PACTÁNDOSE ENCIMA (II)
Dos horas en el museo del marco
Al final de la anterior legislatura estaba la cosa pactada para un Gobierno de coalición. UP se quedaba tres ministerios unicornio y –ojo, cuidadín– la presidencia del Congreso
Guillem Martínez 10/07/2019
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1- Un Gobierno de coalición es sencillo como un botijo. No es el fin del mundo. De hecho, puede ser, incluso, nada. Pactas con UP una serie de ministerios, los más cutres que encuentres. Después vas a la investidura, te votan, eres Gobierno. Un Gobierno es un ente presidencialista, de manera que a los tres meses, alehop, el Presi puede echar a los ministros de los ministerios cutres, romper el acuerdo y gobernar en solitario. Por supuesto, con responsabilidad orientada al futuro y bla bla bla.
2. Al final de la anterior legislatura estaba la cosa pactada para un Gobierno de coalición. UP se quedaba tres ministerios unicornio y –ojo, cuidadín– la presidencia del Congreso. Tras las elecciones y la operación vuelta al cole, ese momento de continuidad natural de la anterior legislatura no se ha producido. Sí, UP tuvo resultados pochos en el Congreso. Pero fundamentales para establecer un gobierno de izquierdas. ¿Por qué no es posible un gobierno de coalición ahora? ¿Por qué no es posible, siquiera, la tomadura de pelo esbozada en el punto 1? ¿Por qué estamos navegando en otra tomadura del pelo distinta y distante?
3. Por marcos.
Las izquierdas deberían defendernos de la política de marcos, como deberían defendernos de la pobreza hereditaria, de la promocionada, y de la ropa cara y poco sexy
4. Los marcos son una herramienta comunicativa de la política en todas partes. Pero es LA política en sociedades seriamente enfermas y que se han ido al garete. Es LA política en USA, en Polonia, en Hungría, en Italia, en Esp, en Cat. Y puede serlo en UK. Permiten el acceso al poder, y la permanencia de cuadros en el poder tocándose los XXXXXX, fabricando políticas de beneficio inmediato para los cuadros. La cosa consiste en garantizarse el dominio sobre un marco –generalmente es el nacional, si bien hay otros que son sus primos hermanos, como la seguridad, el orden, la inmigración–. Y hacer recaer toda la política en ese marco. Y en sus primitos. Fuera de los marcos transcurre esa cosa que ya nadie ve y que no tiene nombre, denominada realidad. No se pierdan, en ese sentido, el punto 18, en el que echo la casa por la ventana.
5. Para trabajar a tutiplén con marcos necesitas un a) político, un b) periodista y una c) sociedad proclives a la mentira –eso entra dentro del pack, snif, “sociedades seriamente enfermas y que se han ido al garete”–. Por todo ello, los marcos son una herramienta más cercana a las derechas, que disponen de a) y b), y les importa una higa c). Cuando las izquierdas apuestan por los marcos como si no hubiera un mañana, juegan en el campo de las derechas. Pueden tener éxito. Incluso un éxito llamativo. Pero es un éxito momentáneo, pues una política de marcos no tarda en volver a sus legítimos propietarios. Las izquierdas, de hecho, deberían defendernos de la política de marcos, como deberían defendernos de la pobreza hereditaria, de la promocionada, y de la ropa cara y poco sexy.
6. Pues bien, el PSOE está haciendo una partida salvaje de marcos.
7. Pues bien, el PSOE ha decidido que “ese momento de continuidad natural de la anterior legislatura”, del que les hablaba en el punto 2, no se produzca. Esto es, ha decidido prescindir de lo comunicado implícitamente en su campaña. Lo que puede alterarnos, pero no sorprendernos. La política, por aquí abajo y un poco más arriba, es así, y no todo el mundo está capacitado –éticamente– para ejercerla. En mi clase de EGB, calculo, sólo había una o dos personas capacitadas para la política. Crecieron sanos y fuertes porque nos mangaban el bocata cada día.
8. ¿Qué quiere el PSOE? Ni idea. Hay días en los que ni siquiera sé lo que quiero yo. Puedo explicarles, no obstante, lo que quieren los marcos por los que apuesta.
9. El PSOE quiere prescindir de apoyos proetarras y separatistas. Dos palabras sin significado una vez que no existe ETA, y una vez que ha quedado claro lo que el escaso periodismo local explicó desde 2012: que el procesismo no era nada/eran marcos. El PSOE apuesta por la centralidad. Un concepto-marco. Es decir, que tampoco existe. La centralidad, a su vez, cambia de significado en cada época. A finales del XVIII consistía en decapitar a Luis XVI, a principios del XXI en reírle las gracias a su descendiente cuando, el 3-O, en un discurso de marcos, redujo toda la política esp al marco nacional. Como el procesismo. Yupi.
10. ¿Cómo se prescinde de UP y de los nacionalismos periféricos y, por el mismo precio, se accede a la presidencia del Gobierno? No se puede. Ni C's, ni PP pueden prescindir de sus marcos para votar y abstenerse frente a Sánchez. O desaparecían/cederían el marco. ¿Qué pretende el PSOE?
11. Ni idea. Los puntos 12-14 pretenden crear una horquilla de posibilidades.
El PSOE quiere prescindir de apoyos proetarras y separatistas. Dos palabras sin significado una vez que no existe ETA, y que ha quedado claro lo que el periodismo local explicó desde 2012: que el procesismo no era nada/eran marcos
12. Si pretendían llevar a la centralidad a UP, ya lo han hecho. Por lo que la partida de marcos ya debería haber finalizado. Es decir, UP ha renunciado a un referéndum en Cat, ha garantizado su fidelidad a la política exterior esp –que es como jurar fidelidad al malo de una peli de terror japonesa–, y parece haber renunciado a cualquier movimiento en la política de izquierdas que no vaya encaminado a paliar la situación de los alquileres y el abuso energético. Por otra parte, dos pasotes reconocidos como tales en la UE. Las maneras en las que UP acomete las reuniones con el PSOE son más próximas a la cultura política local que al 15M. UP, además, filtra poco, y lo que filtra de esas reuniones no son torpedos en la línea de flotación del PSOE.
13. Por lo demás, el grueso de las informaciones del PSOE al respecto de las negociaciones parece más falso que verdadero. El eje del desencuentro no radica en que UP haya pedido una vicepresidencia. Algo que no está claro que haya hecho. O que haya hecho, al menos, después de la anterior legislatura. El documento ofrecido a UP, elaborado en la Comisión Permanente Ejecutiva Federal del PSOE –esa cosa que no hace esos documentos; esas negociaciones las lleva el Presi y sus mariachis; por lo demás, el texto es una versión twitter del programa del PSOE–, no es un documento para el acuerdo, sino para la dramatización del desacuerdo en posteriores tertulias. Cada vez que un político del PSOE, o que un tertuliano/editorialista/periodista apuesta por todas esas versiones oficiales del PSOE, el PSOE y el fulano en cuestión se desacreditan. Algo, por otra parte, sostenible –una política consagrada al marco tolera la deshonestidad antes que el aburrimiento–, pero más sostenible en las derechas
14. ¿El PSOE quiere ir a elecciones? Parece que no. Sí, sus encuestas son chachis. Quizás tan solo está depurando la centralidad esa, para poder concurrir a unas elecciones con el mismo y reluciente marco con el que acuden a elecciones PP, C’s y Vox. Pero nunca lo tendrá más reluciente que ellos. Por otra parte, las derechas no ganaron en las últimas elecciones en el país favorito de la Divina Providencia, porque la Divina Providencia ese día estaba mirando a otro sitio. Es posible que la Divina Providencia, en las próximas elecciones, vuelva a mirar a otro lado. Pero no las tres derechas –no se pierdan, en ese sentido, el punto 17–.
15. ¿El PSOE está machacando a UP en vistas a tenerlo como una seda llegado el momento? Puede ser. Pero, lo dicho, es poco verosímil que, con el paso del tiempo, UP se flexibilice más de lo que ha hecho. Es más, puede ocurrir lo contrario, que en septiembre, si no hay milagro en julio, el apoyo de UP al PSOE sea más caro. Puede ocurrir, incluso, que ese apoyo no exista si no es bajo unas condiciones de fuerza. UP podría perder mucho en unas elecciones. Es decir, no tiene nada que perder en un póquer salvaje en septiembre.
16. En tanto que política de marcos, ¿todo esto del PSOE puede ser un Chicken Game, una partida cuyo único interés es ver quién se raja primero? Puede. Sería un Chicken Game, el juego más bobo del mundo como se vio en Cat, esta vez gestionado por profesionales del análisis político. Lo que puede ser la monda. Es decir, una tragedia mayor. Si algo ha demostrado la experiencia Cat es que la profesionalización en la política de marcos no requiere de profesionales. Que desde el Aznarato, cuando llegó aquí abajo la cosa marcos, se han creado profesionales de los marcos, brillantes, que apenas saben hacer la ‘o’ con un canuto en otros ámbitos de la vida. Un profesional de la política, apostando todas las fichas a una partida de Chicken Game, sabiendo que entre sus clientes hay cierta cultura de izquierdas, puede ser alguien más peligroso que un mono con una pistola.
17. Hola. Soy el punto 17 aquel, que les iba a hablar de las derechas. Siguen a la greña. Pueden perder Madrid. Perder Madrid es algo sencillo como un botijo. Lo pierdes y, a los tres meses, te pones de acuerdo. Haces moción de censura y, alehop, ya tienes gobierno en Madrid. Por lo demás, las complicaciones de las tres derechas a la hora de negociar gobiernos explican quién posee el marco, quién posee un marco que no puedes dejar herido, o la cosa sería mala para el negocio. Es Vox. Pero todo esto es una situación nueva. Y las derechas están aprendiendo. En caso de nuevas elecciones generales, las derechas darían por finalizado su master, me temo. Y optarían por soluciones más imaginativas. Como la ensayada en Navarra. El Gobierno Central no es, para ellos, Murcia o Madrid. Es un negocio mayor.
Las derechas pueden perder Madrid. Perder Madrid es algo sencillo como un botijo. Lo pierdes y, a los tres meses, te pones de acuerdo. Haces moción de censura y, alehop
18. Hola. Soy el punto 18, y ya oyeron hablar de mí en tiempos tan lejanos como el punto 4. Esta semana ha trascendido que la GC ha encontrado en el ordenador de Viver Pi-Sunyer un texto inquietante que establecía los criterios para la obtención de la nacionalidad cat en una república. Si bien todo lo que ha aportado la GC a la cosa Procés se debe someter a sospecha –lo que es gravísimo, por cierto–, de ese texto había noticias. Y si bien ese texto, como todos los textos programáticos del procesismo, eran delirios, juegos para aplazar la muerte, sin voluntad de llegar a ser jurídicos, otorgan, por todo ello, sentido ideológico, casi lacaniano, al conjunto. Y el conjunto, lo que hay detrás del marco nacional –que siempre es algo democrático que tira de espaldas en Cat, Esp, Hungría o Polonia–, queda fijado como algo atrozmente reaccionario. Étnico, incluso. Si no lo fuera, en fin, no tendría que vivir detrás de marcos chupis. También ha trascendido el espionaje a políticos y embajadas cat, o como se llamen, por parte del CNI. Sorprende que se investigue actos tan chorras que se desacreditan solos, por lo cutre y derechistas de pueblo que son. Pero orientan a lo que vive detrás del marco “democrático” del Estado. Lesiones a la democracia. Espionaje a ciudadanos, por ejemplo. Algo así de gore apunta lo que ha trascendido recientemente sobre la Operación Cataluña, gestionada por Villarejo/el Estado. Esta semana también ha trascendido que C’s ha denunciado al mundo libre su persecución inaudita en la marcha del Día del Orgullo en Madrid. Si bien C’s es un partido que enviaría a sus líderes vestidos de KKK a la marcha sobre Washington de Luther King, para denunciar su persecución, la cosa sirve para visualizar lo que hay detrás del marco “víctima”, tan recurrente en la política de marcos esp y cat. No hay una víctima, esa cosa que se queda sola en el trance de serlo, sino un agresor.
19. Mas líbranos de los marcos, venga, PSOE, enróllate. Amén.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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