1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Procesando el Procés (VII)

Chicken game

Esto, si no hay ningún calentón, acabará 10 minutos antes de su final. Saltando del coche en marcha, y yéndose a toda ‘milk’ a la casilla elecciones-autonómicas

Guillem Martínez Barcelona , 8/04/2017

<p>Carles Puigdemont.</p>

Carles Puigdemont.

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí 

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola. Esto es Procesando el Procés, una sección sexy y dinámica que describe el III acto del Procés. En efecto, el Procés es un corpus que, como el pasodoble, no ha sufrido grandes evoluciones en los últimos 5 --u 8000-- años. No obstante, es pertinente describirlo porque, por norma general, los sistemas propagandísticos gubernamentales nacen, crecen y mueren sin nadie que los describa. Llámenme sentimental, pero a mí eso me parece una pena. Bueno, al turrón.

Desde la última vez que les escribí, la cosa está pocha. El diari Ara, verbigracia, en el trance de describir la cosa Procés en sus estertores, no recurrió tanto a la épica processista de antaño como a este simpático gráfico, en el que se pueden ver todos los movimientos que le quedan a la cosa Procés. No es un gráfico muy alegre, lo que denota que empieza a costar meterle brillo a las descripciones del Procés incluso a los profesionales del brillo. Ahí va:

 

Cómo pueden observar, se trata de un árbol de posibilidades. En cada movimiento, se abren dos. Acatar al TC o ir por libre. El diagrama arbóreo es muy optimista, pues plantea la posibilidad de varias desobediencias donde no se ha producido ninguna. Esto es importante: ninguna. Contempla, finalmente, la posibilidad de un referéndum, amparado en la comunidad internacional. Que, por cierto, parece pasar 8 pueblos. Por maravillas processistes, indeed, y sin que haya habido desobediencia cachas, parece ser que, por otra parte, esa es la actual fase.

La cosa empezó hace unas semanas, con las declaraciones del exministro de Exteriores Margallo en el, glups, prestigioso canal 13TV. En ellas, Margallo aseguraba deber favores a diversos países a cambio de omitir sus apoyos al Procés.

Algún lector me ha llamado la atención sobre el hecho de no haber aludido, en esta sección sexy y dinámica, a las declaraciones de Margallo. Unas declaraciones que, para el Procés y su complejo armamentístico-informativo, lo cambian todo. Es decir, confirman que existe un Procés internacional, y una política internacional catalana tan exitosa y contundente que ha obligado a todo un ministro de Exteriores a realizar promesas a terceros países. Es preciso señalar que es difícil evaluar ese dato, en tanto que el Govern, contradiciendo la ley y, hasta cierto punto, el buen gusto democrático, no ha expuesto a la afición sus comunicaciones internacionales. Son el gran secreto. Y, propagandísticamente, el gran as en la manga --por aquí abajo, en fin, los líderes locales, o tienen un as, o leen el As--. En todo caso, las declaraciones de Margallo, según expertos en diplomacia consultados, no explican otra cosa que rutina diplomática. El intercambio de favores del tipo: no-recibas-a-los-catalanes-y-aquella-votación-para-poner-en-la-FAO-a-tu-cuñado-la-hablamos. Rutina diplomática realizada, al parecer y además, con países bálticos, cuya política internacional parece centrarse en ganar, por KO y cada año, el festival de Eurovisión. No se pierdan, por cierto, Das Potorren Koniec --traducción aproximativa: 'Te amo por razones sentimentales'--, la canción del dúo estonio Das Pringuis, que se está revelando como favorita.

Volviendo al hilo, y tras estos minutos musicales, no parece haber mucho movimiento internacional, de hecho. Es más, hasta la fecha, Francia, decisiva en las dos ocasiones en las que Catalunya ha sido Estado independiente, ha dado por cerrado el asunto. Su Embajada en Madrid, me dicen, hace chiribitas con los contactos que ha tenido con la Gene. Y a los que, snif, lo dicho, no tenemos acceso. Uno muy divertido que me explicó un colega francés: telefonear para decir que el mapa del futuro Estado catalán que facilitaban en una comunicación, en el que aparecía Catalunya-Nord --es decir, la Catalunya anexionada por Richelieu en el XVII--, había sido un lamentable error, eh, tío, enróllate. La UE, que observó, me dicen, las evoluciones del Procés, hasta que el Procés se envainó el referéndum, en 2014, y que, después de lo de Crimea, no parece ser muy proclive a remover el tema territorial, ha vuelto a despachar el asunto estos días, a través de una declaraciones de Timmermans, en las que fija que Catalunya es un asunto interno español, como son asuntos internos los asuntos de Polonia o Hungría.

no parece haber mucho movimiento internacional, de hecho. Es más, hasta la fecha, Francia, decisiva en las dos ocasiones en las que Catalunya ha sido Estado independiente, ha dado por cerrado el asunto

Visto lo visto, el caso de la cosa de la política internacional catalana consiste en irse a los EE.UU. A liarla. Por dos razones. Razón a), los grandes ideólogos del Processisme ven en el antieuropeísmo Trump una ventana de oportunidad. La vieron en tiempo real, el día en el que Trump fue elegido. Puigdemont colgó un tuit lamentándose de esa crisis democrática para, horas después, y tras ser asesorado por un piensa processista, borrarlo y colgar otro, en el que celebraba su victoria y se congratulaba de una nueva etapa para Catalunya. Sí, son la pera. Razón b), si entendemos que el Procés es un sistema propagandístico, los contactos con EE.UU. son, de por sí, más espectaculares que irse a Bruselas, y más fáciles de comunicar en la prensa local.

Ese, me temo, es el sentido del reciente viaje de Puigdemont a los EE.UU. La comunicación interna. Decir cosas chachis en otro escenario, de manera que la sensación es que, en efecto, esas cosas pasan y existen.

Puigdemont estuvo en Harvard, como Mas unos días antes. Y vino a decir lo mismo, si bien con menos y menos egregio público. Lo que indica que el Procés tiene serios problemas para gestionar la propaganda. Es decir, que no gestiona por igual a un ex-Presi que a un Presi. Es decir, que no gestiona un proyecto, sino una comunicación, en la que encaja más y mejor Mas que Puigdemont. En ese sentido, el viaje de Puigdemont fue tratado con más discreción, y eso que, a diferencia de Mas, fue al Congreso, donde se entrevistó con varios congresistas. Por lo demás, una vez desglosado el viaje y su agenda, la cosa no da para mucho. Contactos con la cosa Republican Party, y con joyas como el exilio castrista en Florida, o el club de fans, sic, de Aznar tras las columnas de Hércules. La sensación es que, media hora más de entrevistas con la derecha USA, y Puigdemont hubiera acabado disparando en una high school.

A los pocos días de volver de EE.UU. Puigdemont volvió a Atlanta. Para entrevistarse con Jimmy Carter, Presi de la Fundación Carter. Por lo del referéndum.

Sin duda es un encuentro efectista. Pero, parecer ser, improvisado. Suena a improvisación volver a América a los pocos días de ir a América. Y suena, y mucho más, a improvisación, hablar con una ONG sensible de organizar referéndums a tres meses de, es un suponer, la convocatoria de un referéndum. Por lo demás, SI, un partido indepe de la legislatura 2010-12, antes de que CDC cayera de la mula y se hiciera Processista, ya propuso recurrir a la Fundación Carter, ante la risa de la afición CDC.

EL Nuevo Mundo es un filón, en todo caso. Para el próximo mes está anunciado, también a los EE.UU., un viaje de Junqueras. La razón del viaje es buscar pasta para el momento 0 de la indepe. Con un par. Este viaje puede ser el rien no va plus. Y, me temo, el inicio de la campaña electoral de Junqueras, un tipo que, como un patriota irlandés, se va a Boston a pedir pasta para la República antes --o mejor, en vez-- del motín de 1916.

Lo que resulta, no lo nieguen, espectacular. Máxime si, para el mismo periodo, el Govern y la Conselleria que Junqueras preside han solicitado al FLA 7345 millones de euros. El Processisme es así. Puede estar en misa --nunca mejor dicho, si aludimos a Junqueras-- y repicando.

Los viajes al exterior, en fin, parecen comunicar al interior que la cosa está que se sale y no para. Pero no siempre. Verbigracia: Anna Gabriel, de la CUP, también ha realizado viaje. A Sicilia. Pero allí, no obstante, no ha dicho lo que toca en los viajes processistes, sino que ha hablado con una sinceridad antipeninsular, y en la dirección contraria al propagandismo processista: "Ci sono problemi anche all’interno della Generalitat catalana perché 72  deputati non bastano per una dichiarazione unilaterale di indipendenza e perché alcuni di loro sono propensi a compromessi con Madrid".

Los viajes al exterior, en fin, parecen comunicar al interior que la cosa está que se sale y no para.

La cosa apareció en una publicación del independentismo de izquierdas siciliano. Muy divertido. De tradición libertaria, en 1945 pidió a los USA ingresar como Estado federado.   

La sobriedad de esas declaraciones en el exterior, en fin, contrasta con las declaraciones que el Processisme realiza, aún esta mañana a primera hora, en el interior, exponiendo dinámicas y paisajes imparables, de desobediencia, prerrevolucionarios, que provocan la sensación de dinamismo. Aquí, verbigracia, les dejo un corpus de declaraciones que deja la sensación de que la Gene está en plena fase Juramento-del-Jeu-de-Paume.

Les paso más noticias de ese tipo. Puigdemont expone, no una, ni dos, sino tres preguntas a elegir para el referéndum.

Por cierto, en lo que es un decálogo estilístico, Puigdemont ha fichado como asesor para la cosa referéndum a Francesc Homs, diputado de CDC inhabilitado tras un juicio en el que declaró que la consulta del 9N no fue nada, pero que lo volvería a hacer. Nada, se supone. Tras su incorporación a su nuevo lugar de trabajo, ha declarado que volver a realizar una consulta como la del 9N, es decir, nada, no sería un fracaso.

Junqueras, a su vez, va y dice que la fecha del referéndum se decidirá en junio.

Puigdemont ha fichado como asesor para la cosa referéndum a Francesc Homs, diputado CDC inhabilitado tras un juicio en el que declaró que la consulta del 9N no fue nada, pero que lo volvería a hacer. Nada, se supone

Es decir. Se votará en un pleno, cuyo reglamento ya habrá sido reformado à la posdemocratique. Automáticamente, el TC vetará la cosa. Y el Govern convocará elecciones o, caso, por ahora, menos probable, seguirá adelante, por primera vez en el Procés, con su decisión. La autonomía y el Parlament podrían ser chapados --algo me dice que no será así--. Pero tranquis, que ya hay plan B. Una Assemblea de Càrrecs Electes. A la que ya se han inscrito el 30% de los cargos electos del país. Es decir, poco.

Todo este optimismo, toda esa vertebración de desobediencia, que jamás se traduce en desobediencia, y que viene verificada por los hechos o los indicios, convive con otra serie de datos, más pesimistas o, simplemente, de difícil engarce en el estado de ánimo Procés, Ahí van. Ha aparecido el último CEO --el CIS à la catalane--.

Y resulta que los apoyos a la cosa indepe bajan. Lo no indepe supera en más de 4 puntos a lo indepe. Unos datos, por cierto, ambiguos. Lo no indepe no es necesariamente la defensa del modelo vigente, y lo indepe puede ser sólo Processisme, si entendemos el Processisme como apoyo gubernamental non-stop. Para acabarlo de liar, ha aparecido también un estudio académico sobre los resultados de las últimas autonómicas/el vot de la teva vida.

Sinopsis: grandes tramos del Processisme, más de la mitad de sus usuarios, no son indepes, sino que son sensibles a otro engarce de Catalunya en el Estado. Esto sería una buena noticia, en el caso de que el Procés fuera un movimiento político, y no léxico. Y, snif, en el caso de que, frente a él, hubiera un Estado y un Gobierno dispuestos a hacer política. Es decir, a negociar.

