PODCAST / PUNTO CIEGO
La Semana Trágica de Barcelona: caciquismo, nacionalismo y movimiento obrero en la Restauración
El 26 de julio de 1909 se inició una huelga general para protestar por el envío forzoso de reservistas a luchar en Melilla. La durísima y desproporcionada represión que siguió no hizo más que aumentar la brecha entre las élites y las clases populares
Silvia Cosio 11/04/2023
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Lunes 26 de julio de 1909. En Barcelona los obreros han llamado a la huelga general para protestar por el envío forzoso de reservistas a la Guerra de Melilla. Unos pocos días antes, el 18 de julio, los soldados embarcados en el vapor militar Cataluña rumbo a Marruecos, arrojan furiosos los escapularios y las estampitas religiosas que las nobles catalanas les han regalado antes de partir a la guerra. Mientras, en los muelles sus familias protestan porque solo los pobres son enviados a morir a Melilla. Pero las familias son reprimidas con violencia por la policía y la furia de los obreros catalanes no hace más que aumentar. Tras varios días de protestas y ante las noticias que van llegando de Marruecos sobre el insoportable número de bajas, los diputados de Solidaridad Catalana llaman a la huelga general.
El lunes 26 de julio la tensión aumenta exponencialmente en Barcelona, cuando los piquetes tratan de detener los tranvías y paralizar la actividad comercial mientras que la Capitanía General de Cataluña decide proclamar el estado de guerra, pero la revuelta ya es imparable, la disolución a tiros de una manifestación encabezada por mujeres y niños es la mecha final que prende el fuego de la revolución. Entre el 26 de julio y el 2 de agosto el espejismo de la Restauración borbónica y el turnismo se hacen mil pedazos sacando a la luz las contradicciones y grietas del experimento político que las élites españolas habían diseñando desde Madrid y que había ignorado el desafío de los cada vez más pujantes nacionalismos periféricos pero también del movimiento obrero que florería en las ciudades industriales. Los dos partidos principales representaban a una élite entregada a la Iglesia católica, al caciquismo, ajena al descontento social y dispuesta a mantener las escasas colonias que todavía retenía el país a cualquier precio. La durísima y desproporcionada represión que siguió a la Semana Trágica de Barcelona no hizo más que aumentar la brecha entre las élites y las clases populares generando una inesperada ola de protestas internacionales que no hicieron sino que aumentar el desprestigio de España en el exterior y que debilitaron la figura de un rey, Alfonso XIII, que fue incapaz de entender el país sobre el que reinaba y que, al igual que su abuela Isabel II; acabará sus días en el exilio.
Lunes 26 de julio de 1909. En Barcelona los obreros han llamado a la huelga general para protestar por el envío forzoso de reservistas a la Guerra de Melilla. Unos pocos días antes, el 18 de julio, los soldados embarcados en el vapor militar Cataluña rumbo a Marruecos, arrojan furiosos...
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Silvia Cosio
Fundadora de Suburbia Ediciones. Creadora del podcast Punto Ciego. Todas las verdades de esta vida se encuentran en Parque Jurásico.
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