1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Diversidad de la diversidad

El autor reflexiona sobre los conflictos entre quienes se enfrentan a las diversas formas de opresión a propósito de la controversia surgida por el libro de Daniel Bernabé ‘La trampa de la diversidad’

Fernando Broncano 24/07/2018

<p>'El jardinero vegetal', Giuseppe Arcimboldo. 1590.</p>

'El jardinero vegetal', Giuseppe Arcimboldo. 1590.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Las redes sociales han sido la más reciente aportación al desarrollo de la esfera pública que Habermas detectó que había comenzado en el siglo XVIII con los cafés y tertulias, donde se reunía la burguesía a criticar a la aristocracia, con los panfletos, que habrían de convertirse en la prensa en el siguiente siglo, y con los movimientos de expresión en forma de manifestaciones que recorrieron la era de las revoluciones. Cada modalidad produce sus fortalezas y debilidades en lo que Habermas consideraba como fruto de la esfera pública: la opinión pública en tanto que nuevo agente político que intermedia en las relaciones entre el estado y la sociedad civil. El poder de las redes sociales, como sabemos, no es pequeño y por eso son utilizadas por todas las fuerzas en conflicto para bien y mal de cada una de ellas. Tienen muchas virtudes y peligrosos defectos. Uno de ellos es el desequilibrio entre las emociones que activan y las capacidades de razonar y argumentar que desactivan, entre otras cosas por el formato de argumentación que imponen.

Las redes se mueven a mayor velocidad que la prensa tradicional y generan ascensos y picos de excitación que rápidamente se olvidan en poco tiempo, pero que, como cualquier herida física, dejan cicatrices de lenta cura, si es que la tienen o, en el peor de los casos, metamorfosis de pequeñas infecciones en fístulas crónicas del alma. Una de las últimas, que motiva mi reflexión de hoy, es la producida por el libro de Daniel Bernabé La trampa de la diversidadHa generado un ácido cruce de invectivas motivado tal vez porque se ha leído como un manifiesto contra alguna forma de política de izquierdas que, alega, habría olvidado que el conflicto fundamental en el mundo es el conflicto de clase.

El hilo que teje el libro es una lectura rápida de la historia contemporánea a través del relato cultural de la tensión entre modernidad y posmodernidad. Abunda en perspicaces anécdotas y en ocasionales citas de autores y referencias a la historia. Es un libro que se lee bien, en el que uno puede ir sopesando con más o menos claridad las muchas afirmaciones que entreveran el texto y formándose al final una idea de la intención del autor al escribirlo. Su tesis histórica es la siguiente (al menos en mi lectura, que pido disculpas si no es suficientemente inteligente): la modernidad, sostiene Bernabé, fue un invento de la burguesía basándose en ideas como las de progreso y emancipación. Esta forma cultural burguesa habría sido asumida y superada por la clase trabajadora, especialmente después de la Comuna de París, donde mostró su fuerza y poder, y desarrollada a lo largo del siglo pasado convirtiendo el progreso burgués en una lucha por la emancipación de la humanidad. Los años sesenta y setenta habrían sido uno de los grandes ciclos de luchas que habrían motivado el nacimiento de una nueva forma cultural y política, el neoliberalismo. Esta forma ideológica habría aprovechado ciertas reflexiones filosóficas que diferenciaban economía y política para deshacer la conciencia trabajadora y trasladar el conflicto de clase a una larga serie de conflictos de identidad que invadirían la subjetividad de los miembros de la clase media obstaculizando la conciencia de ser trabajadores y creando una conciencia hipertrofiada de identidades múltiples y diversas. Lyotard, Foucault y Derrida habrían sido, en opinión de Daniel Bernabé, autores dañinos al haber atacado los grandes relatos y abandonar la idea de progreso sustituyendo el conflicto básico por otras formas de reacción diversa. El aprovechamiento de la extensión de estas ideas habría sido la trampa de la diversidad para deshacer la clase trabajadora.

Mi propósito es muy modesto: apuntar con trazo grueso cuáles serían puntos olvidados en un debate que se hace, por lo demás, necesario y urgente

El libro abunda en datos, muchos de ellos valiosos, pero que, obviamente, no son suficientes para sostener una visión histórica de tan amplio alcance como es el de la historia de la lucha de clases en los dos últimos siglos y cómo se relaciona con la historia de las tensiones culturales. Este déficit es tal vez el mayor defecto del libro, que parece convertirse en una especie de historia rápida de la tensión modernismo-posmodernismo contada para un lector que no está muy informado de la cultura contemporánea. Es también su fuerza retórica y quizás lo que explique muchas de las polémicas. Yo no puedo hacer aquí una réplica al libro con una contralectura de tamaño proceso histórico. Mi propósito es muy modesto: apuntar con trazo grueso cuáles serían puntos olvidados en un debate que se hace, por lo demás, necesario y urgente.

En primer lugar, la identidad. Hace cinco años publiqué un libro, la verdad bastante abstruso y complicado de leer (Sujetos en la niebla. Narrativas de la identidad), dedicado a pensar sobre la paradoja de la globalización que había detectado Manuel Castells en su famosa trilogía: cómo en una era de uniformidades culturales crecientes, la identidad se estaba convirtiendo en la mayor fuente de conflictos del mundo. Yo no emprendí ningún análisis sociológico sino más bien metafísico. Mi tesis, entonces, fue que la identidad puede sostenerse en hechos materiales (el cuerpo, en lo personal, las opresiones y daños, en lo colectivo) pero en realidad es el resultado de una trayectoria histórica donde se hilan experiencias, es decir, donde se unen hechos, prácticas y subjetivaciones, construyendo al final una historia diferenciada.

Esta construcción experiencial e histórica de la identidad sirve tanto para la identidad personal como para la identidad de clase. Gyorgy Lukacs se planteó este problema en Historia y conciencia de clase y, para mi gusto, quien lo respondió con solvencia fue Edward Palmer Thompson en La formación de la clase obrera en Inglaterra. La tesis de Thompson es que las clases sociales se construyen históricamente a través de prácticas de diferenciación en todos los niveles de la existencia, desde las costumbres al lenguaje y las formas de vida. Hasta aquí podría, supongo, conceder la mayor Daniel Bernabé, pues de hecho los compañeros de Thompson en la nueva izquierda, sobre todo Hogarth, habían visto en la cultura de masas un modo de destrucción de la conciencia de clase. Hogarth atribuía a la americanización este declive y Bernabé a lo que denomina posmodernismo, que habría hecho crecer la conciencia de que la mayoría de los trabajadores no pertenecen a la clase obrera sino a una suerte de clase media, un invento, sostiene, de la socialdemocracia y la sociedad del bienestar.

Planteado así, me parece, la cuestión se transforma en otra: ¿qué prácticas, costumbres, ideas y movimientos pueden componer una conciencia planetaria de clase en un mundo atravesado por la supuesta imposición artificial del multiculturalismo?

Las diversidades, así, son fruto de trayectorias históricas divergentes

Vayamos entonces al segundo punto, no menos espinoso: la diversidad entrecruzada con la identidad. En mi libro hacía alusión a cómo se constituyen identidades desde la experiencia del estigma y la opresión, haciendo uso de las ideas de Ervin Goffman: la víctima vive su sufrimiento como puro malestar natural, a veces autoculpabilizándose de ello. En un segundo momento puede encontrarse con otras víctimas que se reconocen como tales y comienzan a dar nombre a su opresión. Si tienen suerte, puede que inicien una lucha por el reconocimiento y en esa lucha comienzan a crear un sentido de comunidad al que puede darse nombre de identidad. Las diversidades, así, son fruto de trayectorias históricas divergentes que tienen que ver con estas formaciones de conflictos a través de estigmas, exclusiones y opresiones varias.

Los problemas interesantes nacen en los conflictos transversales entre las diversas formas de opresión. Como la comunista consejista Alexandra Kollontai puso de manifiesto, la opresión de clase se entrecruza con la opresión de género, y no siempre es fácil resolverla. Las mujeres anarquistas de la Barcelona de comienzos del siglo XX tenían una clara conciencia de este conflicto. Paco Ignacio Taibo II, en su emocionante biografía de Ángel Pestaña, Que sean fuego las estrellas, narra con pasión el olvidado conflicto del motín de las trabajadoras barcelonesas de 1818 en el que se enfrentaron a la policía y, a veces, también, a los propios sindicatos dirigidos por hombres. La revolución mexicana, una de las grandes revoluciones del siglo pasado menos estudiada, cuando desde mi punto de vista tuvo una importancia trascendental en el mundo contemporáneo, también se hizo consciente de los conflictos. A pesar de que Emiliano Zapata trató por todos los medios conectar con la clase trabajadora de Ciudad de México, y en algún momento lo consiguió, el desarrollo, traición y derrota de la revolución desveló muy claramente que la lucha de los pequeños campesinos indios, oprimidos doblemente, no siempre iba al compás de las luchas de la clase obrera. El Mao de su primer momento, antes de convertirse en el asesino dictador en que se convirtió en el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, subvirtió el marxismo al hacer una revolución con el campesinado y sin prácticamente clase obrera. Antonio Gramsci, en "La cuestión del sur" fue también muy consciente de la dificultad de resolver fácilmente los conflictos atravesados de clase con los de cultura y forma económica.

Paradójicamente (algo que a Daniel Bernabé se le escapa) fue el pensamiento queer al que se suele acusar estereotípicamente de posmoderno, especialmente el de Gloria Anzaldúa, Donna Haraway o Judith Butler, el que desarrolló un modo de salir de estos entrecruzamientos. Sus tesis es que las identidades siempre son opresivas porque imponen normas que siempre excluyen y oprimen. Estas tesis, que son una gran aportación al debate, proponen deshacer las identidades para dar lugar a hibridaciones de opresión, a una resistencia y lucha continua contra todas las formas de opresión sintiéndolas como propias en identidades ya necesariamente entrecruzadas y fracturadas. Mucha gente se siente agredida por estas ideas porque parece que quieren disolver las luchas. He escuchado a algunas feministas decir que este tipo de pensamiento es el enemigo mayor del feminismo (una tesis muy similar a la de Bernabé) y lo mismo a activistas de las luchas antirracistas.

Lo cierto es que la diversidad es muy diversa, y a veces tiene su origen en la opresión real y otras en una suerte de daño imaginario. No es la teoría la que resuelve estos conflictos, sino la convergencia de prácticas reales de resistencia en una mutua pedagogía de la opresión. Paulo Freire y Michel de Certeau, que trabajaron en contacto con el campesinado y el lumpen brasileño, eran muy conscientes de la necesidad de la pedagogía del oprimido. Los movimientos Occupy, y su lema "Somos el 99%", uno de los iconos políticos del siglo XXI, intuyeron algo similar.

A veces las controversias son buenas, pero en otras ocasiones crean conflictos penetrantes entre quienes se enfrentan a las diversas formas de opresión

En fin, mis conclusiones sobre el libro de Daniel Bernabé son ambiguas. A veces las controversias son buenas, pero en otras ocasiones crean conflictos penetrantes entre quienes se enfrentan a las diversas formas de opresión. Esta deriva ha sido permanente a través de las luchas emancipatorias de los dos últimos siglos. Los esclavos americanos de las colonias francesas saludaron la Revolución creyendo que era su oportunidad, para descubrir pronto que no era así. Lo mismo que el campesinado ruso tras la Revolución de Octubre. Necesitamos la teoría porque los conflictos son muy profundos y hay que pensarlos, y las propuestas de sumas mecánicas (la clase obrera dirigente de todas las demás clases oprimidas) son muchas veces formas superficiales de no entender lo que ocurre. Pero sobre todo necesitamos cambios en las prácticas y atención a las reclamaciones diversas porque a veces apuntan a conflictos muy complejos.

Necesitamos que nuestras vidas y prácticas se conviertan en una pedagogía de la opresión

En un mundo competitivo, donde el trabajo digno cada vez es más escaso y la lucha por la supervivencia se hace muy dura, estas controversias son muchas veces dolorosas. Mucha gente esperanzada por las nuevas políticas observa para su desesperación cómo, a veces, detrás de las proclamas de integridad y autenticidad, lo único que hay es un uso del currículo activista, del cursus honorum, para colocarse en un puesto político más o menos seguro. No entenderíamos la desafección al sindicalismo en la España de los ochenta sin esa experiencia que muchos trabajadores sintieron al ver las peleas de muchos compañeros y compañeras por colocarse como liberados sindicales (paradójicamente, el puesto de "liberado sindical" fue la principal arma de la Transición para desactivar a los sindicatos a pesar de ser vista como una conquista). Necesitamos que nuestras vidas y prácticas se conviertan en una pedagogía de la opresión. Quizás, debiéramos comenzar bajando el tono de las voces y abrir los ojos para atender y entender las nuevas formas de experiencias de sufrimiento, discriminación y exclusión. Comenzar, por ejemplo, preguntando a tanta gente cuyas vidas precarias y llenas de conflictos insolubles y entrecruzados, por qué lo que entienden de muchas controversias es sólo un mismo ruido: “Esos, lo que quieren es colocarse”. Y ésta, sí, es la verdadera trampa de la izquierda.

-------------------------------------

Este artículo se publicó en el blog de Fernando Broncano

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Fernando Broncano

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. viaje_itaca

    Hola, Fernando: yo creo que el problema de fondo es el tradicional conflicto entre la actitud práctica y la realidad, así como la necesidad de relato para la acción práctica. Bernabé razona, en realidad, desde el punto de vista (excesivamente lineal, para un mundo y una sociedad global excesivamente compleja) de uniformizar todas las opresiones para decidir quiénes son los buenos y quiénes los malos, para intentar unificar la lucha. Pero las contradicciones son múltiples, y las opresiones muy diversas. Porque oprimen las multinacionales, pero también oprimen los trabajadores blancos protestantes pobres de EEUU, y a menudo van a unirse con las élites que los oprimen (o una parte) a ellos para intentar sacar algunas migajas, véase la victoria de Trump. Y el oprimido en un área es opresor en otra, como muestra la experiencia feminista de sindicalistas machistas hasta la médula. O el colectivo gay aplaudiendo en gran medida la compra o alquiler de cuerpos... En realidad, parece que Bernabé sigue una metafísica de progreso irrefrenable hasta alcanzar el paraíso en la Tierra, pero que paradójicamente precisa ser empujado por todos los medios, y precisa negarse a ver una enorme parte de la realidad. Hacer notar que los imperativos del poder, de todo poder, pasan por simplificar la realidad para fijarse solo en algunos detalles, por ejemplo, el dinero, obviando cosas poco relevantes en el corto plazo, como por ejemplo, seguir teniendo un planeta habitable en el largo. Quizás cualquier intento de mejorar las cosas pasa por asumir que no tiene necesariamente que salir bien, y a partir de ahí puede que dejemos de ser ciegos.

    Hace 5 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí