Alberto Manzano, traductor de poemas
El crítico musical que coló a Leonard Cohen en el repertorio de Enrique Morente presenta ‘Como un corazón’, su segundo disco como productor, con conciertos en Madrid y Barcelona
Francisco Pastor 13/03/2016
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La ciclostil, aquella máquina que durante el franquismo imprimía panfletos de organizaciones clandestinas, fue también con la que Alberto Manzano (Barcelona, 1955) publicó él mismo sus primeros trabajos literarios. Los dejaba en librerías, en bibliotecas y los vendió por las Ramblas de su ciudad natal. También llevó una de sus obras hasta el hotel en el que se alojaba Leonard Cohen, con motivo del concierto que este dio en la capital catalana en noviembre de 1980. El cantautor hojeó el libro, repleto de adaptaciones al castellano de sus composiciones, e invitó a comer a su improvisado amigo. Y a seguir su actuación desde los recovecos del barcelonés Palacio de los Deportes. Y a celebrar las navidades en Grecia, junto a sus hijos.
Fue Manzano quien animó a Enrique Morente a interpretar la música del canadiense en su recordado Omega, publicado en 1996, y quien firmó la traducción al castellano de sus letras. En 2007, Christina Rosenvinge, Luis Eduardo Aute o Santiago Auserón dieron voz al disco Acordes con Leonard Cohen, también ideado por este autor. Para aquel álbum, el primero que producía este periodista musical y poeta, Jabier Muguruza apuntaló una interpretación en euskera del So long, Marianne; Gerard Quintana hizo lo propio, en catalán, con el Hallelujah. Un último capítulo en esta historia de admiración y amistad cuenta con 14 canciones y la garganta de siete cantaoras flamencas: Como un corazón, el segundo trabajo producido por Manzano y lanzado en octubre, será presentado el 15 de marzo en Barcelona, y al día siguiente en Madrid.
En el escenario estarán Argentina, Rocío Bazán, Rocío Segura y Paula Domínguez. Sandra Carrasco, Rosario La Tremendita y María de Marujita, las tres cantantes que completan este disco de estudio, no podrán actuar en los directos, por cuestiones de agenda. “Yo ya había trabajado con Kiko Veneno y con Morente, y quería conocer el punto femenino del flamenco. Y descubrí a estas cantaoras, de gran valía, que aún no han obtenido el reconocimiento que merecen”, anota Manzano. Las intérpretes no solo entonan adaptaciones de Cohen, sino de Bob Dylan, Suzanne Vega o Jacques Prévert, además de las composiciones del periodista y poeta. “Fue una osadía”, reconoce Manzano, al ver sus canciones junto a las de sus artistas de referencia.
Dicen que la traducción es una traición, y hay que ser un poco poeta para traducir poesía
“Hay mucha sabiduría en las letras populares del flamenco, aunque en ellas echo en falta la poesía del rock”, reflexiona el autor de al menos una decena de libros sobre música. Su objetivo con este disco era, de nuevo, reunir la lírica norteamericana con “la hondura, la profundidad, el dramatismo y la emoción del cante”. Las traducciones y composiciones de Manzano recorren un disco de cuerda, percusión y viento, desprovisto de artefactos eléctricos y de postproducción en el sonido. “Creo en la instrumentación acústica, más real que las demás”, comenta el autor. En ello se separa de aquel Omega, un “milagro” que él, en ningún momento, ha querido imitar.
Los colores del jazz asoman por debajo del cante y desbordan unos cortes que alcanzan, incluso, los siete minutos. Jackson Browne grabó su parte acompañado de su banda, así como mezcló él mismo su trabajo, desde Los Ángeles; así procedió, también, Elliot Murphy, aunque desde París. “El flamenco es un cruce de caminos, como lo es la cultura gitana. El pueblo romaní viene de Pakistán, de la India, del Este de Europa, del Mediterráneo y del norte de África. Y todos confluyen aquí, en España. Yo he querido que eso estuviera presente en el disco, como quiero que lo esté sobre el escenario”, apunta el autor. Después de los conciertos en Madrid y Barcelona, afirma, vendrá alguna actuación en el extranjero.
Hay mucha sabiduría en las letras populares del flamenco, aunque en ellas echo en falta la poesía del rock
Si el estribillo de una canción se resistía a convertirse al castellano, Manzano descartaba adaptar el tema. “Dicen que la traducción es una traición, y hay que ser un poco poeta para traducir poesía. Más, si hablamos de música: estamos sujetos a la fluctuación de una melodía, a la rima, a los acentos y a la métrica. Trabajo sobre autores cuya obra y cuyo universo conozco, y me permito ciertas licencias”, anota este crítico musical. Fueron los versos de Nick Cave, Patti Smith, Jim Morrison y Dylan los que atrajeron al autor hasta la canción norteamericana. En ellos, menciona el crítico, permanece la estela de la lírica de Allen Ginsberg, o de la prosa de Jacques Kerouac.
La curiosidad hacia la música romaní viajaría hasta Manzano desde Canadá y gracias a Cohen. Como mencionó el cantautor al recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 2011, este había aprendido a tocar la guitarra junto a un gitano de Montreal. “El interés popular por el flamenco no ha dejado de existir nunca, aunque en los sesenta y los setenta nos hablaron de él como algo casposo. Es nuestra identidad musical más arraigada, y a veces está más valorada fuera de España que dentro de ella”, lamenta el poeta, que señala la reciente actuación de Browne y Raúl Rodríguez en Nueva York.
Mientras habla por teléfono, el traductor camina hacia su siguiente proyecto y, en concreto, hacia el actor Juan Diego; este dará voz a un poema compuesto por Manzano en homenaje a Morente. “Él siguió la estela de los pioneros que fusionaron el rock con la poesía, y es el colofón de lo que ocurrió en España con Triana, Veneno y Camarón”, apunta el crítico. Y hay sueños también a medio y largo plazo, que el autor no revela, por miedo a que alguien se le adelante; según reitera, estos acudirán de nuevo al flamenco. “Es la mejor forma de dar vuelo a la poesía. Y es mi cruzada”, anota quien, como tantos otros, conoció la democracia y el Huracán de Dylan al mismo tiempo.
La ciclostil, aquella máquina que durante el franquismo imprimía panfletos de organizaciones clandestinas, fue también con la que Alberto Manzano (Barcelona, 1955) publicó él mismo sus primeros trabajos literarios. Los dejaba en librerías, en bibliotecas y los vendió por las Ramblas de su...
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Francisco Pastor
Publiqué un libro muy, muy aburrido. En la ficción escribí para el 'Crónica' y soñé con Mulholland Drive.
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