Análisis
El Corte Inglés no está preparado para salir a Bolsa
Aunque el grupo ha experimentado una mejora sustancial aún debe hacer hincapié en algunos aspectos esenciales como la transparencia o la estrategia tecnológica
Javier Santacruz 30/08/2017
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Las cuentas presentadas la semana pasada y la Junta de Accionistas del Grupo El Corte Inglés celebrada el pasado domingo muestran dos realidades que coexisten en esta compañía y hasta qué punto la una perjudica a la otra: por un lado, en los últimos tres ejercicios fiscales el Grupo ha experimentado una mejora sustancial y real de sus márgenes, además de haber empezado a poner orden interno en materia de control de costes, lo cual da una señal positiva al mercado de mejora de su modelo de negocio. Sin embargo, por otro lado, el conflicto accionarial y de gobierno corporativo continúa ahora más vigente que nunca con diferentes salidas y entradas en el Consejo de Administración que permiten retener el control a los accionistas mayoritarios.
Partiendo de una premisa como es el deseo de sus gestores –más dudoso en los principales accionistas– de que El Corte Inglés pueda financiarse en los mercados de capitales, la realidad muestra una estrategia clara en esta dirección pero con multitud de frenos y cortapisas aún por resolver. Más aún si tenemos en cuenta qué está sucediendo con los referentes en el mercado de los centros comerciales tanto a nivel europeo como mundial, donde gigantes como Amazon amenazan seriamente la continuidad de este tipo de modelo de negocio.
En primer lugar, El Corte Inglés podría ser mucho más ambicioso en materia de reducción de costes. Si bien este año pasado ha dedicado casi 179 millones de euros a adelgazar parte de la plantilla aprovechando que todavía se pueden hacer prejubilaciones, no es suficiente y menos en el actual entorno competitivo (más de 16.000 puestos de trabajo han sido destruidos en toda la crisis). Aunque el coste laboral es el principal problema, lo es también otro tipo de costes operativos como las depreciaciones de inmuebles como veremos más tarde.
En segundo lugar, la compañía necesita un cambio más profundo de modelo de negocio apuntalando la estrategia tecnológica en la cual han invertido varios millones de euros pero para unos resultados que llegan a cuentagotas en el canal online si se compara con el rápido desarrollo de los competidores más innovadores en internet. Atendiendo a las cifras presentadas en la Junta, el canal online ha crecido un 40% en facturación y un incremento del 25% del tráfico en la web en el último ejercicio fiscal, pero evidentemente es así porque parte de muy abajo.
La compañía necesita un cambio más profundo de modelo de negocio apuntalando la estrategia tecnológica en la cual han invertido varios millones para unos resultados que llegan a cuentagotas
En tercer lugar, la estrategia y la dimensión financiera siguen estando todavía ancladas en el pasado. Tanto en el sector de moda retail como en general en las firmas de centros comerciales, ya son muy pocos los que tienen en propiedad los inmuebles donde están ubicados. En parte porque es inmovilizar recursos que podrían estar siendo aprovechados en su actividad propia (por ejemplo lanzando nuevas líneas de calzado o vestido o cualquier otro tipo de producto) y en parte también por la “dualidad” que introduce en la gestión ordinaria, donde hay que estar tanto pendiente del mantenimiento de los edificios como de que vaya bien el negocio. El cliente (y, sobre todo, el inversor y el analista) no saben muy bien si El Corte Inglés es un inversor inmobiliario que vende productos de consumo o si por el contrario es una firma de grandes almacenes metida a inversora inmobiliaria.
Es mucho más eficiente –a la par que flexible y dinámico– estar alquilado y poder elegir las ubicaciones en cualquier momento que comprar un inmueble sujeto a una depreciación continua y más en un mercado de gestión de real estate tan profesional como el español. Evidentemente habrá casos en los que sea más rentable ser propietario que inquilino, pero en las ubicaciones prime en las que concentra sus inmuebles esta compañía y a los yields actuales, tiene un considerable margen de maniobra para ofrecer unas rentabilidades mejores al accionista. La actual rentabilidad sobre recursos propios con datos cerrados del último ejercicio apenas llega al 1.64% anual, no llega ni a cubrir el coste de capital (para hacernos una idea, la emisión de bonos de Hipercor en el MARF devenga un cupón del 3,875% hasta 2022).
Gráfico: Cotización del bono de Hipercor vencimiento 2022
A la par de este cambio de mentalidad financiera estará como consecuencia la paulatina reducción de la deuda con bancos (3.877,8 millones de euros descontando caja, pero con unos múltiplos sobre EBITDA altísimos; concretamente 3,95 veces) y una menor necesidad de endeudarse para seguir manteniendo la estructura de la empresa. No es eficiente que un grupo que genera 680 millones de cash-flow total inmovilice más de 200 millones en sus centros comerciales, por mucho que gran parte de ello sea mejora material.
No es eficiente que un grupo que genera 680 millones de cash-flow total inmovilice más de 200 millones en sus centros comerciales
En cuarto lugar, el gobierno corporativo vuelve a ser el gran caballo de batalla, además de una confusión notable entre propiedad y gestión. Este hecho no gusta en los mercados financieros, donde se penaliza cualquier conflicto de estas características. Más consejeros independientes que carezcan de conflictos de interés y separar la propiedad de la gestión, son claves para asegurar la estabilidad de la compañía con tres figuras: un presidente, un consejero delegado y un director financiero, todos ellos con capacidades ejecutivas; por no hablar de la necesidad de un verdadero director de relaciones con inversores (IR por sus siglas en inglés). No es lo mismo un dircom que un IR ni tampoco un responsable de relaciones institucionales. Cada uno tiene un cometido distinto y un enfoque diferente.
Por último, es necesaria una reforma en profundidad de la comunicación y transparencia ante inversores y analistas de mercado. El mercado financiero debe manejar muchísima más información interna de la que dispone en este momento para poder tomar decisiones y, muy especialmente, para apoyar una futurible salida a Bolsa. Está todavía muy lejos de los estándares elementales de presentación de resultados, informe de gobierno corporativo, un informe de retribución de los consejeros, posiciones de control en el accionariado o políticas de conflictos de interés que exige la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para las entidades cotizadas. Evidentemente El Corte Inglés como Grupo no cotiza, pero si quiere hacerlo, debería empezar de forma urgente por aquí.
El mercado financiero debe manejar muchísima más información interna de la que dispone en este momento para poder tomar decisiones
En resumidas cuentas, muchos son los deberes pendientes aunque también muchas han sido las metas intermedias conseguidas. Ante los problemas financieros de los gigantes de los grandes almacenes como Nordstrom, Macy’s o Wal-Mart, El Corte Inglés tiene la oportunidad de valer más (a precios de hoy y con un múltiplo promedio del sector de 1,5 veces valor neto contable su valor es de 14.875 millones de euros) y encarar una salida a Bolsa que consolide el negocio a medio y largo plazo.
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Javier Santacruz
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