Carlos Sánchez Mato / candidato de Madrid En Pie al Ayuntamiento de Madrid
“Nuestra obligación es dar respuesta electoral a toda esa gente que se refugiaría en la abstención”
Cristina Vallejo Madrid , 17/04/2019
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Carlos Sánchez Mato (Madrid, 1970) fue concejal de Economía y Hacienda en la corporación municipal de Manuela Carmena hasta finales de 2017, cuando desavenencias con Cristóbal Montoro y con la alcaldesa acabaron con su destitución al frente de esa concejalía. A partir de ahí, se volcó con los distritos de Vicálvaro y Latina. Ahora encabeza la candidatura de Madrid en Pie para el Ayuntamiento. En esta entrevista hace balance de su participación en Ahora Madrid, proyecto cuyos logros reivindica y cuyas frustraciones recoge en su programa electoral para que dejen de ser tales. Apela al voto de las bases de Podemos, formación con la que dice compartir programa y que no competirá en los comicios de la capital, y de otros huérfanos políticos, y saluda que en la Comunidad de Madrid se haya logrado aglutinar la oferta electoral a la izquierda del PSOE y del Más Madrid de Errejón.
Hace cuatro años dijo que se incorporaba a Ahora Madrid, para lo cual tuvo que abandonar momentáneamente su militancia en IU, con el argumento de que era necesario que empujar a la izquierda a Podemos y a Carmena. Visto en retrospectiva, ¿fue acertada la decisión?
Sí, por supuesto. No sólo no vemos negativa nuestra participación en el Gobierno municipal, sino que estamos orgullosos de ella. Pero ese orgullo no nos impide ver sus insuficiencias. Hemos sido capaces de avanzar en muchos temas, especialmente en el económico: nos sentimos especialmente valedores y defensores de lo que se ha conseguido, pero Madrid merece muchísimo más, se tendría que haber ido más lejos. IU ha aportado lo que llamamos en su momento “teñir de rojo la candidatura”, lo que se sustancia en políticas concretas, como las que hemos realizado desde la Hacienda municipal y en materia presupuestaria sobre todo en la primera parte de la legislatura, hasta que se produjo la actuación coercitiva del Ministerio de Hacienda y la aceptación por parte de Manuela Carmena de sus dictados y de los del PP. Hasta entonces, habíamos logrado un incremento presupuestario descomunal respecto al que hubiera hecho cualquier otro Gobierno.
Pero parece que IU ha tirado la toalla. No hubo lugar a un nuevo acuerdo con Carmena.
Nosotras no tiramos la toalla. Fueron, en el Ayuntamiento, Manuela Carmena, y en la Comunidad, Íñigo Errejón. Fueron él y ella quienes decidieron navegar fuera de los espacios colectivos que se habían construido. Nosotros no nos hemos ido de ningún sitio, seguimos reivindicando los principios, los valores y el programa que nos llevaron al Gobierno. La confluencia no se ha agotado, pero hubo quienes consideraron cuando llegamos al Gobierno que había perdido utilidad.
¿Incluso tras las disputas de estos años y que llegaron al punto de su destitución al frente de la concejalía de Hacienda, IU hubiera continuado con su apuesta por Ahora Madrid?
Por supuesto: Ahora Madrid es un espacio heterogéneo en el que hay sensibilidades a la izquierda del PSOE que son diferentes pero compatibles. Tenemos que ser capaces de establecer un marco (y en Ahora Madrid existía) en el que se puedan resolver las diferencias. Cuando, desde el principio del mandato, el estilo pasa de ser un Gobierno que escucha a cumplir sentencias inapelables, ese mecanismo vertical no está muy de acuerdo con el proceso que dio lugar a Ahora Madrid. Nosotros y nosotras seguimos reivindicando ese proceso, entendemos que la candidatura que hemos conformado con gentes de la Bancada Municipalista, de Anticapitalistas, de gentes huérfanas de Podemos que no tienen un referente en la ciudad de Madrid y, por supuesto de IU, tiene una base sólida y amplia para dar respuesta a esa necesidad que es un clamor de la sociedad madrileña que llenó las plazas y que no ha sido satisfecho. Nuestra obligación es dar respuesta electoral a toda esa gente que, en otro caso, se refugiaría en la abstención, lo que sería la peor noticia para Madrid.
¿Ha habido alguna tentación de dimisiones por parte del Gobierno municipal, de usted mismo, porque se dejaran de sentir identificados con el proyecto de Manuela Carmena?
El proyecto no era de Manuela Carmena. Era el proyecto del conjunto de las bases que confluyeron en Ahora Madrid. Nosotras y nosotros, cuando hemos tenido diferencias políticas, ha sido por defender el programa que nos llevó al Gobierno, no por lo contrario. Quienes tienen que explicar el motivo por el cual viraron sus posiciones políticas son otras personas, no quien le habla. Nosotros y nosotras hemos sido, somos y seguiremos siendo coherentes con el programa que nos llevó al Gobierno de la ciudad de Madrid: no tiene mucho sentido defender una cosa cuando estás fuera de la institución y otra cuando llegas a ella.
Lo que quiere decir es que su proyecto encarna el primigenio de Ahora Madrid y que Manuela Carmena y el errejonismo lo han traicionado.
Yo no he hablado de traición, porque ése es un tema moral. Lo que tenemos claro es que para nosotros y nosotras el programa sigue plenamente vigente y lo vamos a seguir defendiendo. No tiene lógica pensar que con el posibilismo, que con el atajo, llega a algún sitio: si la gente no nos ve como una herramienta útil para mejorar sus vidas, su ciudad, cosas tan básicas como el precio de los alquileres, terminará pensando que no vale de nada ir a votar porque no les solucionamos sus problemas. No hemos sido capaces de llevar hasta las últimas consecuencias la defensa de que hay que reequilibrar territorialmente la ciudad. Eso supone poner mucho más dinero del que se ha puesto. Lo hicimos durante los tres primeros años, pero hubo un momento en el que Carmena decidió que prefería llevarse mejor con el PP en el Gobierno de la nación que con sus bases. Yo eso no lo califico moralmente, es una opción política.
durante los tres primeros años en que este concejal dirigió los destinos económicos, la ciudad ha tenido los números más brillantes de su historia
De acuerdo con una encuesta de Telemadrid, Más Madrid sería primera fuerza en intención de voto e IU apenas llegaría al 1% y no tendría representación. ¿Cómo interpreta esto?
Yo acabo de ser nombrado candidato. Las encuestas no recogen ni van a recoger hasta dentro de unas semanas el trabajo, que es muy poco visible pero imprescindible, del movimiento vecinal y las organizaciones políticas a la izquierda del PSOE y Más Madrid, que están conformando la alternativa real posible para la mayoría social en la ciudad. También nos decían hace cuatro años que era imposible que nuestro programa económico llevara a otra cosa que a la ruina. Eso me lo decían a mí cuando me nombraron concejal de Economía y Hacienda. Y ahora puedo decir con orgullo que el tiempo nos dio la razón y que durante los tres primeros años en que este concejal dirigió los destinos económicos, la ciudad ha tenido los números más brillantes de su historia y los ha tenido no empezando por la bajada de la deuda, sino por el incremento del gasto social, de la inversión y, al mismo tiempo, teniendo superávit y reduciendo el endeudamiento. Creo que tenemos elementos suficientes para considerar que somos creíbles. Que eso se vea reflejado en las encuestas, pues bueno, esperemos que no tarden mucho tiempo en hacerlo.
¿Qué ha pasado para que no puedan ir con Podemos en las elecciones municipales?
Podemos decidió desde el principio, después del abandono de Manuela Carmena de este barco común, que no quería presentarse en Madrid. Respeto lo que los compañeros decidieron, pero lo que sí está claro es que animo a votantes de Podemos, con los que estamos en plena sintonía, a que voten nuestra candidatura que responde al objetivo común que nos unió en 2015.
¿En qué consiste su proyecto?
Nuestro elemento central está en la economía: tiene que potenciarse el tipo de presupuestos que defendimos en la primera parte de la legislatura, enfocados en resolver las necesidades de la ciudad, no poniendo el tope por encima del que no se puede crecer. Hay que resolver el problema de la vivienda: no tenemos la competencia, pero sí la incumbencia, y contamos con la capacidad, el dinero y lo que haría falta sería la voluntad política, a la que nos comprometemos. Hay que poner vivienda pública en alquiler social a disposición de miles de familias que la precisan y se puede hacer: tenemos 1.250 millones de euros parados en los bancos porque no hay voluntad de utilizar ese remanente. También hay que aplaudir cosas que como Gobierno hemos hecho y que han realizado otros compañeros y compañeras que acompañan a Carmena en su candidatura: se ha avanzado en materia de movilidad. Pero hay que ir aún más allá. En lo social se han dado pasos importantes: mil millones más en este mandato que en el anterior para servicios sociales. Pero la ciudad requería más: persiste una lacerante desigualdad lesiva para las personas que la sufren y para el crecimiento. Necesitamos gastar más en estas partidas y ahorrar en otras: hay infinidad de servicios públicos que están siendo o han sido externalizados, que están siendo gestionados por empresas en vez de ser prestados de manera directa por el Ayuntamiento. Eso supone un sobrecoste enorme y un problema de precariedad laboral para las personas que trabajan para el Ayuntamiento de manera indirecta.
Pero estos procesos tienen el problema de que se pueda castigar al Ayuntamiento por incumplimiendo de contrato. Por eso parece que ciertos servicios no se remunicipalizaron.
El contrato de limpieza no ha vencido, vencerá dentro de un año y medio. El de recogida de residuos sí venció y se renovó, se volvió a licitar. Hay una amplia gama de contratos: sobre algunos se puede negociar la rescisión o la anticipación de resolución y sobre otros, no. Lo que no puede ser es que el criterio, cuando vencen los contratos, sea renovarlos o licitarlos. Esa no es la política que necesita la ciudad.
Otro punto caliente es el urbanismo.
En el barrio del Cañaveral aún no se han construido todas las viviendas que pueden ir y no se cuenta con la equipación pública necesaria: ni la Comunidad ni el Ayuntamiento han hecho sus deberes. Todo eso hay que hacerlo en la ciudad que ya tenemos, antes de pensar en ampliar la del futuro.
La competencia de vivienda es de la Comunidad, pero el Ayuntamiento no puede eludir la responsabilidad con las familias que pierden su techo
¿Qué papel ha desempeñado la Operación Chamartín en las discrepancias?
Ha sido un elemento de discrepancia enorme. Hablamos de algo que nace con opacidad hace más de dos décadas. Josep Borrell, cuando era ministro de Fomento, decidió que se desarrollara el norte de Madrid (aprovecho para decir que hay que desarrollar, que hay que cerrar Madrid por el norte), pero apostó porque fuera una empresa privada la que lo hiciera. No tiene lógica porque tres de cada cuatro metros son públicos y no se puede eludir la responsabilidad que tienen las administraciones. No se puede subcontratar, que es lo que se ha hecho. Y no por casualidad: se ha dado un enorme negocio a una empresa privada, a Distrito Castellana Norte, compuesta accionarialmente por BBVA y San José. Esta actuación va en contra de un pacto contra la especulación que firmamos en la precampaña electoral en 2015. Ese pacto lo firmó Ahora Madrid, pero hay gente que se ha bajado.
¿Cómo evitaría los desahucios un Ayuntamiento dirigido por usted?
En estos años ha habido buena voluntad, pero sin que acompañaran los recursos para abordar el problema. La competencia de vivienda es de la Comunidad, pero el Ayuntamiento no puede eludir la responsabilidad con las familias que pierden su techo y a las que no se puede decir “no es mi competencia”. ¿Cómo actuar? Con adquisición y construcción de vivienda y poniendo los nuevos desarrollos urbanísticos al servicio de las necesidades de la ciudad. Tenemos que multiplicar por diez la vivienda de propiedad pública en Madrid que no sea vendida, ni ahora ni dentro de veinte de años, y que sea alquilada a precios que dependan de los ingresos de sus inquilinos y si esas personas empiezan a tener una mejor situación, dejen de tener derecho a esa vivienda y den paso a otras.
En la Comunidad de Madrid finalmente e in extremis se ha llegado a un acuerdo entre IU y Podemos para ir juntos a las elecciones. ¿No temen que los militantes de IU que votaron mayoritariamente en contra de esa confluencia estén enfadados?
Es que la consulta no fue si ir, o no, con Podemos. Ganó, no por mucho, por un 60% la opción uno, que no era no ir con Podemos, sino la construcción de Madrid en Pie, un espacio plural en el que hay una heterogeneidad de opciones políticas, fundamentalmente, por más importantes, Anticapitalistas e IU, y que se seguiría explorando, hasta el último momento, la posibilidad de que estuviéramos en ese mismo espacio o en una confluencia con Podemos. Eso fue lo que salió. En absoluto se ha producido una vulneración del espíritu o de la letra del referéndum. Yo opté por la opción dos (aceptar la oferta de acuerdo de Podemos), porque, independientemente de los detalles del acuerdo, la izquierda no se puede permitir fraccionar el espacio. Durante estos dos días he recibido centenares de mensajes saludando el acuerdo final. Lo que más nos importa a la izquierda transformadora y a IU es que haya una actuación programática no sólo compatible, sino que ilusione a todas las partes que forman parte de la confluencia. Nadie entendería que hubiéramos ido separados de aquellos con los que tenemos coincidencias programáticas. Más allá de eso, con lo que me quedo, más allá del resultado final, es con la capacidad de las partes para reconocer al otro y saber que se tiene que construir de manera colectiva la alternativa para la Comunidad de Madrid.
Hablando del reconocimiento de las partes... lo del nombre...
Es Unidas Podemos Izquierda Unida Madrid En Pie. Nos obliga a un trabajo adicional la ensalada de letras y siglas, pero también quiero ver la parte positiva: que en una confluencia las partes sean reconocidas es importante. Tiene que haber mecanismos que permitan que la gente se sienta cómoda en esa heterogeneidad. Si no, lo que se producen son fugas que van más allá de lo electoral.
¿Temen que se les eche la culpa, o a las desavenencias que existen en la izquierda, de que pueda haber un tripartito de derecha en el Ayuntamiento o en la Comunidad?
La responsabilidad sería que no fuéramos capaces de atraer a la gente con una oferta útil para sus necesidades. Si no nos ven creíbles, se abstendrán. Entonces, la ultraderecha y la derecha gobernarán la ciudad. Si no se quedan en casa porque entienden que somos una herramienta válida para resolver sus problemas, entonces conseguiremos nuestro objetivo. Creo que tenemos un aval y suficientes logros en la mochila para considerar que tenemos posibilidades de conseguir éxitos.
En pactos postelectorales, ¿IU evitaría en cualquier caso que gobernara la derecha?
Siempre. Conozco un solo caso en que se hizo lo contrario: Extremadura.
Sobre su imputación. No ha sido de momento un problema. ¿Lo puede llegar a ser?
Yo tengo una querella puesta por el PP y Villarejo de la mano. Hay una peculiar alianza de intereses de la derecha y de las cloacas policiales para atacar a sus enemigos. No me apetece ni me gusta que me hayan puesto una querella, pero estoy orgulloso de las políticas que he realizado y estoy seguro de que no he hecho nada más que perseguir la corrupción. Lo que se ha usado en las empresas públicas de las que yo he formado parte han sido las instrucciones con las que contrataba el PP, las mismas, ni más ni menos. Casualmente, el PP y Villarejo me ponen una querella por utilizar sus instrucciones de contratación sin ninguna base y sólo motivada por nuestra actuación beligerante contra la corrupción. De manera indirecta Villarejo se dirigió a nosotros para que retiráramos las causas que IU tiene en su contra para él a su vez retirar su su querella. Nosotros no negociamos con corruptos. Yo no he hecho nada contra la ley, con absoluta seguridad.
¿Han contemplado la posibilidad de que IU no tenga representación en el Ayuntamiento?
Si se produce esa situación, sin duda, habremos cometido errores que en su momento se sustanciarán. Existe la necesidad de que haya programas de transformación solventes y contrastados, con el mejor desempeño económico que se haya realizado en la historia de ningún Ayuntamiento. Aún así, puedes no ser reconocido, podría ocurrir.
También la gente puede tener la duda de si IU será capaz de ponerse de acuerdo con Carmena cuando ha habido tantos problemas estos años.
Hemos llegados a montones de acuerdos y los reivindico y han permitido que la ciudad mejore estos años. En absoluto se parece la ciudad a la que nos habrían dejado cuatro años de Esperanza Aguirre o de Begoña Villacís. Aunque tenemos una diferencia sustancial: entendemos que las políticas públicas se hacen poniendo dinero, y si no se apuesta directamente por eso, no se puede contar a la gente que se va a transformar la ciudad. Pero los pactos son para solucionar las diferencias.
¡Hola! El proceso al procés arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de...
Autora >
Cristina Vallejo
Cristina Vallejo, periodista especializada en finanzas y socióloga.
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