entrevista al Corriere, el primo de Pasolini y poeta Nico Naldini incluso le dio la razón a Andreotti. Cfr. Aveva ragione Andreotti. Pier Paolo se l’è cercata, en Corriere della Sera, 9 de mayo de 2005.
29. Declaraciones hechas por diferentes agencias de prensa en marzo de 1993 y recogidas por La Repubblica en Le scuse a Pasolini e un invito a pranzo, 28 de marzo de 1993.
30. Ibidem, nota 20.
31. Testo póstumo, contemporáneo de la antología Lettere luterane (1976), que Pasolini entregará al editor Einaudi antes de morir, presentándolo come «documento». En la edición de Mondadori de 2006, Enzo Siciliano añadirá un epílogo significativo, titulado L’Inferno postumo di Pasolini.
32. Cfr. Pier Paolo Pasolini, La Divina Mimesis, Mondadori, Milano, 2006.
33. Ibidem. De «Per una nota all’editore», incluida también como parte integrante del texto y no como nota auténtica para el editor.
34. Giuseppe Zigaina, Pasolini e la morte. Un saggio puramente intellettuale, Marsilio, Venezia, 2005.
35. Ibidem. El libro incluye una serie de fotografías entre las que se encuentra una fotografía del segundo congreso del Gruppo ’63, celebrado en 1965.
CTXT publica hoy un largo extracto del libro Pasolini, massacro di un poeta, editado en Italia por la editorial Ponte alle Grazie en octubre de 2015, y aún no traducido en España.
La investigación de la periodista romana Simona Zecchi incluye documentos, entrevistas,...
Autor >
Simona Zecchi
Autor >
Traducción: Valentina Valverde
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