El Barça, atrapado en el Procés
El club que siempre fue más que un club intenta quedar bien con todo el mundo. Conclusión: Bartomeu no deja contento a nadie, ni a los soberanistas ni a los unionistas
Ricardo Uribarri 8/11/2017
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“Catalunya no tiene una selección de fútbol que pueda competir en torneos oficiales pero el equipo nacional de Catalunya es el Barça”. Esa opinión, expresada hace algunos años por el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y que comparten muchos seguidores azulgranas catalanes, explica en buena parte el posicionamiento histórico del club en cuestiones sociales y políticas. Todo el mundo entiende su filiación con la identidad y la cultura catalanas, pero hay discrepancias sobre el papel que debe jugar en una situación como la que se vive actualmente con el proceso independentista. ¿Debe implicarse y apoyar la causa soberanista atendiendo a su condición de ‘emblema del país’ o mantener una postura neutral para no herir susceptibilidades entre los miles de seguidores que tiene fuera de Catalunya?
Los partidarios del derecho a decidir del pueblo catalán saben que es difícil encontrar un altavoz mejor que el FC Barcelona para que sus ideas lleguen de forma rápida a muchos rincones del mundo. De ahí que hayan convertido el Camp Nou en un escenario para expresar sus reivindicaciones o su disconformidad con los acontecimientos que ocurren en otros ámbitos y que les afectan, como sucedió en el último partido, cuando se desplegó una enorme senyera acompañada de dos grandes pancartas donde aparecía, en español y en inglés, la palabra justicia. Además, muchos de los asistentes mostraron carteles, entregados fuera del recinto, donde se leía #LlibertatPresosPolitics, en respuesta al encarcelamiento de algunos miembros del Govern.
En la plataforma change.org hay una iniciativa en la que bajo el epígrafe “Por un Barça sin política”, se pide la dimisión de la directiva y una nueva junta que no esté politizada y que lleva ya más de 5.400 firmas
Para ello han contado con la connivencia de la directiva culé, que defiende que “el estadio debe ser un templo de la libertad en el que los socios se puedan expresar libremente siempre que se haga de manera cívica y respetando a los demás”. Esa misma junta, que preside Josep María Bartomeu, ha emitido en los últimos tiempos varios comunicados en los que, “fiel a su compromiso histórico con la defensa del país”, se ha posicionado claramente a favor de los que defienden la voluntad del pueblo a elegir su futuro, además de criticar las actuaciones de las fuerzas de seguridad del Estado o las decisiones de la justicia. “En nuestra condición de entidad con vocación global, seguiremos contando al mundo la realidad que vive Catalunya”, ha declarado Bartomeu.
El que fuera secretario y portavoz de la junta durante cuatro años en el mandato de Sandro Rosell y candidato a la presidencia en las últimas elecciones, Toni Freixa, explica a CTXT cómo el club ha adquirido este papel histórico de emblema dentro de la sociedad catalana que le diferencia de otros. “El Barça es el club que aglutina a la mayor parte de aficionados al fútbol en Catalunya y por una cuestión, si quieres hasta sociológica, es lógico que se erija en un representante del país. Conviene recordar que su rival local, el Espanyol, siempre ha tenido una tendencia social distinta”.
En su obra Barça inedit, cuentan Manuel Tomás y Frederic Porta que ya en 1920, durante una asamblea de socios, se leyó una memoria que terminó con una elocuente declaración de principios: “Somos del FC Barcelona porque somos de Catalunya. Hacemos deporte porque hacemos patria”. Poco después, en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera, el Barça fue suspendido de cualquier actividad deportiva durante seis meses y su campo, Les Corts, cerrado, por silbar la afición la Marcha Real interpretada durante un partido amistoso ante el Júpiter en el que se homenajeaba al Orfeó Catalá. Al presidente blaugrana, Joan Gamper, le invitaron a irse de España.
Freixa defiende que “la gente debe ser libre de manifestarse espontáneamente en la grada, como ha sucedido siempre. En el franquismo, cuando oficialmente no se podía hablar en catalán, el estadio era uno de los pocos sitios donde podía expresarse. El Barcelona no sólo no debe impedirlo, sino que se debe ver como algo normal. El Camp Nou debe ser un lugar más donde puedan expresarse, como la calle. No entiendo ni que se cuestione la exhibición de la estelada porque es una bandera perfectamente legítima, como cualquier otra, mediante la cual la gente puede expresar sus aspiraciones, en este caso a una independencia de Catalunya, que como aspiración es tan lícita como cualquier otra. En el FC Barcelona no hay ninguna bandera prohibida”.
Sin embargo, Freixa no es partidario de que el club se posicione. “El FC Barcelona no debe tener, institucionalmente, ningún tipo de posicionamiento político. La bandera blaugrana hermana a todas las personas que sean culés, tengan la sensibilidad o la tendencia que tengan. El club no tiene que servir como instrumento para decantarse a favor de una de las ideas que tenga un grupo de gente. Está claro que cualquier persona que sea barcelonista en cualquier lugar del mundo sabe que el Barça es un club catalán y catalanista, y que defiende la cultura y las tradiciones catalanas y el sentimiento generalizado que pueda haber en la población de Catalunya, pero eso no determina que como entidad debas tomar partido, y menos en un momento como el de ahora, en que la propia sociedad catalana está dividida. El presidente tiene la obligación de mantener a la institución en una posición que no ofenda ni humille absolutamente a nadie”.
La paradoja es que las decisiones que está tomando Bartomeu en relación a este asunto no dejan contento a nadie. Por un lado, hay personas como Freixa y muchos aficionados de fuera de Catalunya que critican que haya politizado tanto el club, mientras que en el bando independentista le achacan que no sea tan radical en la defensa del movimiento como lo era Joan Laporta. Al actual mandatario le echan en cara que finalmente se jugara el partido ante Las Palmas, aunque fuera a puerta cerrada, tras las actuaciones policiales durante el referéndum del 1 de octubre, o que no dejara pasar unas pancartas en apoyo de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de las organizaciones ANC y Omnium, encarcelados desde hace unas semanas.
“Bartomeu quiere contentar a todo el mundo –señala Freixa-- y eso en la vida es imposible. Cuando uno quiere quedar bien con todos produce el efecto contrario, que todo el mundo está descontento. Es muy complicado analizar su perfil porque muchas veces es contradictorio. Lo fundamental es que no tiene la fortaleza para defender al club de las presiones que recibe. Debería adoptar una posición muy clara, que se supiera cuál es su tendencia, en un sentido o en otro. Personalmente considero que con no entrar en nada que tenga connotaciones políticas de forma institucional, lo tendría resuelto”.
Al actual mandatario le echan en cara que finalmente se jugara el partido ante Las Palmas, aunque fuera a puerta cerrada, tras las actuaciones policiales durante el referéndum del 1 de octubre
Las decisiones que está tomando la junta directiva sobre este asunto no están gustando a muchos aficionados azulgranas de otras zonas de España y así lo están haciendo saber. En la plataforma change.org hay una iniciativa en la que bajo el epígrafe “Por un Barça sin política”, se pide la dimisión de la directiva y una nueva junta que no esté politizada. Lleva ya más de 5.400 firmas. Su impulsor es Víctor Romero, un joven de Zamora, que ha creado una página en Facebook (soyculeyespanol) que cuenta ya con más de 107.000 seguidores. Su intención es que “el Nou Camp deje de ser un foro político, y sea lo que realmente debe ser, un lugar para disfrutar del fútbol y de nuestros jugadores”.
El malestar en muchas de las peñas culés es evidente. Valga como ejemplo la decisión de la Federación Provincial de Peñas Barcelonistas de Jaén, que han firmado un comunicado conjunto en el que expresan su “total desacuerdo con el proceder de la Junta Directiva del FC Barcelona, al reconocer y apoyar abiertamente el proceso independentista de Cataluña”. Por ese motivo han decidido dar traslado a la directiva del club del “malestar que, con sus comunicados y manifestaciones, se ha establecido en nuestras peñas y peñistas”. Atendiendo a la filosofía de ser “más que un club”, consideran que la entidad “debe respetar la pluralidad ideológica de su masa social y de los millones de seguidores que tiene en Jaén, Andalucía, España y en todo el mundo y no decantarse solamente por un sector”. Más contundente aún ha sido la Peña de Elda, que ha acordado “por unanimidad” desvincularse del club y devolver los carnets de peñistas.
Toni Freixa entiende el malestar de muchos seguidores del equipo. “Estos aficionados saben muy bien qué ocurre en Catalunya porque si son del Barça seguro que tienen sus ojos aquí y habrán visitado el Nou Camp en muchas ocasiones y conocerán cómo siente la gente. Seguramente también por eso serán del Barça, porque les gusta un club que tiene esa sensibilidad por la cultura y por la tradición catalana, pero el hecho de no tener esa sensibilidad propia no debe hacerles sentir barcelonistas de segunda clase, sino que tienen que sentirse integrados. Deben saber que hay muchos socios del Barça que estamos con ellos en esa aspiración de que el club no tenga un posicionamiento político”.
El que fuera portavoz del Barça justifica su firma, junto con la del resto de candidatos en las pasadas elecciones, del documento Compromís de Pais, en el que, entre otros puntos, se comprometían “a apoyar las acciones en favor del derecho a decidir del pueblo de Cataluña y poner el club al lado la decisión que tome el pueblo catalán en su libre ejercicio de autodeterminación”. Según él, “era una campaña pensada para ayudar al deporte catalán y a las federaciones catalanas”, y sería “muy difícil” que el FC Barcelona lo pueda presidir alguien que no tenga un marcado componente catalanista. “Hasta el barcelonista menos catalanista del mundo sabe que el club tiene esa esencia, forma parte de su historia. De hecho, en los estatutos del Barça se exige que los candidatos tengan vecindad civil catalana, es obligatorio vivir y tener el centro de operaciones en Catalunya para presidir la entidad. Una persona que no tuviera esa naturaleza de defensa de la cultura catalana y de nuestras tradiciones iba a conectar muy mal con la masa social”.
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes.
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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