Editorial
Iglesias y Sánchez tienen una cita
23/03/2016
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han anunciado que se reunirán el miércoles 30 de marzo porque antes tienen “problemas de agenda”. Es de esperar que esa extraña excusa (¿qué agenda es más importante que la eventual formación de un gobierno?) esté ocultando contactos, conversaciones y negociaciones entre otros niveles de las dos formaciones políticas y que sus dos dirigentes estén esperando a conocer su evolución antes de sentarse a hablar ellos dos. Sería bastante penoso que esa entrevista se estuviera retrasando porque uno, o los dos, partidos no han definido aún, a estas alturas, cuál es su objetivo final y su estrategia. Es verdad que, como dice Pablo Iglesias, nadie puede saber en estos momentos si va a haber elecciones o acuerdo para la formación de un gobierno y que todo depende de esas negociaciones. Pero una cosa es no saber el resultado de una negociación y otra, no saber lo que se está negociando.
Los últimos acontecimientos en Podemos parecen indicar que la organización ha atravesado momentos de tensión y de dudas sobre la estrategia negociadora pero que finalmente Pablo Iglesias ha impuesto su punto de vista. Por mucho que Iglesias afirme, o incluso crea sinceramente, que Podemos está por encima de él mismo, de Errejón o de cualquier otro compañero, los grandes líderes políticos suelen tener una formidable confianza en sí mismos y en sus análisis, y a la hora de la verdad son ellos quienes encarnan a sus organizaciones sin el menor parpadeo. En la entrevista realizada por CTXT, Pablo Iglesias se mostró en todo momento seguro sobre su posición y sobre su liderazgo e incluso se permitió alguna observación implacable sobre Iñigo Errejon (“nunca ha dejado de ser el benjamín”) y sobre la necesidad de madurar de los dirigentes de Podemos, “momentos de maduración que pueden tener sus puntos dolorosos”.
Así que no parecen existir dudas sobre el proceso de consolidación de Podemos y de su liderazgo. Pablo Iglesias ha construido un discurso más moderado, al menos formalmente, y ha tomado las riendas de la organización, de cara a su organización interna, pero también de cara a la negociación con el PSOE. Su objetivo, afirma, es lograr que en el último minuto Pedro Sánchez acepte un gobierno de coalición con Podemos, aun a costa de las concesiones que hagan falta. Por encima de todo, le irrita que se le plantee la posibilidad de una abstención que facilite la investidura del líder socialista porque, desde su punto de vista, eso supone que el PSOE y Podemos no están en el mismo plano de poder. No le interesa la interpretación según la cual Podemos, en la oposición y con un gobierno minoritario, contaría con un gran poder en el Congreso. “Que pasen ellos a la oposición”, ironiza, aunque sabe perfectamente que esa es una de las opciones abiertas hasta el último minuto y, desde luego, la estrategia elegida por Pedro Sánchez.
Iglesias cree que Podemos no es solo el 15M, pero sus electores lo han relacionado con él y el partido no ha rechazado esa vinculación, ni debería olvidarla. Elegir un modelo de partido u otro supondrá, también, negar o profundizar esa vinculación con el 15M, que es, todavía, el gran hecho diferencial de la política española respecto a Europa. Quizás este sea el momento de recordar que Podemos nació para constituirse en la referencia y el motor del urgente cambio que demandan millones de ciudadanos, no solo en España sino también en Europa. Mientras la UE se hace añicos y 15 millones de españoles pasan enormes fatigas, Podemos tiene que elegir entre la oposición y el Gobierno. O unas nuevas elecciones que difícilmente cambiarán el escenario. Y el PSOE debería abrirse a dialogar de igual a igual con todas las fuerzas políticas, sin vetos ni, como dice Iglesias, complejos de superioridad. No parece hora de batallas estériles. Europa y España están en plena emergencia democrática y social, y eso es lo único que importa. El PSOE y Podemos deben encontrar la manera de sacar al PP del gobierno y de presentar en Europa una opción de cambio que pueda encontrar aliados.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han anunciado que se reunirán el miércoles 30 de marzo porque antes tienen “problemas de agenda”. Es de esperar que esa extraña excusa (¿qué agenda es más importante que la eventual formación de un gobierno?) esté ocultando contactos, conversaciones y negociaciones entre...
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