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Un fallo judicial sobre violencia de género en Argentina está dando la vuelta al mundo. A principios de año, la Justicia de Buenos Aires imponía al popular periodista Baby Etchecopar, presentador de Radio 10, la obligación de ceder a feministas diez minutos en su programa El Ángel del Mediodía. La medida ha empezado a aplicarse este mes de junio.

Condenado por discriminación y violencia de género, la pena impuesta a Etchecopar persigue sensibilizar y concienciar a sus oyentes sobre “las actitudes patriarcales y los estereotipos sobre la mujer que predominan en muchos medios de comunicación”. Para ello, el locutor deberá compartir tiempo de su programa con académicas, especialistas y trabajadoras en temáticas de género que aborden las causas subyacentes de la violencia machista “como algo inaceptable y perjudicial”.  El periodista estará bajo control durante un año.

La causa judicial se inició después de que, en septiembre de 2018, Etchecopar insultara y atacara verbalmente a varios colectivos feministas en su programa. “¿No te da vergüenza? Caradura, vividora. Sos una porquería. Gusano. Sáquenla del aire”, declaró en mitad de una entrevista con una dirigente del movimiento social Evita de La Matanza. “Esas mujeres que se embarazan para cobrar planes sociales”, dijo. También tildó de “mugrientas”, “roñosas sinvergüenzas”, “tortilleras”, “porreras”, “crías hijas de puta”, “atorrantas”, “infradotadas”, con “olor a menstruación” a un grupo de mujeres que se acercó a la radio para protestar por su comportamiento hostil.

La fiscal Claudia Barcia denunció a Etchecopar ante la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas N° 18 de la ciudad de Buenos Aires. Su titular, Federico Villalba Díaz, consultó a Verónica Guagnino, fiscal especializada en género. Quedando demostrada “la existencia de violencia por razón de género contra las mujeres”, por lo que “hay intereses públicos en juego”, ya que en las expresiones del periodista había “intimidaciones denigratorias y discriminatorias dirigidas a perpetuar los estereotipos y la desigualdad de género hacia las mujeres y otros grupos vulnerabilizados”, según expone un comunicado del Ministerio Público Fiscal porteño, el daño causado “obliga a proveer de la forma más adecuada a su más amplia satisfacción, haciendo uso de las herramientas legales disponibles, para satisfacer ese deber de reparación integral suficiente”.

El acuerdo fue aprobado por el Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°31, a cargo de Susana Parada, cuya sentencia establece “un probativo que tiene por objeto estimular la reflexión del periodista, pero más especialmente de los oyentes (como forma de reparación social), sobre las causas subyacentes de la violencia por razón de género contra la mujer, en particular las actitudes patriarcales, los estereotipos, la desigualdad en la familia, el incumplimiento o la denegación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la mujer”.

Así, desde el pasado 5 de junio, todos los miércoles el programa de Baby Etchecopar cede minutos a voces que tratan de sensibilizar a la ciudadanía. La participación de las especialistas que concurren a su programa de radio tiene como objetivo “promover el empoderamiento, la capacidad de acción y la opinión de las mujeres”.

Los micros feministas, veintidós en total, han empezado a emitirse este mes de junio (todos los miércoles al mediodía, durante el programa). “Van grabados porque a las académicas y expertas no les resulta cómodo compartir el estudio con Etchecopar”, explica a CTXT Verónica Guagnino, quien propuso tan singular mecanismo de reparación.

Durante el tiempo asignado a las especialistas, “el periodista no deberá cometer ninguna agresión, tampoco podrá cuestionarlas o enjuiciarlas mientras hablan, ni antes ni después de sus intervenciones. Ni darle paso a cualquier ofensa en boca de un oyente contra el colectivo feminista, de lo contrario, la medida correría el riesgo de perder validez y derivar en un juicio”, señala la fiscal de Cámara especializada en Género. No deberán hacerse cortes publicitarios. “De ninguna manera Etchecopar puede hacer agravios ni permitir que los haya”, subraya, a efectos de “no incurrir en conductas reñidas con los estándares normativos nacionales e internacionales que prohíben toda discriminación y violencia contra los derechos humanos de las mujeres y otros grupos vulnerabilizados”.

Aun así, el periodista desacreditó al colectivo feminista al asegurar que la medida correctiva, a la que accedió, “no es un éxito de las feministas”, sino más bien “una especie de censura de prensa”.

Un medio de comunicación es un poderoso agente de cambio y transformación cultural. Sus mensajes pueden alterar o fortalecer las costumbres y el comportamiento social, pueden impulsar el empoderamiento de las mujeres, o por contra, reforzar la cultura automatizada de la violencia contra la mujer. Baby Etchecopar tuvo que comenzar a cumplir la sentencia hace dos semanas. La primera en tomar la palabra fue Diana Maffia, directora del Observatorio de Género para la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.