Jorge Andújar (Coke) / Futbolista
“¿Cómo no vas a decir siempre las mismas cosas? Te debes a un club”
Gerardo Tecé 26/01/2018
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Era el minuto 63 de la final de Basilea. Aunque no era la primera a la que llegaba el Sevilla, aquella del 2016 era especial. Enfrente estaba el mítico Liverpool, uno de esos equipos de fútbol a los que, por historia, si les ganas no sólo ganas una copa o una medalla. Ganas prestigio, esa especie de copa cuya vitrina es la calle y el metal son las conversaciones que recuerdan y exageran la gesta años después. Mucho mejor que una copa, vamos. La cosa no era sencilla porque delante, además de la historia, se habían presentado allí en pantalón corto once tíos que se habían comido al Sevilla durante la primera parte. Al descanso nos fuimos, tanto los jugadores que se dejaban las piernas en el campo como quienes nos dejábamos el cuello mirando la tele colgada en la pared de los bares, perdiendo 1-0. A la vuelta de la charla técnica y de la meada en el baño del bar, no hubo cambios: tocaba seguir sufriendo. Fue así a pesar del empate a 1-1 hasta que, en el 63 y tras una jugada bien trenzada, un balón se quedó sin dueño al borde del área y un tal Jorge Andújar (Coke), madrileño residente en Sevilla, tanto que era el capitán del equipo, llegó como quien llega del registro civil para poner la pelota a su nombre. Uno sigue viendo el vídeo en Youtube casi dos años después y sigue pensando que de verdad Coke venía del registro civil, porque ni aquella era su banda, ni era su oficio el de colocar el balón en un lugar al que el portero belga del Liverpool nunca pudo llegar. Coke se marcó sobre aquel césped suizo la gran noche de su vida futbolística, que coincidió con la gran noche en la historia del Sevilla. Tras el 2-1 que dejaba bien encaminado aquello de la copa y el prestigio, llegó el 3-1, también de Coke. De nuevo, estando en un lugar en el que no se le esperaba, para convertirse en el héroe de aquel partido histórico para siempre.
Aquella noche de 2016 no era la primera vez que Coke practicaba aquello de aparecer donde no se le esperaba. Esa afición extraña empezó a ejercerla años antes. Probablemente uno de los primeros en descubrirla fue Sergio Rodríguez, director teatral que por aquel entonces impartía cursos de iniciación al teatro en la librería multiusos Un Gato en Bicicleta, en la céntrica calle Regina. “Cosas diferentes que hacer en Sevilla”, tecleó Coke en Google cuando llegó nuevo a la ciudad desde Vallecas y decidió que su vida no tenía que ser la de entrenamiento, coche de vuelta al chalet a las afueras y salidas a lugares de moda. Aquellos cursos de iniciación al teatro “por hacer algo distinto”, en los que aterrizó el nuevo vecino del barrio del centro, acabaron con el futbolista involucrándose en el mundillo de la cultura –actor en cortos, escritor en libros de relatos– hasta hacerse productor teatral. Hablamos por teléfono un viernes por la tarde. Quedan horas para que Coke debute en Liga con su nuevo equipo, el Levante, al que acaba de llegar tras un año y medio jugando en Alemania –Shalke 04- después de irse de Sevilla.
Lateral derecho y productor teatral. La tuya no es la típica historia de futbolista.
Lo de productor teatral fue pura casualidad. A raíz de intentar hacer cosas diferentes fuera del fútbol cuando llegué a Sevilla, conocí gente del mundillo de la cultura. Y poco a poco vas relacionándote con más gente que te va metiendo más inquietudes... En Sevilla viví una época futbolísticamente espectacular, pero a nivel personal creo que fue inmejorable, porque me metí de lleno en la ciudad, y conocí a gente, entre ellas, a quienes hacían cosas muy chulas en el teatro o en la música. Al hacer esa búsqueda en Google me salió la librería del Gato en Bicicleta y me apunté para unos cursos de iniciación al teatro. Era algo chulo que me gustaba experimentar. E hicimos un buenísimo grupo los 10 que íbamos a clase y la verdad es que nos servía para evadirnos de nuestros trabajos, para estar allí viviendo una cosa que era nueva para todos. Y luego salíamos y nos tomábamos nuestras cervezas como amigos que éramos.
Me contaba el que entonces era tu profesor, Sergio, vuestro primer encuentro. Tú llamas por teléfono y dices, “soy Jorge y me quiero meter en este curso”, él te apunta en el grupo y el primer día que apareces por allí, Sergio, que es futbolero, te reconoce y te dice, como informándote: “Pero… tú eres Coke, el del Sevilla”.
(Risas) Yo creo que Sergio era el único que me conocía, porque allí a la mayoría no le gustaba el fútbol, cosa que se agradece, también. Pero sí, Sergio sí me reconoció y los primeros días siempre me decía, “bah, tú al final te cansarás y vendrás poco”, pero la verdad es que lo cogí con muchas ganas y estuve bastante tiempo allí. Dos años.
Era imposible que un futbolista de élite llegando a una cosa tan perrofláutica no generara una anécdota y la he descubierto: me han contado que cuando llegaste el primer día, pagaste el curso completo; hasta ahí, todo normal; pero la siguiente vez que fuiste a clase intentaste pagar otra vez, pensando que lo que habías pagado el día anterior era solo una sesión. Cuando tu profesor me contó la anécdota, yo le dije “estos futbolistas viven en su puto mundo y no saben lo que cuestan las cosas”, pero él salió en tu defensa: “Eso lo que demuestra es que Coke valora mucho la cultura”.
(Risas) Claro, joder, es que yo a Sergio le decía que el precio me parecía muy muy barato, ya fuese por clase o al mes, pero que era muy barato. Es verdad que los futbolistas tenemos unas facilidades económicas que amigos míos o gente de nuestra edad no las tiene, pero es que me parecía muy barato. Y claro que valoro la cultura. A mí siempre me ha gustado la música, el teatro, leer… Y no soy ningún entendido de nada de esto, ni pretendo ser alguien especialmente culto, lo hago por ocio, por placer, porque me gusta. Es puro placer por la cultura.
no soy ningún entendido de nada de esto, ni pretendo ser alguien especialmente culto, lo hago por ocio, por placer, porque me gusta. Es puro placer por la cultura
Te pareció tan barato que acabaste metido a productor del trabajo de tu profesor, una adaptación de la Asamblea de mujeres, de Aristófanes.
Con Sergio ya tengo mucho recorrido. Fuimos haciendo una amistad muy grande y bueno, este verano me lo propuso y lo cogí. No porque fuese mi amigo, que obviamente pesa, sino, sobre todo, porque sé cómo trabaja, cómo hace las cosas, sé el cariño que le pone, todo lo que arriesga. Yo he vivido con él cuando tenía que pelearse para buscar productores, actores… y sé cómo se lo toma y cómo lo hace. La única pena fue que lo tuve que vivir desde Alemania y no pude estar presente, pero estoy muy contento con este primer pinito teatral de la Asamblea de mujeres. Ya veremos si hay más…
Me contaba un conocido común, que la primera vez que te vio entrar en su teatro, le dio un codazo al que tenía al lado y le dijo: “coño, un futbolista”.
(Risas) Siempre que podía iba a estas cosas, a pesar de que lo cultural está orientado hacia el fin de semana y coincide que nos pilla jugando. Pero siempre que podía iba, claro.
¿Por qué un futbolista que se interese por la cultura nos extraña? ¿Será que seguimos pensando eso de “el futbolista es tonto”?
Está claro que esa imagen existe. Al final un futbolista es alguien joven, tradicionalmente sin formación… Aunque cada vez menos, porque los clubes se van preocupando en las categorías inferiores por los estudios de los chavales. Antes, un chico que con 17 años empezaba a tocar el primer equipo, probablemente dejaba los estudios y el club se lo permitía, su familia tampoco era tan consciente de la importancia de eso… pero eso ya se va dando menos. También creo que, por ejemplo, sacas una entrevista de cualquier futbolista después de un partido, y es verdad que siempre se dicen las mismas cosas, pero, coño, ¿cómo no vas a decir siempre las mismas cosas? Tú te debes a un club, a un equipo, tienes que proteger a tus compañeros… Pues claro, tienes que dar mensajes corporativos. Y muchas veces a la hora de trasladar públicamente esos mensajes corporativos, todos seguimos una misma línea que hace que los futbolistas, efectivamente, parezcan tontos, como dices, pero para nada es así.
Te confieso una cosa. Justo antes de llamarte estaba pensando: “¿Tiene sentido esta entrevista?”. Porque al final tu historia, como hablábamos antes, no es más que la de una persona normal. Y es raro entrevistar a alguien porque sea normal. Pero es que claro, eres futbolista y la rareza está, quizá, en que al contrario que otros muchos de tus compañeros que trabajáis en la élite de un deporte seguido masivamente, tú no te aíslas, que es lo que, por inercia, te tocaba hacer. En tus años de máximo éxito, de ganar tres copas de la UEFA consecutivas, de ser capitán de uno de los equipos más fuertes de la Europa del momento, no te fuiste, como el resto de tus compañeros, a vivir a un chalet a las afueras.
No, no, yo vivía en el centro de Sevilla. Y ahora en Valencia lo mismo, me he venido al centro. Seguramente si me hubiese ido a vivir a las afueras viviría bien, pero a mí, donde voy, me gusta conocer la ciudad. Además, Sevilla es una ciudad para poder vivir en la calle, para poder sentir a la gente… En Valencia me pasa igual, porque el clima te permite estar en la calle prácticamente todo el año. ¡Joder! ¡Era Alemania y estaba todo el día en la calle! Con eso te lo digo todo. Hay compañeros a los que, que les estén parando continuamente para una foto les puede cansar más, y hay gente que disfruta viviendo en una casa grande con una piscina y ya está, es cuestión de gustos. Pero yo prefiero disfrutar de mi terracita y de bajar a la calle. Y bueno, la parte de fotos y de que te conozca la gente hay que saber llevarla. Una foto no cuesta trabajo y si te tienes que hacer diez en un momento dado, pues te haces diez y no pasa nada. Eso, partiendo de la base de que no soy Cristiano Ronaldo y no me están parando cada dos por tres, también hay que decirlo.
Hablando de que te paren. Otro amigo tuyo me ha hablado de que, en aquella época en la que tú eras el capitán del Sevilla, ibas bastante a su clínica dental, en la calle Feria (pleno centro de Sevilla) y que, cada vez que tenías cita, echabas un ratito con un señor que tenía una tienda de muebles justo enfrente y que era un poco bético.
(Risas) Cada vez que me veía, no veas. Ir al dentista me daba un poquito de miedo, pero cuando cogí confianza con mi amigo Joaquín Dholdán –odontólogo y escritor– empecé a ir mucho. Y claro, había una época en la que tocaba ir todas las semanas y el de los muebles, cada vez que me veía me ponía fino.
Tu amigo me confesó que era él el que avisaba al de los muebles, le decía a qué hora tenías la cita.
(Risas) Ya me lo había imaginado. Seguramente. Lo haría por mí, para que no pensase en los dientes…
Por seguir con las cosas atípicas, hay una peña sevillista a tu nombre, montada por muchos de tus amigos de la cultura, que no tiene local físico y que no funciona como peña, sino como ONG.
Sí, es una peña registrada como tal, pero es con un fin benéfico, para montar una escuela en Senegal. Es un proyecto muy chulo. Mi amigo Joaquín Dholdán, el dentista, estaba metido en muchas asociaciones, había ido muchas veces a operar al Sahara y junto con una gente de MAD África montaron esto cuando yo me fui de Sevilla. Ellos creo que irán a Senegal a principios del año y yo también quiero ir en verano cuando la cosa vaya tomando forma.
Cuando cuelgues las botas, ¿seguirás metiéndote en la industria cultural?
A ver, mi vida desde muy pequeñito es el fútbol y quiero pensar que cuando me retire seguiré vinculado al fútbol. Pero también es verdad que a raíz de producir lo de la Asamblea de mujeres, mucha gente te ofrece proyectos. Pero de momento quiero estar tranquilo, ver lo que va saliendo o no y ya veremos lo que pasa un poquito más adelante.
La última pregunta es personal. Te tengo en mi equipo del Comunio. ¿Vas a jugar este fin de semana?
(Risas) Yo espero que sí. Además es que nos la jugamos bastante.
Vale. Pues me pienso si quito del lateral derecho a Hugo Mallo el del Celta y te pongo a ti.
Joder, a Hugo Mallo no le pongas macho, ponme a mí, hombre.
Hecho. Gracias.
Gracias a ti, un abrazo.
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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