JUEGO DE ALIANZAS
La invasión de Putin contra Ucrania: los misiles rusos caen en La Habana
Sin condenar las acciones militares de Rusia, Cuba se aleja cada vez más de apoyar a Moscú
Frank García Hernández 22/03/2022
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Cuando Vladímir Putin anunció el inicio de la invasión a Ucrania, el presidente de la Cámara Baja rusa, Viacheslav Volodin, no se encontraba en Moscú, sino en La Habana. Aunque Volodin había llegado a Cuba dos días antes en visita oficial, es casi seguro que el Gobierno cubano solo se enterara de la invasión a Ucrania cuando Putin lo informara urbi et orbi. Según el mismo Fidel Castro, durante la Crisis de los Misiles –octubre de 1962– los militares soviéticos restringían la información rigurosamente. No hizo falta que Volodin informara al Gobierno cubano sobre la invasión rusa a Ucrania. La sola presencia del presidente de la Cámara Baja rusa bastó para que dos días antes de la invasión a Ucrania, la cancillería cubana publicase una declaración alineada con Moscú.
Sin embargo, aunque Volodin abandonó Cuba casi 24 horas después de que Putin anunciara el inicio de la guerra, el Gobierno cubano hizo un sorpresivo silencio ante la invasión a Ucrania. Dos días después del inicio de la “operación especial militar” de Putin contra Ucrania, en la página web de la cancillería cubana la única declaración que se leía era la nota diplomática publicada el 22 de febrero; o sea, 48 horas antes del inicio del conflicto. Si la postura de Fidel Castro ante la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968 fue ambigua –condenando la violación del derecho internacional, pero justificándola políticamente–; más ambigua fue la declaración que publicó la cancillería cubana 48 horas después de iniciada la invasión rusa a Ucrania.
En la nota del 26 de febrero se hacía énfasis en “una solución diplomática”, señalando insistentemente a “la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia” como el motivo de la guerra iniciada por Putin. Sin embargo, al mismo tiempo el Gobierno cubano se deslindaba de la agresión militar rusa al decir que “Cuba (…) se opondrá al uso o amenaza de la fuerza contra cualquier Estado”. De seguido, la cancillería “lamentaba profundamente las pérdidas de vidas civiles inocentes en Ucrania”, lo cual iba en contravía de la postura oficial rusa que hasta el 28 de febrero negó el fallecimiento de ucranianos no vinculados al ejército.
La postura de Cuba se mantuvo en la ONU. Cuando la condena a la invasión rusa a Ucrania fue promovida en las Naciones Unidas, Cuba no se alineó con el Kremlin, sino que se abstuvo discretamente. Sin condenar las acciones militares ordenadas por Putin, Cuba se ha alejado cada vez más de apoyar a Moscú. Tras la derrota diplomática de Rusia en la ONU, la cancillería cubana publicaría en su cuenta de Twitter que se oponía “sin ambigüedades al uso (…) de la fuerza contra cualquier Estado”.
La postura de Cuba se puede entender si miramos al detalle la política exterior cubana con Rusia. Cuba nunca ha reconocido la independencia de Osetia del Sur y Abjasia: dos Estados solo aceptados por Rusia y aliados muy cercanos. Por otra parte, el pasado 13 de enero, el vicecanciller ruso, Serguei Riabkov declaró que si Estados Unidos aumentaba su presencia en Ucrania, Rusia podría desplegar “infraestructura militar” en Cuba. Ante esta peligrosa afirmación, el Gobierno cubano reaccionó con total silencio. Sobre los vínculos entre Moscú y La Habana, la única noticia que apareció en los medios de prensa cubanos fue la donación de telescopios astronómicos rusos a Cuba.
La invasión rusa a Ucrania contra la economía cubana
Como los compromisos de Cuba con Rusia son muy estrechos, evidentemente el Gobierno cubano sopesó que si apoyaba la invasión rusa recibiría fuertes sanciones económicas por parte de la Unión Europea. En medio del recrudecimiento del bloqueo estadounidense contra Cuba, el Club de París se ha convertido en uno de los principales acreedores del Gobierno cubano. A esto se le debe agregar que la principal industria cubana, el turismo, lo sostienen empresas europeas, como Meliá o NH. Al parecer, el Gobierno cubano se percató de que, aunque apoyara firmemente a Rusia, Cuba no recibiría ayuda económica del Kremlin: después de la guerra, Putin solo se ocupará de restablecer las pérdidas generadas por el conflicto bélico y las sanciones extranjeras.
Por su parte, un empresario extranjero radicado en La Habana –cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato– considera que “los turistas rusos, que han sido una proporción significativa de visitantes a Cuba durante la crisis del turismo en el covid, se evaporarán. Los vuelos de Rusia hacia Cuba han sido suspendidos; cuando estos se restablezcan, las aerolíneas aumentarán los precios de los pasajes y las sanciones económicas contra Moscú tendrán un fuerte impacto en la familia media rusa”. Uno de los mejores ejemplos del peso del turismo ruso en Cuba es que, tras el inicio de la invasión contra Ucrania, en la isla caribeña quedaron varados 6.000 turistas procedentes de Rusia.
El Gobierno cubano se percató de que, aunque apoyara firmemente a Rusia, Cuba no recibiría ayuda económica del Kremlin
Un alto funcionario del turismo cubano –que también prefirió mantener el anonimato– informó de que, a diferencia de otros visitantes, “los turistas rusos pocas veces se alojan en los hostales privados. El turismo proveniente de Rusia pasa largas estancias en los hoteles del Estado cubano”.
Sin embargo, según el funcionario lo que causará “problemas mayores que la falta de turistas rusos será el bloqueo de Rusia a las transacciones SWIFT. Todas las operaciones financieras rusas con Cuba se paralizarán”.
La sociedad civil cubana tiene la palabra
Cuatro días después de iniciada la invasión rusa, un disidente cubano, en un gesto solidario con Ucrania, intentó llevar flores a la sede diplomática de Kiev en La Habana. Al mismo tiempo, la oposición cubana desató en redes sociales una campaña exigiendo la condena oficial a la invasión de Putin contra Ucrania. Todo esto provocó que el Estado cubano desplegara un dispositivo de seguridad alrededor de la sede diplomática de Kiev en La Habana.
“La primera vez que fui a tomar una foto a la embajada de Ucrania no pude hacerlo. En la zona había policías vestidos de civiles y militantes del Partido atentos a cualquier cosa rara”, dice el joven fotógrafo cubano Iván Alcaraz, quien decidió enviar a CTXT algunas imágenes de la sede diplomática ucraniana en La Habana. “Después pensé tomar algunas fotos a la embajada rusa, pero tuve que hacerlo de lejos. También estaba custodiada más de lo normal. Finalmente alquilé un taxi que pasó frente a la embajada ucraniana y tomé las fotos. Una periodista independiente cubana ya había fotografiado la embajada de Ucrania, pero a esa gente si los detienen es mejor: ganan visibilidad. A mí me hubieran quitado la cámara y no puedo comprar otra”.
Sin embargo, el Gobierno cubano no pudo evitar una manifestación de más de 300 personas a solo 500 metros de la sede diplomática ucraniana, pero sucedió frente a la embajada de Panamá en Cuba. La cancillería de este país centroamericano informó inesperadamente de que “los ciudadanos extranjeros cubanos” necesitan una visa transitoria si realizan escala en Panamá. Desde noviembre de 2021 Nicaragua informó de que los cubanos no necesitan visa para visitar su país. A partir de ese momento, comenzó una oleada migratoria de cubanos que arriban a Nicaragua para llegar a Estados Unidos a través de la frontera con México. El sorpresivo requisito de visa transitoria en Panamá provocó que los migrantes cubanos hicieran otro considerable gasto, pues por lo inesperado debían comprar otro pasaje.
Pero la migración cubana no solo es por Nicaragua. En medio de la invasión rusa, nueve cubanos están presos en un centro de detención ucraniano por ingresar ilegalmente desde Rusia. Los nueve cubanos pretendían llegar a la Unión Europea vía terrestre, atravesando Ucrania y continuar hacia España.
Cuando el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró a Ucrania país libre de visado con el fin de crear una legión extranjera, varios cubanos se comunicaron con la representación de Kiev en La Habana. La embajada ucraniana aclaró que los ciudadanos cubanos dispuestos a combatir en Ucrania necesitan el visado Schengen pues no están abiertas las fronteras aéreas. Ante ello, un usuario cubano de Twitter respondió que “solo necesitamos el transporte. Si el Gobierno ucraniano lo pone tendrán miles de cubanos en Ucrania”. Sin embargo, uno de los cubanos que envió su solicitud a combatir a Ucrania –y pidió no ser identificado– declaró a CTXT que él y varios de sus amigos no tenían intención de tomar las armas contra el ejército ruso, sino de emigrar. “Si llegábamos a Ucrania, cruzaríamos la frontera para llegar a España. Aquí en La Habana todos los días nos caen más misiles que los de Rusia contra Ucrania”.
En contraste a la tibieza de La Habana con la invasión rusa, desde la izquierda crítica cubana se levantaron posturas más radicales
En contraste a la tibieza de La Habana con la invasión rusa, desde la izquierda crítica cubana se levantaron posturas más radicales. La revista cubana Comunistas calificó la invasión a Ucrania como un “peligroso conflicto interimperialista en el cual la clase trabajadora ucraniana y rusa no tiene nada que ganar”. Esta revista digital publicó también las declaraciones del concejal español Pablo Cubero donde se condenaba tanto a Putin como a la OTAN. Por su parte, la coordinadora de la reconocida publicación web La Joven Cuba, Alina Bárbara López, calificó la postura del Gobierno cubano como “ambigua”. Sumado a esto, el exembajador cubano en Bélgica y la Unión Europea, Carlos Alzugaray, declaró en un tuit que “las acciones (…) de las fuerzas armadas rusas en territorio ucraniano constituyen formalmente una violación de principios del derecho internacional. (…). Aunque Rusia es un aliado importante, esta guerra no le representa a Cuba ningún beneficio”.
Sin embargo, el común de los cubanos apoya a Putin. Las décadas de estrecho vínculo de Cuba con la Unión Soviética hicieron que Ucrania sea vista como parte de Rusia. A ello agreguemos que el empleo hecho por Putin de los símbolos soviéticos ayuda a ver en el presidente ruso un continuador de la URSS. Ejemplo de esto es el militar retirado excapitán Jesús Moreira, que opina que “Putin hace lo correcto. No hacer el operativo especial ruso en Ucrania sería olvidar los millones de combatientes que murieron en la Segunda Guerra Mundial defendiendo a la Unión Soviética”.
En La Habana, con solo cruzar la calle, los diplomáticos rusos pueden ir de sus oficinas a la embajada bielorrusa. A 200 metros más, se encuentra el consulado ucraniano. La semiótica de la política evidencia que hasta en Cuba, tras la caída de la Unión Soviética, Rusia intentó seguir controlando a Bielorrusia y a Ucrania. Pero por ahora, desde el edificio estilo brutalismo soviético, que fue la sede diplomática del Kremlin rojo en La Habana y hoy es la embajada de Putin en Cuba, los diplomáticos rusos solo pueden resignarse a ver una enorme bandera azul y amarilla desplegada en el consulado ucraniano.
Cuando Vladímir Putin anunció el inicio de la invasión a Ucrania, el presidente de la Cámara Baja rusa, Viacheslav Volodin, no se encontraba en Moscú, sino en La Habana. Aunque Volodin había llegado a Cuba dos días antes en visita oficial, es casi seguro que el Gobierno cubano solo se enterara de la invasión a...
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