1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 1364 Conseguido 68011€ Objetivo 140000€

PERFIL / ELON MUSK

El billonario que quiere conquistar el espacio, y el mundo

El creador de Paypal, Tesla y SpaceX exhibe un perfil de estrella pop mientras aboga por una jornada laboral de 80 horas

Manuel Gare 30/01/2019

<p>Elon Musk.</p>

Elon Musk.

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Los posibles puntos de partida para contar la historia de una persona son inagotables. ¿Empezarías por el principio; por el final? ¿Por lo bueno; por lo no tan bueno? La de hoy empieza con un empresario multimillonario de gran influencia mundial enfrentándose a la prensa. Un medio de comunicación publica una investigación que pone en duda su producto y las condiciones de trabajo en su empresa. Su respuesta es atacar a los periodistas y hablar de fake news. Carga contra ellos y propone, a través de una delirante serie de tuits, crear una plataforma online para que cualquiera pueda evaluar la credibilidad de un artículo o periodista.

Algún tiempo más tarde, el mismo empresario llama pedófilo, sin pruebas, a uno de los buzos que se está jugando la vida en Tailandia en el rescate a unos niños atrapados en una cueva. Lo hace, también, a través de Twitter, donde tiene más de 20 millones de seguidores. Unas semanas después, durante una distendida entrevista en suelo californiano, el empresario se fuma un porro y bebe whisky. Al día siguiente, las acciones de su empresa caen. Casi al mismo tiempo, los jefes de contabilidad y recursos humanos de la empresa dimiten. No pasarían demasiados meses hasta que el empresario propusiera aumentar la jornada laboral hasta las 80 horas por semana. “Nadie ha cambiado el mundo en 40 horas semanales", decía.

Hacer una cronología de los despropósitos mediáticos orquestados por Elon Musk durante 2018 es una tarea extenuante. El propulsor de proyectos tan grandilocuentes como Tesla o SpaceX se ha ido enterrando a sí mismo en un montón de estiércol del que cada vez le es más complicado salir. Es paradójico que alguien situado en los primeros puestos de la carrera tecnológica, energética y aeroespacial, produzca tanta animadversión. Quizá sea eso lo que le hace, aún hoy, entrañar tanto interés como personaje público.

 De inventor revolucionario a celebridad angustiada

Los primeros años de Elon Musk (Pretoria, Sudáfrica, 1971) son los de otro cualquier gran nombre de Silicon Valley. Creó una empresita, la vendió por mucho dinero. Creó otra empresa (Paypal), la vendió por más dinero. Musk amasó una fortuna que empleó para dar rienda suelta a sus creativas extravagancias. En los años siguientes llegarían SpaceX, una empresa de transporte aeroespacial que sueña con llevar humanos a Marte; Tesla, la gran apuesta por los coches eléctricos de conducción autónoma, y SolarCity, una subsidiaria de Tesla dedicada a la eficiencia energética y los sistemas de energía solar.

Un prototipo de túnel de The Boring Company.

Un prototipo de túnel de The Boring Company.

Hay más. El sonado Hyperloop, el “transporte del futuro” a base de tubos de vacío, también tiene el sello de Musk. The Boring Company, uno de sus últimos proyectos, tiene como objetivo la creación de túneles subterráneos que permitan descongestionar el tráfico en las grandes ciudades a golpe de tarjeta de los conductores. El empresario de origen sudafricano es, además, fundador junto a Sam Altman de OpenAI, una organización sin ánimo de lucro dedicada a investigar sobre inteligencia artificial. Altman, otro multimillonario de los que pululan en Silicon Valley, es conocido, entre otras cosas, por promover y pagar a una startup dedicada a la congelación de cerebros –un proceso que implica la muerte asistida del individuo– para que, llegado el momento, sus conocimientos puedan ser conservados y subidos a la nube.

Durante la memorable entrevista del porro, Musk hizo algo más que fumar. El inventor teorizó sobre el futuro de la aviación, hablando abiertamente de sus ideas sobre el avión eléctrico, un proyecto para el que dice no tener tiempo. “El avión eléctrico no es necesario ahora mismo”, argumentó aludiendo a otros frentes más importantes. “Los coches eléctricos son importantes, la energía solar es importante, el almacenamiento estacionario de energía es importante”, enumeraba mientras su monólogo se teñía de cierto pesimismo finmundista. “Estamos jugando con fuego con la atmósfera y los océanos, cogiendo cantidades ingentes de carbono de las profundidades y poniéndolas en la atmósfera”, decía. Defensor de las renovables y proclive a acabar con la dependencia del petróleo, afirmaba que lo que estamos haciendo es “una locura” muy peligrosa para el planeta. “Debemos acelerar la transición energética”, declaraba. “Sabemos que es el objetivo. Lo sabemos. Entonces, ¿por qué hacemos esto?”.

La pregunta es retórica. Musk conoce de sobra el seísmo constante de intereses que representa el poder empresarial; su poder empresarial. El profesor y escritor Douglas Rushkoff teorizaba recientemente sobre estas motivaciones a priori altruistas, diciendo que personajes como Musk no buscan “la construcción de un mundo mejor” y que se preparan, en realidad, para un futuro digital en el que puedan “trascender la condición humana y protegerse del peligro real y presente del cambio climático, las pandemias globales o el agotamiento de los recursos”. “Para ellos, el futuro de la tecnología en realidad consiste en una cosa: la capacidad de huida”, afirmaba.

Musk fumando un porro durante una entrevista con Joe Rogan.

Musk fumando un porro durante una entrevista con Joe Rogan.

Quizá sea esa la razón por la que el magnate se empeña en gestionar su vida pública de manera tan exhibicionista. La exposición mediática y el uso mundano de las redes sociales para decirnos que, a pesar de todo, no es como esos ricos desprovistos de humanidad, sino una suerte de spin-off del paradigma del empresario multimillonario, ahora más cool y aparentemente comprometido con sus conciudadanos.

Mayo de 2018. Met Gala, Nueva York. Elon Musk aparece acompañado de Grimes – Claire Boucher–, la estrella del pop electrónico. En el epicentro de la vanidad, donde el famoseo celebra su Carnaval de Cádiz posmoderno, la pareja acapara todas las miradas. “Una puede imaginarse a la pareja compartiendo sus ideas sobre viajes espaciales, drogas psicodélicas o poliamor; explorando el tipo de introspección personal que ha empezado a romper la barrera entre el libertarismo nerd de Silicon Valley y el experimentalismo milenial de Tumblr”, escribía la periodista Naomi Fry en The New Yorker. El episodio, que podría haber quedado en anécdota fue, además de la primera excentricidad mediática de Elon Musk del 2018 –tras esto empezarían a sucederse sus neuras tuiteras–, el inicio de una nueva línea temporal a la que volveremos más tarde.

Tampoco le ayudó, en esta carrera de obstáculos orquestada contra sí mismo, su adhesión al Foro Estratégico y Político que Donald Trump conformó a finales de 2016 a base de CEOs de grandes empresas como Disney, Uber o IBM. En junio de 2017, el propio Musk renunciaba ante la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático –mes y medio después, el Foro se disolvía ante la desbandada masiva de miembros–. En noviembre, durante una entrevista en Recode, Musk reconocía que su vinculación con Trump no le había favorecido, si bien seguía creyendo que “mereció la pena intentar estar en los consejos de Trump”, especialmente en lo relativo a involucrarse como defensor de políticas contra el cambio climático. “Hice todo lo que estuvo en mi mano”.

El hijo pródigo del neoliberalismo duerme en el suelo

Es difícil imaginar a un director ejecutivo, a un CEO, como Elon Musk. Para muestra, el intachable aura que desprendía Steve Jobs, un tipo que no inventó nada –si acaso, fue un dios de la mercadotecnia– y de quien no conocimos su verdadero yo hasta que la prolongación de su negocio nos explotó en la cara en forma de biografía y películas.

Un Tesla enviado al espacio por SpaceX.

Un Tesla enviado al espacio por SpaceX.

Musk cuenta con un abultado número de fanboys, seguidores a ultranza del novísimo profeta tecnológico, que sienten tanto fervor por él como el profesado en su día por las hordas pro-Jobs. Aún así, la relación que Musk mantiene de cara al mundo es completamente opuesta a la exhibida por personajes como Jobs, Mark Zuckerberg (Facebook) o Jeff Bezos (Amazon). El padre de Tesla ha hecho todo lo posible por desmarcarse de la imagen institucional e irritante del CEO tecnológico, en ocasiones valiéndose de una narrativa más próxima a Trump que al rupturismo con su propio statu quo.

A los ataques contra la prensa, sus irracionales cruzadas en Twitter o el anuncio a bombo y platillo de proyectos como el Hyperloop o los túneles de The Boring Company que ingenieros y expertos se lanzan a desmontar por su inviabilidad, se suma una contradicción mayúscula en la hoja de ruta de Tesla: las toneladas de litio que en los próximos años serán necesarias para fabricar las baterías eléctricas con las que funcionan los coches eléctricos podrían suponer un coste ambiental similar al que pretenden combatir.

Según un informe de la red medioambiental Friends of the Earth, la extracción de litio contamina el agua, daña el ecosistema y produce emisiones tóxicas al aire. El litio, además, suele hallarse en salinas situadas en territorios áridos, donde el acceso al agua es clave para sus habitantes –se estima que son necesarios cerca de dos millones de litros de agua para extraer una tonelada de litio–. El informe recoge casos como el del Salar de Atacama, en Chile, donde se ha desatado una guerra por el agua de la región; o el del Salar del Hombre Muerto, en Argentina, donde las comunidades locales denuncian que las operaciones de extracción de litio han contaminado arroyos utilizados para personas, ganado y riego de cultivos.

Mientras la acción del hombre blanco continúa destruyendo territorios indígenas, Tesla también se enfrenta a sus problemas del primer mundo: la errática cadena de producción del Model 3, el coche más económico de Tesla en busca de un público masivo, ha puesto en duda la viabilidad económica de la empresa. De aquellos barros, estos lodos: hace solo unos días, Musk anunciaba que la empresa recortaría en torno a 3.000 empleos, un 7% de la plantilla que se suma al recorte del 9% del último verano. La noticia contrasta con las dificultades de Tesla para cumplir con sus objetivos de producción de coches eléctricos y, en especial, con la forma que Musk tiene de ver el trabajo.

“Estoy durmiendo en el suelo de la fábrica, no porque piense que es un lugar divertido para dormir”, le decía en abril a una periodista de la CBS. ¿Por qué? “Porque no tengo tiempo de ir a casa y ducharme”, respondía Musk. En julio, en una entrevista para Bloomberg, su discurso pasaba a estar protagonizado por la autoflagelación: “Siento que tengo una gran deuda con la gente de Tesla que está favoreciendo al éxito de la empresa. La razón por la que dormía en el suelo no es porque no pudiera cruzar la calle y quedarme en el hotel. Fue porque quería, adrede, que mis circunstancias en la empresa fueran peores que las de nadie. Fuera cual fuera el dolor que ellos sentían, quería que el mío fuese peor”.

En la carta que Musk escribió a sus trabajadores anunciando la nueva ronda de despidos, enviada a la 01:20 de la madrugada del pasado 18 de enero, volvía a apelar al sentimentalismo gore; esta vez, para justificar la esclavitud voluntaria a la que somete a sus trabajadores: “Hay muchas empresas que pueden ofrecer un mejor equilibrio entre vida y trabajo, porque son más grandes y más maduras o porque están en industrias que no son tan vorazmente competitivas”. En palabras del CEO, “construir productos asequibles de energía limpia requiere de un esfuerzo extremo y una creatividad impecable”. “Tener éxito en nuestra misión es esencial para asegurar un buen futuro, por lo que debemos hacer todo lo posible para acelerarlo”. A estas alturas, poco queda que salvar de la romantización que Musk hace del trabajo extremo y, por extensión, del neoliberalismo salvaje que impera en Silicon Valley.

El villano se dispara al pie

Volvamos a las altas esferas del universo Kardashian. De repente, bam. Una popular rapera estadounidense entra en escena. Dedica a Elon Musk, a través de su cuenta de Instagram, una serie de notas en las que le acusa de tuitear colocado de LSD y llama a Grimes, la que era su novia, yonqui. Ella es Azealia Banks, una polémica artista que, en este cruce de multiversos, ha acabado en el mismo plano de realidad que la persona que quiere terraformar Marte.

La aparición de Banks en la historia no es casual. Responde, además de a grandes dosis de ego, a las circunstancias que llevaron a Elon Musk a tuitear el 7 de agosto de 2018 que estaba considerando lanzar una OPA sobre Tesla para sacarla de bolsa. La cantidad de la que hablaba Musk en el tuit, 420 dólares –que provocó una subida del valor de las acciones de la empresa–, era una referencia dirigida a Grimes sobre el significado que dicha cifra tiene en la cultura del cannabis. La broma condujo a una investigación por fraude de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos que se saldó en una multa de 40 millones de dólares y la salida de Musk de la presidencia de Tesla durante tres años.

Ahora, Tesla y Musk se enfrentan a una demanda colectiva de un grupo de inversores, quienes alegan que el tuitero provocó el caos y perjudicó al accionariado. Además, y esto es lo más divertido, Grimes y Banks han sido citadas a declarar en el juicio al considerar que ambas tienen información relevante sobre los verdaderos motivos de Musk para publicar el tuit. En los mensajes publicados por Banks, la rapera aseguró que el día del fatídico tuit se encontraba en una propiedad del, por entonces, novio de Grimes; las artistas estaban trabajando en una canción.

La estrella del pop en la que se quiere convertir Musk choca de frente con su ocupación como súper rico a tiempo completo; a ninguna celebridad, y menos a estas alturas, se le perdonaría esa exaltación neoliberal de un “futuro mejor” a costa de explotar a sus trabajadores impúdicamente y de obviar el gasto que supone para el planeta la consecución de sus tecnologías.

En el suelo de alguna fábrica, Musk escucha el último single de Grimes, We appreciate power –Apreciamos el poder–, una canción escrita desde la perspectiva de una inteligencia artificial. Ahí tirado, maquinando sobre su próxima invención y sobre su viaje a Marte, Musk se siente como en casa. Ha encontrado su lugar en el mundo.

Los posibles puntos de partida para contar la historia de una persona son inagotables. ¿Empezarías por el principio; por el final? ¿Por lo bueno; por lo no tan bueno? La de hoy empieza con un empresario multimillonario de gran influencia mundial enfrentándose a la prensa. Un medio de comunicación publica una...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Dabama

    Penoso, el articulo difamatorio.

    Hace 5 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí