En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
CTXT necesita un arreglo de chapa y pintura. Mejorar el diseño, la usabilidad… convertir nuestra revista en un medio más accesible. Con tu donación lo haremos posible este año. A cambio, tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Aporta aquí
Soy, como seréis muchos de vosotros si pasáis de 40, el fruto de una educación segregada por sexos. No recuerdo compartir un espacio de estudio o trabajo con una mujer hasta la Universidad, así que para mí el otro sexo, durante años, era un misterio insondable. Se suponía que eso era por mi bien: que así aprendería, sin las perturbaciones naturales que causaba la mujer, a ser un hombre de provecho, capaz para el trabajo y el matrimonio cristiano, a ser posible en condiciones de pureza (sin insistir demasiado en esto: era niño). Luego las cosas no fueron como se esperaba: al igual que mis compañeros, tan pronto como pude me entregué con ganas a desentrañar los misterios del sexo opuesto, o los del sexo sin más, y en mi caso encima resultó que yo me sentía de ese mismo sexo y finalmente me he convertido en una mujer de provecho, o bien aprovechada, no sé.
Ha llovido mucho y hoy me despierto con la noticia de que nuestro Tribunal Constitucional ha avalado la educación segregada por sexos, "porque los niños y las niñas tienen potencialidades distintas" y eso, según nuestros sesudos jueces, habilita “sistemas educativos diferenciados”, que, además, todos tenemos el deber de sostener con recursos públicos para satisfacer el derecho de los padres a cumplir con su libertad de educar a sus hijos según sus patrones Morales (así, con mayúsculas).
Confieso estar atónita. En primer lugar, por la asombrosa capacidad pedagógica del Constitucional. Allí donde los estudios científicos no han conseguido encontrar evidencia alguna de que la educación segregada es más eficaz, más bien se concluye lo contrario, ellos solitos han sido capaces de solucionar la incógnita y determinar que los niños y las niñas tienen "potencialidades" distintas. Me encantaría que me dijeran cuáles son esas potencialidades, cuál corresponde a cada sexo y cómo, en su sagaz visión, son capaces de saber al ver a Susanita que tiene aptitudes para peluquera, maestra o puta, o que Jorgito, sin duda, podrá ser un empresario competente, soldado o futbolista. Porque, no sé por qué, no me da por pensar que quienes organicen el cole vayan a cambiar los términos de aptitud entre estas dos criaturas. Y porque, como producto de una educación segregada, y como persona que ha cambiado de bando, sé muy bien la discriminación que supone esa separación, y esa diferenciación de "aptitudes". A mayores, me dan pena esos padres que piensan que separando los sexos ponen a salvo a sus niños de los terribles peligros de tanta igualdad y promiscuidad. Menudo chasco les espera, doy fe. Y ya puestos, quedo a la espera de que el Imán de Ripoll o alguno similar, que ya hemos visto que también cree en la separación de sexos y en las potencialidades diversas hombre-mujer, solicite una escuela separada por "potencialidades" y con velo de por medio con dinero público, porque tengo la impresión de que nuestros magistrados no estaban pensando en eso.
Ah, por cierto señores magistrados, ¿en estos “sistemas pedagógicos diferenciados”, los niños transexuales e intersexuales dónde van? Porque, ¿no será que acaban de legalizar una discriminación, verdad?
País, decía el maestro Forges.
---------------------
Marina Echebarría Sáenz es profesora de Derecho. Activista LGBTI.
CTXT necesita un arreglo de chapa y pintura. Mejorar el diseño, la usabilidad… convertir nuestra revista en un medio más accesible. Con tu donación lo haremos posible este año. A cambio, tendrás acceso gratuito a El...
Autora >
Marina Echebarría Sáenz
Es catedrática de Derecho Mercantil.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí