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EXILIADOS EN TRANSICIÓN III

Sin derecho a nada

Las cartas de los exiliados contienen reclamaciones y protestas por el reconocimiento de sus derechos a indemnizaciones o pensiones, que en la mayor parte de los casos no fueron concedidas

Ritama Muñoz-Rojas 12/06/2019

<p>Gilberte Arias y José Albo.  </p>

Gilberte Arias y José Albo.  

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Que llegaron a Francia con lo puesto y nada más lo contaron muchas veces. Habían emprendido la huida cargados hasta lo imposible para llegar a Francia con lo más importante de sus pertenencias. Pero durante el camino tuvieron que ir deshaciéndose de bultos y maletas para poder atravesar los Pirineos a pie en pleno invierno. 

El 24 de enero de 1939 cruzamos la frontera para Francia. Íbamos unas cuatro familias juntas y todas con el mismo deseo de escapar de las hordas fascistas. Llevábamos tres carros cargados con el equipaje y nosotros no teníamos otros medios de locomoción que nuestras propias piernas. Andábamos de noche y de día procurábamos escondernos para evitar los bombardeos de la aviación fascista que iba buscando por la carretera rasasesinar al máximo de gente. De casa íbamos mi padre, mi madre, Pilar y yo. Pilar era una niña que adoptamos en el primer año de guerra. Sus padres, como otros tantos, se vieron obligados a evacuar los niños y llevarlos a la retaguardia debido a los frecuentes bombardeos. Su pueblo era Gelsa del Ebro (Aragón). Al cabo de cuatro días llegamos a la frontera de la Junquera. Llovía y empezaba a anochecer y hacía un frío que nos helaba los huesos. Allí los hombres decidieron que las mujeres y los niños avanzáramos hasta llegar lo más posible de la frontera, pues se decía que al día siguiente darían paso. Cogimos una maleta por familia y dejamos el resto del equipaje en los carros que solamente quedaban dos, pues uno tuvimos que dejarlo por el camino. Un camión hirió al caballo y no podía andar”.  Rosa L. Mayo, 1988

Los cientos de miles de españoles que cruzaron la frontera entre finales de enero y febrero del 39 por miedo a las represalias de los sublevados fueron recibidos en Francia al grito de “Allez Allez”, por gendarmes y soldados senegaleses, arma en mano y apuntando a los recién llegados. Así comenzó la vida en el exilio para miles de españoles en el invierno de 1939.

Cincuenta años después, Rosa L. continuaba en el sur de Francia, no muy lejos de donde residía otro exiliado, José A., quien, en agosto de 1989 dirigía esta carta al presidente de la asociación de Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles: 

Ceret  9-8-89

Mi muy apreciado amigo de los refugiados españoles

La presente es para decirle que ya recibí su carta referente al aniversario de la guerra en España que tuvimos de escaparnos dejando todas nuestras economías; lo perdimos todo, no hemos recuperado nada y hasta el momento no hemos tenido derecho a nada, ni a ninguna pensión, ni a nada, ni ningún derecho a hospitalidad; es una vergüenza el caso nuestro. La única ayuda que hemos tenido es el subsidio que nos dan ustedes lo cual les damos muchísimas gracias por su buen gesto que con la Sra Caparrós nos envían 700 francos cada tres meses.

Además, le iba a preguntar otra cosa, a ver si usted me puede indicar. Me he enterado que el Gobierno de España ha hecho un decreto diciendo que pagaría una pequeña pensión a todos aquellos que no han cotizado nunca a la Seguridad Social, porque nosotros somos de estos que no hemos cotizado nada porque en aquellos tiempos que vivíamos en España no conocía esto del Seguro Social.

Y le iba a preguntar para saber si usted me puede indicar y a ver si usted se puede enterar a ver lo que hay que hacer para poder obtener esta pensión y a ver si tenemos derecho a esto y también saber los trámites que hay que hacer si a usted le es posible de hacerlo lo cual se le agradeceremos mucho dándole muchas gracias.

Sin más, reciba usted un fuerte abrazo de su amigo y también de mi esposa mi mujer. Con muchos saludos

José A. y E. R. 

Ayudar para llevar a cabo los engorrosos trámites que España exigía a los ya ancianos exilados que querían obtener el reconocimiento de años trabajados, una pensión o una indemnización fue parte de la labor de los Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles (AARE), la asociación que, desde 1984, se volcó en la ayuda a los más olvidados de los exilados: ese grupo de cientos de republicanos que, en los años ochenta y noventa, continuaban su exilio en Francia en condiciones de absoluta precariedad y con pocas o ninguna de las ayudas para mayores de 65 que se le suponen en un estado de bienestar europeo. Muchas veces, el apoyo de AARE consistió en ayudarles a entender los trámites o las cartas oficiales que recibían, pues su formación era muy básica, la propia de las zonas rurales en España antes de la guerra; muchos de ellos no sabían leer ni escribir.

Carta de J. M. y C. S. 

Hendaye Francia   12-1-1989

Estimados Srs

Hace unos días un sobrino que vive en Irún como mi marido por su enfermedad no puede escribir le pidió al sobrino que él se ocupe de preguntarles a Ud. si sabe de alguna dirección para preguntarles si mi marido podría como sargento que fue en la guerra de los republicanos. Así que si reciben la carta de nuestro sobrino sepan de parte de quién va y una vez más muchas gracias por las muchas molestias que les causamos y perdonen las muchas faltas de ortografía que tengo pero he olvidado mucho, y las manos me cuesta mucho trabajo escribir a causa de la fuerte artrosis que sufro y ya me despido deseándoles una vez más mucha suerte.

J. M. y C. S.

Jacinto Lara, abogado de la Coordinadora Estatal de apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA), ha conocido de cerca casos como estos. “Además de aprobar una sucesión de normas desde el año 1976 hasta la actualidad, el Estado debía de haberse ocupado de que la información adecuada, incluidos los plazos para tramitar las correspondientes solicitudes, llegasen correctamente al colectivo que se encontraba y se encuentra en el exilio. Por ejemplo, a través de los consulados por medio de cartas personalizadas, pues lo lógico es que las misiones consulares mantuvieran una relación detallada de todas aquellas personas que se encontraban en tan penosa situación”. Para Jacinto Lara, las trabas burocráticas son “una manifestación más del olvido y la desmemoria del Estado español con las víctimas del franquismo”.   

Pontenx les Forges     24-4-84

Sra Antoinette Caparrós

Le ruego me perdone que no sé si comprenderá esta escritura. Le mando el impreso que V. me mandó que yo le doy las gracias por haber pensado en mi yo lo dejo a su elección no importa que será lo que me manden yo seré contenta ya que todo me hace un buen servicio que con lo que yo cobro cada mes no se puede hacer muchas cosas como la vida está hoy.

Voy a pedirle un servicio que para mí sería grande. Yo pedí la viudedad hace tres años en España, en Huesca. Como contestación me dijeron que tenía derecho pero que la había pedido muy tarde y todos los papeles se los guardaron allá. Yo no lo había pedido porque yo no sabía que eso existía. Yo les demandaría a esas personas que yo pienso que tienen tan buen corazón y quieren hacer tanto bien si podrían hacer ese gran favor. Le ruego me perdone de toda esta molestia y le doy las gracias por todo que hacen por mí.

Les saluda atentamente, M. B.

Carta de M.B. 

Decir que a M.B., cuya carta estremece aún más al ver el temblor de la letra, se le denegó la pensión. Casi diez años después, vivía de una pensión del gobierno francés de 4.100 francos, muy por debajo del SMIC (salario mínimo garantizado en Francia) de 1993, que sobrepasaba los 5.000 francos. De España, nada.

Jacinto Lara añade: “En realidad, a las víctimas de la guerra civil y dictadura franquista que sufrieron exilio el Estado no les ha ofrecido las ayudas adecuadas. No ha habido políticas de reparación efectivas. Entiendo que todo ello se enmarca en una posición política muy consolidada al respecto y que está íntimamente vinculada con una impunidad que se mantiene, como cuestión de estado, en relación con la falta de reparación efectiva de las graves violaciones de derechos humanos que sufrieron estas personas”.

París le 4 Janvier 1986

Muy señores míos y amigos

Después de saludarles muy afectuosamente, me place comunicarles que he recibido el paquete que me mandaron por Navidad [….].

Desde luego, al decir “Refugiado” quiere decir mucho para los que lo hemos convivido, sobre todo los tiempos de la guerra en Francia, y es lamentable que no hayamos tenido una organización de defensa jurídica, por hacernos valer, creo yo, lo que en derecho nos pertenece, cuando existe un decreto de incorporación con el ejército francés por el tiempo de la guerra, y si yo he querido hacerme valer este tiempo he tenido que comprar los puntos.

En fin, todo esto es muy difícil y largo de explicar, pero no hemos tenido nunca nada de esto, al menos que yo sepa, de lo contrario me extrañaría.

Si tengo ocasión de poder venir a Madrid no faltaré de contactarlos.

Pues bien, repito muchas gracias de haber hecho esta organización y repito, les quedo muy agradecido y a su disposición queda este suyo y servidor.

 J.F.

Gutmaro Gómez Bravo es un reconocido historiador que ha profundizado en el estudio de la violencia política y el control social en la historia contemporánea. “Han pasado cuarenta años y todavía no hay ninguna instancia oficial que reconozca esos derechos. Es la prueba más clara de que no se les ha tenido en cuenta, se les ha dejado de lado. Hay que ponerse en su piel; trataron de escapar de la cárcel, pero también de la condena moral y social; y eso no lo consiguieron; una indemnización es la forma de reparar esa condena moral”. Desde que comenzó a estudiar en los archivos, este profesor de la universidad Complutense de Madrid, que imparte la asignatura Dictaduras y memorias del siglo XX, se ha ido encontrando con gente en busca de papeles que respaldaran sus reclamaciones. “Democratizar y poner al servicio de la sociedad los archivos hubiera sido una gran ayuda para ellos. Realmente, no ha habido voluntad por parte de las instituciones de facilitar las cosas en los casos de reconocimiento de pensiones o indemnizaciones; no ha habido colaboración con las víctimas del franquismo”.

Lezignan  6-2-1986

A los Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles

Apreciables compatriotas

Después de saludaros afectuosamente paso a deciros que el motivo de la presente no es otro que demostraros mi agradecimiento por vuestro envío del pequeño (pero muy apreciado por lo que representa) paquete que acabo de recibir. Para mí ha sido una sorpresa porque ni siquiera había tenido rumores de que esa agrupación existiera en España y como os digo me congratulo de ver que todavía hay quien se acuerda de nosotros y en estos nosotros quiero referirme a los solamente fuimos soldados rasos, porque cuando hacía poco que habíamos entrado aquí en Francia y estábamos en los campos de concentración el entonces S.E.R.E  o S.A R.E acordó 500 francos a los oficiales; para los soldados, nada; y ahora indemniza a los que fueron heridos (eso muy bien) pero, ¿y los guardias de asalto que hicieron más que los soldados? Y en cambio, también para ellos hay los honores del reconocimiento como servidores del régimen. Yo, como siempre nada más me he preocupado que por el trabajo no he recibido ayuda de ninguna parte y es por eso que hoy ya en los 80 años, enfermo e internado aquí en un hospicio, o puedo por menos que mandaros estas líneas como reconocimiento de mi gratitud. No me hago más extenso porque mi cabeza ya comienza a divagar.

Recibir los saludos más cordiales y afectuosos de este vuestro compatriota

J.C. 

Guadalupe Adámez centró su tesis doctoral en las cartas de cientos de exiliados y refugiados anónimos españoles durante y tras la Guerra Civil. Recibió el Premio Nacional a la Mejor Tesis Doctoral sobre Movimientos Migratorios en el mundo contemporáneo, que se publicó en el libro que lleva por título Gritos de Papel (2017). “Sorprende que aún se escribieran cartas como estas en los años ochenta y noventa. Todavía permanece el lenguaje combativo. Su identidad es la de refugiado, es lo que les ha mantenido unidos a la España del 36. Esa identidad de refugiado es la que les ayudó a sobrevivir. Es muy bonito cuando lo reflejan en las cartas”.

Mar del Plata. Diciembre 1991

Querida amiga y otros

[….]

Debo confesar que estoy muy preocupado por la excesiva demora en que la Dirección General de Costes y Pensiones resuelve el pago de la indemnización por tiempo de cárcel cumplido. HE tenido varios comunicados en que Me señalan qué toda la documentación está completa, que todo está en orden; incluso me pidieron abrir cuenta en un banco para fijar el dinero, pero pasaron y pasan los meses y nada; Les escribí varias veces y ni me contestan. Hay veces que pienso si será una broma de mal gusto que nos hacen.

Ojalá que ustedes pudieran darme alguna noticia. Felicidad para los antiguos amigos de los refugiados españoles les desea

 G. B.

Un año después, llegaba a los Amigos de los Antiguos Refugiados esta carta de G. B: 

 Mar de Plata, diciembre 1992

Simpática amiga

[…]

Referente a la tan vapuleada indemnización por tiempos de cárcel cumplidos por la guerra. Te diré con dolor que después de tantos trámites y vueltas, recibí con sorpresa la notificación de que se desestima mi solicitud. Expediente nº 1991772194, sección quinta, por haber sido presentada en tiempo cumplido a pesar de que me acogía a disposición adicional decimoctava de la ley 31/1991/de 30 de diciembre, mediante Certificado Consular Español.

No tengo palabras para condenar este proceder, pero me resigno pensando que: “Es una más de las innumerables injusticias que recibí en esta desgraciada vida que me tocó transitar”.

G. B.

Felicidad para los Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles

“Cuando reclaman, lo hacen bajo el convencimiento de que tienen ese derecho. Ellos son los que lucharon por la libertad, contra el fascismo, por la República; es una forma de resistencia de reivindicación”, añade la ya reconocida historiadora Guadalupe Adámez.

Esta última carta la escribe el presidente de una asociación que agrupó a los soldados españoles de la Segunda Guerra Mundial. Refleja la solidaridad que siempre hubo entre exiliados. 

Marignier   23/01/1992

Amical de Amigos Antiguos Refugiados Españoles

Señores, en tanto que Secretario de la Amical de Ancianos Guerrilleros Españoles de la Segunda Guerra Mundial de Francia yo me permito de escribirles en nombre de nuestro camarada G. C. que hace cuatro años que solicitó su pensión de Carabinero que tiene derecho puesto que el Ministerio de Hacienda le dio la Hoja informativa hace ya más de tres años y el 11/09/90 pidieron una declaración Jurada dicha declaración se envió a últimos del mes de septiembre 1991 y hasta el día de hoy no hay contestación escribimos directamente al Ministerio varias cartas y hoy día sin tener contestación ninguna.

La Señora Maruxa de la R. en el viaje que hizo nuestro Amigo gracias a vuestra Amical esta Señora se propuso de ayudarle y hacer lo necesario. Con esta Señora yo tengo dos cartas en respuesta una 10/5/91 otra del 17/9/91 que yo respondí el 24/9/91 sin tener contestación.

Yo les agradecería de hacer lo posible para ayudar nuestro compañero para que pueda tocar su pensión pues tiene verdaderamente necesidad.

El expediente N. Referencia es 46/44/55432 Sección 41

Tribunal de Cuentas Sección Compulsas

C/ Fuencarral Nº 81 Madrid

Muy agradecido de antemano dándoles las gracias me despido de Vds este compatriota y Amigo con un apretón de manos que desea una respuesta

R. G.

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Autora >

Ritama Muñoz-Rojas

Periodista y licenciada en Derecho. Autora de 'Poco a poco os hablaré de todo. Historia del exilio en Nueva York de la familia De los Ríos Giner, Urruti'.

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2 comentario(s)

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  1. ANTONIO GIMENEZ RAMIRO

    Somos una vergüenza de pais.

    Hace 4 años 10 meses

  2. La objetividad no consiste en ser moderado, lo moderado no es más que un termino comodin, un engaño,

    “Democratizar y poner al servicio de la sociedad los archivos hubiera sido una gran ayuda para ellos. Realmente, no ha habido voluntad por parte de las instituciones de facilitar las cosas en los casos de reconocimiento de pensiones o indemnizaciones; no ha habido colaboración con las víctimas del franquismo”. Los historiadores siempre tratando de blanquear el crimen de las clases dominantes capitalistas y su innegable saña, maldad y crueldad con los que se han atrevido a mirarles a la cara, cara a cara, de frente, como de igual humano a igual humano. La realidad es que se hizo también burocráticamente todo lo posible por maximizar el daño y la injusticia acometida a las personas justas y dignas con el principal fin de eliminar la necesidad de libertad y justicia de sus mentes y corazones. Para ello se usaba y usa cualquier tipo de medio y forma. Así son las clases dominantes del capital. Los esclavistas. No hay la más mínima brizna de objetividad en aparentar un "centro" objetivo que ningún historiador ni ningún ser humano tiene. Mucho menos tratando de blanquear la realidad con aparentes pero inexistentes moderaciones que se han vendido como maneras y conductas objetivas y profesionales. En realidad solo tratan de ocultar la verdad. tergiversando la maldad existente en los capitalistas y tratando, de nuevo, de blanquearla. Hubo y hay saña y maldad, ganas de hacer daño aun cuando el criminal e injusto es el que tiene todo el poder coercitivo y la capacidad de decidir quien vive y quien muere. Hay mucha más maldad en los capitalistas fascistas, especialmente en las clases dominantes, que lo que un historiador no revolucionario pueda ni imaginar.

    Hace 4 años 10 meses

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