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Hace dos o tres semanas, el PP y Ciudadanos anunciaron un bonito Pacto de regeneración democrática, que al PP le hacía mucha falta, para lavarse la cara, que ni con lejía, y recuperar la credibilidad perdida, después de años y años de corrupción, que lo han convertido en el partido político más corrompido de Europa, con una larga lista de imputados y condenados, con un Vicepresidente, varios Ministros y un etcétera interminable de representación de todos los estamentos del organigrama de sus listas electorales, por lo que la regeneración política pareció un buen propósito de enmienda loable, que, ¡Ay!, se ha venido abajo, sin remisión, ni paliativos, con el contubernio, como se decía en tiempos del franquismo, andaluz, con los acuerdos firmados, naturales y presumibles, por aquello de Dios los cría y ellos se juntan, entre el PP, Ciudadanos y Vox, colaboración que se veía venir, por lo que respecta al PP y Vox, después de las declaraciones de Casado, el Presidente del PP, en el sentido que compartía muchos puntos del programa de Vox, que, gracias al PP, prolongan la sombra alargada del dictador Franco, cuya memoria siguen sacralizando y revitalizando, después de más de cuarenta años muerto, y perpetuando su herencia de guerra civil permanente, adaptada a los nuevos tiempos.
Estos vergonzosos pactos de gobierno, entre la derecha y la ultraderecha, le dan la puntilla a esos hipócritas buenos propósitos regeneradores, que apuntalaban y solidificaban el fondo antidemocrático de su razón de ser, al servicio del Mercado. ¿Cómo se puede ser demócrata y ayudarse de Vox, que, al menos son honrados y no ocultan sus intenciones ni las bases ideológicas de su programa antidemocrático, con sus propuestas de devolver a la mujer a su antigua situación de marginada, cercenar los derechos de los trabajadores, resucitar las viejas consignas franquistas de palo y tente tieso, fortalecer el centralismo estatal, suprimiendo las aspiraciones de las Autonomías, yugular las libertades ciudadanas, con la obligatoria homogeneización ideológica y defender la implícita aceptación de la pena de muerte y la cadena perpetua? La cosa está clara. Pero lo peor es que “Ciudadanos”, que siempre ha jugado a despegarse del PP y de su corrupción endémica, también se ha pringado hasta los huesos, en esta operación Andalucía, para dar vida al Trío de la Bencina, aunque todavía le queda la oportunidad de rectificar y salirse del bochorno, en espera de mejor y más feliz ocasión.
Hace dos o tres semanas, el PP y Ciudadanos anunciaron un bonito Pacto de regeneración democrática, que al PP le hacía mucha falta, para lavarse la cara, que ni con lejía, y recuperar la credibilidad perdida, después de años y años de corrupción, que lo han convertido en el partido político más corrompido de...
Autor >
Luciano G. Egido
Es escritor y periodista. Autor de numerosas novelas y ensayos por los que ha obtenido diversos premios.
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