1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

En primera persona

Negociando el fin de la impunidad de las transnacionales

Relato desde dentro de la tercera ronda de conversaciones en la ONU para aprobar el tratado que vincula a las multinacionales con el respeto de los derechos humanos

Adoración Guamán Ginebra , 1/11/2017

<p>Manifestación para exigir la compensación a las víctimas del desastre de Bhopal (2010).</p>

Manifestación para exigir la compensación a las víctimas del desastre de Bhopal (2010).

Yann

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Hemos recaudado ya 4100 euros. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

El 3 de diciembre de 1984 se produjo una fuga de 27 toneladas de gases letales en la planta de fabricación de pesticidas de la empresa Union Carbide India Limited, situada en Bhopal (India), que convirtió a la ciudad en una cámara de gas. Las cifras de muertos y heridos son escalofriantes. Según fuentes del gobierno del Estado, murieron 5.200 personas y hubo varios miles de heridos, muchos de los cuales presentan discapacidades parciales permanentes. Otras investigaciones apuntan a 8.000 víctimas mortales y al menos 150.000 heridos; la International Campaign for Justice in Bhopal sostiene que desde aquél momento han muerto por causas relacionadas con la fuga de gas más de 22.000 personas.

El 24 de abril de 2013 el desplome del Rana Plaza, de ocho plantas, en Daca (Bangladesh) se saldó con la muerte de 1.129 personas, en su mayoría obreras textiles de grandes marcas internacionales de moda. El edificio estaba construido para albergar un centro comercial y no las cinco fábricas de ropa que alojaba dentro. El uso inadecuado provocó el rápido deterioro de la infraestructura y las miles de muertes.

mediante la llamada ‘captura corporativa’ estas empresas están consiguiendo que se adopten normas que les aseguran derechos específicos (los tratados de comercio e inversión por ejemplo) y que les permiten eludir las leyes estatales y escapar de la justicia

La lista de casos en los que ciertas empresas y dirigentes han obtenido beneficios con la reducción de medidas de seguridad en la producción o con el empeoramiento de las condiciones de trabajo -- violando los derechos humanos de personas y comunidades-- es interminable. En la gran mayoría de ocasiones, los culpables de estas tragedias no han sido condenados; tampoco ha existido una efectiva reparación a las víctimas y a sus familiares.

Estos casos demuestran cómo las Empresas Transnacionales (ETN) se han convertido en una suerte de entidades intocables, en organizaciones descentralizadas, deslocalizadas, ramificadas en largas cadenas de suministro en las que se diluye la responsabilidad y se multiplican y diversifican las formas de explotación, relocalización, evasión y elusión de normas laborales o fiscales. Además, a través de la llamada captura corporativa (las formas y vías por las que la élite económica controla las decisiones de los Estados en su propio beneficio) estas empresas están consiguiendo que se adopten normas que les aseguran derechos específicos (los tratados de comercio e inversión por ejemplo, y una prueba de ella es el CETA, aprobado el viernes en el Senado) y que les permiten eludir las leyes estatales y escapar de la justicia.

Como señalan numerosos expertos en la materia, y muy particularmente el profesor Juan Hernández Zubizarreta y el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), se ha conformado una arquitectura jurídica de la impunidad que actúa como una armadura casi inquebrantable para blindar a estas entidades. En este sentido, el caso Chevron/Texaco sigue siendo uno de los ejemplos más paradigmáticos de cómo una empresa transnacional puede destrozar una parte de la Amazonía, ser condenada en un proceso ante la jurisdicción del Estado donde se cometió el delito y escapar impune del cumplimiento de la sentencia.

¿Es posible poner fin a esta impunidad? ¿Puede perforarse la armadura jurídica de las transnacionales para obligarlas a respetar los derechos humanos y responder ante mecanismos efectivos de recurso y reparación de las víctimas? Centenares de organizaciones sociales, miles de activistas y un buen número de países, encabezados por Ecuador, afirman que sí.

