MALOSERÁ
El año del lodo
La riada de Valencia arrambló con los precarios límites que quedaban en pie y no se permitían cruzar para ganar legítimamente la contienda política
Antón Losada 27/12/2024
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Sabes que la cosa no va bien cuando es el rey Felipe VI quien tiene que explicarle, a una gente que le grita cosas tan indignadas como inconexas, que no se dejen arrastrar por el barro de los bulos y la desinformación porque hay mucha gente interesada en sembrar el caos. La riada de Valencia se llevó por delante centenares de vidas, miles de propiedades y decenas de miles de coches. Con mucho menos esfuerzo, arrambló con los precarios límites que quedaban en pie y no se permitían cruzar para ganar legítimamente la contienda política.
Una cosa es inventarse chismes sobre los gustos sexuales de un político, su pasión por las monterías o los chalés a pie de pista. Otra muy distinta maliciarse que yacían centenares de muertos en parkings inundados, mientras miles de familias buscaban aún a sus desaparecidos y el Gobierno de Pedro Sánchez lo ocultaba para que nos fuéramos de puente en Difuntos y se nos olvidara. Lo poco que aprendimos como sociedad democrática después del 11M había quedado oficialmente olvidado.
La mañana de ese domingo de noviembre, en Paiporta, la imagen del fango asaltando las instituciones dejó de ser una metáfora para convertirse en un clip de TikTok. Desde entonces el lodazal no ha hecho más que subir su nivel en todas y cada una de las instituciones del Estado. Si no fuera porque gente tan seria y tan formal no puede ni debe comportarse así, casi parecería que muchos en los tres poderes del Estado disfrutasen revolcándose en la antipolítica como gozan los gorrinos chapoteando en el barro.
Lo más temible y paradójico es que quienes más se benefician de semejante barrizal ni siquiera tienen que molestarse en removerlo. La mayor parte del trabajo se lo hacemos los mismos que proclamamos sentirnos molestos, preocupados o indignados por tanto fango rampante echado a los pies. A fin de cuentas lo único que necesita el lodo para extenderse es que la gente buena hable de él.
La ultraderecha continuará surfeando este lodo porque así ha llegado siempre hasta donde quería llegar
La ultraderecha continuará surfeando este lodo porque así ha llegado siempre hasta donde quería llegar. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio es el camino del autoritarismo. La derecha de orden se subirá cada día un poco más a la ola únicamente por miedo a acabar barrida por su fuerza.
Eso quiere decir que le toca a la izquierda drenar el lodazal. Todos aquellos que pensamos que la política es el arte de lo posible y sirve para resolver problemas, no para inventarlos, debemos hacerlo porque podemos hacerlo y porque debemos hacerlo. Alguien debe asumir la responsabilidad de hacer todo cuanto esté en su mano para evitar que el fangal que devasta nuestra vida pública arrase con lo que queda de las instituciones que han conformado y operan nuestro sistema político y de convivencia.
No se trata de hacer el panoli o ejercer de pagafantas, o iniciar un camino de cilicio y santidad, o de ofrecerse voluntario al sacrificio en la arena de X o la red que elijan. Se trata de ser coherente y no empeñarse en mantener una pelea amañada que nunca ganaremos. El lodo me da acidez, los zascas me aburren y la viralidad me parece una completa ordinariez. Se acabó. Continuar dejándose arrastrar solo conduce a la melancolía, el hartazgo y la derrota; por ese orden.
Si sostenemos que se trata de ruido, seamos coherentes y no hagamos más ruido únicamente para gritar más alto. Las causas judiciales se ganan en los tribunales con los hechos y la ley, no en las ruedas de prensa con los titulares y el relato. Si creemos de verdad que, con todos sus defectos y errores, estos últimos años, España ha sido y es un país mejor, más libre, más justo y más habitable, vivamos y celebrémoslo como tal; los únicos con razones para estar cabreados y andar enfadados serán aquellos que vean en el lodo su mayor y casi única esperanza. Hagamos como aconsejaba Albert Einstein, dejemos que nuestro coraje provenga de la amabilidad, la belleza y la verdad. Año nuevo, política nueva.
Sabes que la cosa no va bien cuando es el rey Felipe VI quien tiene que explicarle, a una gente que le grita cosas tan indignadas como inconexas, que no se dejen arrastrar por el barro de los bulos y la desinformación porque hay mucha gente interesada en sembrar el caos. La riada de Valencia se llevó por delante...
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Antón Losada
Profesor Titular de Ciencia política y de la administración en la USC. Doctor europeo en Derecho por la USC. Máster en Gestión pública por la UAB. Escritor y analista político. Padre de Mariña.
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