Jean-Michel de Waele / Decano de Políticas de la Universidad Libre de Bruselas
"No tenemos líderes capaces de refundar Europa"
Georgi Gotev (Euractiv) 27/01/2016
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Profesor de Ciencias Políticas y actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Libre de Bruselas, a Jean-Michel de Waele acuden con frecuencia los medios de comunicación para consultarle sobre la evolución política de Europa Central y Oriental, sobre la socialdemocracia y sobre la izquierda europea.
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos es un tanto inquietante, nos enfrentamos a numerosos actos terroristas y a una crisis de refugiados que puede hacer zozobrar el navío europeo. ¿Hacia dónde nos dirigimos?
Estamos en uno de los periodos más inestables de la Historia contemporánea. Desde la Segunda Guerra Mundial, en todo caso, no ha habido tantas incógnitas a nivel planetario. ¿Qué pasa en Estados Unidos? ¿Cómo es posible que Donald Trump haya gozado de tanto apoyo? Europa está paralizada por múltiples crisis, Oriente Medio está en llamas, y sin esperanza de una salida política. En China, la economía está bloqueada y no se sabe cómo evolucionará. Los famosos BRICS no emergen.
El mundo está sumido en una gran incertidumbre, en una crisis como pocas veces hemos visto, y lo más crucial es que no hay esperanza política, como la hubo en el pasado, como la hubo durante la guerra fría. Se trata, pues, de una situación explosiva. Y nuestros líderes políticos no están a la altura de las circunstancias. ¿Dónde están los De Gaulle, los Churchill, los Roosevelt?
También se trata de una crisis de ideas. ¿Se ha publicado algún libro importante en los cinco últimos años? El debate intelectual me parece extraordinariamente pobre en todas partes.
Si pensamos en los diez últimos años, al principio había lo que se podría considerar un proyecto. La ampliación de la UE era un proyecto con una obra gigantesca por delante. Se decía que era el mayor éxito de la UE pero ¿no empezamos a dudarlo?
Como dice usted, en la historia contemporánea, siempre ha habido esperanzas. Creímos que iba a llegar la paz a Oriente Medio, veíamos cómo la globalización lo cambiaba todo pero nos decíamos que el mundo salía de una especie de Edad Media y podíamos ser optimistas. Acordémonos de la euforia de 1989 que nos hacía pensar que habíamos acabado con la historia.
Pero hoy no podemos decir que la ampliación sea un gran éxito. Podemos ver países como Rumanía y Bulgaria que han dejado de avanzar, que los problemas de modernización del Estado siguen siendo los mismos. Podemos ver países de la Europa Central con escasa adhesión a la idea de una Europa política. Se pueden tener diferentes opiniones sobre los refugiados, pero el modo en que los dirigentes checos, eslovacos o húngaros hablan de ellos está teñido de una xenofobia visceral, de un rechazo al otro, de un desconocimiento del mundo y de un repliegue nacionalista tales que no creo que su visión pueda contribuir a la construcción de una Europa política.
Siempre he defendido la idea de que Europa significa solidaridad. El sistema de reparto mediante los impuestos se basa en la idea de solidaridad. Los ricos pagan más impuestos para permitir una redistribución. Los Estados ricos pagan por los pobres. Es un modelo único en el mundo, una idea que se basa también en el Estado de bienestar, en nuestra historia más profunda.
Pero está muy claro que Europa central no comparte esta visión, ni de Estado de bienestar, ni de solidaridad, ni de que los ricos deban pagar por los pobres...
Voy a intentar hacer de abogado del diablo. Europa del Este no es responsable del pasado colonial. ¿No habría que avalar la tesis de que todos esos inmigrantes procedentes de las antiguas colonias que tenemos sobre nuestras espaldas son el resultado de unas políticas anteriores de las que no tiene la culpa el Este europeo? ¿Quién ha alentado la primavera árabe? ¿Quién ha bombardeado Libia? No han sido los países del Este. ¿Por qué deben pagar ellos los platos rotos?
