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¿A quién se le ocurre ser mujer?

Anita Botwin 30/11/2017

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¿A quién se le ocurre ir sola a las tantas de la madrugada?¿Dónde vas con esas pintas que pareces una puta? Se quedan embarazadas y luego quieren abortar. ¿A quién se le ocurre entrar sola a un portal con cinco hombres? Lleva una minifalda tan corta que parece que va en bragas. A quién se le ocurre. Le da el teléfono a cualquiera. Ella también era violenta, a lo mejor empezó la pelea. Viajaban solas. Es que a quién se le ocurre. Siempre vestía muy provocativa, iba llamando la atención para que la miraran. Se quedó sola, ¿quién iba a aguantar su carácter? Es una exagerada, sólo le pegó un empujón. Le tengo dicho que no vuelva sola por ese callejón oscuro, cualquier día le pasa algo. Si la hubieran violado no estaría ahora haciendo vida normal, yendo a la universidad y de viajes. Volvió con su expareja a pesar de que la maltratara. A quién se le ocurre. Bebió de la copa a la que la invitaron y, según el análisis del forense, llevaba burundanga. A quién se le ocurre coger una copa de un desconocido. Además van provocando. Luego querrán que nadie les diga nada ni les mire. Bebe y sale demasiado, cualquier día le pasa algo, y aparece en los anuncios de desaparecidas. Tiempo al tiempo. La culpa es de los padres, que les dejan salir hasta tarde y con esas pintas de fulanas. No opuso resistencia física ni protestó, lloró o gritó: consintió. Siempre volvía a casa de su agresor, que la agasajaba con un ramo de rosas. Siempre 13 contadas. Las 30 puñaladas con las que asesinó a su expareja sólo revelan un “enojo ciego”. Ella siempre sacaba lo peor de él. Él siempre saludaba a los vecinos y era un buen hijo. A quién se le ocurre llevarle la contraria cuando tiene un mal día. Mejor es callar y aguantar. ¿Cerró bien las piernas?, ¿cerró toda la parte de los órganos femeninos? La chica denunciante de violación pudo provocar al acosador por su vestimenta. Consintió ¿Por qué tienes que ir con esas pintas?¿ Por qué tienes que ir tan arreglada? Tan mal no estará si se arregla tanto y va pintada como una puerta. ¿Por qué no denunciaste antes? Estaba bebida y se dejó hacer de todo. A quién se le ocurre quedarse sola y borracha sabiendo lo que te puede pasar. ¿Por qué se fue con ellos? Hay que comportarse como una señorita para que te respeten. ¿Pero cómo te va a violar si es tu novio? No dejó claro que no quería tener sexo con el grupo de extraños. Si le ha pasado eso es que algo habrá hecho. Se fue a la cama con él y sólo le conocía de un rato. A quién se le ocurre. Las trabajadoras del sexo ya saben lo que hay si se meten en eso; prefieren que les peguen a limpiar escaleras. A quién se le ocurre. Te metiste tú solita en esa relación, sabiendo que él era un pieza. Ya te lo avisamos. A quién se le ocurre. Con quién bailas. Con quién sales. Con quién hablas. A quién sonríes. Cómo vistes. A quién se le ocurre. A quién se le ocurre ser mujer.

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Autor >

Anita Botwin

Gracias a miles de años de machismo, sé hacer pucheros de Estrella Michelin. No me dan la Estrella porque los premios son cosa de hombres. Y yo soy mujer, de izquierdas y del Atleti. Abierta a nuevas minorías. Teclear como forma de vida.

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7 comentario(s)

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  1. Joy

    Educan a la mujer a tener miedo y cuidarse todo el tiempo de los hombres, en vez de educar a los hombres a respetar y no violar a las mujeres.

    Hace 6 años 4 meses

  2. sdsd

    - las mujeres tienen que aprecer decentes. y para el cuidado de las casa y la familia, no apra ir de putas a trabajar - eres un machista redomado - soy musulman, y esas son mis creencias - perdon si en algo le he ofendido. respeto sus crteencias

    Hace 6 años 4 meses

  3. Joquin

    Izquierdas.. con razón tanto retardo mental

    Hace 6 años 4 meses

  4. Igualinazi

    No es plato de gusto no, pero no toda la gente es así, diferenciemos esa España del desprecio y retrógrada que todavía campa por el poder. Tanto hombres como mujeres de ese lado defienden el machismo y la violencia contra la mujer, ya sea por acción u omisión (no necesariamente hombres unos y mujeres otras). No se ha educado y no se educa contra esto, la culpa la tenemos los que no nos hemos preocupado de cambiar esta mentalidad. Una asignatura en la escuela sobre convivencia que aborde todos los temas de abuso es necesaria (bulling, violencia de género etc...). Volverse radical en redes sociales ahora no sirve de nada, salvo para radicalizar los opuestos, crear confusión y alejar aún mas la idea de igualdad.

