La incertidumbre del proceso político catalán se nota también en las estimaciones demoscópicas. Veamos.

1. Aunque nadie discute la victoria del independentismo en escaños, el margen es estrecho. Hasta la fecha, solo hemos visto dos grupos de encuestas: las que le dan 68-69 escaños y las que suben a 72-74. Nada holgado. Demasiado pendiente de ajustes en la movilización.

2. También se habla de obtener un “mandato claro” de las urnas. Con ello se alude a la posibilidad de que el independentismo alcance una mayoría absoluta de los votos. Aquí hemos visto tres grupos de encuestas: las que otorgan al independentismo el 40-41% (poco verosímiles); las que lo ponen en el 44-45% y las que lo suben hasta el 47-49%. Emocionante foto finish.

3. Como sucediera en 2012, las encuestas de arranque de campaña mostraron un electorado independentista completamente movilizado. Conforme avancen los días, dice la experiencia, algunos segmentos tradicionalmente abstencionistas y españolistas se activarán, equilibrando el saldo del Sí/No. De hecho, parte de las discrepancias en los pronósticos publicados seguramente se deba a una división en cómo analizar esta cuestión.

4. La encuesta del CIS es de las que proyectan una alta movilización final. Sorprende la virulencia con la que ha sido atacada. Contó más o menos lo mismo que la de GESOP para El Periódico (ambas encuestas, por cierto, son de las más transparentes, ya que ofrecen resultados detallados y hacen públicos sus ficheros de datos originales). Una acusación de manipulación, si parte de un periodista, resulta comprensible y hasta divertida. Si parte de otro pollster, y además si viene acompañada de argumentos, suposiciones y análisis más bien extraños, resulta más bien desagradable. Tal vez son cosas del negocio (editorial). Lo desconocemos.

5. Otra que nos interesa, por sus repercusiones, es la contienda entre Ciudadanos y Podemos-ICV por la segunda plaza. Aquí encontramos dos grupos de encuestas: las que dicen que la tolda naranja gana por 1 punto y las que dicen que alcanzará los 4 y hasta 7 puntos de ventaja. Lo cierto es que la confluencia catalana no arrancó muy bien. Es lo que tiene un electorado lleno de dudas y un liderazgo poco resuelto y visible. Afortunadamente para sus promotores el PSC está demasiado quemado. Se podría tirar de más electorado socialista, sobre todo en Tarragona, pero no se está en condiciones de aprovecharlo.

Además, aunque no lo parezca, la candidatura de Junts pel Sí ha sabido hacerse hegemónica en el centro izquierda (¡Quién se lo iba a decir a Mas!). Lo que, unido a la presión de las CUP, deja poco margen. Y es que la izquierda está de lo más competitiva últimamente.

6. Por cierto, resulta admirable el avance de las CUP. Siendo una fuerza ubicada en el tope de la izquierda y del independentismo ha conseguido que mucha, muchísima gente la considere una opción votable. Hay diversos factores que explican este avance, pero no está de más recordar la labor de David Fernández. Tal vez sea coyuntural, pero algo quedará.

7. Finalmente, un dato sobre los indecisos y apáticos. Parece que en el margen que queda por movilizar un 45% se decantaría por los partidos del No y un 20% por los partidos del Sí. Así que pónganse a cubierto, porque esto van a intentar moverlo. Todavía queda campaña y hay mucho en juego.