Impre(ci)siones
Corrupción a la alicantina y un pollón saliendo de un yate
Esteban Ordóñez 30/01/2018
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.
“El PP se financió con dinero negro”, dijo Ricardo Costa ante el tribunal de la Gürtel. Una sacudida nacional: pura macropolítica. Pero descentremos el foco, escudriñemos lo micro. Entre el público, desde que empezaron las sesiones, aguarda Laura Chorro, la mujer de Ric. Su presencia nos tiende un puente para analizar cómo se estructuró el poder en su faceta más sutil y local. O sea, que viajamos a Alicante: tierra de playa, chavales sin camiseta sentados en el respaldo de los bancos y, por descontado, corruptos.
Laura Chorro fue Bellea del Foc. Como hay mucha gente que no es alicantina (aunque los alicantinos creamos que no), aquí va una explicación de lo que significa el título. De todas las chicas jóvenes que se gastaron miles de euros en vestirse en plan tradicional; de las casi 80 que aflojaron otro par de miles para los trajes de noche de la pasarela del Puerto que casi siempre son diseñados por los mismos dos (o tres), y que, al final, los pobres, se quedan sin ideas, y algunas Belleas (las pobres, también) acaban haciendo el paseíllo embutidas con plumas de dodo y con cara de muchas dudas; de todas estas chicas que saludan todo el rato con la mano rara y se desmayan a cada tanto (tuvo que hacerse una guía para asistir a las Belleas caídas); de todas, en el año 2005, Laura Chorro fue la que conquistó al jurado.
El poder es poder-tipo-quiste cuando hace suya la fiesta, cuando se pone a la cabeza del contento de la gente. Laura Chorro terminó el ciclo de Bellea y se metió a concejal del PP. Ella no ha salido corrupta, pero su salto y su profunda unión al partido evidencian la conexión entre política y jarana. Sonia Castedo sí llegó a corrupta, pero no a reina del sarao fogueril: fue Bellea de su barrio y cuentan que un día se puso a gritar en una fiesta: “¡Viva el PP!”. Dijo eso como podría haber dicho: “¡Todo el mundo al suelo!”. Luego ascendió a alcaldesa. Fue cuando Díaz Alperi, su mentor, dimitió. El caso Brugal achuchaba. A Castedo no le tocaba heredar el cetro municipal, pero el número dos hizo la de Juan de Borbón y le cedió el paso. Ella era concejal de Urbanismo por entonces. Para resumir: Enrique Ortiz siguió gobernando.
Una de las principales misiones de la alcaldía de Castedo fue que Les Fogueres molaran a saco. Trató de convertir la ciudad en un escaparate. Tenía un sueño: que allá donde tiraras una traca, en cualquier época del año, aparecieran, de pronto, tres Belleas abanicándose y llorando. Aquello parecía buena idea: la gente de la fiesta la quería. Prueba de eso es que la llamaban “la Sonia”, como si fueran amigos o algo: “Mira, la Sonia”, decían. Era de esas personas cuyo saludo te hace pensar que se acuerda de ti, aunque no. En la persecución de esa Arcadia le puso eslogan a la ciudad: “Alicante, guapa, guapa y guapa”. Al lado de mi casa, junto a una fuente, estaba el lema escrito en letras en 3D: los perros le ladraban. Sonia se fue creciendo con el tema hasta que un día, seguramente después de un subidón de horchata, llenó una calle de setas de cartón piedra de unos cuatro metros de altura. 66.000 euros costaron los hongos. Con el tiempo, resultó ser la mejor iniciativa de su mandato.
Esta semana, El Mundo revela una conversación pinchada entre Enrique Ortiz y Ricardo Costa sobre Sonia Castedo en 2008. “Vamos a hacer un monstruo político ahí”, dice Ortiz. “Ya sabes que mi apuesta es ella”, se entusiasma Costa. Con razón, después de eso, mientras Castedo hacía cosas de alcaldesa molona, Enrique Ortiz seguía mandando a escondidas, teléfono en mano y coordinando la dolce vita con esa manía que tienen los ricos alicantinos de dárselas de chungos de barrio. En el juicio de la Gürtel, Ortiz se ha hecho el bueno, ha confesado y al parecer conseguirá evitar la cárcel. En 2016, una Hoguera representó al constructor: la figura consistía, básicamente, en un pollón saliendo de un yate.
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes.
Autor >
Esteban Ordóñez
Es periodista. Creador del blog Manjar de hormiga. Colabora en El estado mental y Negratinta, entre otros.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí