No es el título más importante de la temporada. Seguro que los dos equipos lo cambiarían por cualquiera de los otros que disputarán en los próximos meses. Pero ese análisis se hará al final del curso futbolístico. Porque en el momento actual, ganar el 15 de agosto la Supercopa de Europa en Tallin es, por distintas razones, muy importante tanto para el Atlético como para el Real Madrid. Y en especial para los dos técnicos que se sentarán en los banquillos, Simeone y Lopetegui. El derbi que se haya jugado nunca más lejos de la capital, concretamente a 3.816 kilómetros, tiene unas connotaciones que hacen especial una cita que va a medir, ahí es nada, a los dos primeros clasificados actuales del ranking de la UEFA.

En nueve de las diez últimas ediciones el triunfo fue para un conjunto español

Rojiblancos y merengues están empeñados en internacionalizar su tradicional rivalidad. Si en 2014 ambos equipos se midieron en Lisboa en la final de la Champions y dos años después repitieron el duelo en Milán, ahora será en la capital de Estonia donde vuelvan a verse las caras. Y si esos enfrentamientos fueron históricos al ser la primera vez que dos equipos de la misma ciudad llegaban al partido decisivo en la máxima competición continental, lo mismo ocurre ahora. Nunca antes dos clubes vecinos han pugnado por la Supercopa de Europa, trofeo que se celebra desde 1972 y que actualmente enfrenta al ganador de la Champions, en este caso el Real Madrid, contra el vencedor de la Europa League, el Atlético. Un torneo que en los últimos años ha adquirido un carácter muy español. En nueve de las diez últimas ediciones (contando la venidera) el triunfo fue para un conjunto de nuestro país. Sólo el Bayern rompió la racha en 2013.

En estos anteriores nueve años se da la circunstancia de que el ganador de la Supercopa siempre fue el que venció previamente la Champions excepto en dos ocasiones, que tienen precisamente a los colchoneros como protagonistas. Tanto en 2010 como en 2012, aunque no partían como favoritos, tal y como sucede ahora, pudieron levantar la copa al imponerse al Inter y Chelsea, respectivamente. Los del Metropolitano esperarán que no haya dos sin tres y que se repita la historia. Los madridistas dirán que no les tenían enfrente a ellos.

Y es que uno de los puntos de interés más importantes del choque está ahí. Saber si el Atlético será capaz de superar a un Real Madrid que se está mostrando invencible en las finales de los torneos internacionales, como bien saben los colchoneros. Los blancos llevan casi 18 años sin caer en la disputa por un trofeo a nivel europeo o mundial. No lo hacen desde el 28 de noviembre de 2000, cuando perdieron ante Boca Juniors la final de la Intercontinental. Desde entonces han jugado y ganado 13 finales: cinco de Liga de Campeones, una Intercontinental, tres Mundiales de Clubes y cuatro Supercopas de Europa. Alguna vez tendrá que acabarse la racha, pensarán los atléticos. Lo mismo dijeron los anteriores y no pasó, argumentarán los del Bernabéu.

Seguro que Lopetegui no querrá ser el técnico que sufra el final de esa dinámica. El compromiso es importante para el nuevo técnico blanco con el fin de entrar con buen pie y despejar las incógnitas que muchos pueden tener sobre su fichaje. El mismo reconoció nada más aterrizar en la ‘casa blanca’ que “hay que vencer al Atlético como sea, si es posible con buen fútbol, pero lo importante es ganar el primer título de la temporada para no cortar una racha triunfal y mantener la línea del club en los últimos años”. El reto que se le presenta en este momento de su carrera es de órdago. Sustituir a la persona que ha llevado al equipo a ganar tres Champions seguidas, Zinedine Zidane. Y hacerlo, además, sin el que ha sido su gran referencia ofensiva en los últimos años. Nada menos que el máximo goleador histórico del club. Un Cristiano Ronaldo que fue capaz de marcar 451 goles en 438 partidos. Caer derrotado supondría empezar la temporada oficial con la rémora de ser el técnico que pierde la primera final internacional en 18 años y además ante el eterno rival, ese al que siempre te habías impuesto a nivel europeo.

Y ahí está, precisamente, la presión con la que debe lidiar el Atlético y Simeone en el partido. Nadie discute los méritos en el banquillo rojiblanco del técnico argentino, que llega tras ganar su sexto título con el club y de acabar la pasada Liga como subcampeón. Pero si hay algo que todavía le pesa, una espina molesta, es haber caído en esas dos finales de Champions frente a los madridistas, a los que tampoco pudo eliminar en los últimos años en otras eliminatorias de cuartos y semifinales del torneo. Si vuelve a tropezar en la piedra merengue serán muchos los que se lo recordarán. Para El Cholo sería importante no sufrir otra cicatriz de este tipo y ganar de una vez al Real Madrid en un torneo internacional. Aunque se llame Supercopa y no Liga de Campeones.

Jugadores de uno y otro equipo han tenido que disfrutar de unas vacaciones metidas con calzador entre una cita y otra y algunos de ellos van a llegar con muy pocos entrenamientos

El poco tiempo transcurrido entre la finalización del pasado Mundial y la fecha de la Supercopa también puede tener su influencia en el partido. Jugadores de uno y otro equipo han tenido que disfrutar de unas vacaciones metidas con calzador entre una cita y otra y algunos de ellos van a llegar con muy pocos entrenamientos realizados en la pretemporada. Los últimos en incorporarse en el Atleti han sido Griezmann y Lucas. Parece difícil que El Cholo prescinda de Antoine para este compromiso, aunque habrá que ver cómo llega físicamente y si aguanta los 90 minutos. Aún peor es el caso de Modric en el bando merengue. En medio de los rumores sobre el interés del Inter en ficharle, el designado como mejor jugador del torneo celebrado en Rusia volvió al trabajo apenas una semana antes del choque, más tarde incluso que otro compañero madridista que también disputó la final, Varane. Su baja sería importante pero Julen deberá evaluar su estado para saber si puede contar con él, aunque sea unos minutos.

No hay que olvidar que la elección del próximo Balón de Oro está en esta edición más abierto que en pasadas temporadas tras el discreto papel de Messi y Cristiano en el Mundial. Griezmann y Modric son dos claros candidatos a obtenerlo y una buena actuación en la Supercopa, que se ve en muchos países del mundo, podría sumar. Es un factor que puede influir en el deseo de los futbolistas de jugar.

¿Qué guion de partido nos podemos encontrar? Simeone y Lopetegui no se han enfrentado nunca como entrenadores pero lo más probable es que veamos a un Madrid con mayor posesión del balón y con una presión alta para recuperarlo pronto y a un Atleti buscando sorprender a la contra con espacios. El estilo del técnico vasco es el de que sus equipos controlen el juego y tiene jugadores para hacerlo. En la formación inicial no debería tener más dudas que si alinear a Carvajal u Odriozola en el lateral derecho y los sustitutos de Varane y Modric si finalmente no salen de inicio. Nacho, en el caso del primero, y Asensio, en el del segundo, podrían ser sus relevos. El mallorquín, que siempre ha brillado en las Supercopas en los últimos años, está de nuevo en plena racha goleadora.

El Cholo arranca la temporada con una plantilla reforzada respecto a la que terminó la pasada campaña. Las llegadas de Lemar y Martins le dan distintas opciones de juego pero sorprendería que, de inicio, apostara por un equipo muy ofensivo. Cuatro jugadores parecen tener un puesto asegurado entre medio campo y delantera: Koke, Saúl, Griezmann y Costa. Y para las otras dos plazas tiene donde elegir. Depende de si es más defensivo, opción en la que entrarían Rodrigo y Thomas, o menos, eligiendo a uno de los anteriores más Correa o Lemar. Y si le dará la alternativa a Arias en el lateral derecho o preferirá a Juanfran. Al argentino le cuesta apostar al inicio por los recién llegados, pero alternativas tendrá de sobra en el banquillo dependiendo del desarrollo del encuentro.

Ambos equipos afrontarán el choque en Tallin con las mismas horas de descanso respecto a compromisos previos.  Tanto Atlético como Real Madrid llegarán tras haber jugado en sus respectivos estadios el sábado, sólo cuatro días antes de verse en las caras. Y, curiosamente, ante los dos grandes equipos de Milán. Los rojiblancos frente al Inter en la última cita de la International Champions Cup y los blancos contra el AC Milan en el Trofeo Bernabéu.

Hay quien piensa que el Atleti parte con una cierta ventaja en la final por ser un equipo que es sinónimo de certidumbres, cuyos jugadores se conocen al dedillo el método Simeone después de tantas temporadas juntos, mientras que en el Madrid puede haber algunas incógnitas al tener un técnico nuevo, lo que puede suponer que a la plantilla no le haya dado tiempo a asimilar todos los conceptos y las ideas que pretende implantar. Siendo eso así, tampoco hay que olvidar que los jugadores merengues se conocen de sobra entre ellos y que su calidad individual puede ser más decisiva, si hablamos sólo de un partido, que el funcionamiento colectivo.

Puede haber otro gran aliciente en el encuentro, como sería el primer enfrentamiento del reciente fichaje merengue, el guardameta belga Thibaut Courtois, contra el que fue su equipo durante tres temporadas, entre 2011 y 2014. Sin embargo, acaba de terminar sus vacaciones y apenas le habrá dado tiempo de ejercitarse con sus nuevos compañeros. Quizá, por eso, Lopetegui prefiera poner de titular en esta ocasión a Keylor Navas, del que ha tenido muy buenas palabras en las últimas semanas.

El VAR no se aplicará en este partido ni en ninguno de los que organiza la UEFA

Hay que recordar que uno de los grandes protagonistas del pasado Mundial de Rusia, el sistema de video arbitraje VAR, no se aplicará en este partido ni en ninguno de los que organiza la UEFA, como la Champions o la Europa League. El organismo europeo sigue reticente a su utilización. Si lo habrá en la Liga española pero no así en la Copa del Rey. A esos vaivenes en las competiciones se tendrán que acostumbrar, al menos esta temporada, tanto los jugadores como los aficionados.

Pase lo que pase será un partido que quedará para el recuerdo como una batalla más de las que ambos equipos están protagonizando en los últimos años a nivel continental. Dependiendo del resultado, unos les recordarán a los otros esa famosa pregunta de ¿quién manda en la capital? Al menos, momentáneamente. Pero lo que si pueden decir colchoneros y merengues es que, actualmente, a nivel futbolístico, quién manda en Europa es Madrid.