Golpe de efecto en Podemos con implicaciones importantes para el reparto de poder del partido a nivel nacional. Carolina Bescansa (Santiago de Compostela, 1971) concurrirá con toda probabilidad a las primarias por la dirección del partido en Galicia, después de que el equipo de Carmen Santos le haya pedido hoy, en conferencia de prensa, que se presente después de la renuncia de la actual líder. “Estoy feliz, honrada y emocionada”, ha dicho Bescansa a CTXT, confirmando su disposición a presentarse. 

La diputada de Podemos planea viajar mañana a Galicia para reunirse con las compañeras y compañeros de Podemos antes de tomar la decisión, que debe ser anunciada antes del día 9 de Octubre. El movimiento de Bescansa es una mala noticia para el aparato nacional de Podemos, cuyas diferencias con la diputada y fundadora del partido han sido frecuentes en los últimos meses. 

De ganar las primarias, Bescansa dirigiría Podemos en las próximas elecciones municipales de 2019 y en las autonómicas de 2020. Y tiene claro cuáles serían los ejes de su programa: “Hay que presentar un proyecto de país alternativo a las políticas de Feijoó basado en un cambio de modelo productivo para Galicia y en una defensa mucho más duro de los intereses económicos gallegos en Europa”.

La candidatura de la socióloga compostelana se enfrentaría a la de Antón Gómez Reino, Tone, uno de los dos diputados de Podemos integrados en la candidatura de En Marea, que anunció el pasado martes su disposición a presentarse a las primarias gallegas. A pesar de ser promovida por la dirección saliente, la de Bescansa sería la candidatura no oficialista, dada la sintonía del parlamentario por A Coruña no solo con la línea mayoritaria del partido, sino la personal con Pablo Iglesias.

La irrupción de Bescansa en el tablero gallego alteraría también otras estrategias de más alcance que las internas a la organización de Iglesias. La opción de Gómez Reino suponía una apuesta por la pacificación del partido en Galicia, que llegó a decidir acudir a las municipales con sus propias siglas, por considerar su imagen desdibujada en aquellos municipios donde gobierna (en los gobiernos de las ciudades su presencia es nula o escasa, y en las villas lo mismo, en detrimento de sus socios, IU y sobre todo Anova). Por el contrario, las corrientes nacionalistas están descontentas con la escasa incidencia del subgrupo de En Marea integrado en Podemos (pese a ser cinco diputados, no pudieron conformar grupo parlamentario) y su poca capacidad en introducir los intereses gallegos en la agenda de las Cortes.

También la decisión de renovar la coalición Unidos Podemos encaja mal con la inclusión de la tercera del banco que ahora es En Marea. Si para las municipales no parece existir mayor problema (cada candidatura local es autónoma para conformarse), la preparación de las elecciones gallegas de 2020, con un Alberto Núñez Feijóo cada vez más esperanzado en ser llamado de una vez a Génova, es un problema de relojería de precisión. El actual liderazgo del exmagistrado Luis Villares, al frente del principal grupo de la oposición, está siendo cuestionado por la mayoría de los diputados y las bases de Podemos, por buena parte de los de IU y también por los de Anova, y se sostiene sobre todo en los independientes. Del resultado de las municipales podría depender que alguno de los alcaldes (Martiño Noriega, Santiago, de Anova, o incluso Xulio Ferreiro, A Coruña, independiente) se decidiesen a dar el salto. La presencia de Gómez Reino en la dirección de Podemos facilitaría cualquiera de estos saltos, pero es menos probable que Bescansa aceptase un papel secundario en la política gallega.

El proceso de recogida de avales para la formación de candidaturas a la dirección de Podemos ya está en marcha. Las votaciones telemáticas tendrán lugar entre el 18 y el 24 de octubre y el 25 se darán a conocer, con carácter provisional, los resultados.