Arte
Con Hito Steyerl: ¿políticas de la postrepresentación?
El Reina Sofía expone la obra de la videoartista alemana, para la que el vínculo entre imagen y política no sólo tiene en cuenta que la primera representa, o documenta realidades, sino que tiene el poder de crearlas
Aurora Fernández Polanco 27/01/2016
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Como la pipa de Magritte, esto no es una crítica. Sólo unas reflexiones sobre nuestro presente a las que invita Duty-Free Art, la importante exposición de la artista, profesora de la Universidad de Berlín y ensayista Hito Steyerl (Múnich, 1966) que está teniendo lugar en el Museo Nacional Reina Sofía (MNCARS). Migraciones, feminismo, globalización, guerra, industria cultural, sobreinformación y el propio mundo del arte --es decir, la nueva fábrica postfordista con mayor índice de trabajo no remunerado-- son los temas por los que transita lo expuesto. De igual modo que su admirado maestro y amigo, el imprescindible cineasta Harun Farocki (1944-2014), Steyerl desconfía de billones de bits circulando por Internet, imágenes y datos construidos por máquinas para máquinas e intenta desvelar lo que hay detrás de tanta “evidencia”. Y desde luego los mecanismos de vigilancia, otra de sus obsesiones que trata con ironía en How not to be seen: A fucking Didactic Educational –MOV File, un “tutorial” para aquellas y aquellos que tratan de huir de esos poderosísimos dispositivos de captura en los que estamos atrapados.
Pero si los asuntos que plantea la exposición son relevantes para trabajar la idea de un documentalismo posthumano, quiero destacar de sus aportaciones aquello que más nos puede afectar a escala local pues la consigna “¡Que no nos representan, que no!” parece ser también desde los inicios de su carrera un grito propio de Hito Steyerl. Parte de su trabajo está encaminado a mostrar que el vínculo entre imagen y política no sólo tiene en cuenta que la primera representa, o documenta realidades, sino que tiene el poder de crearlas; por eso hay que ser muy cuidadosos con ellas, porque condensan fuerzas y deseos y producen efectos; intervienen en la realidad y afectan a la gente. Imágenes que, inseparables de los cuerpos, “actúan”. Inseparables de los cuerpos porque, como diría Margarita Padilla, somos ya ejemplares híbridos, entre el mundo de los bits y el de los átomos.
Dicho de otro modo, hay que tener muy en cuenta un nuevo estatuto, el de las imágenes-afecto, como los besos o las iras que a través de ellas enviamos en los WhatsApp e intercambiamos en las redes sociales. Por eso Steyerl nos puede ayudar a pensar las imágenes que nos incumben y que compartimos. Por ejemplo: los últimos acontecimientos político-mediáticos en el Estado español. Todo anuncia que, sin abandonar los flujos de empatía y comunicación del 15M, volvemos a entrar en las lógicas de la representación. Dentro de ellas, los signos parecen cobrar un nuevo poder revulsivo. Así se han leído por ejemplo la cabalgata de Reyes en Madrid, las rastas en las cortes, el niño de teta o la silla de ruedas en el senado. Yo no estoy de acuerdo. Algo invita a considerar que ya no se trata de dividir el mundo entre hombrecitos de izquierdas o derechas por una cuestión de corbatas, como decían los franceses en los años ochenta.
El Jueves, 14, 01/2016
Edouard Boubat - Plutôt la vie, Paris, Mai 1968.
Pensar con Steyerl que la imagen es una zona de tráfico entre las cosas, las intensidades afectivas y las relaciones de poder, implica considerar que el pueblo --como el spam- no es representación fija, sino un acontecimiento que puede irrumpir en cualquier momento. Entonces es cuando la vida se hace presente en el traje rosa del rey Gaspar y las melenas, las sillas de ruedas, y los bebés suponen un terreno común para la acción y la pasión. Escenografías, atrezos y gestos no anuncian sólo un nuevo reparto de lo visible, sino lo intempestivo propio de los afectos que ponen a prueba la esencia, la estética clásica y el decoro. A los conservadores, que siguen en la vieja casa de la representación, les cuesta (o no quieren) pensar que su “normalidad”, como la cabalgata “original” de los reyes magos, no es sino una invención más en una cadena de huellas, lo mismo que el parlamento impoluto y decente; espejos todos ellos de una clase acomodada, en el doble sentido de la palabra: ficciones, constructos tranquilizadores y amodorrados a los pies del capital. Cuánto miedo.
En definitiva, lo que a Hito Steyerl le fascina no es el contenido de las imágenes, sino los flujos que recorren, las situaciones que provocan y lo inesperado que puedan generar. Por eso ha sido una de las mayores defensoras de lo que ha denominado la imagen pobre, “una lumpenproletaria en la sociedad de clases de las apariencias”: viral, basura, emotiva, personal, reformateada, molesta, imprevisible, herida, dañada. Como nosotros. La fuerza de la conectividad mueve la maquinaria del deseo. La fábrica (de afectos) se impone al teatro de la representación (por decirlo con Deleuze &Guattari).
Hito Steyerl traslada a su escritura la técnica del video ensayo. Así el título de la exposición del MNCARS se puede consultar en otro formato y muchos de sus temas en Los condenados de la pantalla (Caja Negra, 2014), una compilación de artículos, la mayoría previamente publicados en www.e-flux.com, y traducidos por Marcelo Expósito.
Son además relevantes sus conferencias-performativas que resuenan en buena parte de las piezas mostradas en una exposición a la que hay que dedicar mucho tiempo. Por ello recomiendo a los espectadores que aprovechen las horas gratuitas y, ahora que el frío de enero invita (estará hasta el 21 de marzo), vuelvan a recogerse en el museo y lo consideren casi como una biblioteca donde estudiar (con) sus obras. Otra alternativa, ya se sabe, es considerar la exposición como una buena librería donde perderse un rato y ojear de modo voraz y distraído los libros. Ella también lo sabe. Como sabe también que “el campo del arte es un espacio de violenta contradicción y de tremenda explotación. Es un lugar de chismes sobre el poder, especulación, ingeniería financiera y manipulación masiva y fraudulenta. Pero es también un lugar de comunidad, movimiento, energía y deseo”.
Como la pipa de Magritte, esto no es una crítica. Sólo unas reflexiones sobre nuestro presente a las que invita Duty-Free Art, la importante exposición de la artista, profesora de la Universidad de Berlín y ensayista Hito...
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Aurora Fernández Polanco
Es catedrática de Arte Contemporáneo en la UCM y editora de la revista académica Re-visiones.
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