
Pablo Iglesias
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Sabiduría no es destruir ídolos, sino no crearlos nunca. Umberto Eco.
"¿Teniendo una cuenta así, no has tenido también problemas, sobre todo con los católicos? ¿No te critican mucho?", me preguntan muy a menudo, y mi respuesta siempre es la misma: "No, prácticamente ninguno, solamente tengo críticas feroces cuando me meto con Podemos y el Real Madrid".
Y es verdad que soy muy beligerante con Podemos, incluso rayando en el cansinismo, eso lo sabe cualquiera que me siga en la Red. ¿Por qué? Es obvio, creé mi cuenta de Twitter con la finalidad de criticar la religión y cualquier fundamentalismo en general, y una vez que España ha dejado de ser católica (al final Azaña tenía razón) buena parte de ella se ha hecho acríticamente podemita.
En pleno año 2016, en la era del descreimiento y el individualismo más absoluto, es enternecedor ver cómo en torno a la figura de un nuevo mesías redentor surge un nuevo culto, una fe rutilante, que vuelve a conseguir que después de muchísimos años muchas personas acudan a las urnas con la ilusión de un primerizo.
Cuando nació Podemos y se presentó a las elecciones europeas me pareció un partido con un programa irrealizable. A ellos también se lo debió parecer porque enseguida renegaron de él y elaboraron otro bastante más realista para las autonómicas, esta vez avalado solemnemente por dos catedráticos de economía, uno de los cuales lo presentó y defendió brillantemente por los platós de televisión. Sí, estoy hablando de Juan Torres, hoy apartado de la formación morada y muy crítico con ésta.
No importa, Podemos es el partido de las paradojas. Asambleario, con récords de participación raquítica en sus consultas por Internet, de sus famosos círculos no se ha vuelto a saber apenas nada, y solamente son noticia cuando desencantados expresan su cabreo. El guardián de la pureza podemita, Juan Carlos Monedero, el Juan Bautista de Pablo Iglesias, se lo recordó un día al amado líder, pero éste andaba distraído viendo Juego de tronos y no prestó demasiada atención.
Da igual, Pablo cabalga a lomos de un fenómeno fan y ante eso poco importa el resto. Si un día pontifica que no hay ni izquierdas ni derechas y que hay que buscar la transversalidad, los fans aplauden. Si otro día le ofrecen participar en un gobierno transversal para echar al PP y tratar de cambiar algo las cosas, se niega en redondo y defiende un frente de izquierdas. Aplauso y vuelta al ruedo.
Pablo Iglesias es un hombre con una sagrada misión, y lo lleva escrito en el nombre. Quiere ser el enterrador del PSOE, y a él, tan amigo de los gestos y "las sonrisas del destino", le debe parecer épico que los vientos de la historia le hayan ofrecido la oportunidad de cerrar el círculo (este sí le importa) y haciendo justicia al homónimo fundador del partido del puño y la rosa dar por finiquitada a su criatura, un día de izquierdas, sí, pero hoy traidora a la causa, casta castuza, nada socialista y mucho menos obrera. Si hay que repetir las elecciones treinta y siete veces, se repiten. Ya dijo en su día que "nos ha faltado una semana de campaña y un debate".
La relación de Podemos con el PSOE es la de un maltratador. Un día te da una hostia sacándote la cal viva en el Congreso, y al día siguiente te ofrece un beso y aquí no ha pasado nada. Pero el PSOE tiene otro novio, Ciudadanos. Es un chico educado, de buena presencia, bastante de derechas pero formal y respetuoso. Y no tiene esos amigotes nacionalistas tan problemáticos. Es neoliberal y le cuesta condenar el franquismo, pero al menos no te pone una navaja debajo del cuello.
¡Algo bueno tendrá Podemos! Claro que sí, eso cualquiera lo puede ver: gracias a su irrupción se habla de puertas giratorias, transparencia, de laicidad, de pensar en los más débiles, de reformar nuestras instituciones... Por eso fue tan sorprendente cuando hace muy poco pusieron negro sobre blanco su doctrina de que los nombramientos de cargos tan sensibles como el del fiscal general del Estado, fiscal especial Anticorrupción, fiscal del Tribunal de Cuentas o la Abogacía del Estado debían ser entre "personas comprometidas con el proyecto" del Gobierno, es decir, los suyos. Lógicamente, todas las asociaciones judiciales pusieron el grito en el cielo y tuvieron que dar marcha atrás.
Hablando del fiscal especial Anticorrupción, el que en su día lo fuera, Carlos Jiménez Villarejo, referente moral y principal figura entre las que apoyaron a ese primer Podemos que se presentó a las europeas, es hoy otro más de los que abandonan con tristeza el barco denunciando que los egos importan más que las políticas en este nuevo partido.
No importa, no importa, un par de Trending Topics, dos fotos efectistas en el Congreso, unas cuantas frases brillantes en La Sexta y ¡listos para asaltar los Cielos de nuevo!
Sabiduría no es destruir ídolos, sino no crearlos nunca. Umberto Eco.
"¿Teniendo una cuenta así, no has tenido también problemas, sobre todo con los católicos? ¿No te critican mucho?", me preguntan muy a menudo, y mi respuesta siempre es la misma: "No, prácticamente...
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Dios Tuitero
Vengo de una familia desestructurada: madre virgen, padre paloma y durmiendo en un pesebre. Autor de La Biblia y Palabra de Dios Tuitero.
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