El lunes 23 de octubre comenzó el tercer grupo de trabajo sobre este tema en las Naciones Unidas, en el marco de la Resolución 26/9 aprobada en 2014. Esta Resolución estableció el mandato de elaborar un instrumento jurídicamente vinculante para regular las actividades de las empresas transnacionales y otras empresas con actividad transnacional en el Derecho Internacional de los derechos humanos. El borrador de la Resolución fue redactado por Ecuador y Sudáfrica y contó con 20 votos a favor, 13 abstenciones, y 14 en contra. Todos los países de la Unión Europea, así como Japón y Estados Unidos, votaron en contra en 2014. El objetivo de la misma es la consecución de un Instrumento internacional que establezca los mecanismos necesarios para conseguir que las actividades de las empresas transnacionales (y otras empresas con actividad transnacional) respeten los derechos humanos y que las víctimas de violaciones de los mismos tengan acceso a la justicia y reciban la reparación adecuada.

se ha conformado una arquitectura jurídica de la impunidad que actúa como una armadura casi inquebrantable para blindar a estas entidades. En este sentido, el caso Chevron/Texaco sigue siendo uno de los ejemplos más paradigmáticos

Este objetivo no es en absoluto novedoso. La necesidad de contar con este instrumento vinculante para proteger de manera efectiva los derechos humanos frente a las actividades de las transnacionales y sobrepasar así las normas basadas en la voluntariedad, y en particular los Principios Rectores de 2011, ha sido reivindicada desde hace décadas. La Resolución cristaliza así un largo proceso de movilización y luchas, del trabajo de cientos de organizaciones sociales y miles de activistas que llevan muchos años peleando por la necesidad de acabar con la impunidad de las transnacionales y por la defensa de los derechos humanos. Hoy todo ese esfuerzo se aglutina en coaliciones de movimientos como son la Treaty Alliance y la Campaña Global, verdaderas almas del proceso actual, que mantienen la movilización año tras año con la presencia de centenares de activistas en las reuniones de trabajo en Ginebra.

Las dos primeras sesiones del Grupo creado por la Resolución 26/9 tuvieron lugar en 2015 y 2016 y se dedicaron a mantener deliberaciones constructivas sobre el contenido, el alcance, la naturaleza y la forma del futuro instrumento internacional. Ambas fueron presididas por la ahora Ministra de Asuntos Exteriores de Ecuador, y entonces embajadora, María Fernanda Espinosa, que también intervino en la tercera sesión con una contundente defensa de la necesidad de un tratado para garantizar el fin de la impunidad de las transnacionales. La tercera reunión, celebrada en octubre de 2017, ha tenido una importancia fundamental porque se ha debatido sobre un texto con propuestas concretas preparado por la presidencia del grupo, que sigue encabezando Ecuador, a efectos de recoger los insumos que conduzcan a la redacción de un texto ya articulado sobre el cual se centrará la negociación en la próxima sesión de trabajo de 2018.

La experiencia de los años anteriores ya daba una idea de que la tarea en esta ocasión no iba a ser fácil. El proceso de elaboración de este Tratado ha desatado todas las alarmas, porque su objetivo es evitar que las empresas transnacionales se beneficien a costa de  vulnerar los derechos humanos, incluidos expresamente los laborales y ambientales.

La importancia del momento quedaba ratificada por la presencia en el debate de delegados 101 países y una abrumadora presencia de la sociedad civil. La dificultad del objetivo se evidenció desde el inicio de los debates, que han reflejado con claridad la existencia de una oposición frontal entre quienes consideran innecesaria la aprobación de normas vinculantes para la protección de las víctimas frente los intereses de las empresas transnacionales y aquellos que sostienen la necesidad inmediata de poner fin a la impunidad de estas y de alcanzar la aprobación un instrumento internacional con los objetivos señalados.