    Hace 6 años 4 meses

  5. javier

    el hombre por su naturaleza piensa mas con los huevos que con el celebro, muchas imágenes que vemos cuando se acerca una mujer con escote o vestido ajustado se ve donde mira y la cara le cambia, una conversación entre hombre si ven a una mujer pasar por el lado y se quedan mirando, ¿saben lo que piensan?, luego esta el que cada uno controle esos impulsos.

    Hace 6 años 4 meses

  6. Mentalmente

    Van provocando.

    Hace 6 años 4 meses

  7. Godfor Saken

    "NUESTRAS GARRAS DESTROZAN GALAXIAS" (Our Talons Can Crush Galaxies) Brooke Bolander (Uncanny Magazine, http://uncannymagazine.com/article/talons-can-crush-galaxies) Joder, menos mal que esta no es la historia de cómo el tipo me asesinó. Si lo que quieres es esa basura, no tienes que buscar demasiado; la mitad de los medios se revuelca en ella, estupendas descripciones detalladas de mujeres violadas sollozando, victimizadas, que se mecen sobre la tierra. Homicidas, violadores, acosadores, asesinos en serie. Reales o producto de la imaginación, sus nombres aparecen impresos bien alto en las marquesinas de los cines y en la publicidad del metro: la narrativa conveniente de la muerta atrae a los villanos. Los héroes reciben nombres; los asesinos reciben nombres; las víctimas reciben primeros planos de sus cajas torácicas abiertas a media autopsia, los muñones ensangrentados donde una vez tuvieron alas, forenses desconcertados que hacen llamadas desconcertantes a unos incluso más desconcertados curadores en museos locales. Se las disecciona, se discute sobre ellas, pero no reciben nombres ni llevan aparejadas historias que el público recuerde. Así que no. No vas a conseguir una descripción de cómo me sorprendió, dónde lo hizo, quién pudo joderle bien jodido cuando era un chaval como para llegar a cometer tales horrores (nadie), ni conocerás su comportamiento, cada vez más desquiciado, que los polis desestimaron previamente, archivándolo como parte de las excentricidades inofensivas de un joven simpático y de buena familia. Así que nada de pelea en el bosque, nada de sangre bajo las uñas, nada de ríos ni de furgonetas cerradas ni de marcas en la garganta. Estaba oscuro, la cosa se puso fea y llamé a mis hermanas en una lengua que ya estaba muerta cuando las leonas de Babilonia todavía rondaban a las puertas de la ciudad. Y ya está. Eso es todo lo que vas a obtener, y estoy siendo generosa. No hay de qué, no me jodas. Sin embargo, esto es lo que sí te voy a contar. Seré breve: • No supo qué era yo hasta después. No sintió arrepentimiento o curiosidad, porque lo deberían haber ahogado justo al nacer. Para él no fui nada más que mercancía antes y nada más que una anomalía después. • Mis plumas de cobre le produjeron cortes en las puntas de los dedos y las palmas de las manos cuando me apartó las alas. • En ese siglo yo jugaba a ser mortal porque adoro los cigarrillos y el shawarma, y es más sencillo pedir shawarma si tu chillido penetrante no enloquece al repartidor. La mortalidad es divertida en pequeñas dosis. Es muy auténtica, muy con los pies en la tierra y muy directa-al-grano. Hay canciones de cuna y nenúfares y tormentas de verano, y es difícil que alguien trate de decapitarte por una estúpida obligación heroica hacia los dioses. Si quieres descansar el culo y leer un libro, nadie te juzga. Además, está el shawarma. • Mi espíritu ya había escapado antes de que el acto se consumara, de vuelta al Nido, de vuelta al Huevo. Mis hermanas cacarearon y arrullaron y regañaron con delicadeza. Me incubaron con sus grandes traseros emplumados, tal y como habían hecho en tantas ocasiones, tal y como yo había hecho por ellas en tantas ocasiones. Las hermanas tienen que cuidar las unas de las otras. Somos todo lo que tenemos, y “para siempre” es algo que se hace muy pesado y largo si no hay amor. • Eclosioné de nuevo. Batí las alas y huracanes barrieron del mapa ciudades en seis realidades distintas. Puede que estuviera un poco cabreada, joder, no digo que no. • Puede que incluso llorara. Aunque eso tampoco lo vas a saber. • Nos deslizamos de regreso al plano mortal con el sonido de un Mercury Cougar de 1967 rugiendo en una carretera comarcal vacía, una hermana en el asiento delantero, tres en el trasero, y yo al volante con un cigarrillo colgando entre los dientes puntiagudos. Puedes encajar alas de gran envergadura en esos coches antiguos, siempre y cuando sepas cómo manipular la realidad del modo correcto. • Es fácil perderse en esas carreteras secundarias, pero mis viejas alas nos llamaron desde el ático del tipo. No nos perdimos. • El tipo estaba solo cuando aparcamos en la entrada para vehículos, la grava crujiendo como huesos bajo los neumáticos. Tenía un arma. Había cerrado las puertas con pestillo. Las cerraduras se abrieron para nosotras. Le quitamos el arma. • ¿Lloró? Ya te digo que si lloró. Como un puto bebé. “No sabía qué eras”, dice. “No lo sabía”, dice. “Solo quería que me prestaras atención, pero tú ni me mirabas. Lo intenté todo!”. • “Bueno, chaval”, le contesto, dejando el cigarrillo encima de la moqueta familiar con diseño floral, “no te quepa duda de que ahora tienes toda mi atención”. • Nuestras garras pueden destrozar galaxias. Nuestras canciones provocan pesadillas a los agujeros negros. Los extremos de nuestras plumas fracturan la luz de la luna hasta formar telas de araña de plata y universos paralelos. ¿Qué si despedazamos al tipo? No me jodas. No preguntes idioteces. • ¿Que si lo matamos? Eh… por decirlo de alguna manera. Y por decirlo de otra manera: la materia que lo componía habla a través de una larga franja de espacio-tiempo, suplicando por el fin de su sucia existencia como en un sangriento viaje en coche que nunca terminará de alcanzar el área de descanso. Semántica, ¿no es así? No me preocupa discutirlo o pensar en ello más de lo debido. En fin. Como ya dije al principio, esta no es la historia de cómo el tipo me asesinó. Es la historia de cómo un tornado la hostia de raro destruyó una sola casa y de cómo desapareció un joven prometedor de buena familia, dejando atrás un misterio para que la gente del lugar se rasque la cabeza durante los próximos veinte años. Es la historia de cómo el cadáver no identificado de una mujer apareció en una morgue cercana con lo que parecían ser muñones de alas sobresaliendo en la espalda, y que jamás fue reclamada ni identificada. Es la historia de cómo mis hermanas y yo adquirimos un Mercury Cougar de 1967, que todavía usamos para viajar cuando estamos en el plano mortal de la carretera. Puede que no recuerdes mi nombre, ya que no tengo uno que puedas pronunciar o comprender. Lo importante siempre son las historias; cuáles se cuentan, cuáles son usurpadas, cuáles se quedan en una zanja, obviadas y abandonadas. Esta es mi historia, no la suya. Me pertenece y es solo mía. La cantaré desde el último árbol marchitado en el último planeta cuya estrella esté condenada, cuando la entropía haya herido de muerte todos los mundos y todos los dóndes, cuando no quede nada más que desteñidos envoltorios de caramelos. Mis hermanas y yo la cantaremos, todas a la vez, todas juntas, un sonido como el de un grito honesto en nombre de todas las olvidadas, de todas las gargantas silenciadas en los salones de la Eternidad, y será la última historia que se escuche en toda la Creación antes de que las luces al fin se apaguen y los postigos revienten. *** Originally published in 2016 in “Uncanny. A Magazine of Science Fiction and Fantasy.” http://uncannymagazine.com/article/talons-can-crush-galaxies/ Nominated for the 2016 Nebula Award for Best Short Story, the Hugo Award for Best Short Story and the World Fantasy Award in 2017 for Best Short Fiction.

    Hace 6 años 4 meses

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