Pero no es así. Les resumo, sucintamente, los últimos movimientos del Gobierno. No se los pierdan. O sí.

Rajoy ha venido a Catalunya. Ha hecho una propuesta chachi-piruli. Inversión en infraestructuras. Es decir, aquello que luego Ferrovial te da el 3%. O el 4%. La inversión sería a razón de 1000 millones por año hasta 2020. La propuesta de Rajoy, en fin, es una invitación a volver a los glory days, cuando todos éramos amigos, y este negocio tiraba, se diría.

Rajoy ha venido a Catalunya. para hacr una propuesta de inversión en infraestructuras. La inversión sería a razón de 1000 millones por año hasta 2020. una invitación a volver a los glory days

La cantidad prometida por Rajoy, ¿es mucho? Respuesta, no. Es menos de lo que debería dar el Estado por ley. Pero si es una respuesta a un problema político, sólo satisface 2 puntos de los 46 puntos a discutir que, en su día, Puigdemont entregó a Rajoy.

Además, para acabarlo de liar, esta propuesta de inversión se vio adornada, a los pocos días, por el anuncio de recortes en la inversión.

Por lo demás, esta propuesta ha coincidido en el tiempo con la demanda del Gobierno al TC, para que recurra los presupuestos catalanes, por lo de las partidas para un referéndum.

También ha coincidido con un aumento de la presión de Fiscalía sobre el Govern. Por una parte, Fiscalía ha aumentado su control sobre el gasto del Govern y de empresas asociadas, no sea que se gasten un euro en el referéndum. Traducción: están haciendo perceptible que no les importa recurrir a penas de prisión.

Por otra parte, ha advertido a altos cargos --si los cargos electos no son la región romántica de la política, imagínate los altos cargos-- de que también juegan la Liga de la inhabilitación y/o cárcel.

Por lo que veo en Twitter, ya han empezado a llegar requerimientos de Fiscalía a este colectivo de compañeros del no-metal. Por si quieren vivir la requerimiento--experience, aquí les endoso esta foto de uno:

Por lo demás, el Gobierno se ha enfrentado a una comisión de investigación en el Congreso, por lo de la Operación Catalunya. Está saliendo airoso. Es decir, está quedando como una agrupación de psicópatas, per,o por lo que sea, ya nada toca al Gobierno. Ni siquiera el caso Gürtel. Como ya nada toca al Govern. Ni siquiera el caso Palau. No se pierdan, a este respecto, la crónica de nuestro Esteban Ordóñez.

Ah. Si me han seguido hasta aquí, se estarán preguntando, por cierto, dos puntos, ¿por qué este pollo ha titulado a esta sección sexy y dinámica de hoy 'Chicken Game'? Pues se lo digo. Chicken Game --en la traducción al castellano, el gallinero-- es como se llama en Rebelde sin causa a un juego de adolescentes. La cosa funciona así. El adolescente A) y el adolescente B) se meten en sendos coches y se dirigen, a toda leche, hacia un barranco. Pierde el primero que evita caer por el barranco. Un político de los que van a los USA a decir cosas épicas, a principios de legislatura explicó en petit comité que permanecería en el Procés hasta 10 minutos antes de su final, momento en el que saltaría del coche. Es decir, que veía el Procés como un Chicken Game de catálogo. Bueno, en estas líneas les he explicado cómo ha ido el Chicken Game de estos días, además de endiñarles un spoiler en toda la frente. Esto, en fin, y si no hay ningún calentón, acabará 10 minutos antes de su final. Saltando del coche en marcha, y yéndose a toda milk a la casilla elecciones-autonómicas. En el ínterin, un Govern se está yendo de rositas de su obra social. De su única política real. La austeridad más allá del deber --ya sé que no abren los links, pero abran este, por los clavos de etc--.

15 de marzo

La Erosión

Un Mas a la espera de sentencia se fue a Harvard, donde prosiguió proponiendo terceras vías a un Gobierno que pasa ocho pueblos, y explicando el Procés al mundo mundial.

Lo que es un error. El Procés es un sistema de comunicación, un corpus propagandístico. Por lo que, cuando se explica en el extranjero, pasa como con los chistes de Lepe. La cosa decae. Aznar, si recuerdan, sólo fracasó, en ese sentido, cuando explicó en un bolo internacional lo del patriotismo constitucional, que puso como una moto hasta a Habermas. En Harvard, en fin, un nutrido público --en esta ocasión hubo cuerpo diplomático chachi-- alucinó. Interpretación del alucine: el Procés es lenguaje, un lenguaje compartido por Govern y sociedad. Si usted es sociedad o gobierno ya sabrá que sólo uno de esos dos corpus gobierna, por lo que en otras culturas sorprende que las políticas de un gobierno no sean un corpus gubernamental, profesional, internacional. Sino, simplemente, frases y cosmovisiones de alguien que no ha hecho un grado de CC.PP., ni se espera que lo haga a corto, medio o largo plazo.

Por lo que oigo, esas dinámicas lingüísticas, consistentes en hablar como masa popular cuando no se es masa popular, sino hombre G, ubican el Processisme en el ámbito internacional, dentro de los nuevos/viejos populismos de derechas. Algo que sin duda afecta a los futuribles del Procés, en tanto que el repelús ante los populismos derechistas parece ser lo único que une a un corpus tan diverso como el ultraliberalismo, la extinta socialdemocracia y las nuevas izquierdas.

El Procés, por otra parte, técnicamente, está paralizado desde mi anterior articulete al respecto. Les recuerdo. La Comissió de Garanties Estatutàries --el pequeño TC cat-- se ha pronunciado en contra de la iconografía final para convocar un referéndum. La respuesta oficial ha sido tirar para adelante. Sin duda se tirará. Propagandísticamente, pero no de manera efectiva. Recuerden este escollo creado por la Comissió de Garanties, porque igual ese escollo es insolucionable y sea el origen del punto final oficial de esta segunda edición de Procés.

