Claudia Scheufler / responsable de campañas sobre Siria en Amnistía Internacional
“La tortura en las cárceles es un crimen contra la humanidad”
Laura Alzola Kirschgens 24/08/2016
Claudia Scheufler.
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Detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, palizas, torturas sistemáticas, confesiones obligadas, régimen de aislamiento indefinido, celdas abarrotadas, ausencia de atención médica, de agua potable, de comida, de luz. El informe ‘Rompe al ser humano’: tortura, enfermedad y muerte en prisiones sirias recoge el relato de 65 ex presos en cárceles sirias, que describen los terribles abusos y las condiciones inhumanas de los centros de seguridad operados por agencias de inteligencia estatales. Amnistía Internacional, organización responsable de este texto de 73 páginas publicado el pasado 18 de agosto, documenta las violaciones de derechos humanos sistemática y generalizada contra la población encarcelada por las fuerzas gubernamentales sirias desde febrero de 2011. “Un crimen de guerra” y “ un crimen contra la humanidad”, afirma por teléfono desde Londres Claudia Scheufler, responsable de campañas sobre Siria y Líbano en Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional estima que son al menos 17.723 las personas fallecidas en prisión desde marzo de 2011. Una tasa promedio de más de 300 muertes cada mes que, según la propia organización, se verá exponencialmente incrementada con la revelación de decenas de miles de casos de desaparición forzada.
Scheufler es una de las autores del demoledor informe. Llevó a cabo entrevistas con los sobrevivientes de la tortura y fue responsable de redactarlo.
No es la primera vez que las autoridades sirias son acusadas de aplicar sistemáticamente la tortura y la desaparición forzada en sus prisiones, pero el gobierno de Assad siempre lo han negado todo. ¿Cuál es la diferencia esta vez?
El gobierno sirio niega que esté habiendo violaciones de derechos humanos en sus prisiones. Es alucinante. Los 65 supervivientes con los que hemos hablado para este informe son sólo un ejemplo de las decenas de miles de personas detenidas y sometidas a terribles violaciones de sus derechos en las cárceles sirias. No es la primera vez que lo señalamos y hay otras organizaciones que también han publicado pruebas de ello. Lo que estamos haciendo con este documento es contribuir a la evidencia de que el gobierno sirio está cometiendo crímenes contra la humanidad.
¿Quién se encuentra en riesgo de ser detenido arbitrariamente o sometido a desaparición forzada por las autoridades sirias?
Cualquiera sospechoso de oponerse al gobierno sirio. Nadie está seguro. Una mujer con la que hablé había estado proporcionando ayuda humanitaria a personas desplazadas por la guerra. Un día, alguien, descontento con la forma en que se distribuía la pasta de tomate, fue a quejarse de ella ante las fuerzas de seguridad. En consecuencia, la mujer fue arrestada y violada durante su detención.
Otra persona que entrevisté me explicó que lo que digan los informadores sobre uno es lo que se debe confesar. Entre los que están en riesgo de ser detenidos no se encuentran únicamente los activistas de derechos humanos, abogados, médicos, o periodistas; sino gente de todos los ámbitos de la vida. En definitiva, cualquier persona sospechosa de oponerse al gobierno sirio se encuentra en riesgo de detención arbitraria y tortura y desaparición forzada.
La Comisión de Investigación de la ONU afirma que "el sistema de justicia penal sirio ... está fallando sistemáticamente a la hora de cumplir las normas internacionales de derechos humanos en cada uno de los paso del proceso judicial". ¿Por qué pasaron las personas entrevistadas por lo general desde su detención hasta el interrogatorio?
En el momento de la detención, los golpes son la norma. Pero hay más. Una mujer que entrevisté fue violada durante el transporte tras ser arrestada. Un hombre me contó que los agentes apagaron cigarrillos en todo su cuerpo en el camino al centro de detención, algunas personas fueron sometidas a descargas eléctricas en el vehículo...
