El ejército israelí ha lanzado una nueva gran ofensiva en el norte de Gaza, asediando las tres ciudades más septentrionales de la Franja y sus alrededores. A primera hora de la mañana del domingo 6 de octubre, el ejército ordenó a los aproximadamente 400.000 residentes que quedaban en el norte de la Franja que se trasladaran a la denominada “zona humanitaria”, en el sur, antes de una nueva operación militar. Muchos se negaron a abandonar sus hogares, y los residentes de Yabalia, Beit Hanun y Beit Lahiya han estado sometidos a intensos bombardeos desde el domingo por la tarde, aislados de la ciudad de Gaza hacia el sur mientras los tanques y los aviones no tripulados disparaban a la gente que intentaba escapar.

Como consecuencia de ataques aéreos, fuego de artillería y disparos de soldados y drones cuadricópteros israelíes ya han muerto más de 120 palestinos [300 en los últimos ocho días] en la zona desde que comenzó la última operación. La ayuda humanitaria no entra en las zonas asediadas, e Israel ha bombardeado la última panadería que funcionaba en Yabalia.

El ejército también ha ordenado la evacuación de todo el personal médico y los pacientes de los tres principales centros médicos de la zona: el Hospital Kamal Adwan, el Hospital Indonesio de Beit Lahiya y el Hospital Al-Awda de Yabalia. Los residentes del campo de refugiados de Yabalia, epicentro de la actual invasión terrestre del ejército, informan de que hay cadáveres esparcidos por las calles, sin que las ambulancias puedan recuperarlos.

Israel ha bombardeado la última panadería que funcionaba en Yabalia

Desde el interior del campo, Mohammed Shehab, un residente de 27 años, ha declarado a +972 Magazine: “Los drones quadcopter planean a baja altura sobre las calles y disparan a todo lo que se mueve”. “Hay francotiradores apostados en los tejados, apuntando a cualquiera que salga. Al mismo tiempo, soldados y tanques han penetrado en el campo, demoliendo casas y arrasando carreteras y campos”.

El ejército israelí, que ha estado intercambiando disparos con las fuerzas de Hamás en la zona y ha sufrido múltiples bajas, declaró que la nueva operación está diseñada para acabar con los intentos del grupo de reconstruir su capacidad operativa en el norte de la Franja. Pero la ofensiva se produce sólo unas semanas después de que se informara de que Benjamin Netanyahu estaba considerando una propuesta, conocida como el Plan de los Generales, para limpiar étnicamente todo el norte de Gaza mediante una campaña de inanición y exterminio. Por ello, existe una preocupación generalizada –incluso entre los gazatíes que hablaron con +972– de que Israel pueda estar poniendo en marcha ese plan.

“Los intensos bombardeos comenzaron de repente el domingo [6 de octubre] por la tarde”, relató Shehab. En ese momento estaba en casa con su amigo Abdel Rahman Bahr y el hermano de éste, Mohammed. “Abdel Rahman salió a ver qué había pasado; pensó que podrían haber bombardeado una escuela o un refugio. Nunca volvió”.

“Horas después, Mohammed y yo salimos a buscarlo”, continúa Shehab. “De repente, unos drones empezaron a dispararnos. Mohammed fue alcanzado y yo conseguí escapar. Todavía no sé qué les pasó a Mohammed ni a Abdel Rahman”.

Las fuerzas israelíes también han atacado a periodistas palestinos que informaban sobre la incursión del ejército en Yabalia. El miércoles 9 de octubre, un ataque aéreo mató al periodista de Al-Aqsa TV Mohammad Al-Tanani e hirió a su colega Tamer Lubbad. Un francotirador israelí también disparó en el cuello a Fadi Al-Wahidi, fotoperiodista de Al Jazeera; sus colegas consiguieron evacuarlo a un hospital, donde permanece en estado crítico. Esto ocurre sólo unos días después de que otro periodista, Hassan Hamad, de 19 años, muriera en un ataque aéreo dirigido contra su casa en el campo de refugiados de Yabalia, con lo que el número total de periodistas muertos en Gaza desde el 7 de octubre asciende a 168, según el Sindicato de Periodistas Palestinos.

