Luis Felipe Torrente, hijo del novelista Gonzalo Torrente-Ballester, ha muerto en la noche del 27 de agosto en Vigo a causa de un cáncer. Luis Felipe (Albany, Nueva York, EEUU, 27 de junio de 1967) era desde 2020 director de The Conversation, medio que fundó como jefe de edición un par de años antes. Había empezado su carrera como guionista en Lo + Plus, y luego fue también productor, editor, documentalista (firmó con Daniel Suberviola el corto sobre Manuel Chaves Nogales El hombre que estuvo allí), y además trabajó como periodista en Telemadrid y en CNN+, fue profesor en la Escuela de Periodismo de El País y redactor-guionista en el programa de TVE Ochéntame. 

A lo largo de su brillante trayectoria, Torrente pasó también por esta revista, y jugó un papel fundamental en su lanzamiento y durante los dos o tres primeros años. Creo que él fue una de las primeras personas a las que conté el proyecto que acabaría convirtiéndose en CTXT. Fue una noche tórrida de agosto, hace justo 10 años. Nos puso en contacto nuestro común amigo Javier Sampedro, y quedamos los tres en mi casa a tomar unas cervezas. 

Fumamos como camioneros y bebimos como cabras. Sampedro y yo acabamos borrachos, pero a Luis Felipe no se le movió un pelo (como dijo Vanesa Jiménez, tenía el cutis fino, y como dijo Ángeles Caballero, un pelazo) en toda la noche. Aguantó estoicamente mi tormenta de ideas disparatadas, fumando con toda la calma su tabaquito de liar, y al acabar la farra ya éramos troncos y compañeros de viaje. 

Un par de meses después, Luis Felipe fue uno de los 14 locos que invirtieron mil euros por barba para fundar la microempresa Revista Contexto SL. Y el 15 de enero de 2015, estaba como un clavo en La Ventilla para lanzar el primer número de la revista, en el que publicamos su documental sobre Chaves Nogales. Luis Felipe era un editor y un corrector magnífico, y se encargó de dar lustre a los textos y de coordinar la sección Culturas durante muchos meses; incorporó a la revista a firmas estupendas (Noelia Adánez, el propio Sampedro, Ramón Soria, Emilio de la Peña, Paloma Concejero…), y jamás tuvo una bronca con nadie ni se le oyó una queja. Era elegantísimo, discreto, generoso en el esfuerzo, inteligente, culto, silencioso, divertido y cabal. Un lujo de periodista, un compañero maravilloso. Nunca se ponía medallas, pero era un tipo imprescindible. 

Como fundador, Luis Felipe se comprometió a trabajar dos años gratis. Y cuando llegó la hora de cobrar el primer salario, se quitó de enmedio. Pero nunca se fue del todo, compartíamos un grupo de WhatsApp con gente cercana a CTXT y siempre que alguien necesitaba un teléfono, ahí estaba Luis Felipe, una agenda andante. Nuestro caballero favorito ha muerto arropado por su mujer, Pituca, sus dos hijas y su cuñada y gran amiga, Laila, en Galicia, su tierra querida. Deja una larga lista de amigos, colegas y gentes varias que hoy lloran su marcha. 

Su familia de CTXT lo recordará siempre. Fue, sobre todo lo demás, un hombre extraordinario y bueno.