Libertad de prensa
Ataques cibernéticos contra P-es, tras publicar un texto sobre Marruecos
Paco Audije 6/08/2016
La noticia publicada por Periodistas en español que provocó el ataque cibernético.
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A las 20.14 horas del miércoles 3 de agosto, Rafael Jiménez Claudín, editor del diario digital Periodistas en español (P-es), y su experto informático recibieron una alarma DDoS (Distributed Denial of Service). El aviso tenía su origen en el ataque conjunto de un sistema de computadoras (o una red) que cegó el sitio afectado y lo hizo inaccesible para sus usuarios. Este primer incidente duró unas dos horas, hasta que los expertos vinculados a P-es pudieron recuperar la normalidad.
Sucedió inmediatamente después de que P-es diera entrada en su cabecera digital a un artículo titulado ‘Mohamed Fadel Benyaich: embajador en Madrid, escándalo en Rabat’, firmado por el periodista Jesús Cabeleiro, experto en Marruecos. El texto de Cabeleiro, que se basa en informaciones ya publicadas en la prensa marroquí (en árabe y francés), trata de un escándalo relacionado con la venta de terrenos comprados a precios irrisorios y recalificados - antes de su reventa- en las cercanías de Rabat. En ese proceso, se habrían visto favorecidos diversos personajes cercanos al poder.
La ira censora de los piratas cibernéticos continuó ininterrumpidamente en varias fases (hasta día y medio). En cada una de esas fases, lograron “tumbar” el servicio de P-es durante varias horas. A pesar de los esfuerzos del equipo de P-es, la publicación fue eliminada de las pantallas hasta en cuatro ocasiones. ¿Por qué esa inquina? ¿Cuál es el origen? ¿Hay detrás algún “servicio”? Imposible precisarlo.
Claudín, periodista veterano, que mantiene P-es contra viento y marea desde 2009, tiene pocas dudas: “Vinculamos esos ataques a informaciones recientes sobre el Sahara Occidental y Marruecos, al haber padecido ya anteriormente este tipo de piratería informática”.
Según el editor de P-es, el último precedente similar, “acompañado de la recepción de mensajes no únicamente críticos, que serían admisibles y publicables”, señala, sino también de otros “ofensivos y amenazantes”, tuvo lugar el 11 de junio de 2016. Entonces sucedió tras publicar otro artículo titulado ‘Sahara Occidental: Bujari reclama a la ONU la descolonización final’.
Las direcciones IP de los ordenadores desde los que provienen esos ataques cibernéticos (en junio y ahora) son coincidentes y se localizan en más de un país. En ambos casos, Claudín informó de los hechos a las autoridades españolas.
En 2013, la publicación Periodistas-es sufrió el impacto de un virus específico, que le fue destinado de manera muy concreta, tras haberse negado el editor a publicar anuncios de “relaciones con mujeres” de Rusia, Bielorrusia y otros países del este de Europa. Las direcciones IP de los piratas informáticos fueron identificadas y situadas en Ucrania. En aquella ocasión, los atacantes lograron acabar con los archivos de la publicación desde sus orígenes hasta aquella fecha (primavera de 2013).
Claudín prefiere no referirse a media docena de otros ataques cibernéticos parecidos que P-es ha sufrido desde sus inicios. “Algunas son experiencias muy amargas, que prefiero no revivir, ni recordar, porque se relacionan con la esencia de nuestro oficio que es la libertad de información”, nos insiste.
Quizá esa reflexión es también amarga porque se refiere a un nuevo tipo de publicaciones digitales, que no cuentan con muchos medios técnicos y financieros para defenderse. Dependen absolutamente del apoyo de los lectores y ciudadanos, que están fatigados de la información monocorde de los medios vinculados a los grandes grupos mediáticos.
Y como la mejor defensa de los periodistas es nuestro propio trabajo, que es lo contrario del silencio, dejo constancia a continuación del texto de Jesús Cabeleiro, motivo de la inquina censora de esos oscuros piratas cibernéticos.
A las 20.14 horas del miércoles 3 de agosto, Rafael Jiménez Claudín, editor del diario digital Periodistas en español (P-es), y su experto informático recibieron una alarma DDoS (Distributed Denial of Service). El aviso tenía su origen en el ataque conjunto de un sistema de...
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