TECETIPO
Hala Madrid o nada más
Florentino Pérez pensó que la decisión libre de cien periodistas que no controla era un atentado contra los intereses del madridismo
Gerardo Tecé 29/10/2024
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Ser antimadridista es una tarea bien complicada. No es fácil tener como hobby disfrutar de las derrotas del equipo más laureado de la historia del fútbol. Ese que, incluso cuando pierde por dos goles a falta de cinco minutos, sabes que, de rebote, córner, penalti o gol por la escuadra del tipo del silbato, acabará ganando. Sin embargo, aquí seguimos. Fieles a una religión que nos mata a disgustos de manera cotidiana y que, muy de vez en cuando, nos trae una alegría que hace que todo merezca la pena. A veces sucede y ayer fue uno de esos días en los que esta sacrificada militancia recibió un inmenso placer inesperado. Tan inesperado que ni siquiera jugaba el Real Madrid. Tan inesperado que el terreno de juego era una gala de premios en la que el Real Madrid iba a arrasar y, efectivamente, arrasó. Premio al mejor equipo del año, premio al mejor entrenador del año, premio al mayor goleador del año y reconocimiento, mucho reconocimiento, para los jugadores madridistas que coparon tres de las cuatro primeras posiciones en el ranking mundial de jugador más valorado del 2024. Pero, como si de una de sus míticas remontadas se tratase, el Real Madrid consiguió darle la vuelta a todo eso en cinco minutos.
Era mediodía y saltaba la noticia. Vinícius Jr podría no haber sido elegido por el jurado como mejor jugador del año y el Real Madrid, con un vuelo chárter con los motores ya encendidos y 50 asistentes confirmados, anulaba de manera precipitada su viaje a la gala que iba a celebrarse en París. Un boicot incomprensible para todo miembro de esa parte del Planeta Tierra situada fuera del ecosistema de radios y teles madridistas. Una respuesta proporcionada para un Florentino Pérez que se había encargado personalmente de activar los resortes de su inmenso poder mediático para asegurarse de que todo hijo de vecino consumidor de sus altavoces repitiese de manera compulsiva que Vini era el legítimo propietario de ese galardón. Tras un par de llamadas al Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional, Florentino recibió una respuesta devastadora: encarcelar a los periodistas miembros del jurado por alta traición no era una opción viable ni tampoco lo era enviar a la Guardia Civil para clausurar la gala, ya que en París las competencias son de la gendarmería. Así va el mundo.
Sin más opción que la pataleta, sólo cabía boicotear el acto con la ausencia del Real Madrid y la denuncia pública de un sistema de elección de premios corrupto y diseñado expresamente para perjudicar los intereses del madridismo: cien periodistas de cien países diferentes que, para colmo cambian cada año, conforman un jurado difícil de controlar. Un sistema perverso que provoca una situación esperpéntica: al final cada miembro acaba votando lo que considera oportuno sin importar demasiado lo que Florentino haya ordenado en España. Un sindiós, vaya. Un sindiós que, en pleno luto de la prensa madrileña, acabó premiando a Rodri Hernández, madrileño de 28 años. Primer español galardonado en seis décadas y motor de la selección española campeona de Europa y del Manchester City campeón de la mejor liga del mundo. Como decían ayer algunos, pulserita de España en muñeca, un pucherazo.
La gala de los premios más importantes del fútbol mundial boicoteada por un Real Madrid que a esas horas de la noche ya no era el equipo blanco, sino el morado de tanto no respirar, acabó siendo un gran homenaje al fútbol español. Además del premio al madrileño Rodri o los muchos galardones acaparados por el Real Madrid, el acto reconoció a la barcelonista Aitana Bonmatí como mejor jugadora del mundo y al Barça femenino como mejor equipo del año. Rara vez un país, como pasó ayer con España, arrasa de forma abrumadora en unos premios deportivos y el Real Madrid estuvo donde tenía que estar en esta fecha histórica: llorando en casa porque el capodecidió que no era suficiente, que la decisión libre de cien periodistas que no controla era un atentado contra los intereses del madridismo. Está bien que así sea. El Real Madrid es, ante todo, simbolismo. Y el símbolo ocupó el lugar que debía ocupar representando de manera extraordinaria ese espíritu nacionalmadridista, el centralismo que asegura ser más español que nadie mientras confirma una y otra vez que su idea de España son las instituciones que controla mientras patalea y desacredita aquello que no puede controlar. Como dice la letra y confirmó la histórica jornada de ayer, historia que tú hiciste, historia por hacer. Hala Madrid. Y si no, nada más.
Ser antimadridista es una tarea bien complicada. No es fácil tener como hobby disfrutar de las derrotas del equipo más laureado de la historia del fútbol. Ese que, incluso cuando pierde por dos goles a falta de cinco minutos, sabes que, de rebote, córner, penalti o gol por la escuadra del tipo del...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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