El Atlético se desangra en los centros laterales
El equipo del Cholo defiende peor que antes. Ante el Bayer, sufrió en cada córner en contra
Felipe de Luis Manero 7/11/2019
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Tal vez en el imaginario colectivo el Atlético sea uno de los equipos que mejor juego aéreo defensivo tiene. Podría ser así hace unos años pero la realidad actual es muy distinta. Los de Simeone llevan tiempo acusando serios problemas en la defensa de los centros laterales y en Leverkusen la burbuja terminó por reventar. Fueron dos goles que pusieron la justicia en el marcador que faltó en el choque del Metropolitano. El equipo rojiblanco, incapaz de engancharse a la buena dinámica del Sánchez Pizjuán, se aleja de nuevo del primer puesto de grupo. La temporada pasada ya se arrepintió.
Un Atlético irreconocible por arriba
Las estadísticas no siempre dicen la verdad porque, entre otras cosas, no entienden de sensaciones. El Atlético es el equipo menos goleado de Primera (junto con el Athletic), eso es verdad. Pero también es cierto que defiende peor que antes y ese déficit se acentúa sobremanera en los centros laterales (ya sea en balón parado o en juego corrido). Ante el Bayer, el equipo del Cholo sufrió de lo lindo en cada córner en contra (11-3 para los alemanes, ojo).
Los locales acumulaban gente en el área pequeña, muy cerquita de Oblak, en la zona del primer palo y mandaban centros cerrados. En el primer tanto, Thomas se termina metiendo el balón en propia después de que el primer despeje de Oblak llegase de nuevo a un jugador del Bayer. En ese primer rechace, el meta esloveno (extrañamente nervioso e inseguro en estos lances) no se entiende con Diego Costa. Es un problema que se viene repitiendo: los rivales rematan en muchas ocasiones y si no lo consiguen a la primera, tienen otra oportunidad. Demasiado para un equipo que antes no concedía nada.
El segundo gol es un centro lateral lejano que deja en evidencia a la zaga atlética. Hermoso está en el primer palo y falla en el intento de despeje. Hasta ese momento había sido el mejor del equipo: atento en las coberturas, providencial al cruce y con precisión de cirujano en los envíos largos. El tanto de Volland no deja tampoco en buen lugar a Felipe (fallón en todo el partido). El delantero alemán es el único hombre del Bayer en el área y consigue rematar (le da tiempo incluso a controlar con una pierna y a tirar con la otra), a pesar de la supuesta marca del zaguero brasileño.
Por cierto, los mejores minutos del Atlético en la segunda parte se vieron frenados por la trifulca originada en el área de Oblak a causa de… otro córner en contra. Ese otro fútbol es el que antes manejaba a la perfección el Atlético.
Más experimentos sin resultado
Simeone volvió a probar con matices en su sistema. De arranque situó a Correa como enganche por detrás de Costa y Morata. Lo que en otros partidos fue una suerte de rombo ante el Bayer se convirtió, más claramente, en un 4-3-1-2, incluso en defensa. Esto es sorprendente porque normalmente estas variaciones vienen en fase ofensiva y sin balón el equipo defiende con el clásico 4-4-2 en línea. Replegando así, Correa podía cerrar el posible pase al pivote pero a cambio las alas quedaban más desprotegidas.
El experimento duró –de nuevo– 20 minutos. El Atlético volvió a su dibujo habitual para el repliegue y con balón Correa siguió erigiéndose como el factor diferencial. El argentino recibía entre líneas con el objetivo de dar el último pase a los dos delanteros. Las conexiones se dieron, pero fueron insuficientes.
También trató de asociarse en la derecha con Arias, otro de los destacados en las últimas semanas que ayer lo intentó sin apenas incidencia.
¿Por qué no presionó el Atlético?
Es una pregunta que tiene difícil respuesta. Después de la segunda parte de Sevilla en la que el equipo recuperó el vértigo, las transiciones y la presión agresiva, volver a la parsimonia de esperar en bloque medio podía resultar desesperante. Más aún si tenemos en cuenta los evidentes problemas que los hombres de Peter Bosz tenían cuando se les apretaba arriba en su salida en corto. Cuando el Atlético presionó, encontró resultados.
El Bayer situaba a sus dos mediocentros en paralelo y cerca de los centrales en la salida de balón. La disposición del Atlético buscaba emparejar a los rivales y como los centrocampistas de banda estaban con los laterales, eran los mediocentros colchoneros los que iban a buscar a los pivotes. Si el Bayer pasaba esa línea de presión, se situaba directamente ante la defensa del Atlético. Quizá por eso el cuadro colchonero fue tan cauto. En cualquier caso, el equipo pierde mucho punch al no presionar.
Lodi, nulo en ataque
Tras un inicio de temporada fulgurante, Renan Lodi ha entrado en recesión. Ante el Bayer volvió a estar inoperante en el plano ofensivo y fue el primer cambio de Simeone. Al no tener un recambio de garantías para el lateral brasileño, el Cholo volvió a colocar al multiusos Saúl en el carril izquierdo. ¿El resultado? Todos los ataques de la segunda parte los cargó por la derecha, por lo que el equipo fue mucho más previsible.
Demasiado juego interior
La salida de Lemar le aportó cosas diferentes al Atlético. El francés jugó descaradamente por dentro, posicionándose a veces como una especie de mediocentro. Durante unos minutos coincidió en el campo con Vitolo y Correa. Los tres jugando en los carriles centrales, junto a Thomas y Koke. Demasiado juego por dentro y muy poco por fuera. Le faltó al Atlético desborde y profundidad en las bandas.
Desconexiones habituales
El equipo volvió a salir sin la tensión competitiva necesaria para llevarse el partido. Regaló la primera parte (y unos minutos de la segunda) y solo reaccionó cuando se vio dos goles por debajo. Los brotes verdes son intermitentes y vienen espaciados en el tiempo. A este equipo le cuesta horrores ser regular en el juego y mantener las dinámicas ascendentes. Se ha vuelto imprevisible y eso, si lo comparamos con el pasado, no es positivo. Antes era siempre letal.
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Felipe de Luis Manero
Es periodista, especializado en deportes.
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