En un extremo del discurso se han situado actores de fundamental importancia como la Unión Europea y sus países aliados como Noruega, Australia, México o, en esta ocasión, Rusia. En el otro, Ecuador ha contado con el apoyo permanente de Sudáfrica y el conjunto de los países africanos, de numerosos países de Latinoamérica y Asia, así como de las más de 200 personas acreditadas en representación de otras tantas entidades y movimientos sociales de hasta 80 países, que han mantenido presente la lucha de las víctimas por la justicia. Además, el proceso de negociación ha recibido el apoyo de  una Declaración de la Treaty Alliance, firmada por 921 organizaciones, de un llamamiento firmado por 268 parlamentarios de todo el mundo -- en concreto 48 eurodiputados de 5 grupos políticos distintos--, y de una carta enviada por 28 miembros del Parlamento Europeo a Jean-Claude Juncker y Federica Mogherini en el momento final de las negociaciones, exigiendo que la Unión Europea abandonara la postura obstruccionista.

¿Qué ocurre con la UE? ¿Por qué no apoya un instrumento que establezca los mecanismos para que las empresas tengan que respetar los derechos humanos en sus actividades transnacionales?

El proceso de elaboración de este Tratado ha desatado todas las alarmas, porque su objetivo es evitar que las empresas transnacionales se beneficien a costa de  vulnerar los derechos humanos, incluidos expresamente los laborales y ambientales

Las razones que ha señalado la UE para justificar su oposición al proceso en su conjunto así como al contenido del documento son fundamentalmente dos. En primer lugar, afirma que ya existen normas suficientes y que no es necesario un tratado como el que se propone. En concreto, la Unión defiende la total suficiencia de los llamados Principios Rectores, adoptados en 2011, que se basan en la petición a las empresas de un compromiso “político” de respetar los derechos humanos, combinado con actuaciones de diligencia debida y prevención fundamentadas en su propia voluntad. Como han puesto de manifiesto numerosos expertos en la materia,  y como demuestra la persistencia de violaciones de derechos humanos cometidas con impunidad por las transnacionales, se trata de unos principios de carácter voluntario y totalmente insuficientes, en cuya implementación se está invirtiendo además un enorme presupuesto y que están siendo utilizados como excusa para evitar un avance hacia normas vinculantes y efectivas.

En segundo lugar, la UE considera que el ámbito de aplicación del futuro tratado es inadecuado. La UE afirma que el tratado debería de abarcar a todas las empresas, incluso a las PyMEs, y no sólo a las empresas con actividad transnacional. En este caso, se trata de una objeción con una voluntad más de obstrucción que de convicción. De hecho, existen normas diferentes sobre la cuestión en la UE y en distintos estados miembros, como Francia, que limitan su ámbito de aplicación a determinadas empresas de gran entidad o actividad transnacional. Sin embargo, la UE pretende cambiar sobre la marcha el mismo objetivo de la Resolución 26/9, que no es otro que establecer normas adecuadas para acabar con la impunidad que se deriva de la estructura descentralizada y deslocalizada de las transnacionales y de su capacidad de movimiento a nivel internacional.

Evidentemente, estas lagunas jurídicas no existen respecto a las empresas cuya actividad se desarrolla en el exclusivo ámbito nacional donde, como regla general, las mismas responden directamente a las obligaciones que establecen los ordenamientos estatales y su responsabilidad se establece y controla por  jurisdicciones nacionales. La inclusión en el ámbito del nuevo tratado de todas las entidades empresariales desvirtuaría y haría imposible el cumplimiento del objetivo del Instrumento. Consciente de esto, la UE ha insistido en cada una de las sesiones en establecer como condición para entrar a negociar la ampliación de los debates al tratamiento de todo tipo de empresas, lo que ha provocado una serie de situaciones de fricción y enfrentamiento, que fueron especialmente graves en el inicio la sesión de 2017.

