LITERATURA
Banana Yoshimoto. Realismo mágico, vocación universal
La novelista visita Barcelona para hablar de su obra y reivindicar el papel de la literatura japonesa. La suya prescribe, a partes iguales, introspección y fantasía
Manuel Gare Barcelona , 27/11/2016
La escritora Banana Yoshimoto, en una fotografía promocional.
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Sería complicado hablar de las novelas de Banana Yoshimoto (Tokio, 1964) como una forma de expresión japonesa. La autora, tras publicar más de una docena de libros en Japón y vender varios millones de ejemplares por todo el mundo, se postula a sí misma como una novelista en un mundo sin fronteras. “Llegará un momento en el que la literatura se traducirá en tiempo real. Y ya no hablaremos de que la literatura japonesa se esté exportando a otros países, sino de que un novelista, sea de la parte del mundo que sea, ha escrito una novela”, explica a CTXT esta autora, cuya obra está traducida no solo al inglés y al castellano, sino a las principales lenguas europeas.
Nos encontramos en Barcelona dentro del marco del Salón del Manga, un evento que crece cada año para diversificar su oferta cultural relativa al espectro de lo japonés. Banana Yoshimoto es autora de la premiada Kitchen, publicada en España por Tusquets al igual que el resto de sus obras: Tsugumi o Sueño profundo, entre otras. Un viaje llamado vida, un cuaderno de recuerdos en forma de viajes y experiencias, fue su última obra en llegar a nuestro país, en este caso a manos de Satori.
Es en Un viaje llamado vida donde podemos entender con mayor claridad cuál es el pensamiento de la autora. Postulaciones como “acumular buenos recuerdos es la única cosa que podemos hacer en la vida” dan bastantes pistas sobre el plano de irrealidad y sueño contemplativo que ofrece Yoshimoto en sus libros. No es un punto de vista pesimista, sino una manera de entender la vida. “Tanto de las cosas muy buenas como de las cosas muy malas, lo único que queda es el recuerdo”, dice.
Son esos recuerdos los culpables de su mundo de fantasía y ficción: las experiencias en primera persona que “realmente te hacen sentir algo”. Para Banana Yoshimoto, el corazón de las personas entraña grandes misterios. “En el corazón de las personas ocurren muchas cosas de las que no nos damos cuenta. Y en la realidad no se muestran porque el ser humano sabe muy bien qué se puede mostrar y qué no”. De ahí nacen sus novelas, de intentar sacar lo que llevamos dentro. Podría decirse que sus novelas son “sueños que ocurren dentro de ese mundo inconsciente”.
Es muy importante tomar distancia de las realidades que existen en el mundo
Un mundo protagonizado por unos personajes unidos los unos a los otros por aquello que han perdido. “Al perder algo, el corazón se hace grande. La pérdida tiene un peso muy importante, y cuando las personas se unen en esa tesitura, lo hacen a un nivel muy profundo”, dice Yoshimoto. Es por eso que, en situaciones de pérdida, somos “más conscientes y nos damos cuenta de más cosas” al compartir situaciones mundanas. “Cuando estás en una situación divertida, pasas tiempo con cualquiera. En cambio, cuando has tenido una pérdida, cuando estás en ese otro estado de consciencia más profundo, solo puedes relacionarte con ciertas personas”, señala.
La muerte no es un tema de fondo que le obsesione, en cualquier caso. “Si fuéramos conscientes a cada paso de que nuestra vida va a tener un fin, sería muy difícil vivir”, asegura. Y aunque afirma que sus novelas sirven, precisamente, “para recordar que algún día nos moriremos”, su búsqueda es otra. “Dar energía a las personas, fortalecer el corazón de las personas. Ese es mi objetivo”. Aportar consciencia. Encontrarnos. Curar heridas. A pesar del sufrimiento hacia al que pueda dirigir a sus personajes, las novelas de Yoshimoto son un canto a la vida, un viaje a través de experiencias relacionadas con el amor humano para llegar a salvarnos de nosotros mismos.
Nada de autoayuda: introspección. Yoshimoto nos hace partícipes de una fantasía que podemos aplicar a nuestro día a día. Nos propone ir más allá de lo que nuestros ojos ven; mirar hacia nosotros mismos, no desde un punto de vista de lástima o de sensibilidad extrema, sino de consciencia de nuestra propia existencia. Entraña cierta magia. Realismo mágico, quizá.
De sus viajes por Europa y el resto del mundo ha aprendido “a hacer las maletas más rápido” y a “entender las diferentes maneras de ver la vida”, siendo este último uno de sus grandes intereses. “Es importantísimo, porque nuestro mundo es algo muy pequeño y reducido, en el que las normas del sentido común del cómo se vive en un lugar pueden ser radicalmente distintas a las de otro. Es algo que aprendes viajando. Y lo que es muy importante como espectador, como persona que descubre esas realidades tan extremas, es no decantarse por una cosa o por otra, no caer en el error de considerar que algo es lo correcto y lo otro no lo es, sino poder tomar distancia de las realidades que existen en el mundo”, explica.
Nunca me he planteado cómo me siento como mujer novelista. Es muy duro ser novelista como hombre
“Nunca me he planteado cómo me sentía como mujer novelista”, confiesa al tiempo que muestra cierta ternura por sus compañeros de profesión. “Es muy duro ser novelista como hombre”, lanza al aire. Comenta que, en la figura del novelista, “se detona una figura delicada, con un punto de debilidad, de sensibilidad, que para un hombre es una figura un poco difícil de aceptar en Japón. Por eso los novelistas hombres japoneses, cuando hablan de sí mismos, dicen ‘yo soy novelista, pero no soy débil’. Tienen que reivindicar esa fortaleza”.
Vivir, viajar, descubrir, enamorarse, morir. Los temas de los que escribe la autora nipona no son especialmente complejos. Diseccionar al individuo contemporáneo y ser capaz de expresar con palabras lo que lleva dentro es otra historia. La historia de Banana Yoshimoto. Ficción para entender mejor nuestra realidad, para sobrellevarla. “Especialmente cuando alguien se siente vulnerable. En ese momento en el que no quieres ver a nadie, un libro puede convertirse en una presencia importante, en ese amigo que necesitas”. Literatura para seguir viviendo, para seguir soñando.
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Autor >
Manuel Gare
Escribano veinteañero.
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