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No es un fichaje estrella pero puede resultar igual de valioso a final de temporada; no es ninguna táctica con la que puedas sorprender al rival pero te puede ayudar a superarlo. Es el sentido de pertenencia, ese factor al que concede tanta importancia Simeone desde su llegada al Atlético de Madrid. En el fútbol actual, en el que el sentimentalismo y el amor a los colores parece que cotizan a la baja, poder reunir a varios jugadores que, además de sus cualidades y su profesionalidad, sientan que su equipo es algo más que un sitio de trabajo en el que están de paso, es un plus que a veces marca la diferencia entre ganar y perder. Y el Atleti tiene varios de esos.
“Considero que es muy difícil lograr una pertenencia a un lugar por distintos motivos, no imposible, pero sí que es difícil. Y por suerte nosotros en el Atlético lo hemos logrado. Hemos encontrado un grupo fantástico y los resultados nos han ayudado a encontrar esto de lo que estamos hablando, que no es muy fácil encontrarlo. Podremos jugar mejor o peor, pero está claro que eso lo tenemos”. Así destacaba hace unos días el Cholo un sentimiento que para él es clave dentro del grupo que gestiona. Ya en la primera rueda de prensa que dio como entrenador del Atleti, en diciembre de 2011, habló del sentido de pertenencia: “la pasión viene de arriba a abajo y debe ser al revés, de abajo a arriba”, en clara referencia a que los jugadores deben sentirse tan identificados con el club como los aficionados. Pueden buscar en Internet y verán la cantidad de veces que ha mencionado este asunto el argentino en los últimos años.
Efectivamente, no es nada fácil hoy en día encontrar ese factor en un grupo profesional y convertirlo en un valor que sume. Ni siquiera en un equipo tan pasional como el Atleti, donde la afición transmite mucho al césped. Nunca se sabe quién lo va a llegar a sentir. Lo pueden tener futbolistas llegados desde otros sitios y, sin embargo, carecer de él alguno de los que se han formado en la cantera. Entre estos últimos podemos encontrar el ejemplo de David de Gea. No porque decidiera en su día irse a otro club, sino por su disponibilidad a fichar por el eterno rival rojiblanco, el Real Madrid. Una decisión que le diferencia, por ejemplo, de Fernando Torres.
También hay otros otros que vienen de fuera y se limitan a ejercer su actividad a nivel profesional, muchas veces de manera brillante, como le ocurrió a Diego Forlán. Recuerdan cuando dijo “yo no besé el escudo porque no fui hincha del club, no me crié allí. Yo no vendo humo. Respeto mucho la historia del Atlético, pero fui un profesional de ese club, no un hincha desde pequeño”. Perfecto. Muy respetable. Pero eso no significa que todos deban pensar igual, afortunadamente.
Fíjense en un compatriota de Forlán. También se llama Diego, se apellida Godín y tampoco se crio en el Atleti. Sin embargo, hace unos días explicó algo que ya ha comentado en otras ocasiones: “El Atlético me ha dado mucho. Siempre me intento entregar al máximo con este club porque le quiero, porque soy un hincha más de este equipo y lo seré siempre. Cada vez que me pongo esta camiseta me dan ganas de competir y darlo todo para ganar”. No se formó en la cantera y sin embargo no ha tenido reparo en besarse el escudo más de una vez, que quizá sea lo menos importante, pero en él si han entrado las rayas rojas y blancas, si tiene ese sentido de la pertenencia.
Algo parecido se puede decir de Juanfran Torres. Este se formó nada menos que en la cantera del Real Madrid. Estuvo muchos años en el Osasuna. Pero viendo las cosas que dice, está claro que si hay algún club que le ha marcado en su carrera, es el Atleti. “El primer día que me dieron esta camiseta me hice una promesa a mí mismo y a mis seres queridos, de que iba a darlo todo por ella. Aún me quedan muchísimas ganas, muchísima ambición por demostrar cada día todo lo que siento por este club, que es el club de mi vida”. Y él, como Godín, han tenido ofertas económicas muy importantes para haberse ido a jugar a otros equipos. Y decidieron quedarse. No digo que aquí estén mal pagados. Ni mucho menos. Pero podían haber ganado más en otros sitios. Como hicieron otros.
El mejor ejemplo práctico sobre cómo puede aparecer el sentido de pertenencia lo encontramos, precisamente, en el hombre que tanto lo menciona. El propio Simeone. Él tampoco se formó en el Atlético de Madrid. ¿Y hay alguien que dude de lo que siente por los colores y lo que significa el club para él? Si hacen un poco de memoria seguro que recuerdan unos cuantos casos más: Arteche, Pereira, Ayala, Garate, Futre, el propio Luis Aragonés… Y también están los de casa, claro. Jugadores como Gabi o Torres, para los que el escudo del oso y el madroño no es uno más en su carrera. Hasta el punto de que muchas de sus declaraciones parecen hechas por un aficionado más que por un jugador profesional.
Si se fijan, a Simeone no le ha importado, o eso al menos ha parecido siempre de puertas hacia fuera, perder a futbolistas que han sido muy importantes en el equipo en los últimos años, los Falcao, Diego Costa, Arda…estaba seguro que vendrían otros a sustituirles. Pero siempre ha hecho hincapié en la importancia de mantener el núcleo de la plantilla, el que da estabilidad, el que mantiene el sentido de pertenencia al club. Cuanto más importantes sean los futbolistas que estén dentro de ese grupo, cuanto más nivel tengan, mucho mejor, obviamente.
A los que sienten los colores, a los que tienen ese sentido de pertenencia, es más fácil convencerles de que el esfuerzo no se negocia, otra de las máximas del Cholo. Simplemente porque el compromiso es mayor, porque uno está más concentrado en lo que hace, porque si hay que hacer un esfuerzo extra se sacan fuerzas de donde parece que ya no hay. Y tener eso o no tenerlo, puede hacer que a veces la balanza se decante hacia la victoria o la derrota en la fina línea que las separa. Y sobre todo asegura una comunión mayor entre la grada y el césped. Cuando una afición ve implicación e identificación de los jugadores, cuando oye a sus ídolos decir y sentir las cosas que ellos dicen y sienten, apoya más y perdona más. Más allá del juego, del estilo, de los partidos, una de las cosas que se recordará siempre de la etapa Simeone será su famoso sentido de pertenencia. Se echó mucho de menos en el Atleti en varios momentos del pasado. Sería bueno que no lo eche en falta el día de mañana. En ese futuro nebuloso que aparecerá cuando ya no esté el Cholo.
No es un fichaje estrella pero puede resultar igual de valioso a final de temporada; no es ninguna táctica con la que puedas sorprender al rival pero te puede ayudar a superarlo. Es el sentido de pertenencia, ese factor al que concede tanta importancia Simeone desde su llegada al Atlético de Madrid. En el fútbol...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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