Podríamos responder a los países de Europa central que pagan también los platos rotos porque ellos apoyaron a Estados Unidos en Irak, y porque su genial política y la genial política del señor Bush han contribuido también a la situación actual. Decir que es responsabilidad de unos o de otros es muy difícil. Ese remitirse permanentemente a la Historia es típico del debate en Europa central, pero entonces ¿cuál es la responsabilidad de los suecos que no han tenido colonias en África? La propia Alemania tenía muy pocas colonias...
Hay otro argumento: "No tenemos ninguna experiencia en este ámbito". En Occidente siempre se ha convivido con gente venida de fuera, mientras que en Europa del Este hay países que han permanecido étnicamente puros...
Son puros tras los acuerdos 1914-1918 porque antes esas sociedades eran también multiculturales. Polonia tenía muchas minorías y toda Europa central era multiétnica. No tengo ningún problema en explicar a la opinión pública occidental la gran dificultad que tienen las poblaciones de Europa central a la hora de aceptar la inmigración musulmana. Cuando no se tiene ninguna experiencia, cuando no se ha convivido nunca con gente de otra cultura, da miedo. Esta actitud procede de una situación evidente. Pero entre explicar y aceptar las declaraciones preñadas de racismo que hacen esos dirigentes --pues no es el hombre de la calle, no es el taxista de Praga o de Bratislava el que las profiere-- hay una inmensa diferencia.
En mi opinión, esas declaraciones eslovacas son asombrosas, porque el papel de los dirigentes es dar ejemplo. Todo es discutible. No soy pesimista con lo que ha pasado en Alemania, en Colonia, es un incidente detestable, pero decir que es la prueba de que Merkel se ha equivocado no es justo. Esperemos a ver. También se dijo que Kohl se había equivocado con la reunificación. Los franceses y los ingleses lo decían mucho entonces. Confiemos en los alemanes para que solucionen este tipo de cuestiones y en su capacidad de integración que es inmensa.
No comparto en absoluto el punto de vista de Orbán. Pero hay una cosa con la que estoy de acuerdo. Ha dicho que ninguno de esos migrantes quiere estar en Budapest o en Sofía. Razón de más para que los líderes de esos países acojan a esa gente de manera digna, permitiéndoles reponerse, en lugar de poner en marcha el racismo en sus Estados. De todos modos habrían continuado hacia Suecia y Alemania. ¿Quién va a querer quedarse en la Bulgaria de Boiko Borisov? Nadie. Hasta los búlgaros se van. No hay ninguna razón para que los sirios y los iraquíes se queden en un país que sus propios ciudadanos abandonan.
Y reflexionemos nosotros sobre las poblaciones romaníes. No hago angelismo, no digo que sea fácil integrar a los romaníes. Pero sí digo que los resultados de las políticas de integración de los romaníes de los últimos 15 o 20 años son catastróficos.
Pero toda Europa ha cerrado los ojos ante la situación de los romaníes
Sí. Europa, la Unión Europea debería haber sido mucho más exigente. Hemos cerrado los ojos. Hablamos de Bulgaria y Rumanía pero pasa lo mismo en otros países. Cerramos los ojos ante la corrupción. Cerramos los ojos ante la falta de reforma de la justicia. Y cerramos los ojos ante la situación de los romaníes. ¿Por qué asombrarnos si permitimos que unos gobernantes no integren a sus propios ciudadanos? ¿Por qué creer que van a integrar a los iraquíes y los sirios?
En cualquier caso, la crisis de los refugiados ha hecho de Europa un barco que hace agua. Circula la idea del sálvese quien pueda. Se habla de crear un "Schengen a pequeña escala" con los países ricos, pero también de la consolidación de una Europa central que contestaría todo lo que es políticamente correcto para el Occidente rico...
Ante todo, no creo en el surgimiento de una Europa central unida. Las economías de esos países no son en absoluto complementarias y sin las inyecciones de Europa Occidental, esas economías se hunden. Se habla mucho de Orbán y de Polonia. Pero Orbán no tiene en absoluto un discurso social, y el PiS, el partido en el poder en Polonia, sí lo tiene. Y el mejor amigo de Orbán es Putin, que está muy mal visto en Polonia. Las contradicciones en Europa Central son tales que su unidad es imposible.
Hace algún tiempo que pienso que ese modelo que ha sido fundamental en la Historia, el modelo de la Europa de Schuman, de Monnet, de Gasperi, de Spaak ha cumplido ya su papel. Su objetivo era que Europa viviera en paz y aumentar el nivel de vida para evitar la tentación del comunismo. Ese modelo ha significado un éxito extraordinario.
Pero esta Europa se creó para eso. Pienso que 1989 constituyó la victoria de esa Europa pero también su fin. Y no se ha definido un nuevo objetivo. Hemos entrado totalmente en el euro y en la ampliación, pero eso no son objetivos. No se crea el euro por crear el euro ni se amplía por ampliar.
Pienso, pues, que hay que refundar el proyecto europeo. Creo que hay un determinado número de Estados que quieren trabajar juntos. Creo que ha muerto un modelo europeo y que hay que rendirle homenaje. Decir que ha muerto no es una crítica, ha desempeñado su papel histórico y ha sido maravilloso. Pero hay que refundar un proyecto europeo que debe tener, indudablemente, un núcleo duro que comparta determinado número de elementos económicos, de valores, de elementos históricos comunes. Quizá compuesto por los seis países fundadores, quizá por siete u ocho, pero pienso que hay que refundar el proyecto europeo.
Y no creo que ese nuevo proyecto europeo deba limitarse a ser un gran mercado. Ya tenemos el mercado y va a seguir. No es cierto que la Unión Europea vaya a desaparecer. Necesitamos cierta regulación a nivel del continente, pero no será una unión política. El nuevo proyecto, por el contrario, sí lo será.
Durante la crisis del euro hemos constatado las divisiones entre el Norte y el Sur. La crisis de los inmigrantes ha exacerbado las divisiones Este-Oeste. Si se crea un núcleo duro ¿formarán parte de él los países fundadores? ¿Formará parte Italia? Lo dudo.
Estoy totalmente de acuerdo. Pero será muy difícil prescindir de Italia pues es un símbolo.
Pero Grecia ha sido sacrificada...
Sí, Grecia ha sido sacrificada. En cualquier caso, la refundación de un proyecto europeo será tarea de la próxima generación. Nosotros no tenemos líderes capaces de tomar ese tipo de decisiones. Es pues, una cuestión de generación, y habrá que ver cómo evoluciona España en los próximos 10 o 15 años, si Italia reabsorbe su deuda en la próxima década. No excluyo que, de aquí a entonces, un país como Polonia se modernice hasta el punto de unirse a un nuevo proyecto europeo.
Entre tanto, ¿qué hacemos? ¿Nos detestamos mientras cohabitamos?
Nada será posible si la Comisión Europea no ofrece perspectivas sociales a las poblaciones. Si seguimos con el discurso de austeridad, si solo existe el modelo neoliberal... Creo que el neoliberalismo está matando a Europa. Por eso la gente expresa su cólera votando por populismos cada vez más de derecha.
Usted es un intelectual de izquierda
No lo oculto.
¿Y qué hace la izquierda en todo esto?
Sufre la mayor crisis de toda su historia. ¿Dónde está la izquierda a nivel europeo? En Alemania está obligada a seguir a Merkel, en Francia no se habrá hecho ninguna reforma social durante los cinco años de mandato del presidente Hollande, ni siquiera una reforma fiscal, nada. Pienso que lo más interesante para la izquierda está pasando en el Sur de Europa. No son los socialdemócratas escandinavos, que piden que se les quiten las joyas a los refugiados, los que van a renovar la izquierda. Pero esta izquierda, que sigue los pasos a la derecha y la extrema derecha, está muerta.
¿Europa es, pues, un engañabobos?
Sí. Delors lo dijo: primero hagamos un gran mercado y luego haremos la Europa social. Hemos hecho el gran mercado, y lo social no ha llegado nunca. Juncker dice: "Es la Comisión de la última oportunidad" y no paran de decirnos que estamos ante la última oportunidad, pero ¿ha habido una ruptura entre Barroso y Juncker? ¿Tienen los ciudadanos conciencia de que estamos ante la última oportunidad? Desgraciadamente, no tengo esa impresión.
Traducción de María Cordón.
Esta entrevista se publicó en EurActiv. com, el 21 de enero.
Profesor de Ciencias Políticas y actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Libre de Bruselas, a Jean-Michel de Waele acuden con frecuencia los medios de comunicación para consultarle sobre...
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