El lunes 23 de octubre, en el comienzo de la tercera sesión, la Unión Europea bloqueó durante más de dos horas la aprobación del programa de trabajo y el inicio de los debates por las razones antes explicadas. Las intervenciones de Sudáfrica, Cuba, Brasil, Egipto, Nicaragua, Bolivia, Argelia, entre otros países, apoyaron a la presidencia del grupo, ocupada por Guillaume Long, embajador ecuatoriano ante Naciones Unidas, que en aras del consenso incluso había concedido a la UE la inclusión en el programa de un espacio para hablar, de nuevo, de los Principios Rectores. En cambio, Noruega, Australia y México apoyaron a la Unión Europea, que no tuvo suficiente con la concesión y que llegó incluso a acusar a Ecuador, y en particular a Sudáfrica, de romper un compromiso previo.

La convocatoria de la cuarta sesión es, en sí, un triunfo. Sostener la movilización y llegar a esta sesión con la presión social y diplomática suficiente hasta la consecución de un Instrumento jurídicamente vinculante que acabe con la impunidad es el reto al que nos enfrentamos

En realidad, como informó la Presidencia del Grupo, el compromiso lo había alcanzado la UE consigo misma exigiendo la aceptación total de su propuesta sin ceder nada a cambio. Esta curiosa noción de compromiso, basada en la aceptación sin condiciones de la propia postura, ha sido la dinámica mantenida por el representante de la Unión Europea a lo largo de las negociaciones. Tras un pulso intenso entre la Presidencia y la UE, con centenares de ONGs y movimientos en la sala presionando para que la Unión no bloqueara el proceso, el embajador Long afirmó su voluntad de no ceder ante la exigencia europea, pidiéndole a la UE un "acto de sabiduría" o, directamente, un paso al lado. Jérôme Bellion-Jourdan, negociador por parte de la Unión, aceptó finalmente el programa, pero dejó claro que a partir de ese momento la UE no lo iba a poner nada fácil. Y así fue, hasta el punto de hacer peligrar de manera seria la continuidad del proceso en el momento final del cierre de la sesión de trabajo, el viernes  27 de octubre.

Pero no adelantemos acontecimientos porque la semana tuvo momentos cuya narración es importante. Entre el lunes y el jueves se desarrollaron las negociaciones siguiendo el texto del documento de elementos y a través de 10 paneles con la participación de expertos, personas afectadas y representantes de organizaciones diversas, entre los que se había invitado tanto a los sindicatos como a la Organización Internacional de Empleadores. Merece la pena comentar que esta organización llegó a afirmar que, en su opinión, es imposible establecer responsabilidades directas a las empresas respecto a los derechos humanos, afirmando que este tipo de iniciativas podía acabar con la competitividad y la inversión extranjera. En sentido contrario, diversas delegaciones y actores de la sociedad civil recordaron que ya existen normas que reconocen derechos específicos a las transnacionales, como los tratados de inversión, y que si están de acuerdo en tener derechos, no deberían rechazar las obligaciones, más aún cuando está generalmente aceptado que los marcos internacionales de derechos humanos deben ser respetados por actores públicos y privados.

Además, uno de los argumentos repetidos fue la necesidad de extender los esfuerzos nacionales, como por ejemplo las normas del Reino Unido (Modern Slavery Act), de California (California Transparency in Supply Chains Act, de 2010) o de Francia (Loi sur le devoir de vigilance), respeto del establecimiento de responsabilidades a las empresas en materia de derechos humanos. Un instrumento como el que se propone tendría la virtud de universalizar esas experiencias nacionales y crear un marco internacional de igualdad, con mecanismos compartidos, con responsabilidades comunes y con obligación de colaboración permanente, donde no se puedan evadir las responsabilidades por la violación de derechos humanos y donde prime el derecho de las víctimas a protección y reparación.

