1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Bachir Ben Barka / Hijo del histórico político marroquí desaparecido Mehdi Ben Barka

“Marruecos ha regresado a los períodos oscuros de Hassan II que todos creíamos superados”

Gorka Castillo 3/01/2022

<p>El matemático Bachir Ben Barka, hijo de Mehdi Ben Barka, en Madrid.</p>

El matemático Bachir Ben Barka, hijo de Mehdi Ben Barka, en Madrid.

G.C.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El tiempo transcurre en espiral. Al menos así lleva viviendo el suyo Bachir Ben Barka (Rabat, 1951) desde que el 29 de octubre de 1965 dos mafiosos secuestraron a su padre Medhi a las puertas de la Brasserie Lipp de París a plena luz del día. Nunca más se supo del político más universal de la historia contemporánea de Marruecos. Un líder socialista decidido a convertir a su pueblo en faro de la libertad y la independencia de los países pobres en los momentos calientes de la Guerra Fría. Sin embargo, la reciente desclasificación de 1.500 documentos secretos del antiguo servicio de espionaje checoslovaco ha cubierto de sospechas la neutralidad que siempre proclamó Ben Barka para los nuevos Estados que lograban su independencia en los años 50 y 60. Según estos archivos, citados por el periódico británico The Observer y el francés Libération la semana pasada, el carismático líder marroquí trabajó para China, Checoslovaquia, la URSS y llegó a flirtear con la CIA. “Estas afirmaciones darían risa si el tema no fuera tan serio. Sólo pretenden calumniar y manchar la memoria de un militante de la libertad y la solidaridad”, asegura su hijo en esta entrevista modificada en dos ocasiones a raíz de la desclasificación de esos documentos. 

En su opinión, el legado de su padre es tan inmenso e imperecedero que sigue causando pánico en Marruecos donde poco o nada ha cambiado desde la llegada al trono de Mohamed VI hace 22 años. El pasado ominoso quedó bajo llave y la vida de sus ciudadanos sigue discurriendo por el trazo burdo de la penumbra, entre detenciones, espionaje masivo, criminalización de la disidencia, analfabetismo, pobreza, emigración y exilio. Incluso han vuelto a escucharse las armas en las arenas del desierto. Pero esa es otra historia. “Marruecos ha regresado a los períodos oscuros de Hassan II que todos creíamos superados. Me preocupa y me indigna el grave giro que ha dado el Estado violando sus propias leyes y los convenios internacionales en todo lo relacionado con las libertades públicas e individuales, la libertad de prensa y de opinión”, reflexiona Ben Barka en el transcurso de una visita reciente a España para participar en un acto organizado por la Plataforma de Solidaridad con los pueblos del Mediterráneo.

El periódico británico The Observer y el francés Libération acaban de publicar que su padre, Mehdi Ben Barka, trabajó como espía para los servicios de inteligencia checoslovacos entre 1960 y 1965. ¿Estas revelaciones emborronan su prestigio de luchador infatigable contra el imperialismo de bloques durante la Guerra Fría?

Junto con mi familia, he leído estos artículos con indignación y rabia. No es el primer intento de socavar la memoria de Mehdi Ben Barka pero nos ha sorprendido que un periódico tan serio como The Observer pueda reproducir ahora un informe escrito a finales de 2020 por un profesor de la Universidad de Praga muy similar al que ya publicó un periodista checo en el semanario francés L'Express en 2007 copiando “material en bruto” de una selección de documentos desclasificados del servicio de inteligencia checoslovaco, el StB. Son documentos incompletos y están descontextualizados. El académico no aporta pruebas materiales ni retrospectivas, no hace ninguna investigación adicional y carece de análisis del contexto geopolítico de aquella época. A la luz del artículo ni siquiera se puede concluir que Ben Barka proporcionara información “sensible” al margen de sus propios análisis políticos. Afirmar bajo esos parámetros que el líder del movimiento progresista afroasiático se convirtió en un agente de los servicios secretos checoslovacos manipulado por un segundo secretario de su embajada en París es increíble. Mi padre conoció a ese secretario de embajada a principios de los años 60 pero obviamente desconocía por completo su función real dentro del StB.

Pero ahora se ha revelado que su padre viajaba a menudo a Praga para reunirse con altos funcionarios checoslovacos que le dictaban indicaciones.

Sí, viajaba a Praga pero el autor del informe citado por el Observer, el profesor Jan Koura, descuida por completo el entorno geopolítico de aquel periodo. Praga era la sede de organizaciones internacionales progresistas como la Federación Mundial de Sindicatos o la Unión Internacional de Estudiantes, y era paso obligado de los dirigentes políticos de organizaciones internacionales como la Organización de Solidaridad de los Pueblos Afroasiáticos (OSPAA), para llegar a ciertas capitales africanas, asiáticas y cubanas. Desde un punto de vista puramente práctico, sus billetes de viaje y alojamiento eran pagados directamente por las tesorerías de estas organizaciones o subcontratados por los comités locales de solidaridad, entre los que estaba, por ejemplo, el comité checoslovaco, que servían de relevo para la ayuda financiera internacional dentro del campo socialista. Dada la importancia estratégica de Praga, Mehdi Ben Barka, que en aquellas fechas era vicepresidente del Comité del Fondo de Solidaridad encargado de recaudar ayuda financiera para los movimientos de liberación nacional en los países del Tercer Mundo, viajó regularmente a Praga y no era extraño que se reuniera con políticos checoslovacos porque sus análisis sobre la situación en Marruecos o en África tenían interés. Para él no había ninguna razón para no compartirlas con un diplomático o un dirigente político de un país que consideraba “amigo”. También mantuvo reuniones de trabajo similares con jefes de Estado como Nasser de Egipto, Ben Bella de Argelia o N’Krumah de Ghana. De todo esto se desprende que el artículo de Jan Koura, reproducido por el Observer, no es más que otra operación de desinformación y difamación. No merece más que desprecio.

Mehdi Ben Barka nunca se apartó de su línea política e ideológica: el desarrollo de la lucha anticolonial y antiimperialista mediante el fortalecimiento de la solidaridad internacional

En esta ocasión, no sólo relacionan a su padre con el espionaje checoslovaco sino también con China, que libraba una batalla con la URSS por liderar al bloque socialista; y lo que parece más sorprendente, con la CIA, muy interesada en asegurarse la fidelidad de Marruecos durante la Guerra Fría.

Estas afirmaciones son ridículas y darían risa si el tema no fuera tan serio. Sólo pretenden calumniar y manchar la memoria de un militante de la libertad y la solidaridad. Revelan la ignorancia del autor y su total falta de cultura política. En el marco de sus responsabilidades en la Organización de Solidaridad de los Pueblos Afroasiáticos y en el comité preparatorio de la Tricontinental, Mehdi Ben Barka nunca se apartó de su línea política e ideológica: el desarrollo de la lucha anticolonial y antiimperialista mediante el fortalecimiento de la solidaridad internacional, preservando al mismo tiempo al movimiento tercermundista de las influencias soviéticas y chinas. Esta línea se mantuvo constante, tanto en sus relaciones con los líderes soviéticos como con los chinos, con los que mantenía una relación de confianza mutua. En el verano de 1965, pidió a los dirigentes chinos que permitieran a la URSS asistir a la Conferencia Tricontinental que mi padre estaba organizando como vicepresidente del Comité del Fondo de Solidaridad que presidían conjuntamente China y la URSS. ¿Cómo podemos creer que los soviéticos pensaron que tenía “vínculos” con los servicios chinos? Todo esto demuestra la nula seriedad del trabajo de Jan Koura y la poca fiabilidad de los “documentos” a los que dice haber tenido acceso. En cuanto a las supuestas “relaciones” de Mehdi Ben Barka con la CIA, no merecen ningún comentario. En su día, ya fue descrito como un agente del Mossad israelí. Cualquier día se inventan que también fue agente del CAB1 marroquí.

Según usted, ¿qué sentido tiene que hoy, 56 años después de su muerte, alguien esté interesado en difamar a Mehdi Ben Barka?

Mehdi Ben Barka fue constantemente objeto de amenazas. Estuvo vigilado por varios servicios de inteligencia, escapó a intentos de asesinato por parte de la policía política marroquí, fue condenado a muerte dos veces en Marruecos... Desde su secuestro y asesinato, los mismos que organizaron su desaparición física atacan hoy su legado político, que sigue manteniendo plena vigencia. Pero son conscientes de que todos sus intentos por ensuciar su imagen y borrar su nombre de la memoria colectiva están destinados al fracaso estrepitoso. Hoy, en todo el mundo, existen espacios públicos que llevan su nombre, sus escritos continúan publicándose, se traducen y se estudian. E incluso las más altas autoridades del Estado marroquí le rinden homenaje. ¿Qué les queda por sacar a los que aún temen su pensamiento sobre la emancipación popular, la revolución social y el tercermundismo solidario? La calumnia y la desinformación. Pero es en vano. Como declaró el anarquista libertario Daniel Guérin, que participó en la lucha por la verdad sobre el destino de mi padre: “Pese a estar muerto tendrá la última palabra”.

Para los que no conozcan la figura de su padre, ¿quién fue Mehdi Ben Barka?

Fue un hombre fundamental en el proceso de la independencia de Marruecos. Fundó el partido Istiqlal (Independencia) y participó en la redacción del Manifiesto de la Independencia del 11 de enero de 1944. Se licenció en Matemáticas por la Universidad de Argel, impartió clases en el Liceo Gouraud y en el Collège Impérial, donde tuvo como alumno al entonces príncipe heredero de Marruecos, Hassan II. Tras ser elegido en 1943 presidente de la Asamblea Consultiva Nacional de Marruecos intentó transformarla en una institución de aprendizaje democrático con el desarrollo de proyectos inéditos en el país como la construcción de las primeras guarderías marroquíes, la elaboración de una ambiciosa campaña nacional de voluntariado para construir escuelas urbanas y rurales, varios planes de alfabetización popular y un centro de ejecutivos administrativos. Todo bajo el denominador común de la movilización popular. En 1959, fundó la Unión Nacional de Fuerzas Populares de Marruecos (UNFP) que terminó consolidándose como el principal partido de oposición al rey Hassan II. Fue entonces cuando comenzó a ser amenazado por la policía política del régimen hasta que, en 1963, decidió exiliarse. Su análisis estuvo centrado en los peligros que entrañaba el neocolonialismo, algo que influyó decisivamente en otros líderes independentistas africanos. El 29 de octubre de 1965 fue secuestrado en París, a plena luz del día, y nunca más se supo de él.

Las investigaciones judiciales posteriores demostraron que su desaparición fue orquestada por el régimen de Hassan II con la colaboración de los servicios secretos franceses. ¿Por qué decidieron matarlo?

Por ser el principal opositor al régimen del rey Hassan II y, como le decía anteriormente, por su influyente papel en los procesos de emancipación de los pueblos africanos. Es innegable que la responsabilidad política de este crimen recae en las más altas esferas del gobierno del rey Hassan II. Su ministro del Interior y su director de Seguridad Nacional fueron los encargados de ejecutar la orden. Organizaron una gran trama que contó con la participaron de agentes franceses, israelíes y estadounidenses. Eran tiempos de la Guerra Fría y Ben Barka empezaba a ser una amenaza para sus intereses por su demostrada oposición a la neocolonización y también por su capacidad para movilizar a la gente en contra de esas políticas. Y lo asesinaron, como hicieron con Patrice Lumumba, aunque 56 años después sigamos sin conocer las circunstancias de su muerte ni la identidad de sus asesinos ni el lugar donde está enterrado. 

El caso llegó a los juzgados franceses un año después de los hechos. Inicialmente se dictó una orden de arresto contra dos altos cargos del gobierno marroquí y se inculpó a dos policías franceses pero el juez instructor decidió paralizar la investigación con el argumento de que implicar a esos dos agentes galos impedía esclarecer la trama. ¿Hubo presiones para archivar la causa?

El hecho de que agentes de policía fueran los encargados de realizar la investigación penal contra otros policías bloqueaba el avance de las investigaciones. Fue un grave contratiempo para el juez Louis Zollinger, que durante meses tuvo que encargarse él mismo de casi todas las pesquisas y, como supimos después, lo hacía bajo la supervisión y el control del Ejecutivo francés. En realidad, ni siquiera creo que hiciera falta presionar al magistrado. Les bastó con poner múltiples obstáculos para que la investigación entrara en un callejón sin salida.

En el Elíseo había un poder oficial, representado por Charles De Gaulle, y un poder paralelo dirigido por Jacques Foccart, que hizo de África su coto privado durante 15 años

¿Cree que el Eliseo, ocupado en ese momento por el general Charles de Gaulle, estuvo informado de aquellos planes?

En el Elíseo había un poder oficial, representado por el general Charles De Gaulle, y un poder paralelo dirigido por Jacques Foccart, que hizo de África su coto privado durante 15 años. Mi familia, nuestro abogado y yo hemos llegado a la conclusión de que la desaparición de mi padre fue presentada a De Gaulle como un hecho consumado ya que había órdenes para entablar conversaciones con el movimiento popular que empezaba a organizarse en África por aquel tiempo. Por otro lado, Foccart y sus redes neocolonialistas africanas no veían con buenos ojos el desarrollo de estos movimientos emancipadores porque representaban una amenaza muy seria para los regímenes corruptos y depredadores que ayudaron a instaurar tras los procesos de independencia. Sin embargo, la magnitud del escándalo y los indicios de que aquello salpicaba a miembros de su Gobierno empujaron a De Gaulle a incumplir la promesa de que haría todo lo posible por averiguar la verdad. Desde entonces se impuso ese pesado telón de plomo que es “la razón de Estado” para cerrar el caso.

Sin embargo, usted logró reabrir el caso diez años más tarde, ¿cuál fue la conclusión de la justicia?

No hubo conclusión. El caso sigue abierto en los tribunales. Se trata de la trama más antigua de la justicia francesa. Ha pasado por las manos de diez jueces distintos que, con diferentes grados de éxito y de fracasos, terminaron chocando contra el mismo muro de silencio e idéntico bloqueo: “La razón de Estado”.

 ¿A qué “razón de Estado” se refieren?

A los argumentos oscuros que todos los Estados esgrimen cuando no quieren esclarecer determinados asuntos. En el caso de mi padre estuvieron implicados directa o indirectamente Marruecos, Francia, Israel y Estados Unidos. El gobierno francés sigue impidiendo la desclasificación de documentos en nombre del secreto de defensa. Las autoridades marroquíes se niegan a ejecutar las comisiones rogatorias solicitadas por los jueces franceses para interrogar a antiguos agentes de sus servicios secretos, algunos de los cuales están implicados en el crimen pero se niegan a indagar en un centro de detención extrajudicial en el que, según los testigos, estarían los cuerpos de tres de los cuatro mafiosos que participaron en el crimen. Por su parte, las autoridades israelíes se oponen a facilitar detalles sobre el papel del Mossad pese a que muchas investigaciones periodísticas apuntan a que participó en la preparación del secuestro y en la desaparición del cadáver. Por último, la CIA sigue negándose a desclasificar decenas de documentos con el nombre de “Mehdi Ben Barka” que tiene en su poder.

En 2001, un antiguo agente de la seguridad marroquí reveló que su padre murió accidentalmente a manos de sus captores y que él mismo se encargó de disolver el cuerpo en ácido. Sin embargo, usted tuvo que esperar otros seis años para que la justicia francesa dictara órdenes de detención por esta revelación. ¿Por qué?

Estas supuestas revelaciones son para nosotros una operación de distracción montada por los servicios de seguridad marroquíes para conducir a la justicia hacia pistas falsas y evitar la depuración de sus verdaderas responsabilidades. O incluso para obstaculizar otras investigaciones en curso que discurrían correctamente.

¿Cuál es el contenido de estas “revelaciones” que usted considera falsas?

Se dice que dos agentes marroquíes, Oufkir y Dlimi, ya fallecido, fueron los responsables de la muerte accidental de Mehdi Ben Barka. El cadáver fue transportado a Marruecos y luego disuelto en una cuba de ácido. Conclusión: ¡ya no es necesario continuar la búsqueda ni intentar encontrar a los asesinos! Es curioso que estas “revelaciones” lleguen en un momento en el que, por primera vez desde 1965, empezábamos a obtener resultados sobre la presencia en Marruecos de mafiosos implicados en la desaparición de mi padre. Lo cierto es que, a partir de estas “revelaciones”, las autoridades marroquíes sospechosamente dejaron de prestar ayuda a la justicia francesa. Hace casi 18 años que dejaron de responder a las comisiones rogatorias internacionales.

Uno de los señalados por la justicia fue el general Hosni Benslimane, militar de alta graduación del reino de Marruecos, persona muy cercana a la familia real y uno de los máximos responsables de la represión del régimen de Hassan II, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos. Pese a todo, en 2005 fue condecorado con la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica por el Consejo de Ministros español en vísperas de la visita de los reyes de España a Marruecos. ¿Qué opina?

No quiero comentar las decisiones tomadas por uno u otro gobierno en el marco de las relaciones entre Estados donde, a menudo, las consideraciones de interés priman de forma escandalosa sobre los principios de defensa de los derechos humanos. Benslimane es una de las personas a las que el juez francés de instrucción desea escuchar como testigos porque hay pruebas fehacientes de que el día del secuestro de mi padre mantuvo una conversación telefónica con los dos secuestradores. La justicia gala quiere que proporcione detalles que considera relevantes en la búsqueda de la verdad, pero Marruecos siempre se ha negado a facilitarlo, pese a que Benslimane ya no es jefe de la gendarmería marroquí. Esto ha llevado a la justicia francesa a dictar una orden de detención internacional contra él que todavía está en vigor. Ninguna restricción oficial le impide acudir a los tribunales a declarar y contar su versión de lo que sucedió aquel 29 de octubre de 1965.

La situación política en el Tercer Mundo dio un vuelco completo como consecuencia de los asesinatos selectivos de líderes de los movimientos de liberación nacional

Si siguiera vivo, ¿cuál cree que sería su posición sobre la situación actual que se vive en el Magreb y los sueños frustrados de muchos países africanos?

No quiero hacer política ficción. Nadie puede saber lo que una persona que murió hace 56 años pensaría o haría en las actuales circunstancias. Lo cierto es que la situación política en el Tercer Mundo, y quizás en el mundo, dio un vuelco completo como consecuencia de los asesinatos selectivos de líderes de los movimientos de liberación nacional por parte del neocolonialismo, el imperialismo, el sionismo y la reacción local. La lista, por desgracia, es extensa. Pienso en Patrice Lumumba, el Che Guevara, Salvador Allende, Amilcar Cabral, Thomas Sankara y muchos otros. Las revoluciones las hacen los pueblos, pero cuando los dirigentes, catalizadores de las aspiraciones populares y portadores de las esperanzas de sociedades más justas e igualitarias son eliminados sistemáticamente, el vacío que queda es ocupado por fuerzas retrógradas para garantizar la continuación del saqueo de las riquezas humanas y materiales por parte de las multinacionales y de minorías depredadoras locales.

Respecto a la situación actual de los derechos humanos en Marruecos, ¿encuentra muchas diferencias con el régimen dictatorial de Hassan II?

A partir de mediados de los 90 del siglo pasado, las medidas de amnistía y la liberación de presos políticos en Marruecos dieron la impresión de que los años de oscuridad del reinado de Hassan II habían terminado. Además, el inicio del reinado de Mohamed VI estuvo marcado por declaraciones y medidas en favor del respeto de los derechos humanos. Sin embargo, eso no se ha visto correspondido con cambios institucionales que sirvieran para garantizar la separación de poderes. Al contrario. El peso del sistema de seguridad se ha hecho cada vez más presente en todo el funcionamiento del régimen actual.

La Comisión de Equidad y Reconciliación, que pretendía aportar luz sobre las desapariciones forzadas cometidas en Marruecos durante el reinado de Hassan II fue un fracaso

Sí, decenas de familias siguen esperando conocer la verdad sobre el destino de sus seres queridos, que se haga justicia y que se ponga fin a la impunidad que aún protege a los responsables de las violaciones. Pero no sólo es eso. Hay más cosas.

¿Por ejemplo?

Las autoridades han criminalizado al movimiento social. Mire la represión en la zona del Rif, en el marco del Hirak, y de Jerada. Se han practicado cientos de detenciones, se tortura, se realizan juicios injustos y sin garantías con penas de prisión muy duras en condiciones extremas de detención. Marruecos ha regresado a los períodos oscuros de Hassan II que todos creíamos superados. Me preocupa y me indigna el grave giro que ha dado el Estado marroquí violando sus propias leyes y los convenios internacionales en todo lo relacionado con las libertades públicas e individuales, la libertad de prensa y de opinión, e incluso en todas las fases de los procesos judiciales en los que están implicados los defensores de los derechos humanos. El Instituto Mehdi Ben Barka-Memoria, que presido, y el  Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han denunciado enérgicamente los métodos utilizados por el régimen de Mohamed VI para debilitar con amenazas e intimidaciones a los defensores de los derechos humanos y silenciar las voces libres y críticas que hay en el país.

Sin embargo, el régimen intenta trasladar una imagen de modernización, de apertura democrática internacional.

En Marruecos se practica el acoso mediático y la violación de la intimidad a activistas y a sus familias. Hay pirateo telefónico, montajes de juicios de opinión disfrazados de juicios de derecho común. Siguen produciéndose detenciones arbitrarias que empujan a los acusados a huelgas de hambre que ponen en peligro su integridad física. Este es el estado de los derechos humanos en Marruecos hoy en día. Una calamidad. Esto es lo que están sufriendo, por ejemplo, los detenidos del Hirak del Rif y los activistas de las revueltas sociales. Es lo que están viviendo Maâti Monjib y los periodistas Omar Radi y Soulaimane Raissouni, a quienes expreso todo mi apoyo y solidaridad, así como a sus familias. El deber de todos los demócratas y defensores de los derechos humanos internacionales es exigir al régimen la inmediata puesta en libertad de estos detenidos y que cesen los procedimientos contra ellos.

¿Qué es lo que más daño le ha producido en estos últimos 56 años?

La imposibilidad de elaborar el duelo. Mehdi Ben Barka fue un político brillante pero ante todo fue mi padre.

El tiempo transcurre en espiral. Al menos así lleva viviendo el suyo Bachir Ben Barka (Rabat, 1951) desde que el 29 de octubre de 1965 dos mafiosos secuestraron a su padre Medhi a las puertas de la Brasserie Lipp de París a plena luz del día. Nunca más se supo del político más universal de la historia...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. jmfoncueva

    ¿TODOS creíamos superados? Sabio dicho, el de "Dios protege la inocencia". Esperar algo de la monarquía, no digamos ya de la de Marruecos, es bastante pueril.

    Hace 2 años 10 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí