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El siguiente texto está compuesto de extractos del informe 'Listado de personas ejecutadas durante la posguerra (1939-1944) en la ciudad de Madrid', encargado por el Ayuntamiento de Madrid y con la coordinación del historiador Fernando Hernández Holgado.
El presente listado comienza por los dos primeros ejecutados en consejo de guerra en Madrid capital: Manuel Alcázar Monje y Antonio Sánchez Fraile, enterrados, según se recoge en el libro de enterramientos y en las respectivas órdenes de inhumación, el 19 de abril de 1939. Que fueran ejecutados el día 16 es un dato recabado tanto en el Registro Civil como en el AGHD, donde están depositados sus consejos de guerra[17]. El hecho de que no aparecieran en el listado de Mirta Núñez y Antonio Rojas se debió que entradas del libro no registraban todavía la señal “Auditor”, al contrario que las órdenes de inhumación[18].
Orden de inhumación de Manuel Alcázar Monje (19/04/1939)
Esta última pista es la que nos ha permitido “rescatar” los nombres de 34 fusilados durante los días 19 y 21 de abril y los días 2, 3 y 4 de mayo de 1939, ya que en dichas órdenes aparece de manera inequívoca el apunte “Auditor”.Con casos como el del primer agarrotado de posguerra, Avelino Lozano Cano, ejecutado el 21 de abril pero enterrado el 2 de mayo, la localización ganaba en dificultad, ya que ni el libro de enterramiento ni la orden de inhumación presentaba la anotación “Auditor”, sino, en el caso de esta última, el apunte del lugar de procedencia del cadáver: “Depósito Judicial” (DJ), sin ninguna otra referencia. Si este nombre, como el de otros, ha podido ser rescatado, ha sido por las investigaciones anteriores realizadas tanto en el AGHD como en el Registro Civil por miembros de nuestro equipo como Manuel García Muñoz, que contaba con información inédita anterior sobre este caso que generosamente ha compartido con nosotros para la elaboración de este listado.
Orden de inhumación de Avelino Lozano Cano (02/05/1939)
El examen de la documentación del cementerio correspondiente al mes de abril de 1939 nos arroja únicamente ocho ejecuciones en consejo de guerra, siete de ellas por fusilamiento[19]. Pero el alto número de órdenes de inhumación de cadáveres procedentes de Depósito Judicial –que no de hospitales, o de cárceles- abona la sospecha de un ambiente de “ajuste de cuentas” en la capital recién ocupada y en un momento en que la justicia militar estaba empezando a arrancar. Para todo el mes se han contabilizado 97 cadáveres de esta clase, entre ellos 17 personas desconocidas, dos de ellas mujeres. Se trata de personas anónimas, con una excepción: el periodista y escritor libertario Mauro Bajatierra Morán, cuya orden de inhumación se ha conservado, con fecha de 8 de abril[20].
Orden de inhumación de Mauro Bajatierra (08/04/1939)
Si las detenciones a manos de miembros de la Falange clandestina madrileña comenzaron el mismo 28 de marzo, día en que se produjo la entrega oficial de la capital al coronel Losas, y el primer ejecutado por consejo de guerra –Manuel Alcázar Monje- lo fue el 16 de abril, no sería de extrañar que un número no pequeño del casi centenar de cadáveres de depósito judicial de mes de abril respondieran a ejecuciones extrajudiciales o fueran resultado de escaramuzas desesperadas, tal y como parece apuntar el caso de Bajatierra[21]. De cualquier forma, aun cuando estos posibles asesinados han quedado fuera de nuestro listado, hemos querido dejar constancia en este informe -que no en el listado- de la cifra de cadáveres a la espera de posteriores estudios que puedan iluminar tanto sus identidades como las circunstancias de unas muertes ocurridas en unas semanas tan caóticas, las de una capital en proceso de ocupación.
Una somera ojeada al presente listado llamará la atención sobre el escaso número de ejecuciones del año 1943 y, sobre todo, de 1944 –sólo cuatro- en comparación con las de 1939 y 1940, más de dos mil de un total de bordea la cifra total de los tres millares. No corresponde a este estudio explicativo explicar el tempo de esta dinámica represiva y sus causas, que han sido objeto de diversas interpretaciones[22], pero sí hacer constar simplemente que los fusilamientos en Madrid no se interrumpieron, sino que continuaron en las instalaciones militares de Carabanchel, un tema que podría ser objeto de ulteriores estudios.
(…)
Conclusiones y posibilidades del listado
El presente listado revisa en unas trescientas personas más el número de 2.663 ejecutados y ejecutadas en Madrid capital aportado en su momento por los historiadores Mirta Núñez y Antonio Rojas[23], con lo que hemos calculado la cifra total de 2.934. De todas estas ejecuciones, la inmensa mayoría se hicieron en forma de fusilamiento, y solamente 36 consistieron en agarrotamiento en la céntrica prisión de Porlier. En cuanto a la distribución por sexo, ascendieron a ochenta las mujeres ejecutadas todas ellas por fusilamiento, una cifra muy alta si se la comprara con la de otras ciudades con perfil de represión de posguerra como Barcelona capital[24].
Sin entrar en valoraciones que no correspondería hacer en este estudio, sí que cabría destacar que se trata de una cifra muy alta, sobre todo si la comparamos con una ciudad de semejante peso demográfico –algo más de un millón de habitantes- que sufrió asimismo la represión franquista de posguerra, como Barcelona, con 1.717 personas ejecutadas durante el periodo 1939-1952[25]. Es claro que ha de considerarse una cifra segura, toda vez que cada nombre está certificado mediante asiento documental de la orden de inhumación correspondiente, pero en todo caso estimada como mínima, por las precauciones avanzadas más arriba y que procedemos a repetir aquí.
La primera precaución tiene que ver con la conservación de las órdenes de inhumación: la pérdida de una orden cualquiera referida a un ejecutado, sumada a la coincidencia de que su nombre se registrase en el libro de enterramientos sin la anotación “Auditor”, habría bastado para hacernos perder su pista. Algunos nombres de ejecutados a garrote se exponen asimismo a esa posibilidad de pérdida, en los casos de que la orden de inhumación –caso de haberse conservado- hubiese llevado anotación de “depósito judicial” –que no de “auditor”- y constara al mismo tiempo sin apunte alguno en el libro de enterramientos.
Aquí es obligado referirnos al iluminador trabajo La justicia de Franco, del profesor Julius Ruiz, de 2005 (edición española de 2012), que, en su contabilidad de las víctimas de la violencia política de posguerra en Madrid, se apoyó en la cifra de Núñez y Rojas -2.663- pero añadiendo 72 ejecutados más durante el mes de abril de 1939 en la capital[26]. Ruiz daba por buena la cifra del primer estudio de la documentación del cementerio, que nosotros hemos revisado al alza, con lo que entendemos que la cifra total de ejecutados de Madrid y provincia aportada por el autor -3.113 para el periodo de 1939 a 1944- se queda llamativamente corta, y debería recoger, como mínimo, unos tres centenares de personas más, con lo que se quedaría en casi tres millares de personas solamente para la capital[27]. Un ejemplo llamativo lo tenemos en la cifra de los cinco ejecutados en mayo de 1939 de la relación de Núñez y Rojas, que en nuestro listado se ha visto ampliada a 114[28].
La fuente con la que trabajó Ruiz para analizar el fenómeno represivo en Madrid y provincia fue, sin embargo, la colección –incompleta- de 3.189 sentencias de muerte de Madrid capital y provincia conservadas en el Fondo de Responsabilidades Políticas del Archivo General de la Administración (AGA), de las cuales 1.874 fueron efectivas y el resto conmutaciones[29]. Su hipótesis acerca del punto de inflexión que supuso el año de 1940 en la aplicación a la baja de las penas de muerte efectivas flaquea si tenemos en cuenta los datos aportados en nuestro listado: las 1.806 sentencias de muerte que Ruiz contabiliza –sin discriminar las efectivas de las conmutadas- para 1939, y que opone a las 804 de 1940, se traducen, según nuestro listado para ejecuciones efectivas, en una oposición de 1.160 (1939) contra 990 (1940), lo cual cuestiona como poco su idea principal, basada por cierto en una única fuente[30]. Si hemos citado este ejemplo ha sido solamente para ilustrar tanto la fiabilidad del listado presentado –pese a las posibles omisiones que pueda acusar, haciéndonos eco de la precaución mencionada más arriba- como las nuevas posibilidades que ofrece a la investigación, de cara a ulteriores estudios sobre el tempo y las características de la represión franquista en Madrid capital.
La segunda precaución a tener en cuenta sobre nuestro listado tiene que ver con el caótico mes de abril de 1939. El propio Julius Ruiz describe brillantemente el estado de la capital recién conquistada durante aquellos días, con la aplicación ya el 29 de marzo del estado de guerra en Madrid a cargo del general Espinosa de los Monteros, comandante del I Cuerpo de Ejército y primer gobernador militar del territorio. Algunos testimonios recogidos por el cronista Pedro Montoliú, que califica de “capítulo oscuro” estos primeros momento de la Victoria franquista en la villa y corte, hablaban de fusilamientos de personas contras las tapias del cementerio y en el Arroyo del Abroñigal[31]. Es posible que un cierto número de las numerosas órdenes de inhumación de cadáveres recogidas en el cementerio a lo largo del mes con la anotación “Depósito Judicial” –casi un centenar, con un buen número de hombres y mujeres desconocidos, como se ha señalado más arriba- se debieran a ejecuciones sumarias tempranas, al margen de restos momificados o cadáveres de soldados del “frente rojo”[32]. Salvo el caso ya apuntado de Mauro Bajatierra –que supuestamente decidió permanecer en su domicilio haciendo frente a los sublevados–[33], se trata de verdaderas incógnitas. Lo único que podemos afirmar es que el primer ejecutado por consejo de guerra –su sumario ostenta el número 1– fue Manuel Alcázar Monje, fusilado el 16 de abril y enterrado el 19[34].
El objetivo de este informe no es otro que la presentación y explicación de este listado, pero no queremos terminarlo sin apuntar algunas de sus numerosas posibilidades. Un somero examen de los casi tres mil nombres que recoge pasaría por alto algunas llamativas presencias, como las de los numerosos alcaldes fusilados por el Nuevo Estado franquista, los de Madrid, Guadalix de la Sierra, Getafe, Hortaleza, Morata de Tajuña, Galapagar, Rivas-Vaciamadrid, Cadalso de los Vidrios, Miraflores de la Sierra y tantos otros[35]. Así, este listado podría servir de base para un estudio de los munícipes represaliados por el franquismo, o para la resistencia contra la dictadura, si nos fijamos en las sucesivas direcciones clandestinas del PCE represaliados, desde el polaco José Wajsblum o Heriberto Quiñones[36] hasta “el grupo de Lisboa”, cuyo expediente – colectivo- de enterramiento afortunadamente se ha conservado[37]. Pero ello dependerá, en primer lugar, de la publicación –en red, en papel- de esta primera base de datos –listado y asientos documentales-, que proponemos encarecidamente desde aquí, junto con la petición de la apertura de acceso público a la documentación del cementerio que nosotros hemos tenido la suerte de poder consultar. El objetivo de la publicación en un futuro de este listado sería doble: como presentación de un fondo documental para posteriores investigaciones y como ejercicio de socialización de un conocimiento que debería ser público, el de las víctimas de la dictadura –y resistentes a la misma- en la ciudad de Madrid.
Aquí, el informe completo:
[17] El consejo de guerra contra Manuel Alcázar tuvo lugar el 30 de marzo (MGM, 29, Julius), sumario número 1 (AGHD). El dato fue recogido, equivocando el segundo apellido, en RUIZ (2012: 61), posiblemente por haber figurado mal transcrito en la copia de la sentencia de la causa consultada en el AGA (Justicia. RP).
[18] Los primeros fusilamientos recogidos por Mirta Núñez y Antonio Rojas son del 6 de mayo, nombres que sí aparecen registrados en el libro de enterramientos de 1939 con la anotación de “Auditor”.
[19] Pese a que ya el 29 de marzo se celebraron consejos de guerra en Madrid, según GARCÍA MUÑOZ (2012: 65).
[20] Sobre Bajatierra, ver TRAPIELLO (2014: 514-515) y VADILLO (2011). El certificado de defunción, de fecha 16 de abril, reproducido en GARCÍA MUÑOZ (2014: 232), según información recibida del juzgado militar, presenta “síncope” como causa de la muerte.
[21] La versión de su colega y amigo Eduardo DE GUZMÁN afirma que Bajatierra decidió quedarse en Madrid y afrontar su suerte (2006: 255-256).
[22] RUIZ (2012); HERNÁNDEZ HOLGADO (2011).
[23] Que recogían a su vez dos nombres erróneos, que no se correspondían con personas ejecutadas: María Chacón Crespo y Nieto Giménez Bartolomé.
[24] Sobre las once mujeres -procedentes de la prisión provincial de Les Corts- fusiladas en el Camp de la Bota de Barcelona durante los años de 1939-1940, puede consultarse el portal web de la Associació per la Cultura i la Memòria de Catalunya (ACMe), Memoria de la prisión de mujeres de Les Corts: http://presodelescorts.org/sites/default/files/afusellades_es.pdf.
[25] CORBALÁN GIL (2008).
[26] El propio autor afirma que su estudio versa sobre la naturaleza y características de la represión, que no sobre su alcance en términos cuantitativos o número de sentencias de muerte (2012: 38).
[27] El autor, además de las cifras de Madrid capital mencionadas, recogía otras 378 ejecuciones judiciales en el resto de la provincia (Alcalá, Aranjuez, Colmenar, Getafe, El Escorial y Torrelaguna), con lo que apuntaba la cifra de 3.113 personas ejecutadas por consejo de guerra en el conjunto del territorio madrileño. Este número se queda corto a la luz no ya de nuestro listado, sino de otros trabajos recientes, como el coordinado por Roberto FERNÁNDEZ SUÁREZ para la Sierra Norte de Madrid, que ha certificado 16-18 fusilados en el cementerio de Torrelaguna en 1939 (2014: 801), frente a los 6 que recoge RUIZ (2012: 343, n. 87). Por otro lado, la contabilidad indirecta que recoge RUIZ de las mujeres fusiladas en Madrid, setenta y tres (2012: 157) revela la debilidad del principal fondo documental utilizado (las 3.189 sentencias del Fondo de Responsabilidades Políticas del AGA), ya que sabemos con certeza que la cifra fue de ochenta (ver notas 7 y 8).
[28] NÚÑEZ y ROJAS, 1997: 117.
[29] RUIZ, 2012: 155.
[30] Tesis que, por cierto, también hubiera flaqueado si el autor hubiera contemplado en su análisis los datos brutos de ejecuciones en Madrid capital del propio trabajo de Mirta Núñez Díaz-Balart y Antonio Rojas Friend, que aportaban las cifras de 978 ejecuciones efectivas para 1939 y 953 para 1940, números bastante equilibrados en ese primer “bienio” de posguerra.
[31] MONTOLIÚ, 2005: 57.
[32] Se conserva una orden de inhumación de “restos momificados de un hombre desconocido” del 16 de abril, así como las de los cadáveres dee Luis Muñoz esquina y Eugenio Martínez Cabrera, de las brigadas y 43 de “Frente /Rojo), las tres del 16 de abril de 1939.
[33] Ver nota 20.
[34] Para el mes de abril de 1939, no hemos encontrado más que cinco órdenes de inhumación con el apunte “Auditor”, con lo que nos sorprende la cifra de 72 ejecutados enla capital que recoge RUIZ en su libro (2012: 38), y cuya fuente documental entendemos que es el fondo de sentencias del AGA (Justicia. RP). Tenemos constancia, eso sí, de que ya el 29 de marzo hubo consejos de guerra (ver nota 19).
[35] Respectivamente: Cayetano Redondo Aceña; Constantino Herranz Márquez, Francisco Lastra Valdemar; Andrés Molpeceres Barceló; Cipriano Montes Guzmán; Anastasio Moreno Martínez; Marciano Rivas Redondo; Adolfo Sánchez Muñoz; y Felipe Arribas Maitiñán.
[36] GINARD I FÉRON (2000).
[37] Asarta, Girabau, Diéguez, Larrañaga, Castro, Gago y Valverde. Ver por ejemplo HEINE, 1983: 63-64 y MORÁN, 1986: 54.
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