Los debates tuvieron momentos particularmente intensos, como la intervención de la eurodiputada Lola Sánchez, que remarcó que el Parlamento Europeo ha elevado la voz en más de nueve resoluciones e informes afirmando que la Unión Europea debe apoyar el proceso hacia el Tratado y que exigió a la representación de la Unión un comportamiento constructivo en la defensa de los derechos humanos. Además, durante los debates se trataron cuestiones especialmente discutidas por estados como Rusia o China y por la Unión Europea, como la atribución de obligaciones directas a las empresas concernidas por el instrumento; el establecimiento de obligaciones extraterritoriales respecto del control y sanción de las actividades de las empresas que den lugar a violaciones de los derechos humanos; la afirmación de la prioridad del respeto a los Derechos Humanos frente a los tratados de comercio e inversión y la inclusión de las entidades financieras dentro del ámbito del instrumento, etc.

Tal y como remarcó Ecuador, apoyado por otros estados, ninguna de las anteriores cuestiones es una novedad jurídica, dado que existen ya experiencias normativas en el plano internacional que fueron señaladas y debatidas. Por añadidura, la participación de las víctimas, tanto desde la sala como en el panel que se dedicó a sus experiencias, fue fundamental para dejar claro a los estados la magnitud del problema que se trata y la necesidad de superar los problemas técnicos mediante la clara voluntad política de proteger los derechos humanos.

Sin embargo, a medida que se acercaba el fin de la reunión fue quedando claro que el contenido de lo que se debatía y el sufrimiento de las víctimas no era lo más importante para algunos de los estados allí presentes que, encabezados por la UE y sus aliados, tenían el objetivo de bloquear o poner en cuestión la continuidad del proceso en sí mismo en la sesión de cierre. Y así fue.

Como regla habitual, las sesiones de trabajo acaban con un informe del contenido de la sesión, unas conclusiones del Grupo de trabajo y unas recomendaciones de la Presidencia del Grupo, siempre en el marco del mandato de la Resolución 26/9. Es importante recordar que este mandato es claro, el Grupo debe seguir trabajando hasta conseguir la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante para regular las actividades de las empresas transnacionales y otras empresas en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La Resolución de 2014 enmarcó el que debía debatirse en las tres primeras sesiones y dejó abierto el contenido a tratar en las siguientes, Sin embargo, esta inconcreción del procedimiento a seguir a partir de la tercera sesión ha sido la excusa utilizada por algunos estados, de manera abierta o en la negociación entre bastidores, para cuestionar la continuidad del grupo y la pertinencia de convocar la sesión de 2018.

La actividad diplomática y el cabildeo de la sociedad civil para evitar este bloqueo alcanzó un nivel febril entre el jueves y el viernes. Por un lado, la Unión Europea se reunió con las organizaciones sociales para criticar el proceso y a la Presidencia del grupo y para afirmar su compromiso de seguir “apoyando a las víctimas” con el desarrollo de los Principios Rectores; por otro lado, Ecuador dejó clara su total voluntad de seguir adelante con el proceso y de convocar una cuarta sesión en el 2018, presentando además como contenido para el debate un texto articulado (un borrador cero) donde se recogería todo lo trabajado hasta el momento.

Además de las reuniones públicas, en la negociación se celebraron encuentros bilaterales donde se buscaron diversas propuestas para intentar el consenso, fundamentalmente con la UE respecto al informe y las conclusiones finales. La postura de Brasil y de Rusia iba a ser crucial para decantar la balanza. Mientras, la Unión Europea hizo una exhibición de fuerza, consiguiendo que en la reunión del viernes estuvieran presentes las delegaciones de 22 de los 28 estados miembros, algo inaudito en el Grupo de trabajo.

Y llegó el viernes. Una hora antes de la adopción del informe final tuvo lugar  una reunión previa para negociar las conclusiones. En ella, apareció un actor que había estado totalmente ausente en los trabajos del Grupo y que pidió que estos concluyeran, afirmando que así el objetivo de la Resolución 26/9 acababa en la tercera sesión. Evidentemente, este actor fue Estados Unidos. La contestación fue clara, desde la Secretaría del Consejo de Derechos Humanos se informó públicamente de que la interpretación oficial de la Resolución es que los trabajos del Grupo no deben acabar hasta que se cumpla el mandato, es decir, la consecución del tratado. De esta manera, quedaba asegurada la continuación de los trabajos, pero la Unión Europea no dio su brazo a torcer y centró sus reticencias en la cuestión del procedimiento a seguir, cuestionando la posibilidad de convocar la cuarta sesión en 2018.

El final fue ciertamente de infarto. Ecuador se mantuvo en las recomendaciones de la Presidencia y no sólo se comprometió a la convocatoria de la cuarta reunión de trabajo en 2018, también a presentar el borrador cero. En una dura negociación, se llegó al acuerdo con la UE de no mencionar la cuarta reunión en las conclusiones pero tampoco cuestionar el mandato de la Resolución, indicando que la Presidencia se comprometía a celebrar reuniones informales con los Estados y partes interesadas para ver cómo se continuaban los trabajos hacia la consecución del instrumento vinculante. Quedaba claro que la voluntad de la Presidencia de convocar la cuarta sesión será el marco en el cual se desarrollarán estas reuniones informales y que no hay ninguna duda de la continuidad del proceso.

A pesar del compromiso alcanzado, la presión de la UE, que se negaba a la aprobación por consenso, continuó hasta el momento final, con un pulso negociador que se cerró cuando la Presidencia desafió a la UE a manifestar en la sala su oposición al texto de manera expresa. Ante el pulso directo, la duda de la UE durante varios segundos fue suficiente, el martillazo de la Presidencia anunciando el consenso puso fin a los trabajos del Grupo y abrió la puerta a la continuidad de los mismos. El estallido de alegría de los cientos de representantes de la sociedad civil, las lágrimas de las víctimas y las caras de alivio e ilusión de los delegados de los países que apoyan a Ecuador en este proceso iluminaron la sala. Acogiendo las palabras de Gonzalo Berrón, miembro de la Campaña Global, podemos afirmar que “estamos vivos, sí, pero la lucha va a ser más dura que nunca”.

No cabe duda de que va a ser así, la Presidencia del grupo se va a enfrentar a retos enormes en los meses venideros. La elaboración del borrador cero del texto articulado y del programa para la cuarta sesión se deberán hacer en un entorno marcado por la permanente reticencia de la Unión Europea y otros estados, pero también bajo la mirada atenta, vigilante y alentadora de miles de personas y organizaciones que son el alma y la fuerza de este proceso.

Esta sesión de trabajo ha dejado claro a todos los Estados, y en particular a la UE, que el sujeto protegido por la norma, las víctimas, se ha empoderado y que la sociedad civil ha desbordado el propio procedimiento, convirtiéndose en protagonista del proceso e impulsando la continuidad de los trabajos. La convocatoria de la cuarta sesión es, en sí, un triunfo. Sostener la movilización y llegar a esta sesión con la presión social y diplomática suficiente para que los trabajos continúen hasta la consecución de un Instrumento jurídicamente vinculante que acabe con la impunidad es el reto al que nos enfrentamos.

------------------------

Adoración Guamán asistió a las reuniones de Ginebra como miembro de la delegación de Ecuador. Es profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València, investigadora del programa Prometeo en Ecuador y autora del libro El fin de la impunidad. La lucha por un instrumento vinculante sobre empresas transnacionales y derechos humanos junto con Gabriel González (Icaria, 2017).

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Hemos recaudado ya 4100 euros. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Adoración Guamán

Es profesora titular de derecho del trabajo en la Universitat de València y autora del libro TTIP, el asalto de las multinacionales a la democracia.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí