El Hacha
Creer
Simeone va más allá de la figura del entrenador convencional, del preparador táctico, del teórico del planteamiento, del alquimista perfecto o incluso de la figura del esteta futbolístico. Simeone es otra cosa. Es un líder natural
Rubén Uría 7/09/2016
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Un periodista preguntó: “¿Creer o trabajar?”. Simeone no dudó: “Primero hay que creer. Si no crees, no puedes trabajar”. Creer es el estímulo para encontrar la mejor versión de uno mismo en el trabajo. En la teoría, un consejo sencillo para alcanzar el éxito. En la práctica, el consejo más complicado para superarnos a nosotros mismos y conseguir las metas perseguidas. Para el entrenador del Atlético, en la vida como en el fútbol, el verbo creer no significa soñar con salir campeón; creer es creer todo el día para levantarte a trabajar, para vivir con entusiasmo, para ser mejor en el día a día. Después, si se cree y se trabaja, el éxito va a llegar por una cuestión de naturalidad, no por una casualidad. El hábito hace la costumbre, el esfuerzo que no se negocia es el que forja el campeón. El éxito nunca llega sin la entrega.
Desde que él llegó al Atlético, desterró la palabra imposible y se abrazó a otra palabra, exigencia
Más allá del metabolismo ganador del Cholo y de su gen competitivo, aparece su liderazgo su manera de vivir, de expresarse, de apasionarse por un deporte que entronca con los principios de la vida. Simeone va más allá de la figura del entrenador convencional, del preparador táctico, del teórico del planteamiento, del alquimista perfecto o incluso de la figura del esteta futbolístico. Simeone es otra cosa. Es un líder natural. Un tipo cuyo mensaje va mucho más lejos que el propio fútbol. Pertenece al selecto club de los elegidos que, más allá de los resultados, son capaces de extender su área de influencia para dejar su sello en la sociedad. Apoyado en un carácter fuerte y una personalidad arrolladora, el Cholo ha irrumpido en la selva del fútbol a base de machetazos, de principios lógicos y frases que han conectado dentro del vestuario y dentro de la grada. El cholismo no es sólo un credo para atléticos, es un manual de autoayuda, hecho carne y verbo, para vivir la vida y avanzar sin dejar de resistir los golpes. Un espejo donde se miran todos aquellos que persiguen tener la capacidad de luchar contra lo que otros dicen que jamás podrán lograr. Simeone es un revolucionario sentimental: si se trabaja y se cree, se puede.
Desde que él llegó al Atlético, desterró la palabra imposible y se abrazó a otra palabra, exigencia. Sin duda, el primer paso para tener éxito es creer que uno puede lograrlo. La confianza en uno mismo. Al Cholo le sobra. Después implementó la implicación, el compromiso, el reinventarse y la mentalidad positiva. Sólo existe una única obligación para él y para sus jugadores: entregar todo, en cuerpo y alma, para crecer. Cualquier desafío es tortuoso, en la vida y en el fútbol. Simeone lo sabe. La vida no le ha regalado nada. De ahí que su modo de liderar no contemple las excusas, la autocomplacencia o la falta de entrega. Vive convencido de que vida y deporte plantean los obstáculos más duros y difíciles de sortear, pero siempre apuesta por sus dos grandes armas: rebeldía e insistencia.
Motivador único, Simeone lidera un grupo convertido en familia. Vive como entrena y entrena como siente, con pasión e intensidad, convencido de que esta vida es un desafío continuo. Uno en el que no sirve rendirse. No sin pelear. No sin luchar. El legado de Simeone va más allá de triunfos y las derrotas. El cholismo es un pequeño paso para el entrenador, pero un gran salto para los atléticos. Es una exigencia máxima permanente, es la capacidad de querer ser más, es la búsqueda constante de la perfección, es perseguir el sueño que otros quieren negarte. Es afrontar la adversidad, caer, levantarse y volver a luchar. Ser del Atlético siempre ha sido eso. Saber que, aunque en la vida todo te cueste el doble que a los demás, merece la pena seguir peleando contra todo y contra todos. Ese es el ADN del Atleti. Luchar. A muchos se les había olvidado. Simeone se lo ha recordado a todos. Él lucha cada día. Contra sus errores, contra sus dudas, contra el talento de otros equipos, contra los que tienen más dinero, contra el poder establecido, contra lo que haga falta. Y si cae, combate y se levanta. Así es la vida.
Un periodista preguntó: “¿Creer o trabajar?”. Simeone no dudó: “Primero hay que creer. Si no crees, no puedes trabajar”. Creer es el estímulo para encontrar la mejor versión de uno mismo en el trabajo. En la teoría, un consejo sencillo para alcanzar el éxito. En la práctica, el consejo más complicado...
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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