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Más directivos del Real Madrid en la sala de prensa que concejales; Florentino Pérez con un discurso plagado de buenas palabras hacia el Ayuntamiento y una alcaldesa recibiéndole con un “Querido amigo” como tarjeta de presentación. ¿De qué año es la escena? Muchos dirían 2013 o 2014, cuando el presidente del Real Madrid y de la constructora ACS logró el visto bueno del Ayuntamiento, merced a la mayoría absoluta del PP,  a una espectacular reforma del Bernabéu que, de hecho, implicaba, entre otras muchas cosas, el paso a manos del club de 4.800 metros cuadrados, hasta entonces suelo público, de la fachada del estadio en el Paseo de la Castellana, hoy básicamente una explanada que sirve de aparcamiento. Pero lo cierto es que hablamos de octubre de 2016, hace solo unos días, cuando Ayuntamiento y club presentaron su acuerdo para un nuevo proyecto de reforma en el que no aumenta la edificabilidad del Santiago Bernabéu, ni su aforo, ni los metros que ocupa de vía pública. Pérez también renuncia en principio a su hotel de lujo (el nuevo proyecto no lo impide per se,pero al no aumentar la edificabilidad es casi imposible que tenga cabida en el recinto) y a las nuevas superficies comerciales que tenía firmadas con el Ayuntamiento de Ana Botella, que sí ha sido habitual del palco del estadio con su marido, José María Aznar. Por supuesto, el suelo público de la Castellana seguirá siendo de todos los madrileños, a pesar de que estuvo a punto de formar parte del patrimonio del Real Madrid, y Florentino Pérez pensaba sacarle tanto partido como a sus estrellas mediáticas.

No hace falta ser experto en gestión deportiva para concluir que la reforma del Bernabéu que va a llevar a cabo Florentino Pérez es mucho menos ambiciosa de lo que planeaba solo un par de años antes. Es como el que quiere fichar a Cristiano y se tiene que conformar con Jesé (un saludo para el París Saint Germain). Y sin embargo, allí estaba el todopoderoso presidente del club, con su reiterativo discurso sobre la grandeza y los valores del Real Madrid, que lo mismo le sirve para presentar un fichaje que un patrocinio. A su lado, dos supuestos extremistas radicales, la alcaldesa Manuela Carmena y el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo. ¿Cómo se explica que Florentino Pérez se conforme con mucho menos de lo que tenía firmado? ¿Ha acabado por fin el Ayuntamiento, ahora en manos de Ahora Madrid, con su estrecha relación con una entidad privada cuyo presidente maneja además todo tipo de intereses en otros negocios? 

 ¿Cómo se explica que Florentino Pérez se conforme con mucho menos de lo que tenía firmado?

Se puede argumentar que Florentino Pérez ha pasado por el aro, sí, pero no por uno político, sino judicial. En febrero de 2015 la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló la modificación del Plan General de Ordenación Urbana aprobada por el Ayuntamiento de Madrid dos años y medio antes por la que se permitía la ampliación, básicamente porque entendió que incumplía la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, al crear un “ámbito discontinuo” por el que el aumento de edificabilidad que lograba el club (12.250 metros cuadrados) se compensaba con unos terrenos que cedía en el distrito de Carabanchel, a 10 kilómetros, demasiados para ser legal. El Real Madrid podría haber recurrido al Supremo, pero no lo hizo. El Real Madrid podría haber insistido ante el nuevo Ayuntamiento en la parcela frente a la Castellana, donde planeaba un espectacular hotel y un centro comercial, sorteando el problema legal; tampoco optó por ese camino. A cambio, un Bernabéu con tapa, más alto y más cómodo. Y poco más. Para entenderlo, tal vez haya que retroceder un par de meses atrás.

Poca gente habría trabajando en Madrid el 15 de agosto, festivo, a las diez de la mañana. Pero entre ellos estaban el propio Florentino Pérez, su hermano Enrique Pérez, directivo de ACS, la alcaldesa de Madrid y su delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo. Los cuatro estaban reunidos en el Palacio de Cibeles, como se puede comprobar en la agenda pública de la propia Manuela Carmena. ‘Reunión sobre actuaciones urbanísticas varias’ en el despacho de la alcaldesa. Una cita que ha provocado todo tipo de críticas e insinuaciones por parte de la oposición.

