ForoVox
El partido de ultraderecha es el principal asunto de conversación en Forocoches, una comunidad virtual con más de medio millón de jóvenes
Enrique Rey Vázquez 16/01/2019
Roto2, logo–mascota de Forocoches.
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En febrero de 2017, mucho antes de que ningún periódico nacional prestara verdadera atención a Vox, Santiago Abascal se registraba personalmente en el foro de habla hispana con mayor número de usuarios y tasa de actividad que existe en Internet: Forocoches. El líder del partido estuvo en línea toda una tarde respondiendo durante una entrevista disparatada a las preguntas de los foreros o shurmanos, según la jerga local.
Cuando alguien le enseñaba una imagen recordando su pobre resultado en las últimas elecciones generales (muy por debajo del Partido Animalista) respondía: “Ya veremos la foto que colgáis en 2020”. Se le preguntó por cuestiones de su programa político tanto como se le insultó o alentó, se crearon memes con sus fotos más polémicas que él encajó con buen humor y, en definitiva, se ganó las simpatías de muchísimos jóvenes.
Empezaba así un idilio, una relación de fascinación mutua, que no ha hecho más que crecer. Actualmente Vox es el principal tema de conversación en un espacio y entre una comunidad que, en principio, se creó para charlar en tono distendido sobre el mundo del motor. Una comunidad de gente joven, nativos digitales acostumbrados a utilizar internet y a valerse de sus mecanismos, un grupo de personas con una forma de vida, una experiencia del Estado y un nivel de estudios muy distintos de todo aquello que se ha identificado como propio de los votantes de Vox. Si algunos, tras las elecciones en Andalucía, han sugerido que los votantes del partido proceden mayoritariamente del ámbito rural haciendo, por ejemplo, un retrato de Almería que recuerda a la comarca que visitó durante los cincuenta un Juan Goytisolo asombrado por la miseria y la incultura, el interés que se percibe desde Forocoches es mucho más amplio y transversal. Parece que Vox ha logrado atraer a jóvenes de todos los ambientes. Para entenderlo, hay que entender cómo funciona esta comunidad tan unida y, cabría empezar a pensar, poderosa.
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Hace diez años yo era un adolescente aburrido ante un inminente examen de matemáticas. Entonces nadie había hablado todavía de fake news y tenía una cuenta reciente en Forocoches que usaba, sobre todo, para recomendar música y participar en debates extravagantes, historietas desquiciadas de las que no importaba tanto su verosimilitud como su capacidad de entretener al resto de foreros.
Hace diez años, para evitar estudiar matemáticas, tuve la idea de aprovechar la fuerza del foro (un altavoz que, bien usado, hace resonar tu mensaje en miles de oídos) para “hacer algo gordo”. Quería abrir una grieta en la realidad y pensé que sería divertido burlarse de la credulidad de los medios de comunicación. Abrí un post en Forocoches recopilando correos electrónicos de televisiones y periódicos, teléfonos de emisoras de radio. Inventé unas luces en el cielo y, en mi post, colgué un mapa de la Península Ibérica con indicaciones precisas: quien viva en esta zona deberá decir que avistó a los OVNIS al este, quien se encuentre en esta otra, los habrá visto llegar desde el oeste. Unas horas más tarde interrumpían un programa de Telecinco a la voz de “misterio en los cielos españoles”, los avistamientos estaban en la portada del diario 20 minutos y algunas cadenas de radio daban también la noticia. Al día siguiente, en Sé lo que hicisteis de La Sexta, Patricia Conde se burlaba del caso dando rodeos para no mencionar el nombre del foro, entonces irrelevante.
Han pasado diez años que me han servido para aprender a resolver ecuaciones diferenciales, seguir participando en el foro y convencerme de que la vida es más amplia y rica de lo que parece durante el instituto. Diez años que para el foro han supuesto un salto enorme en términos de número de usuarios y relevancia, siendo su presencia cada vez más visible y mediática: John Cobra quiso participar en Eurovisión y fuimos nosotros quienes provocamos su desagradable enfrentamiento con José María Íñigo, unos mariachis aparecieron en la sede del PSOE durante los peores momentos de su crisis y también fuimos nosotros.
Hay que ser muy cauto si se pretende hacer sociología a partir de lo que se expresa en un foro en el que todos llevan máscara. La regla fundamental de Forocoches es su anonimato: cada usuario está protegido por un nick y por un avatar y raras veces existe un rastro que asocie estas coordenadas escasas con la persona que hay detrás. En principio, todo lo que se diga en el foro es una ficción más o menos elaborada: hablan guiñoles y no ciudadanos.
Aun así, existen tendencias, modas, comentarios que se repiten, ideas que generan consenso.
Y cada vez son más conservadoras.
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¿Quiénes son los que llevan años hablando sobre Vox, repitiendo que es necesario acabar con “las paguitas para los inmigrantes” y sosteniendo que las mujeres son demasiado promiscuas?
Entonces, actualmente, ¿quiénes son todos estos usuarios (más de medio millón) que llevan ya varios años (desde mucho antes de las elecciones en Andalucía) hablando sobre Vox, repitiendo que es necesario acabar con “las paguitas para los inmigrantes” y sosteniendo que las mujeres son demasiado promiscuas (aunque injustas con ellos)? Pues todo el mundo. O por lo menos todos los varones españoles de entre quince y treintaypocos años. Intentar trazar un perfil más preciso sería inútil de tan masivo como es el foro: lo único que tienen en común los foreros será lo mismo que tenga en común un chico de veinte años de Talavera de la Reina con uno de Gijón, con uno de Sitges. Mucho o poco, que cada cual decida.
¿Y cuáles son estas ideas que han convertido el foro en la mayor plataforma de apoyo a Vox en Internet, muy por delante en audiencia de los escasos y marginales medios de comunicación que dieron cobertura al partido de Santiago Abascal durante los últimos años?
Pues son muy sencillas y todas, despojadas del prestigio de lo subversivo, suenan ya muy gastadas, viejas conocidas que resurgen precisamente donde menos lo esperábamos.
Fundamentalmente, los foreros creen que el mundo ha conspirado contra ellos: existían unos valores con los que era fácil identificarse, como la valentía y el esfuerzo, y desde hace unos años, ciertos poderes globalistas, en abstracto, han actuado para malbaratarlos, sustituyéndolos por otros que permiten manipular fácilmente a la población, volviéndola dócil.
Es la clásica teoría de la conspiración importada desde foros americanos como 4Chan. Es también lo que defienden políticos de la ultra derecha como Marine Le Pen, reaccionarios orgullosos como Juan Manuel de Praday, esto es inédito, empieza a murmurarse (con matices) en ciertos círculos de la izquierda más tradicional. Citando al propio Abascal en su entrevista con miembros del foro: “Vientos de otras latitudes ayudarán a liberarnos de ese yugo de las oligarquías progres”.
Según creen, el feminismo o la tolerancia hacia los homosexuales son argucias destinadas a menoscabar la masculinidad de los foreros, amenazada por ese enemigo fantasmal que sería (de existir) “el marxismo cultural”. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo, además, los ha despojado del papel que esperaban, y se revuelven inquietos y molestos porque, según dicen, ellas prefieren a casi todos los demás (especialmente a los hombres insustanciales de gimnasio) antes que a ellos, que son tan responsables y trabajadores y, sin embargo, no han obtenido la recompensa (en forma de esposa amantísima, de familia tradicional) que esperaban.
Como si se hubieran propuesto avalar la tesis del filósofo Ernesto Castro (los hombres son las víctimas colaterales del patriarcado), en Forocoches se ha popularizado una especie de darwinismo social (muy en relación con los videojuegos y sus recompensas: el modo en que sus personajes adquieren prestigio y habilidades según perseveran y suben de nivel) reflejo de la masculinidad en crisis. Existen hombres “alfa” y “beta” y es tarea de uno mismo trabajar para pertenecer al primer grupo en un ambiente en el que no caben ni la solidaridad ni la empatía. No es de extrañar que en el foro se repita como broma recurrente –estamos ante la preocupación viril por antonomasia– que “los calvos son muertos en vida”.
Resuenan, pues, los ecos de Jordan Peterson, el psicólogo y líder de opinión que ha creído posible aplicar sus teorías sobre la organización social de las langostas a las sociedades humanas contemporáneas. Alguien cuyos detractores asocian con la autoayuda pero que cuenta con cientos de miles de seguidores satisfechos al haber colocado, después de leer sus libros o escuchar sus conferencias, la idea de responsabilidad individual de nuevo en el centro de sus vidas.
Decenas de usuarios de Forocoches han recibido citaciones judiciales tras haber difundido datos personales de la víctima de la Manada, lo que constituye un grave delito
De esta forma, en el foro se desconfía de lo colectivo, refugio para vagos y paguiteros (personas que reciben alguna ayuda social y que suelen identificarse con inmigrantes). No hay nada peor que alguien ocioso (enorme ironía cuando forear significa casi siempre aplazar una tarea y es algo que se hace durante una etapa de la vida en la que las obligaciones son pocas y leves) e incluso el placer, cuando no resulta de haber alcanzado un objetivo competitivo, es demonizado: abundan los que están orgullosos de mantenerse al margen de la frivolidad de las fiestas o el alcohol, de los embelesos con los que creen que el sistema resta autenticidad a sus vidas (básicamente todo aquello que podría aparecer en una revista de tendencias).
Es sorprendente esta nostalgia de una sociedad más autoritaria (en cuestiones geopolíticas el foro suele ponerse del lado de la Rusia de Putin) en una web que se ha organizado de manera horizontal durante toda su existencia. En el foro no existen moderadores y nadie propone los temas a tratar. Cada miembro tiene el mismo derecho que los demás a abrir un hilo sobre aquello que crea conveniente y aquellos temas inapropiados son sancionados por los propios usuarios, que, mediante la acumulación de reportes (una especie de votos negativos) pueden hacer que desaparezcan. Las normas cuyo quebrantamiento puede suponer un reporte son muy sencillas y básicamente un reflejo de la legislación española en cuanto a protección de datos o incitación al odio. En ocasiones, no basta con este sistema de autocontrol y tienen que intervenir la policía o la fiscalía: decenas de usuarios de Forocoches han recibido citaciones judiciales tras haber difundido datos personales de la víctima de la Manada, lo que constituye un grave (y repugnante) delito.
Forocoches tampoco se ha mantenido al margen de la ola de nacionalismo español (o patriotismo) que ha seguido a la proclamación de la fugaz República Catalana. Vivimos una época de puesta en valor de lo español y de impugnación de la llamada leyenda Negra y el foro que como una masa enorme de líquido admite la disolución de casi cualquier sustancia, ha acogido con entusiasmo el éxito de publicaciones como Imperiofobia, de María Elvira Roca Barea. Con su particular forma de entusiasmo: ahora uno de los peores insultos que se pueden recibir allí es el de “endófobo”.
Además, los más avispados están al tanto de la actividad de la Fundación Gustavo Bueno cuya producción en ocasiones (entre otras cosas: su labor es amplia y rica) funciona como coartada intelectual de DENAES, la Fundación para la Defensa de la Nación Española que Santiago Abascal fundó en 2006.
No se percibe, eso sí, una especial veneración por el franquismo, mucho menos por sus ideólogos y arquitectos, primero falangistas, después tecnócratas. Se mira al pasado con melancolía y añoranza pero antes por las costumbres que se creen perdidas, por modos de vida que se consideran proscritos durante esta supuesta dictadura de lo políticamente correcto, que por políticas o figuras concretas. Si la Iglesia no suscita ningún interés para estos (ensayemos la etiqueta) “conservadores tecnificados” y nadie tampoco se acuerda en Forocoches de quién fue José Antonio, mucho menos de Agustin de Foxá. El fascismo, si lo hubiera, no es una postura estética, más bien una protesta, la consecuencia de un sentimiento de abandono, la puesta en práctica, o ellos así lo ven, del lema del grupo ultra Hogar Social Madrid: mantenerse en pie en un mundo en ruinas.
Ni siquiera es fascista el modelo económico que se propone mayoritariamente. En este sentido, se defiende el liberalismo más radical (y este es un buen termómetro para medir la pérdida de prestigio de lo público) con la mínima presencia o intervención del Estado, que, dado que está en manos de progres (entre los que se cita, incluso, al PP de Pablo Casado) supone una pesada maquinaria dedicada a malgastar el dinero de los impuestos.
Este liberalismo económico no va unido a la libre circulación de personas, contra los argumentos de economistas como Juan Ramón Rallo. Uno de los rasgos más marcados de estos nuevos conservadores es su fuerte rechazo a la inmigración. Convencidos de que los inmigrantes acuden a los países desarrollados para, en el mejor de los casos, producir un efecto involuntario de dumping salarial devaluando el poder adquisitivo de la clase obrera local, y, en el peor, y según los foreros más delirantes, para producir una “sustitución racial”, son continuas las alusiones a estadísticas y datos sesgados sobre el efecto negativo de la inmigración sobre el conjunto de la sociedad española.
Existe también un rechazo explícito hacia la Ley Contra la Violencia de Género. Se han abierto en el foro multitud de hilos muy concurridos tratando de recopilar falsas denuncias por malos tratos para establecer una contabilidad que hacer pública dentro de algún tiempo, así como algunos foreros se han organizado para contactar directamente con Vox y hacerles llegar todos aquellos casos en los que, aplicándose la ley, consideran que se produce una asimetría legal o se están malgastando subvenciones.
Todo este ecosistema, en el que las opiniones más radicales son precisamente las que más se repiten, a veces buscando ser aplaudidas, a veces persiguiendo esa otra forma de reconocimiento perverso que ha inaugurado internet y que consiste en vilipendiar y ser vilipendiado, se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para Vox. Un partido que dice no tener complejos y que con eslóganes como “no somos fachas, somos españoles” ha logrado convencer a los usuarios de Forocoches.
Y vaya si lo hace: han ganado con mucha ventaja las encuestas de intención de voto (unos diez mil participantes mensuales) en el foro desde hace varios meses, sustituyendo a la alternancia entre Ciudadanos y Podemos que se había vivido hasta entonces (las encuestas se empezaron a proponer con la llegada de la nueva política).
El 65% de los foreros (dato a 10 de enero de 2019) apoya a Vox
Si no son la única fuerza política sí que son la que, a día de hoy, ha alcanzado una hegemonía que en julio de 2014 fue para Podemos: entonces el 60% de los foreros decían apoyar al partido morado como ahora el 65% (dato a 10 de enero de 2019) apoya a Vox, teniendo Ciudadanos un apoyo del 9% y habiendo bajado estrepitosamente Unidos Podemos y sus confluencias hasta un 7%. Existen alternativas, la comunidad es enorme y alberga incluso una plataforma comunista, pero los datos son arrolladores.
Habrá, por supuesto, quien apoye a los de Abascal de manera más o menos irónica, también quien se deje llevar por el discurso de la multitud sólo por seguir lo que, por momentos y como todo en este espacio de irrealidad, parece una broma. Pero el poeta Pessoa nos recuerda con sus versos que es fácil terminar siendo tu propia víctima cuando empiezas a simular: el poeta es un fingidor / finge tan completamente / que hasta finge que es dolor / el dolor que en verdad siente.
Incluso se cree que los diferentes partidos y especialmente VOX podrían haber comprado cuentas de usuario (a Forocoches sólo puede accederse mediante invitación, si un amigo cede una de las suyas o alguien la vende, práctica muy extendida) con el objetivo de hacer campaña y crear corrientes de opinión. A estos foreros se los suele llamar despectivamente “cibervoluntarios” y se sospecha que actúan según las órdenes de los responsables de redes de cada partido, pero hasta ahora no está probada su existencia
Pero estos fenómenos no explican un entusiasmo tan llamativo: es evidente que no solo hacen ruido quienes acaban por creerse su propia broma o los fanáticos y asalariados del partido. La mayoría de los simpatizantes de Vox en el foro son jóvenes descontentos que han convertido lo que empezó siendo la manifestación de cierta angustia (¿por qué las chicas de la clase no me harán caso?, ¿por qué no encuentro un trabajo de aquello que he estudiado?) en un grito que termina por impugnarlo todo y no se disolverá con el advenimiento de la vida adulta (un trabajo, relaciones afectivas sanas). Entre otras cosas porque esta, en muchos casos (las certezas que hemos perdido por el camino de la crisis, el deterioro de las condiciones de vida), nunca llega.
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Twitter se ha convertido en una de las bestias negras del foro. No solo por las injusticias que se cometen con frecuencia en esta red social (Juan Soto Ivars nos ha advertido del peligro de los linchamientos digitales) sino también y sobre todo porque es el medio en el que más cómodos se encuentran los activistas de izquierdas.
Precisamente en Twitter se hizo popular el hilo de un profesor de historia andaluz, @Juanitolibritos, que muestra su asombro al descubrir que varios de sus alumnos, con los que mantenía una buena relación siendo él abiertamente gay, son simpatizantes de Vox. Hace unos cuantos artículos Sergio del Molino decía, a propósito de los debates en torno a la libertad de expresión, que no quería ver cómo el mundo se convertía en el despacho del jefe de estudios de un instituto: continuo intercambio de acusaciones inmaduras y provocaciones pueriles. Acertado hallazgo que va más allá. Porque, después de diez años con varias cuentas en Forocoches, observo cómo el mundo se parece cada vez más al foro en el que durante tanto tiempo me he divertido, sin haber adivinado nunca que sus insensateces virtuales podrían llegar a desbordar la realidad.
Forocoches se parece mucho al cerebro de un adolescente aburrido: confuso, desordenado y capaz de generar tan solo una idea brillante por cada docena de equivocaciones.
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Enrique Rey Vázquez está terminando un máster de Ingeniería Naval y, además de la Literatura, lo que más le gusta es navegar.
En febrero de 2017, mucho antes de que ningún periódico nacional prestara verdadera atención a Vox, Santiago Abascal se registraba personalmente en el foro de habla hispana con mayor número de...
Autor >
Enrique Rey Vázquez
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