“Quieren que vayamos al sur, pero ¿hay realmente seguridad allí?”, preguntó Shehab. “Mi hermano murió en el ataque israelí a Al-Mawasi [donde se ha ordenado ir a los desplazados del norte]. Toda Gaza es un campo de batalla”.

“No sé si sobreviviremos”

Por tercera vez desde que comenzó la invasión terrestre israelí de Gaza a finales de octubre de 2023, las fuerzas israelíes avanzan por el campo de refugiados de Yabalia. Están entrando desde el este, también con tanques estacionados en las rotondas de Al-Tawam y Abu Sharkh al oeste, atrapando a los residentes dentro de sus casas. Según un periodista que se encuentra en el campo, los residentes describen Abu Sharkh como “la intersección de la muerte”, ya que las fuerzas israelíes disparan contra cualquiera que se encuentre en la zona.

“Estamos sitiados en nuestro apartamento”, declaró a +972 Madah Abu Warda, de 55 años. “Hay cadáveres en las calles y el ruido de los tanques está muy cerca. Nos hemos negado a salir de casa desde el principio de la guerra. ¿Cómo podemos irnos ahora, después de todos los horrores que hemos visto? Estoy aquí con siete miembros de mi familia, y no sé si sobreviviremos”.

Mi hermana menor, Aya, que sólo tiene 12 años, recibió un disparo de un dron en la pierna

En un intento desesperado por ponerse a salvo, algunos residentes han intentado escapar de las fuerzas invasoras israelíes. Mohammed Shehada, un joven de 29 años de Yabalia, trató de huir con su familia al barrio de Al-Rimal, en la ciudad de Gaza, pero recibieron disparos por el camino. “Hubo disparos a nuestro alrededor”, relató. “Mi hermana menor, Aya, que sólo tiene 12 años, recibió un disparo de un dron en la pierna”.

“Las ambulancias estaban lejos por el peligro de ser atacadas, y yo sabía que no podrían llegar hasta nosotros, así que llevé a mi hermana hasta el punto médico más cercano”, continuó Shehada. “Cuanto más nos acercábamos, más me invadía el miedo, pero no podía dejarla atrás. Mi corazón latía de preocupación mientras intentaba salvarle la vida”. Finalmente, Shehada consiguió llevar a Aya al Hospital Al-Ahli de la ciudad de Gaza, donde recibió tratamiento.

Otro residente del campamento, Hamza Salha, de 22 años, vio morir a su abuelo por una herida de metralla después de que Israel comenzara a “bombardear al azar” los alrededores de su casa. “Murió allí mismo, delante de nosotros”, dijo Salha. “Su cuerpo estuvo en el suelo todo el día porque estábamos demasiado asustados para movernos [por si los soldados israelíes los veían y abrían fuego]. Cuando por fin los soldados se desplazaron a otra zona, pudimos enterrarlo en la casa. Fue un momento de dolor e impotencia indescriptibles”.

Después de aquello, Salha aprovechó un breve momento de tranquilidad para huir del campo; el resto de la familia planeaba seguirle... pero nunca llegaron. “Escapé solo, y ahora no tengo ni idea de dónde están”, dijo.

Incluso ante estos peligros, muchos residentes insisten en permanecer en sus hogares. Ahmed Nasser, de 43 años, lleva atrapado en el campamento con su familia desde el 6 de octubre, sin acceso a alimentos ni agua. “No me iré”, declaró a +972. “No abandonaré mi hogar ni el campamento donde crecí, a pesar de la devastación y la hambruna a nuestro alrededor”.

Al describir el panorama dentro del campamento, Nasser dijo que hay “cadáveres por todas partes, y los heridos yacen en las calles sin que nadie pueda ayudarlos. Moverse a cualquier parte es difícil porque el campo está lleno de escombros de casas y coches destruidos, y hay francotiradores israelíes apostados en edificios altos”.

Aun así, dijo: “Me niego a dejar la muerte por más muerte. No hay ningún lugar seguro, ni en el norte ni en el sur. La ocupación está intentando poner en práctica su plan de evacuar completamente el norte de Gaza y convertirlo en una zona militar. Nuestra firmeza los frustrará”.

Abir Madi, de 51 años, perdió a sus dos hijos cuando bombardearon su casa en el campamento el 14 de mayo, y ella también se niega a evacuar. “¿Por qué deberíamos abandonar nuestro campamento e irnos al sur como quiere la ocupación? Esta es nuestra tierra; sólo me iré hacia el cielo”, dijo. “No tiene sentido abandonar mi hogar para que me maten en una tienda de campaña en el sur. A la ocupación no le importan las vidas de los civiles; los ataca en todas partes. No repitáis el error de los que huyeron antes”, pidió a sus compañeros. “No os vayáis. Quedaos en el norte de Gaza y morid allí”, dijo.

Una sentencia de muerte para miles de pacientes

El martes [8 de octubre] por la noche, el Ministerio de Sanidad de Gaza informó de que el ejército israelí había ordenado la evacuación del Hospital Kamal Adwan, el Hospital Indonesio y el Hospital Al-Awda. Otro hospital de Yabalia, Al-Yemen Al-Saeed, fue blanco de ataques aéreos que causaron la muerte de al menos 16 personas refugiadas en tiendas de campaña.

El hospital Al-Yemen Al-Saeed fue blanco de ataques aéreos que causaron la muerte de al menos 16 personas

El miércoles 9, el personal de Kamal Adwan comenzó a evacuar a bebés prematuros y otros pacientes mientras los tanques y soldados israelíes se acercaban y amenazaban con destruir el hospital. Hussam Abu Safiya, director general del hospital, publicó el día 10 una actualización en la que advertía de las catastróficas condiciones del centro debido a la escasez de personal médico, suministros y combustible.

El doctor Marwan Al-Sultan, director general del Hospital Indonesio de Beit Lahiya, declaró a +972 que la decisión del ejército de evacuar por la fuerza los hospitales del norte de Gaza “equivale a una sentencia de muerte para miles de pacientes y heridos que necesitan atención médica continua”.

Al-Sultan subrayó que “el hospital sigue atendiendo a pacientes y heridos, y aún no lo hemos evacuado. Hay 28 pacientes recibiendo tratamiento, dos de ellos en cuidados intensivos, acompañados por 17 miembros del personal médico. Sin embargo, no sabemos lo que nos depararán las próximas horas, y podemos vernos obligados a evacuar en cualquier momento”. Pidió que se presionara urgentemente a Israel para que revocara su orden de evacuación, garantizara el suministro de combustible y alimentos al norte y protegiera los hospitales y al personal médico.

El doctor Mohamed Salha, director del hospital Al-Awda de Yabalia, también confirmó a +972 que “el hospital continuará sus operaciones a pesar de las amenazas israelíes, y no lo evacuaremos bajo ninguna circunstancia”. El hospital está abarrotado de heridos y mujeres que necesitan partos y cesáreas. Cuarenta y ocho heridos siguen recibiendo tratamiento en el hospital y necesitan atención médica continua. Los heridos que recibimos superan la capacidad del hospital”, explicó.

Obeida Al-Shawa, funcionaria del Ministerio de Sanidad, expresó su preocupación por el empeoramiento de la situación en el hospital Kamal Adwan. “El martes 8 por la noche, el ejército israelí dio a la dirección del hospital un estricto ultimátum de 24 horas para evacuarlo por completo”, explicó. “Se trata de una medida aterradora que amenaza con colapsar todo el sistema sanitario del norte, que ya se encuentra al borde del abismo”.

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Este artículo se publicó originalmente en +972 Magazine.