Análisis
La Sultana contra Pedro El Breve. Escenarios para la batalla
La cuestión no es si habrá guerra o no, sino cómo y cuándo estallará. Sánchez intenta negociar con Podemos y Ciudadanos para seguir liderando el partido
Cristina S. Barbarroja 25/12/2015
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El lunes 28 de diciembre se librará la primera batalla, si la cena informal que el domingo reunirá a los contendientes no lo remedia. Y no parece que la concordia vaya a ser plato principal. A un lado de la mesa: Pedro Sánchez y su dirección. Al otro: Susana Díaz y la hueste de barones territoriales que vienen anunciando la asonada desde el mismo momento en que el madrileño pasó de ser instrumento de la andaluza para evitar a Eduardo Madina a díscolo enfant terrible del PSOE.
El pretexto de la contienda es la política de pactos que, puñetazo en la mesa mediante, Sánchez advirtió le corresponde sólo a él y a su dirección determinar. La excusa perfecta para el levantamiento del otro bando que, capitaneado por la trianera conocida como La Sultana, salió en tropel en la jornada de Nochebuena para responder que esa línea sólo compete marcarla al Comité Federal.
El argumento es solo una justificación de Díaz para un objetivo mucho más ambicioso: convertir a Pedro Sánchez en Pedro 'El Breve'; cargarse a un secretario general que, en opinión de algunos de sus enemigos territoriales, "ha gobernado el partido manu militari", "ha convertido Ferraz en una isla frente a las federaciones" y "se ha endiosado en su despacho hasta el punto de entusiasmarse con el peor resultado electoral en la historia del PSOE".
Con ese panorama, está por ver cuáles son los tiempos y el armamento para la guerra. Si el Comité Federal, máximo órgano de poder del partido entre Congresos, da otra oportunidad al madrileño para que trate de formar gobierno y salvar así su cargo y de paso el probable adelanto electoral. O si extingue la tregua que le regaló tras el 24M, cuando una Susana Díaz a punto de ser madre y con unos resultados electorales que le abocaron al acuerdo con Ciudadanos rechazó cruzar Despeñaperros.
El segundo escenario es el que está marcando los impacientes movimientos de Sánchez: el retraso hasta la primavera del Congreso Federal que debe elegir secretario general (la fecha inicial era febrero), el temprano anuncio de que repetirá candidatura para el liderazgo del partido y el rápido arranque de conversaciones --sin esperar siquiera al fracaso de Mariano Rajoy, como anunció el 20D-- con Podemos y Ciudadanos para erigirse en "alternativa de cambio".
Sánchez lo sugirió, minutos antes de la Nochebuena, en una conversación con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, "reforma constitucional y derecho a decidir de todos los españoles" incluida. Y la mañana del 24 hizo lo propio con Albert Rivera, a quien planteó la importancia de agotar todas las posibilidades antes de la convocatoria electoral. Pero lo cierto es que ese adelanto también está en los planes de la dirección.
La táctica no desvelada, según fuentes de Ferraz, es proponer a Podemos y Ciudadanos un gobierno por la regeneración democrática que desaloje de las instituciones "al corrupto PP". Piensan en la dirección del PSOE que un rechazo a tal propuesta retrataría a las formaciones de Iglesias y Rivera de cara a una nueva cita electoral. Pero claro, esa es solo la estrategia de la dirección.
El frente territorial
"No podemos sentarnos a negociar con fuerzas que están planteando la ruptura del país", respondía, en referencia a las condiciones que Podemos ha puesto sobre la mesa, la capitana del frente territorial, la andaluza Susana Díaz. Enseguida sumaron sus voces los aliados tradicionales de La Sultana: el valenciano Ximo Puig y el castellano-manchego Emiliano García Page. Pero también muchos de los que defendieron a Pedro Sánchez durante el ruido de sables que atronaba el 24M, como el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández. Y eso que los cuatro gobiernan en sus respectivas comunidades autónomas gracias al apoyo, o la abstención, de los de Pablo Iglesias.
Pero en la hipótesis de que la política de pactos es sólo la excusa para la guerra también hay quien ya se ha posicionado sobre la continuidad de Sánchez, sobre la conveniencia de que sea él quien protagonice en el PSOE un eventual adelanto electoral. El más claro --siempre lo fue en la oposición interna a Ferraz-- ha sido Puig, el líder del PSPV quien, en una entrevista en Las Provincias, afirmó: "Si hay nuevas elecciones, el PSOE debe analizar si cambia de candidato".
El resto no ha enseñado aún sus armas en público. Por aquello de lavar los trapos sucios en casa, esperarán a la reunión del Comité Federal. Pero se da por hecho que Sánchez y su dirección sólo contarán con el apoyo de dos federaciones: la de La Rioja, que gobierna la mano derecha del secretario general, César Luena, y la de Madrid, donde Ferraz colocó, dividiendo al partido en dos, a la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández. Quizás pudiera disfrutar de la neutralidad de Euskadi, a pesar de Patxi López; y quién sabe si con el apoyo del bailarín Miquel Iceta, a pesar de la número uno del PSC en las generales y miembro de la Ejecutiva, Carme Chacón.
Hoja de ruta hacia la paz
Sean los que fueren los apoyos, si --como parece-- el frente del sureste está decidido a derrotar a Sánchez, este estará perdido. Andalucía y Valencia cuentan con los ejércitos más nutridos; sus federaciones son las más importantes en número de militantes, seguidas por Cataluña, Madrid y Castilla-La Mancha. Y son los afiliados los que, a la postre, en un Congreso Federal, ponen y quitan secretarios generales.
Más allá de la tregua que pudiera salir del Comité del lunes, el partido tiene que celebrar congreso ordinario en el primer semestre de 2016. En febrero se cumplen cuatro años del que proclamó líder a Alfredo Pérez Rubalcaba frente a Carme Chacón y, según los estatutos del partido, su convocatoria no se puede retrasar más allá de seis meses. En esos tiempos se desarrolla otra pelea contra Sánchez y su doble anuncio de retraso de la convocatoria hasta la primavera y de revalida de su candidatura a la Secretaría General.
Otra cosa es la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno, para la que el partido podría invocar la celebración de primarias. Según el reglamento aprobado en 2014, deberían ser a la francesa, abiertas a la ciudadanía, con los peligros que conlleva la entrada de terceros en el litigio. Pero como todo en esta vida, las normas se hicieron para cambiarlas. Teniendo en cuenta que las primarias abiertas suponen un proceso mínimo de dos meses, no sería ésta mala ocasión para convertir en axioma la hipótesis.
La guerra se da por segura. La cuestión es cómo y cuándo estallará. Todo empieza el lunes.
El lunes 28 de diciembre se librará la primera batalla, si la cena informal que el domingo reunirá a los contendientes no lo remedia. Y no parece que la concordia vaya a ser plato principal. A un lado de la mesa: Pedro Sánchez y su dirección. Al otro: Susana Díaz y la hueste de barones...
Autor >
Cristina S. Barbarroja
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí