Pensamiento
Sobre 'La Constelación de los Comunes'
La investigación de Palmar Álvarez constituye una herramienta excepcional para el pensamiento político a través de la recopilación de experiencias en videoentrevistas
Luis Moreno-Caballud 23/12/2019
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La Constelación de los Comunes reúne una colección de entrevistas en profundidad a distintas “comunidades de práctica” que, según se dice en la página web que la alberga, “ensayan un proyecto de sociedad distinto al capitalista”. Estas comunidades de práctica (son 45) están agrupadas, “consteladas”, alrededor de 11 ejes temáticos o “lazos” como, por ejemplo, “derechos de género”, “cohabitación y derechos de vivienda” o “economías sociales, reproductivas y medioambientales”. Las entrevistas han sido realizadas por Palmar Álvarez Blanco (activista, profesora en Carleton College, Minnesota, y presidenta de ALCESXXI) desde 2016 a 2018 en diversos puntos del Estado español.
Entre estas “comunidades de práctica” encontramos formas muy diversas de explorar y construir caminos hacia una sociedad no capitalista. Uno de los grupos que aparece es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que ha sido quizás una de las experiencias políticas con mayor potencia transformadora en la última década en el Estado español, siendo capaz de parar cientos de desahucios así como de proveer espacios de vivienda, apoyo mutuo, aprendizaje político y experimentación igualitaria a cientos de personas. La PAH se ha mantenido siempre como un espacio autónomo y autosostenido en el que se intentaba –con mayor o menor éxito- no crear distinciones entre “activistas” y “afectadas”, y que rechazó adoptar la forma de una ONG o la de una fundación o empresa sin ánimo de lucro.
la Constelación de los Comunes nos anima y nos da elementos de estudio para que nos hagamos la importante pregunta acerca de qué podría ser hoy una vida no capitalista
En la Constelación de los Comunes tiene cabida tanto este tipo de plataformas como otras muchas iniciativas que sí abrazan ciertas formas de profesionalización del activismo, o del “artivismo”, ya sea a través de la creación de pequeñas empresas culturales con formatos tradicionales (librerías asociativas, editoriales militantes, cooperativas de autoempleo, etc) u otros más híbridos que utilizan la “educación expandida” y combinan actividades diversas como el diseño, urbanismo, arquitectura, facilitación, dinámicas de participación social, etc. La mayoría de este tipo de pequeñas empresas culturales tienen una relación intensa con el sector público y trabajan a menudo por proyectos financiados o auspiciados de una forma u otra por el Estado y sus instituciones. Encontramos incluso casos, como el de Medialab Prado, en los que lo que tenemos ya no es una micro-empresa o asociación cultural, sino justamente una institución cultural pública.
Aparecen también en la constelación modelos diferentes de organización que responden a tradiciones más centradas en la autonomía y la autogestión –al menos algunos de ellos-, como pueden ser Centros Sociales Autogestionados (CSAs), o asociaciones y colectivos de inspiración militante –como por ejemplo la veterana Ecologistas en Acción. Encontramos también cooperativas y plataformas que podrían inscribirse en lo que a veces se llama “la economía social” y otras que llevan a cabo prácticas a veces similares, pero que prefieren vincularse más bien a nociones provenientes de los feminismos, como los cuidados o la reproducción de la vida.
la operación aquí es presentar un material “en bruto” y dar qué pensar, aunque toda presentación implica ya una teorización y aquí se están ofreciendo ya muchas respuestas
Al presentar esta pluralidad de comunidades de práctica (“espacios de aprendizaje que se desarrollan a través de la participación social” y que tejen “cuidadosas redes en defensa de una vida justa y digna”), la Constelación de los Comunes nos anima y nos da elementos de estudio para que nos hagamos la importante pregunta acerca de qué podría ser hoy una vida no capitalista. Para aquellxs que pensamos que el capitalismo está destruyendo la vida humana en el planeta Tierra (y cada vez somos más), no existe quizás ninguna pregunta más urgente. En este sentido, la Constelación de los Comunes constituye una herramienta excepcional para el pensamiento político y el análisis del presente (¡e incluso para la supervivencia!).
El esfuerzo generoso por recopilar todas estas experiencias en estas videoentrevistas y hacerlas accesibles con licencia Creative Commons en una página web resulta una contribución emocionante, extremadamente enriquecedora e inesperada a la inteligencia colectiva que afronta esta importante pregunta especialmente inesperada, en tanto que viene del mundo académico, tan incapaz habitualmente de generar herramientas de conocimiento que traten de desafiar la lógica productivista, elitista, mercantilizada y patriarcal que sigue gobernando las instituciones universitarias (especialmente las privadas norteamericanas).
El desafío, la oportunidad, pasa entonces quizás por preguntarnos algo en apariencia muy simple: ¿qué tienen en común todas estas prácticas? ¿Qué son precisamente esos “comunes” que aparecen en la constelación? La propia herramienta, al menos en su formato web (hay también dos libros en camino en los que Palmar Álvarez-Blanco propondrá lecturas de los materiales que ha recopilado), parece querer evitar una respuesta cerrada a esa pregunta. Sin duda, la operación aquí es presentar un material “en bruto” y dar qué pensar, aunque toda presentación implica ya una teorización y aquí se están ofreciendo ya muchas respuestas (al destacar estos y no otros proyectos, al hacerles estas y no otras preguntas, al relacionarlos con estos y no otros ejes temáticos, etc). Tomarse en serio esa pregunta, en cualquier caso, la pregunta por lo común en estos proyectos, y, en definitiva, por el camino hacia un afuera del capitalismo pasando por algo así como “los comunes”, supone hacer frente a muchas contradicciones, dificultades y perplejidades que, por lo demás, La Constelación de los Comunes no trata de eludir. El propio formato de entrevista larga, en profundidad, supone sin duda una apuesta por una mirada capaz de complejizar y problematizar (especialmente en tiempos en los que vemos disminuir nuestra capacidad de atención peligrosamente y por momentos).
En fin, tengo que decir que a mí visitar esta abundancia de entrevistas a gente que se ha liado la manta a la cabeza para empezar algo que no sabe muy bien del todo lo que es, esta galería de rostros ilusionados, de balbuceos y convicciones, de ejercicios de autocomprensión honesta e incluso crítica, me da fuerza y alegría. Al mismo tiempo hace que se me reactiven muchas preguntas que tengo pendientes y que quizás, más allá de planteamientos generalizadores, convenga plantear a partir de una historización de estas “comunidades de práctica”. ¿De dónde salen? ¿Qué supone que se nutran de tradiciones y formas de hacer tan diferentes como la empresa, la cooperativa, el centro social, el grupo de afinidad, la institución cultural pública, el colectivo de artistas o activistas? ¿Qué nos dicen sobre lo que nos ha pasado en los últimos años? ¿Qué retienen del impulso del 15M, y que abrazan del “asalto a las instituciones” que tan problemático se ha revelado en muchos sentidos? ¿Realmente todas estas formas de juntarnos y hacer cosas juntxs nos pueden ayudar a salir del “capitalismo”? Y, sobre todo, ¿se trata de salir del capitalismo o quizás también de que salga él de nosotros, en tanto que nos habita, en tanto que ha colonizado nuestras percepciones, nuestras formas de dar sentido y de sentir?
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Luis Moreno-Caballud
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