Un referéndum, ahora mismo, es un acto de desobediencia. Y contrariamente, incluso, a las sentencias oficiales, la parroquia processista no está por desobedecer. Ese tema está ocasionando problemas, roces, erosión, entre todos los polos del Procés. Erosión y fricción entre Puigdemont y CDC,   Puigdemont/Mas. Y entre todos y la CUP. A la CUP, por cierto, no se le permite entrar a una hipotética nueva Mesa del Parlament. Lo que es un indicio de que no se quiere liarla más de lo que la lía el Estado. Es decir, no se quiere una desobediencia más efectiva y autoformulada.

Un referéndum, ahora mismo, es un acto de desobediencia. Y contrariamente, incluso, a las sentencias oficiales, la parroquia processista no está por desobedecer

También es perceptible una erosión, glups, democrática. Aquello que emparenta, en el ámbito internacional, el Procés con los populismos gores europeos. El Parlament, a propuesta de los chicos Junts pel Sí y los chicos CUP, está modificando el reglamento parlamentario, de manera que, por lectura sencilla y en un plis-plas se pueda aprobar la convocatoria de referéndum y la Llei de Transitorietat. Que, acto seguido, serían sometidas a colleja por el TC y aparcadas por los chicos y chicas que las han votado y que convocarían en ese momento, es de suponer, elecciones autonómicas. Y hala. No hay voluntad de desobediencia, en fin. Al menos, no la habido hasta ahora, y las voluntades no se improvisan. La aprobación del cambio de reglamento es tan bestia, empero, que se merece un apartado con un título propio.

La indepe real no es necesaria. Pero sí la irreal

Esta modificación del reglamento es una aberración democrática llamativa. Por supuesto, legal, como todas las habidas por aquí abajo desde el inicio de la crisis y la crisis de Régimen. Supone, con la actual mayoría, darle una herramienta parlamentaria descomunal al Govern. Puede aprobar, by the face, lo que quiera. Sencillamente. Personalmente, me preocupa más lo que pueda aprobar en materia de política cotidiana. La razón: sin cultura de la desobediencia, da igual lo que haga en el pack Procés. No obstante, cabe pensar que la explosión del III Acto --guión: no habrá posibilidades de referéndum desde el marco estatal o el marco autonómico, no habrá voluntad de desobediencia, pero habrá vocación, y mucha, de espectáculo-- puede ser muy explosiva. Debe de serlo. El Procés, hasta ahora, ha sido un proceso electoral. Y necesitará algo gordo para ganar las próximas elecciones autonómicas. Indicios que indican que la movida puede ser espectacular: tamaño regalo a un gobierno como lo es el cambio de reglamento parlamentario no se explica por el volumen e importancia de lo que se pretende aprobar --un referéndum y una ley que serán suspendidas al momento--. Quizás aprovechen y voten algo más llamativo, susceptible de ser invalidado en segundos por el TC, y que no implique más que condenas de inhabilitación, pero que resulte más espectacular. Tal vez una solemne declaración de independencia.

Esta modificación del reglamento es una aberración democrática llamativa. Supone, con la actual mayoría, darle una herramienta parlamentaria descomunal al Govern. Puede aprobar, by the face, lo que quiera

Proclamar la independencia es más sencillo que un referéndum pactado. No significaría, si me lo permiten, nada. Un Estado necesita para existir de una mayoría social --no está claro que la haya--, de un reconocimiento internacional --está claro que no lo hay-- y de una voluntad gubernamental --no está claro que la haya--. El resultado sería un Estado que dure varios segundos.  Estados que poseen dos de esas condiciones, y algo de reconocimiento internacional --Palestina, República Árabe Saharaui-- no lo han conseguido. Estados que han tenido las tres condiciones a tutiplén --no sé, Kurdistán, la República Española-- tampoco lo han conseguido. La sensación es que la voluntad no sería hacer un Estado, sino, todo lo contrario, proclamarlo. Crear un jalón para el Procés 3.0.

Puede parecer importante, en ese sentido, esta noticia: la ANC cambia la hoja de ruta --inexistente, virtual--, y propone la proclamación indepe en caso de negativa a un referéndum. Pero quizás no lo es. Tal vez sea sólo, a su vez, erosión propagandística. La propaganda debe de ser reiterativa. No repetitiva. Y, con ese cambio en la hoja de ruta, la ANC se repite más que el ajo, pues es lo que propuso para 2014, en caso de que el Estado no autorizara una consulta. Y tan campantes.

La erosión propagandística empieza a ser tan llamativa que se merece, otra parte, un titulín.

Erosión propagandística

No hay una propaganda centralizada, esa es la sensación. Mientras ERC da mensajes apocalípticos, que nada tienen que ver con los mensajes anteriores del Procés, dibujando que esto no será una revolución chachi y piruli y procesista, sino algo, incluso no pacífico --ojo: es un cambio de 180 grados a lo emitido desde 2012; posiblemente, una improvisación--, esos mismos mensajes se solapan con otros netamente processistas de toda la vida. Propuestas luminosas de acciones, no políticas, masivas, pero sin trascendencia alguna. Es importante que aún existan porque indican que los usuarios del Procés aún no han accedido al estadio vergüenza-ajena. No se pierdan verbigracia, esta performance processista. Típica, si bien nunca dejan de sorprender en mayores de 8 años.

También hay erosiones nuevas. Son viejas, son las de siempre. Pero ahora empiezan a ser percibidas por pequeños grupos de ciudadanos diría, como discursos propagandísticos, no como políticas. Se trata de alocuciones típicas processistasComo estas, muy lúcidas, de Junqueras.

Mediante construcciones lingüísticas, da pie a pensar que la cosa va en serio. Que el referéndum se convocará, en tanto que la convocatoria será firmada por todo el Govern, por lo que habría que inhabilitar a todo-cristo. Pero, parejo a ello, el líder también explica que, en caso de negativa al referéndum, la Gene recurrirá al Tribunal de la Haya, al que, por cierto, no tiene acceso. La pregunta, como en todo el Procés, sigue siendo la siguiente: ¿Ignoran eso de La Haya, o, sencillamente, son palabras/palabrerío? ¿Es ignorancia u otra forma de maldad gubernamental? Supongo que esos son los interrogantes de, pongamos, el cuerpo diplomático en la confe de Harvard de Mas.

Otro ejemplo de erosión y error comunicativo. El Govern anuncia, y los medios públicos y concertados lo compran, una ofensiva diplomática de la Gene en Europa.

Mola, si bien resulta que no es una ofensiva diplomática en Europa. Es una serie de cartas enviadas a diversos parlamentos del Este, ante el pasote generalizado del Oeste. El Círculo de Lectores, a su manera, hacía periódicamente ofensivas diplomáticas similares.

Sí. El Procés está cometiendo fallos comunicativos colosales. Algo gordo, si entendemos el Procés como un proceso comunicativo y poco más. Pero lo más divertido es que toda esta erosión a la que se somete el pack Procés, tiene su paralelo en el Estado. El Gobierno se está erosionando también, internacionalmente.

Erosión estatal

Sí, queda espectacular. Pero no lo es tanto. La erosión consiste en solucionar un problema político (Catalunya) --gestionado además por unos políticos (el Processisme) que se están pactando encima y que quieren llegar a cualquier tipo de acuerdo, por cutre que sea-- por lo penal. Recientemente ha salido un informe de la Fundación Elcano que visualiza esa desproporción, y esa rareza democrática, en forma de prestigio internacional. La posición del Gobierno español --un ente con muy poco prestigio internacional, un gobierno mangante del Sur más-- le conduce a una suerte de desprestigio internacional. Sostenible pero que algún día puede pasar factura en el tema catalán --percibido, por cierto, como otro gobierno mangante del Sur--, según me dicen.

La erosión consiste en solucionar un problema político (Catalunya) --gestionado además por unos políticos (el Processisme) que se están pactando encima y que quieren llegar a cualquier tipo de acuerdo, por cutre que sea-- por lo penal.

En la misma dirección se sitúa otro informe de la Fundación Adenauer --ojo, la fundación del partido de Merkel, la bicha--, citado por Enric Juliana.

La prestigiosa Comisión de Venecia --vela por los procesos electorales en Europa-- también ha hecho informe al uso. Da la razón al Gobierno español en el contencioso por el referéndum. Pero viene a recordar también que hay problemas en la vida que no se solucionan por la vía penal, sino por la política.

Curiosamente, el presidente saliente del TC --una joya; en otra cultura democrática debería haber dimitido antes de 2010, cuando se descubrió su militancia en el PP--, en su discurso de bye-bye, también ha venido a incidir en que la vía penal no es una bicoca y tiene su desgaste. El Gobierno, a su vez, parece que ha corregido, estéticamente, su propensión a golpear con el Código Penal en la frente de los problemas políticos.

Al parecer, ya no será el ente que se dirija al TC para que el TC para que vayamos todos juntos, y él el primero, por la vía penal. Al parecer, en este III Acto, esa función la realizarán los grupos parlamentarios del Parlament dispuestos a eso. Los del gatillo más fácil son PP y C’s.

Además, el Gobierno promueve una declaración de la UE al respecto de Catalunya. No se prevén problemas para que no salga adelante. Pero queda raruna. La UE quiere orden y pago de deuda, por lo que firmará lo que le digan. Pero es posible que lo haga con esa cara que se le ponía a Europa cuando Aznar les hablaba de patriotismo constitucional. Vale-te-lo-firmo-que-somos-socios-pero-cállate.

Otro foco de erosión ha sido la sentencia al caso Mas-Rigau-Ortega.

La cosa Mas-Rigau-Ortega

Utilizar la vía penal no es un filón. No sólo explica al mundo la separación de poderes en España, sino que facilita la propaganda del Procés, que va tirando gracias, se diría, a esos cables que le tira el Estado. Verbigracia. Unas horas antes de la publicación de la sentencia sobre Mas & The Masettettes, aparecía esta noticia. Bestia: la Conselleria de Irene Rigau, inserta en un Govern presidido por Mas y vicepresidido por Ortega, había entregado a las escuelas concertadas, y en dos ocasiones, un monto ilegal de 81 millones, debidamente extraídos del sector público, que se quedó a dos velas. La noticia ilustra las políticas efectivas que transcurren por debajo de las construcciones lingüísticas del Procés. Comúnmente, expolios. Pero quedó eclipsada por la noticia de la sentencia a Mas, Rigau y Ortega.

Sobre la sentencia. Retira a Mas de la cosa electoral durante más de dos años. Podrían haber sido muchos más. Por lo que sea, el Estado retira a Mas, pero no lo jubila. Pero la desaparición de Mas en este momento es importante. Ya está asumida por CDC.

Lo que deja a CDC sin su plan a), que era presentar a un Mas mártir, aún no condenado por sentencia firme o enclenque, forzar una lista unitaria patriótica, en plan todos-contra-el-fuego, y aprovechar la sentencia en firme de su inhabilitación en la siguiente legislatura, como hecho propagandístico y mixed emotions, que imposibilitara el referéndum o lo que sea que toque en el Procés 3.0. No sólo se han quedado sin candidato, sino sin plan a). Y no hay plan b). Lo que abre la puerta a nuevos conflictos, y nuevas erosiones, en el Procés.

Sobre la sentencia. Retira a Mas de la cosa electoral durante más de dos años. Podrían haber sido muchos más. Por lo que sea, el Estado retira a Mas, pero no lo jubila. 

Conflictos. CDC carece de líder electoral. Puigdemont se postulaba hasta enero, momento en el que le dijeron que se callara y se calló. Es posible que se vuelva a postular --lo que supondría una moderación del tramo final del III Acto--, o es posible que no se postule --al no tener cargo electo futuro, y no afectarle por ello una inhabilitación, podría radicalizar estéticamente el III Acto--. También afectará a la radicalidad del III Acto --la radicalidad pirotécnica, poco más-- el hecho de que ERC y CDC se presenten o no juntas. Una CDC en solitario, es decir, moribunda, aumentaría la épica processista. ERC, por cierto, sigue a su bola, impermeable a la información. Quizás en ella transcurre una parte fundamental del fin del III Acto, a través de los contactos entre Junqueras y Soraya SS. De los que no sabemos nada, y el processismo mucho menos.

Y en eso llegó TV3

Parece ser que las erosiones van creciendo. No hay propuestas políticas realistas. O, tan siquiera, reales. Y todo se confía en un final apañado y épico, frente a un Estado que empieza a hacer patente cierto miedo al desprestigio. Este podría ser el resumen hasta mañana a primera hora. Si no fuera por la respuesta del Procés a este impás. Por supuesto, no es una respuesta política, sino propagandística. Poner de capo de TV3 a un tertuliano processista.

Los tertulianos públicos y concertados son los Navy Seals del Procés. Cabe suponer que su gestión sea una apuesta por ordenar propagandísticamente la cosa. Que hace falta. Intensificar lo que no hace ni hará la política catalana: pasos decisivos en la dirección anunciada. Hacer que políticos y sociedad vuelvan a hablar el mismo lenguaje. Ese lenguaje que ruboriza a un diplomático internacional en Harvard.

La cosa, en fin, está a huevo para otra escalada propagandística a tutiplén. El Procés, de hecho, no para de dar ejemplos puntuales, como éste --sí, ya sé que nunca me abren los links, pero este mola mucho--. Declaraciones no contrastadas, inverosímiles, alejadas de la realidad, pero que vienen a crear la sensación lingüística de que hay un plan metódico y organizado hacia un referéndum y una posterior independencia. Esta mañana a primera hora, no lo hay, al menos. Lo que hay es un gobierno que emite propaganda, casi pornográfica, y una región de la sociedad que quiere consumirla porque la pornografía, para qué les voy a engañar, pone.


4 de marzo

Hola. Soy Procesando el Procés. Una sección de su tiempo. Sexy y dinámica y que va al turrón. Alehop. El otro día lo dejamos aquí.

Concepto aquí. El Processismo va a declarar la República por la vía de urgencia. ¿La cosa va, pues, en serio? No. Se lo traduzco. La noticia alude a un proyecto de final del III acto en el Procés. Más o menos la cosa funcionaría así. Se cambia el reglamento del Parlament. Se introduce la posibilidad de aprobar leyes sin lectura, a través del Reforma de la Consti Exprés System, tan, snif, nuestro. Y se aprueba, por esa vía --más española que el carnet de paro o las lentejas-- la Llei de Transitorietat. La Llei de Transitorietat es la pera. Tal vez es la Capilla Sixtina del Processisme, ese aplazamiento continuado del Estado propio que convive con propaganda que repite lo contrario.

Está inspirada en el torcuatomirandismo, esa fantasía hispana del centro-derecha de ir de la ley a la ley, que tanto tira por aquí abajo. Es decir, está inspirada en el terror a los procesos constituyentes abiertos. No se sabe nada de esa ley. El Processisme dice que es una ley tan meditada que no puede ser impugnada por el TC. Pero, a la vez, no la publicitan, no sea que el TC la impugne. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿para cuándo una serie de dibujos animados del Procés? Anyway. Sólo se sabe que en su primer artículo fija que Catalunya es una República social y democrática. El mismo artículo 1, casi, que la Conti Española, por cierto. Lo que puede indicar que, glups, el resto no se aleja mucho de la cultura política española, esa tradición de libertad sin ira à gogo. Es decir, sin algo. ¿Es una declaración de independencia? Pues tampoco. Los piensas de Junts pel Sí ya han anunciado al mundo que se trata de una declaración de soberanía. Es decir, de otra. La séptima declaración de soberanía desde 1978, si mis cálculos no fallan. Lo que invita a deducir que no es mucho. Del resto de la ley, a su vez, se supone lo siguiente. Lo siguiente: hay varios tramos. Uno fija leyes de tránsito desde la legalidad actual española hasta la legalidad republicana futura. Momento Flying Circus: al parecer, la legalidad catalana o española será optativa. Es decir, que la Gene, la República o como se llame esa mañana, omitirá el control de territorio y población. Algo importante. El control de territorio y población --jamás reivindicado, por cierto, desde 2012-- es lo que diferencia un Estado de cualquier otro objeto. Por ejemplo, una alpargata. O, ya puestos, y para aligerar y esponjizar este artículo, e introducir un referente cool, un tanga brasileño. La ley finaliza con la famosa convocatoria de referéndum, se supone. Sí. Muchas cosas para una sola ley. Personalmente, encuentro a faltar una ley anexa de pesos y medidas, que introduzca, de una vez por todas, la yarda y el galón. De manera que por fin pueda ir a un bar y, llámenme sentimental, pimplarme un galón de Cardhu.

El hecho de cambiar el reglamento del Parlament para colar, de noche y sin debate, la Ley, tiene su miga. Es decir, su ADN. Liga este Parlament con otros fenómenos paranormales posdemocráticos, que tienden a rebajar, aún más, el control y la función parlamentaria. En el Congreso, por ejemplo, para garantizar la, sic, gobernabilidad --es decir, para o tocarle la pera al Ejecutivo--, en esta legislatura la Mesa está haciendo de rodillo, de manera que evita votaciones, o desarticula el resultado de otras, como aquella resolución sobre el salario mínimo, que ha desaparecido, zas, como un ninja. Con este cambio de reglamento, en fin, el Processisme se ubica en el campo semántico de las derechas y las socialdemocracias posdemocráticas. Costará vender, propagandísticamente, todo esto como revolución democrática, esa alocución Processita. Si bien, vía propaganda, se han vendido tejidos aún más ásperos.

Bueno, aun así, ¿la aprobación de la ley supondría el nacimiento de una República? No. La ley sería impugnada por el TC en 3, 2, 1, 0. No habría desobediencia al respecto --los juicios al pack Mas, a Homs, y la toma de declaraciones del resto de imputados orienta hacia ello--. Con lo que la República social, democrática etc. no llegaría a ser efectiva. Sería, no obstante, el gran logro a exhibir en la inmediata campaña electoral autonómica, en la que se volvería a prometer el Estado en 18 meses, o en 3,1416, y se sacaría pecho al grito de yo-proclamé-la-República-y-tú-no. Y vuelta a empezar. Leches para elegir Presi, leches para aprobar presupuestos de austeridad. Y, paralelamente, estupor, temblores y días históricos. Bueno, qué les voy a decir que no sepan.

Y, claro, junto a todo ello, por cierto, la utilización del Procés por parte del Gobierno PP, para presentarlo como la ETA del siglo XXI, ese filón,

ETA: esa cosa que crea cohesión social y política de manera más barata que los derechos y el bienestar.

La idea de la Reforma Republicana Exprés es brillante. Pero tampoco es previsible que se realice. La razón: al Procés les están creciendo los enanos. El Consell de Garantíes Estaturàries --una suerte de TC catalán, varias tallas menos, y dotado de serie del mismo, ejem, prestigio-- se ha pronunciado en contra de la constitucionalidad del referéndum.

Consejo de garantías:  algo importante si lo que se pretende, que es lo que se pretende desde 2012, es no optar por la desobediencia. Es decir, renunciar a mecanismos sólidos de presión a un Estado que, en este preciso momento, está muriendo de risa.

La sensación es que el Procés, esa zona de confort de la política catalana, ese corpus de declaraciones diarias que lo admitía todo, está empezando a erosionarse de forma seria. No domina todas sus regiones --no domina, o no esta mañana, lo expuesto por el Consell de Garanties, que no ha podido ser integrado en el discurso chachi e imparable del Procés--. No domina a sus tertulianos --ojo: son los Navy Seals del Procés; hasta este III acto no habían fallado ni un instante--. Pilar Rahola, esa profesional cuya trayectoria intelectual confirma que con el carnet de ciclomotor y el del Club Mickey te dan el de tertuliano, ha declarado, incluso, que duda del advenimiento del referèndum, cuando su trabajo consiste en reiterar lo contrario.

El Procés, al menos momentáneamente, también ha perdido su unidad. Artur Mas va por el mundo exponiendo, ya abiertamente, la negociación con un Estado que --está ganando-- pasa de negociar. El Processisme aún tiene mecanismos para paliar comunicar esto. Miren, si no, este titular

"Artur Mas reta al Estado de nuevo a ofrecer una alternativa a la independencia". El filtro cultural del Processisme aún conserva la partícula "retar", cuando Mas, en una conferencia en Oxford, no retó a nadie, sino que suplicó un pacto --que empieza a ser improbable; al menos hoy, el Estado está tan cachas que, igual, abre otro frente en Normandía--, y se distanció ocho pueblos de CUP --"si la CUP gobernara Catalunya sería Cuba", dijo, el pollo--.

A una sección sexy, es decir, republicana, le duele explicarles que, en este caso, la República son los padres. Pero es mi carácter. Ha sido duro. Lo pero: si pido un galón de Cardhu, pasarán de mí. El próximo día más.

1 de marzo

El diario a través del cual el Gobierno dialoga periódicamente con la Gene inició una nueva matización de diálogo. Es en ese diario donde, directamente del Ministerio del Interior o de Hacienda, se han ido colando los mensajes que el Gobierno quiere decir en cada momento al staff procesista. No son mensajes nítidos, ni certeros. Tienen aspecto de hasta-aquí-puedo-leer. Periodísticamente, son, incluso, incorrectos --tradicionalmente, se ponen números de cuentas bancarias que no son los correctos, titulares de cuentas que no lo son, paraísos fiscales equivocados--. Algo disculpable, pues no se trata de, lo dicho, periodismo, sino de mensajes crípticos, emitidos sólo para un reducido número de lectores --procesistas--, que entienden la clave. Esos diálogos mafiosos entre capos son, supongo, un tramo importante de la Operación Diálogo. El titular en cuestión alude a que, por primera vez, se salpica a Mas con el cobro del 3%. La pregunta es: ¿es eso importante? Y la respuesta es: A) Sí, B) no.

¿Por qué el Gobierno PP se permite bromear con ese tema y sacar titulares que podrían utilizarse para él mismo. Supongo que porque juega en casa. Es decir, en un Estado sin separación efectiva de poderes cuando hay marrón

Sobre A). Se trata de un aviso. Una suerte de último aviso. Un vamos a llevarnos bien. Es más, si tradujéramos, el titular correcto debería de ser: Don Arturo, io ti rispetto, e non voglio che tu soffra uno sfortunato incidente. Es importante que se involucre, por primera vez, a Mas en el cobro del tradicional y tan nuestro 3%. Es una baza importante para negociar. Concepto negociar: en el momento desde el que les escribo, no va a haber referéndum, sino elecciones, por lo que supongo que se negocia no llegar a convocarlo. En ese sentido se comenta que, desde la cosa juicio a Mas, Mas es más proclive a la negociación. Es posible que, con titulares como este, lo sea más.

Pero el mensaje contiene más mensajes crípticos/en calabrés. Ahí van. A.1) El titular aparece en la semana en la que se inicia el juicio al caso Palau. Es un recordatorio, una cabeza de caballo, para quitar épica a la cosa Processista. El caso Palau, les explico, es para CDC un Nóos, un Gürtel, un Bárcenas, un ERE. Un misil a la línea de flotación del Régimen y, respectivamente, de la Monarquía, el PP, el PSOE. CDC, si no se hubiera refundado y procesizado, de hecho, lo tendría crudo, pues después del caso Palau, que dibuja su relación con el expolio de los partidos de la Transi, su funcionamiento como organización delictiva, le viene el juicio por los casos Pretoria, Adigsa y Associació Catalana de Municipis. Que es mucho pringue. A.2) ¿Por qué el Gobierno PP se permite bromear con ese tema y sacar titulares que podrían utilizarse para él mismo. Supongo que porque juega en casa. Es decir, en un Estado sin separación efectiva de poderes cuando hay marrón. El titular es también, por tanto, un ruego a CDC para que se deje de pamplinas y juegue en casa, como siempre. Por otra parte, A.3) es también un recordatorio a la falta de unidad del Processisme. El caso 3%, no queda muy claro en la noticia, posee una garganta profunda. Se sospecha que es un cargo de CDC, al que no se le ha dejado incorporarse al staff del Partit Demòcrata Català, que estuvo en todos los tramos de gestión de cobros de CDC y que, sin embargo, no está encausado en ninguna de las chorrocientasmil causas a CDC, por lo que en la ex-CDC y en el mundo mundial tienen la mosca detrás de la oreja, intuyendo que, de alguna manera, está protegido por fiscalía por algún acuerdo. Es decir, que de alguna manera lo saben todo. No viene a tema, pero CDC lo tiene magro en el Juicio Palau. Un acusado ya ha pactado también con fiscalía, de manera que cantará la traviata. La defensa ya ha renunciado a llevar altos cargos a envolverse de bandera y plurisignificació, pues no va a haber espacio para ello.  

Sobre B). No es importante. La escasa separación de poderes ofrece la posibilidad al Processisme de interpretar, y no están muy equivocados, la Justicia como propaganda. Frente a la cual ofrecen otra propaganda, más certera y funcional.

No son, en fin, buenas noticias para el Procés. Sí, el Procés no es sólo CDC. También es ERC y CUP, sin casos de corrupción. Pero hasta la fecha han cedido la gestión del marco Procés a CDC

CDC tiene, en fin, los XXXXX pelados de contrarrestar acusaciones de corrupción, utilizadas --otra vez la cosa Justicia española-- para presionar políticamente. La mayoría de esos enfrentamientos desproporcionados entre un Estado --que quiere presionar políticamente, pero por otros medios, a CDC-- y algo que no es un Estado, por lo que no dispone de Justicia que mangonear, se han resuelto a favor de CDC. Bueno, si no la mayoría, sí el más importante. El caso Banca Catalana. Empezó la causa cuando CDC no era un partido relevante para la gobernabilidad del Estado, cosa que cambió al poco. La causa, hábilmente manejada por CDC, supuso la primera mayoría absoluta de Jordi Pujol, la desaparición de otra opción de catalanismo salvo el conservador, la retirada de la imputación y una sentencia judicial muy creativa, en la que se venía a reconocer que el hecho de que un banco lleve una contabilidad paralela no es delito. Y, con todo ello, la admisión de pulpo/corrupción como animal de compañía. Lo de Banca Catalana llega a durar un minuto más y fiscalía les regalaba un apartamento en la Manga del Mar Menor.

Más sobre el hecho de que pillar a Mas con el carrito del 3% no es importante. Esta semana --los juicios a CDC se acumulan, de manera sospechosa--, Francesc Homs, en su juicio, ha rentabilizado la cosa Juicio. Su defensa ha sido una defensa Mas, esa cosa dadá que consiste en autoinculparte de unos hechos que posteriormente minimizas y extraes toda importancia y significado político. Verbigracia, no se pierdan cómo, en esta noticia, Homs dibuja la consulta del 9N.

Esa cosa que los medios públicos y concertados del Processisme plantearon como una épica desobediencia al Estado --sin repercusión política alguna, por cierto--, ahora es esto: “Lo que hacíamos era un proceso participativo, con voluntarios y esas cosas”. Voluntarios y esas cosas de izquierdistas guais, parece que iba a decir. Son grandes. Bueno. La defensa de Homs quizás se diferencia de la de Mas en un mayor argumentario y mayor registro de colores para colar temas cuando no tocan. Por ejemplo, para hablar de crisis de Régimen y desaparición del marco constitucional territorial, momentos en los que, por cierto, Homs ha citado, implícitamente, varios artículos al respecto que hemos sacado los chicos y chicas de CTXT. Homs, machote, suscríbete, al menos.

Es posible que ERC aproveche para relegar a CDC y ejercer ellos la gestión del marco Procés. Pero también es poco probable que lo haga antes de las próximas elecciones

No son, en fin, buenas noticias para el Procés. Sí, el Procés no es sólo CDC. También es ERC y CUP, sin casos de corrupción. Pero hasta la fecha han cedido la gestión del marco Procés a CDC. Es posible que una parte de CDC aproveche el momento para dejar a Mas en segunda fila, y con él, el autonomismo. Pero es poco probable. Es posible que ERC aproveche para relegar a CDC y ejercer ellos la gestión del marco Procés. Pero también es poco probable que lo haga antes de las próximas elecciones. Junqueras, por cierto, mientras todo el mundo habla de reuniones secretas entre Puigdemont y Rajoy, está en segundo plano, manteniendo contactos fluidos y de buen rollo con Susana Sáenz de Santamaría / Susana SS. Oficialmente, acometen el tema autonómico y su financiación, pero por lo visto se ven tanto que, si yo fuera el esposo de Soraya, o el párroco de Junqueras, tendría cierta inquietud. Igual, mientras todos miramos cómo Puigdemont esconde la pelotita, la paloma salga de la chistera de Junqueras/Soraya. Ja veurem.

Pero --el III acto del Procés es una montaña rusa--, de pronto ha aparecido este titular.

Puigdemont quiere proclamar la República por la vía de urgencia. Mola. Como todo en el Procés, subsector III Acto, es espectacular. Pero a lo que lo desgranas, hay datos para pensar que no hay para tanto. Se lo desgrano en la próxima entrega. Soy una sección sexy y dinámica, pero también tengo un qué sé yo de novela por entregas.

Nos vemos en su pantalla amiga.

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí 

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí