Baleares
Ningún escaño baila en las islas
Los ocho diputados que aporta Palma permanecen inalterados y, como en diciembre, Podemos y aledaños ocupan el segundo puesto, por detrás del Partido Popular
Raquel Agüeros Palma de Mallorca , 27/06/2016
Juan Pedro Yllanes, cabeza de lista al de Units Podem Més al Congreso, votando.
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Una vez más, las encuestas fallaron. Las de a pie de urna y las otras. Para entonces, todos se habían creído los números. Por eso, los que perdieron echaron la culpa a Podemos. Perdón, a Unidos Podemos.
En Baleares se repitió lo del 20D, pero con matices. Aunque todos sigan conservando el mismo número de escaños. De los 350 diputados del Congreso, ocho salen de las islas: tres del PP, dos de Units-Podem-Més, dos socialistas y uno de Ciudadanos.
Francina Armengol, histórica socialista mallorquina, se convirtió en presidenta de un gobierno de rebote. A pesar de que los populares habían tenido más votos que ningún otro partido, no consiguieron pillar silla. Después de tensísimas negociaciones, se lo repartieron entre los socialistas y los ecosoberanistas de Més. Podemos dijo que les daría apoyo externo, pero en el primer pleno de la legislatura votaron junto con el PP en contra del Gobierno.
A los morados no les interesaba, de momento, pisar alfombra a la espera de unos resultados en las nacionales que les garantizasen un puesto, por derecho, en el Consolat de la Mar, sede del govern balear. Y las disputas entre los dos partidos que, supuestamente, reforzaban el gobierno balear, fueron creciendo. Como los socialistas se quedaron con la presidencia y los ecosoberanistas se hicieron con la golosa consellería de Turismo, los trapos sucios se quedaron dentro. Y bien tapados. Sin embargo con Podemos no ocurrió lo mismo. Y las discrepancias se escenificaron con el objetivo de debilitar la aparente estabilidad gubernamental.
Lo que en otros lugares habría supuesto una pérdida de confianza social en el tambaleante Govern, en Baleares no ocurrió. Francina Armengol tenía claro, desde el principio, cómo no desgastarse. Y así fue. Hizo como que delegó poder en sus consejeros mientras ella se dejaba ver en actos poco comprometedores, de política cercana, muy del pueblo, de tú a tú.
El anterior president, José Ramón Bauzá, después de haber conseguido recuperar la mayoría absoluta de los populares, se cargó la confianza depositada en él de un plumazo, gobernando a base de "porque lo digo yo". Bauzá no solo se ganó la enemistad de los que no le habían votado. Su arrogancia hizo que el Partido Popular se divorciase entre los palmeros del president y los que tuvieron perspectiva para ver lo que estaba sucediendo. Y en el PP se desató una guerra interna que nadie se atrevió a afrontar directamente con el jefe. Era más fácil aparentar.
Armengol tomó nota de todo y cuando llegó su momento lo aprovechó para no cometer los mismos errores. Hasta ahora, le ha funcionado. Los socialistas de Baleares ganaron el domingo alrededor de 4.000 votos. Aunque todos saben que no es un buen resultado. Gracias a Units-Podem-Més han conseguido salvar unos muebles de quinta mano. Pero el partido que ostenta la presidencia del gobierno balear es la tercera fuerza política en las islas.
A Podemos también le ha perjudicado en Baleares concurrir con Izquierda Unida y con Més. Los tres partidos han mantenido el número de escaños que consiguieron los morados solos. Si se compara con las generales de diciembre, Units-Podem-Més han conseguido 40.000 votos menos que si se sumara todo por separado. Sin embargo son la segunda fuerza en Baleares, por delante de los socialistas.
Y Més se vendió a Units-Podem por medio escaño, ni eso, poniendo en un brete al Gobierno del que forma parte activa. Sin calibrar que podían ganar. O, peor aún, que podían perder. Sin quererlo, y en clave autonómica, han regalado a los socialistas un punto más de confianza. Porque Més ha perdido.
En Ferraz hacen aguas con cinco escaños menos que en diciembre. Pero la culpa es de Podemos. Sin darse cuenta de que, no muy tarde, tendrán que agradecérselo de alguna manera.
Una vez más, las encuestas fallaron. Las de a pie de urna y las otras. Para entonces, todos se habían creído los números. Por eso, los que perdieron echaron la culpa a Podemos. Perdón, a Unidos Podemos.
En Baleares se repitió lo del 20D, pero con matices. Aunque todos sigan conservando el mismo número...
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Raquel Agüeros
Raquel Agüeros. Persona. Periodista. Autónoma. Nació navarra y voló del nido. Lleva 17 años picando, casi siempre en televisión y radio. Escribir es su espina clavada. Vive en Mallorca.
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