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El fútbol que echo de menos
Muchos aficionados comparan lo que vivieron hace años en distintos aspectos relacionados con el balompié y no encuentran ventajas en los tiempos actuales
Ricardo Uribarri 25/08/2024
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Los tiempos avanzan y las cosas cambian. Pero no tienen por qué ir a mejor necesariamente. Esa es la sensación que tienen cada año miles de aficionados al fútbol en nuestro país cuando por estas fechas empieza de forma oficial la competición. Los más jóvenes no pueden comparar y quizá piensen que la realidad actual ha sido la de siempre, pero a los más veteranos no se les olvida lo que vivieron no hace tantos años. Y cuando recuerdan lo de antes y ven lo de ahora, no encuentran los supuestos beneficios de los tiempos actuales. Más bien lo contrario. Y entonces, es inevitable que echen de menos lo que conocieron.
Echan de menos aquel fútbol que, en vez de comenzar el 15 de agosto, con media España de vacaciones, lejos de su lugar de residencia, empezaba el primer fin de semana de septiembre, como era tradicional hasta mitad de los años noventa. Y eso permitía que se jugaran históricos torneos de verano en los que las plantillas tenían tiempo de ir conjuntándose y los hinchas iban conociendo a los refuerzos de cada equipo. ¿Alguien cree que se ha mejorado en algo provocando el arrinconamiento, cuando no la desaparición, de trofeos como el Teresa Herrera, el Carranza, el Colombino, el Villa de Madrid, el Costa del Sol y el Santiago Bernabéu para, en su lugar, hacer giras por el otro lado del mundo que machacan al futbolista en plena época de preparación? Ahora, al aficionado nacional le obligan a estar levantado a las 3 de la madrugada para poder ver a su equipo por televisión.
Echan de menos no disfrutar de competiciones que se desplazan a países lejanos con dudosa reputación en materia de derechos humanos, como pasa con la Supercopa de España y Arabia Saudí, y, no contentos con eso, se encuentran con el deseo de LaLiga de llevarse algún partido a Estados Unidos con el perjuicio económico que supone para los abonados de ese club que hayan pagado por ver todos los encuentros de la temporada. Una posibilidad inimaginable en el fútbol de hace unas décadas.
Echan de menos aquel fútbol en que los más jóvenes tenían entradas infantiles para poder ir al campo a ver a sus ídolos por un módico precio y no lo que ocurre con el de ahora, en el que, por ejemplo, la entrada más barata para ver el debut del Real Madrid en el Bernabéu ante un recién ascendido como es el Real Valladolid cuesta 95 euros. Calculen lo que puede gastarse un padre que tenga dos hijos y quiera llevarlos al campo. La consecuencia más evidente de estas políticas de precios es que está cambiando el perfil del aficionado presente en las gradas. Se prefiere al turista de ocasión, capaz de gastar una importante cantidad de dinero por vivir la experiencia, que al seguidor de toda la vida. Y las zonas VIP van ganando terreno a los asientos normales. En Alemania, donde el poder adquisitivo es mayor que en España, la entrada más barata para ver los partidos del Bayern de Múnich cuesta 15 euros.
Muchos aficionados echan de menos los tiempos en los que, cuando iban a ver un partido a un campo visitante, no les metían en zonas de la grada que incluyen localidades con visibilidad reducida, con cristales o mallas de red por delante que dificultan ver el juego en las mejores condiciones. Todo ello a precios considerables.
Echan de menos que en el comienzo de la Liga, las plantillas estén cerradas y sepas con qué jugadores vas a contar el resto de la temporada, como sucedía antes. Ahora mismo, un futbolista puede disputar varios partidos oficiales con un equipo y, unos días después, ser traspasado a otro. Incluso puede darse la circunstancia de que marque un gol a un rival que se convierta en su equipo una jornada más tarde. ¿Qué sentido tiene que se celebren nada menos que cuatro jornadas de Liga con el mercado aún abierto? ¿Tanto costaría unificar el mercado a nivel internacional y que el periodo de fichajes acabe cuando empiezan los campeonatos, como pasaba antes? ¿Les parece poco tiempo desde junio para poder completar los equipos?
Echan de menos que los equipos no tuvieran problemas para inscribir jugadores por culpa de cuestiones económicas, como ocurre en los últimos años. ¿Es más seria, más moderna, más prestigiosa la Liga de ahora en comparación con la de hace años, cuando hay equipos que se presentan a disputar partidos con apenas 15 futbolistas en las convocatorias, con fichajes que no pueden jugar, con jugadores que se quedan prácticamente en el limbo porque los clubes no los pueden traspasar por la nula maniobra económica de estos? Resulta lógico que haya un control económico por parte de la patronal para que no haya administraciones ruinosas. Pero otra cosa es la asfixia actual de muchas entidades, que roza el esperpento hasta dañar la reputación del torneo.
Variaciones, todas ellas, que tienen un único justificante: el aumento de los ingresos. Pero ninguno de estos cambios favorece a los aficionados, ni en el aspecto económico ni en las condiciones en que se celebra la competición, más bien al contrario, solo sufren perjuicios. Los únicos a los que beneficia, en última instancia, es a los futbolistas, cuya élite ha pasado a ser un colectivo de millonarios que en pocos años de carrera mueven cantidades ingentes de dinero. Hay quien justifica esa necesidad de mayores ingresos para los clubes por el hecho de tener mejores jugadores en sus equipos. Como si los aficionados que vivieron el fútbol de hace años no hubieran tenido la suerte de disfrutar de Johan Cruyff, Leivinha, Maradona, Butragueño, Schuster, Hugo Sánchez, Figo, Ronaldo Nazario, Romario o Bebeto entre muchos otros. Por no irnos más atrás en el tiempo. Y ya eran jugadores que ganaron mucho dinero.
No parece, en cualquier caso, que la situación pueda reconducirse. Más bien al contrario. La máxima de las mentes pensantes del fútbol, ya sean nacionales o internacionales, es que cuanto más, mejor. Si por ellos fuera, habría partidos oficiales todos los días del año a cualquier hora del día. Da igual el torneo. Ya nos inventaremos un Mundialito, una Liga de Naciones, una Finalissima, Conference Leagues, Champions con más partidos, Mundiales y Eurocopas con más países… Todo con tal de seguir exprimiendo la gallina del fútbol mientras siga dando huevos. Que tiempos aquellos…
Los tiempos avanzan y las cosas cambian. Pero no tienen por qué ir a mejor necesariamente. Esa es la sensación que tienen cada año miles de aficionados al fútbol en nuestro país cuando por estas fechas empieza de forma oficial la competición. Los más jóvenes no pueden comparar y quizá piensen que la realidad...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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