Poca gente habría trabajando en Madrid el 15 de agosto Pero entre ellos estaban el Florentino Pérez, su hermano Enrique Pérez, directivo de ACS, la alcaldesa de Madrid y su delegado de Urbanismo

“Si nosotros nos reunimos con Florentino el 15 de agosto, no tendríamos calle para correr”, clamaba en una reciente Comisión del Área de Urbanismo José Luis Martínez Almeida, portavoz municipal del área por el PP. Fue el mismo día en que PSOE, Ciudadanos y populares coincidieron en sus durísimas críticas al Ayuntamiento de Carmena por su acuerdo con Dragados, una de las empresas de ACS, para la remodelación del Paseo de la Dirección.

El Paseo de la Dirección, en el Distrito de Tetuán, es una serpenteante vía de unos dos kilómetros al borde del Parque Rodríguez Sahagún. Si hubiese un concurso entre todos los proyectos que el exalcalde Gallardón presentó como la panacea y se convirtieron en un enorme marrón para su sucesora, Ana Botella, el Paseo de la Dirección podría quedar primero, y eso que la competencia es feroz.

Todo empezó en 2005. El Paseo de la Dirección, un ámbito urbanístico que suma más de 165.000 metros cuadrados, tiene, además de varios tramos con infraviviendas, un problema de falta de dotaciones, a pesar de que se encuentra en plena almendra central. Gallardón y su equipo deciden que la fórmula mágica va a ser la concesión: una constructora lo hará casi todo (el Consistorio pone además 40 millones de euros) y se le pagará en terreno, es decir, en pisos, y estamos en plena burbuja inmobiliaria. La concesión, adjudicada en 2006, es para Dragados, parte de ACS. La empresa de Florentino tiene que urbanizar, expropiar y construir los edificios para el realojo, para lo que cuenta con un plazo de seis años. Habrá cascadas, miradores sobre el parque, carriles bici, aparcamiento, vivienda protegida y libre y 1.515 árboles, ni uno más ni uno menos, anunciaba por aquel entonces el Ayuntamiento.

Gallardón y su equipo deciden que la fórmula mágica va a ser la concesión: una constructora lo hará casi todo y se le pagará en terreno, y estamos en plena burbuja inmobiliaria

Cuando ocho años después el PP deja la Alcaldía, Ahora Madrid se encuentra con que no solo no hay cascadas, sino que las obras de urbanización no alcanzan ni al 50% del ámbito. El delegado Calvo relata que primero presionaron a Dragados para que acelerara sus trabajos, y consiguieron un buen empujón. Un año después de la llegada de Carmena a la alcaldía, “con las obras esenciales ejecutadas”, era el momento de ir un paso más allá y “recuperar la iniciativa pública en la gestión y en el desarrollo de este ámbito”. Así que comienzan a negociar con Dragados el fin de la concesión. En septiembre se da a conocer que las negociaciones se cierran con más de 88.000 m2 de edificabilidad para Dragados, que además recibirá una indemnización por lucro cesante de 3,2 millones de euros. Según el Ayuntamiento, la zona ya está urbanizada en más de un 80%.   

El Ayuntamiento vende a la opinión pública que Florentino repliega velas perdiendo por el camino 48 millones de euros. Sus cuentas son fáciles: Gallardón iba a pagar en terrenos 176 millones de euros, y en este caso Florentino Pérez se tendrá que conformar con 128 millones de euros. La oposición lo ve de forma muy distinta, entre otros motivos porque no se fían de la tasación que las partes hacen de los 88.250 metros cuadrados, en siete parcelas, que Dragados recibirá en el ámbito urbanístico. PP, PSOE y Ciudadanos ven trato de favor a Florentino, que incumple los plazos, no construye todo lo pactado, se queda con las mejores parcelas del ámbito y encima se lleva una indemnización por lucro cesante. El más duro es, paradójicamente, el portavoz de Urbanismo del grupo del PP, José Luis Martínez Almeida, que acusa al delegado en la Comisión: “Ha abdicado de las potestades, competencias, facultades y derechos que le atribuye la Ley de Contratos del Sector Público con aquellos contratistas que no cumplen con sus obligaciones. No puede usted reivindicar lo público cuando abdica de lo público, cuando renuncia expresamente en beneficio de Florentino Pérez a penalizarle por los incumplimientos que se han producido en esta concesión”, le espeta. Mercedes González, la portavoz del PSOE para temas de urbanismo municipal, prefirió tirar de ironía: “Salga a la calle y diga a la gente que Florentino Pérez ha perdido 48 millones de euros y se va tan contento. A ver quién le cree”.