Cuando llegan a los centros de seguridad operados por agencias de inteligencia, normalmente, comienza la llamada 'fiesta de bienvenida'. Los arrestados son llevados a un patio donde son golpeados muy intensamente. A continuación, les hacen un ‘control de seguridad ' en el que les quitan todo lo que lleven encima. Luego, son conducidos a las celdas.
El interrogatorio, por lo general, se lleva a cabo durante días o semanas. Se quedan en el centro durante semanas o meses, en algunos casos años, en condiciones que constituyen desaparición forzada.
¿Cuáles son los principales métodos de tortura a los que fueron sometidos durante su interrogatorio los supervivientes entrevistados?
Hemos documentado palizas, posiciones de estrés, descargas eléctricas, violencia sexual y tortura psicológica. Pero, por lo general, se trató de una combinación de todo lo anterior. El interrogatorio duró, dependiendo del caso, unos pocos días, semanas o meses. A continuación, se quedaron solos en condiciones terribles. Finalmente, dependiendo de si alguien más quería interrogarlos, fueron transportados a diferentes centros de detención o enviados ante un tribunal para hacer frente a un juicio, normalmente, injusto.
¿Cuáles son las condiciones en las que los prisioneros son detenidos tras el interrogatorio?
Deplorables. Creemos que, en muchos casos, estas mismas circunstancias deben ser consideradas como tortura y malos tratos. Algunas personas de las que entrevistamos nos dijeron que permanecieron en régimen de aislamiento durante un largo período de tiempo, en celdas muy pequeñas. Uno de ellos aseguró que podía tocar las dos paredes con las manos cuando se tumbaba en el suelo. Otros fueron puestos en celdas superpobladas. Literalmente no podían dormir todos al mismo tiempo, porque eran tantos que no había suficiente espacio en el suelo como para tumbarse. Aunque en la celda no hubiera ningún mueble, nada. Así que tenían que organizar turnos para poder dormir mientras otros esperaban en pie.
Los alimentos y el agua generalmente no son suficientes. Hay un acceso muy limitado a las instalaciones sanitarias. La mayoría de los entrevistados afirmaron no haber podido ducharse durante todo el tiempo en que estuvieron detenidos. Obviamente, en estas condiciones, las enfermedades se propagan muy rápidamente. La sarna y los piojos no son tratados. Cuando no había un inodoro en la celda, es decir un agujero en el suelo, sólo se les permitía ir al baño dos veces al día, por lo general durante unos segundos o minutos. Si necesitaban más tiempo, eran humillados o golpeados por los guardias. El tratamiento médico es muy restringido. Aquellos que fueron llevados a los hospitales militares también fueron golpeados, abusados y torturados allí.
Las mujeres se enfrentan a los mismos problemas y no existen circunstancias especiales para las encarceladas con niños o para las embarazadas. Por otra parte, una mujer nos dijo que no tenían forma de acceder a compresas, por lo que debían cortarse la ropa y usar esa tela durante el periodo. Hablamos también con una enfermera que ayudó a dos mujeres de su celda a dar a luz allí mismo, porque no tenían acceso a atención médica.
¿Qué leyes internacionales de derechos humanos ignora el gobierno sirio con estas prácticas y condiciones?
Existen normas específicas por parte de las Naciones Unidas referentes a las condiciones de detención. Las reglas Mandela, que especifican las normas internacionales convenidas para las condiciones de detención. Detallan cómo deben ser tratados los prisioneros, cómo deben ser registrados sus datos, el acceso que deben tener a aire fresco, comida, agua potable, tratamiento médico, etc. Y luego están las reglas de Bangkok, que concretan las condiciones específicas para las mujeres detenidas, incluyendo, por ejemplo, la protección contra la violencia sexual y el trato recibido por los guardias de la prisión, así como los requisitos especiales para las mujeres embarazadas y las mujeres encarceladas con niños.
Tanto las reglas Mandela como las Bangkok están están siendo violadas de manera flagrante y completa por las autoridades sirias. Actualmente, a medida que Siria se encuentra en un estado de conflicto armado interno, el derecho internacional humanitario (las leyes de la guerra) también se aplica. Perpetrada en estas circunstancias, la tortura constituye un crimen de guerra. En la forma en que se lleva a cabo por las autoridades sirias, como parte de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil, es también un crimen contra la humanidad.
¿Por qué permanece el gobierno sirio blindado frente a la competencia de la Corte Penal Internacional?
Es lamentable que en el Consejo de Seguridad el gobierno de Siria permanezca protegido por sus poderosos aliados. Evitan que la Corte Internacional investigue la situación. Hemos estado reclamando desde 2011 una referencia del Consejo de Seguridad para el procesamiento de la Corte Internacional. Y no sólo para el gobierno sirio, sino para todas las partes, ya que cualquier violación de los derechos humanos necesita ser documentada e investigada.
¿Qué grado de violaciones relacionadas con las detenciones desde 2011 se han llevado a cabo por las autoridades sirias, en comparación con las de los grupos armados no estatales?
Acabamos de emitir un informe en julio sobre la tortura, las ejecuciones sumarias y los secuestros por parte de algunos grupos armados en el norte de Siria, así como sobre los horribles abusos de derechos humanos que también se llevan a cabo sin duda por los grupos armados no estatales. Pero sí, creemos que la mayoría de violaciones de derechos humanos, en este contexto, se llevan a cabo por el gobierno sirio.
La Red Siria de Derechos Humanos ha documentado los nombres de 65.116 individuos, en su inmensa mayoría civiles, que fueron objeto de desaparición forzada entre marzo de 2011 y agosto de 2015. ¿Cuán extendida está esta práctica en Siria y cuál es el propósito del gobierno usándola?
Está muy generalizada. Hemos documentado casos desde 2011 de personas que aún permanecen desaparecidas en toda Siria, por lo que tenemos razones para pensar que se trata de una política organizada del gobierno. Y mi impresión es que esto se hace para atemorizar y amedrentar a la población civil. El gobierno quiere dejar muy claro que todo lo que pueda ser visto como oponerse a ellos resultará en un castigo muy duro. Y potencialmente, en la muerte.
En el informe, la mayoría de los 65 sobrevivientes de la tortura entrevistados afirma haber sido testigo de al menos uno o varios casos de muerte de personas detenidas. ¿Cómo ha evolucionado el número de presos fallecidos en las cárceles sirias después de febrero de 2011?
Amnistía ha documentado muchas veces la muertes bajo custodia en cárceles sirias anteriores a 2011. Sin embargo, la escala y los números de ahora no tienen precedente. Para este informe, AI se asoció con el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos (HRDAG, en inglés) que, con los datos de cuatro organizaciones pro derechos humanos sirias, estimó que un total de 17.723 detenidos murieron entre marzo de 2011 y diciembre de 2015. En resumen: antes, éramos conscientes de unos pocos casos al mes y ahora la cifra parece estar alrededor de 300.
En realidad, pensamos que 17.000 es el número mínimo debido a que las autoridades sirias están llevando a cabo desapariciones forzadas en gran escala. Una de las organizaciones sirias ha registrado los nombres de 65.000 personas que aún continúan desaparecidas. Tenemos que tomar esto en cuenta: una vez que la información sobre estas personas salgan a la luz, los números se incrementarán. En definitiva, las muertes bajo custodia aumentaron drásticamente con el inicio de la crisis en 2011.
¿A qué dificultades se enfrentan los supervivientes de tortura después de ser liberados? ¿Cómo les afecta el trauma en sus vida?
Muchos de los supervivientes de la tortura que entrevistamos tuvieron que huir del país por temor a ser detenidos de nuevo o a que sus familiares fueran puestos en la mira de las agencias de inteligencia. Una chica nos dijo que tras ser puesta en libertad, éstas la amenazaban con ir tras su familia si no les proveía de informaciones sobre sus amigos. Y esto es algo bastante común.
Además, no es fácil acceder a atención psicológica después de haber sufrido torturas, cuando eres refugiado y en una situación económica difícil. En Amnistía hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para integrar mecanismos de detección dentro del sistema nacional de asilo. De manera que se identifique a los supervivientes de la tortura entre los refugiados y los solicitantes de asilo y se pueda asegurar que reciben tratamiento médico y psicológico, así como apoyo social.
¿Y las mujeres supervivientes?
Algunas de las mujeres con las que hablé me dijeron que, por el estigma de la detención, fueron abandonadas por su familia tras ser liberadas. Por supuesto, esto es doloroso para ellas, que siguen sufriendo después de su liberación.
¿Por qué fueron las personas que entrevistó puestas en libertad?
En los casos de las personas que entrevistamos, fue sobre todo debido a que su familia pudo sobornar a alguien, por ejemplo, a los jueces del tribunal. En algunos casos, porque hubo un intercambio de prisioneros. Y en otros, porque se les condenó a una estancia de una o dos años en una prisión civil y luego fueron puestos en libertad.
¿Existe alguna vía de comunicación abierta entre Amnistía Internacional y las autoridades sirias sobre las alegaciones planteadas en este informe?
Lo hemos intentado y seguimos intentándolo. Pero en general solo hay silencio por parte de las autoridades sirias. El 13 de julio se envió una carta con las conclusiones de este informe a la embajada siria en Nueva York, ya que es muy difícil comunicarse con Damasco. Les enviamos nuestros hallazgos, les consultamos temas, y les enviamos una serie de preguntas. Pero aún no hemos recibido ninguna respuesta, como de costumbre.
Yo estuve en Nueva York la última semana de julio. Habíamos enviado al gobierno sirio una solicitud oficial de reunión. No obtuvimos respuesta. Finalmente nos presentamos en su embajada con 300.000 firmas para el caso de una mujer y sus seis niños que fueron objeto de desaparición forzosa en 2013. Una vez más, no pudimos conseguir una reunión y fue difícil incluso entregar las firmas.
¿Qué le pide Amnistía Internacional a la comunidad internacional?
Las autoridades sirias ignoran de manera flagrante el derecho internacional, las normas internacionales y las resoluciones del Consejo de Seguridad Internacional. Todo esto ya ha sido abordado y señalado, pero nada está cambiando. En Amnistía Internacional hacemos un llamamiento a los Estados que forman parte del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, y a aquellos que participan en las negociaciones de paz, para que aseguren que este tema sea prioritario en las discusiones. Las autoridades sirias han que ser empujadas a permitir que los observadores independientes internacionales tengan acceso a sus instalaciones de seguridad. Deben ser presionadas para asegurar que todas las personas que fueron detenidas únicamente por sus actividades pacíficas reales o percibidas sean liberadas. Este sufrimiento tiene que llegar a su fin. Las torturas y detenciones arbitrarias deben terminar. La desaparición forzada, dejar de ser aplicada. Las familias de las personas desaparecidas necesitan recibir información acerca de su paradero y destino.
Desde el punto de vista histórico, vamos a mirar atrás y saber que la comunidad internacional fue muy lenta en reaccionar. Podríamos haber salvado vidas, por eso es importante que se tomen medidas concretas con prontitud, ahora, antes de que se pierdan más.
Detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, palizas, torturas sistemáticas, confesiones obligadas, régimen de aislamiento indefinido, celdas abarrotadas, ausencia de atención médica, de agua potable, de comida, de luz. El informe
Autor >
Laura Alzola Kirschgens
Reportera e investigadora. Migración, educación, discurso y cambio social. Múnich, Hamburgo y ahora, Barcelona. Periodista. Máster en Inmigración por la Pompeu Fabra. Extranjera, como lo son todos en algún lugar
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