El Ayuntamiento vende a la opinión pública que Florentino repliega velas perdiendo por el camino 48 millones de euros

Salir indemne, y con tres millones de euros más, del Paseo de la Dirección no fue la única buena noticia que recibió Florentino Pérez del Palacio de Cibeles en los estertores del último verano. El 8 de septiembre se dio a conocer que Urbaser, filial de medio ambiente y servicios urbanos de ACS, era una de las seis adjudicatarias del nuevo contrato de recogida de basura de la ciudad, por un valor total mínimo de 687 millones de euros y un periodo de cuatro años prorrogables a dos más. A finales del mismo mes se anunciaba que ACS vendía Urbaser al holding Firion Investments, controlado por el grupo chino Ying Zhan Investment, por un importe entre los 1.164 y 1.399 millones de euros.

Cuando la operación se haga efectiva el próximo 1 de noviembre, ACS perderá a uno de los líderes españoles (junto a las filiales de otras dos constructoras, FCC y Ferrovial) en recogida y gestión de residuos y limpieza de calles. A cambio, reduce su deuda, logra plusvalías y reduce su dependencia de unos clientes incómodos en tiempos de ajustes presupuestarios: los ayuntamientos. Los nuevos dueños de Urbaser tendrán además que gestionar el recurso contra la multa impuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que consideró que la empresa era una de las 39 compañías de gestión de residuos, que, junto a tres asociaciones sectoriales, participaba en un sistema para repartirse clientes y licitaciones y  compartir información. Urbaser y Sertego, también del grupo ACS, recibieron la mayor multa: 23,3 millones de los 98,2 millones totales. Según la CNMC, el Ayuntamiento de Madrid fue uno de los más afectados por este cártel en la sombra. Entre 2011 y 2013, la Comisión identificó prácticas anticompetitivas en los contratos de limpieza de las calles y jardinería (FCC, Ferrovial y Urbaser), en los contratos de residuos urbanos de la periferia de Madrid (las mismas tres empresas) y en el contrato de explotación de dos plantas en el parque tecnológico de Valdemingómez (Ferrovial, Urbaser y Valoriza, filial de Sacyr).

Según la CNMC, el Ayuntamiento de Madrid fue uno de los más afectados por este cártel en la sombra

La CNMC no ha sido la única institución que ha sacado los colores al Ayuntamiento de Madrid por sus estrechas relaciones con los negocios de Florentino Pérez durante los años de mayoría absoluta de PP. En ocasiones, en una especie de astigmatismo político y legal, lo que se veía normal en la capital de España provocaba incredulidad en Bruselas, sede de la Comisión Europea. Allí se tramita el recurso de la multa impuesta contra el club por ayudas públicas encubiertas. Según la institución comunitaria, la larga historia (arranca en 1991) de traspasos y permutas de terrenos entre consistorio y club acabó generando un beneficio para los blancos (y un perjuicio para el bolsillo de todos los madrileños) de 18,4 millones de euros. Unos terrenos que en 1998 valían 595.000 euros fueron traspasados finalmente con un valor tasado de 22,7 millones, cuando según la CE apenas superaban los 4 millones. La diferencia entre las dos cifras es la multa que el Madrid debe pagar si no prospera su recurso. El pago sería el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre club y Ayuntamiento, que en los últimos 15 años se han caracterizado porque Florentino Pérez siempre gana. Hasta cuando empata, como en la remodelación del Bernabéu.