España, a la cabeza de Europa en brecha de género en las tasas de desempleo
Las mujeres tienen una tasa de paro 4 puntos más alta que la de los hombres, una diferencia que solo supera Grecia. Respeto del resto de países de la Unión Europea, la desigualdad en el país está completamente disparada
ctxt 10/01/2020
Brecha salarial.
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Las mujeres tienen un 30% menos de posibilidades de conseguir una entrevista de trabajo. Así lo daba a conocer un reciente estudio en el que se sometió a prueba el nivel de discriminación del mercado laboral en España. Los datos eran concluyentes: en igualdad de condiciones, ellas tienen menos oportunidades. Un extremo que ahora también se puede comprobar en las cifras sobre desempleo que ha actualizado recientemente el portal estadístico Eurostat y donde se puede comprobar que, efectivamente, ellas tienen más difícil encontrar un trabajo: a cierre de 2019, la tasa de paro masculina se sitúo ligeramente por encima del 12%. Mientras, un 16,3% de la población activa femenina está aún en situación de desempleo.
Los datos, armonizados para el conjunto de países de la Unión Europea y correspondientes al mes de noviembre de 2019, colocan a nuestro país como el segundo de la región con mayor brecha de género en los ratios de desempleo de hombres y mujeres, con una desigualdad en las tasas de más de cuatro puntos porcentuales. Solo Grecia, con siete puntos, se sitúa por encima de las cifras de España.
En 2019 la tasa de paro masculina se sitúo ligeramente por encima del 12%, mientras que un 16,3% de la población activa femenina está aún en situación de desempleo
La situación es todavía más preocupante cuando se comprueba lo lejos que se encuentra el país de alcanzar los estándares comunitarios en este ámbito, donde apenas existe desigualdad de género en las cifras de acceso al mercado laboral: en el conjunto de la UE la tasa de paro masculina es del 6%, mientras que la de las mujeres apenas sube al 6,6%.
Escalando en el nivel de desagregación, la panorámica ofrece una fotografía aún más esclarecedora: en veinte de los veintiocho estados miembro la brecha no superan el punto porcentual; en once, ellas tienen tasas de paro más bajas, aunque siempre cerca de la de los hombres; y solo en un par de países, Italia y Chipre, hay más de dos puntos de diferencia, pero siempre lejos de los cuatro de España.
Junto a esto, el comportamiento de las tasas de desempleo durante los últimos meses, lejos de mejorar la situación, no hacen más que empeorarla. Así, entre noviembre de 2018 y el mismo mes de 2019 la tasa de paro masculina ha disminuido 0,7 puntos, mientras que la de las mujeres permanece estancada en el mismo nivel que hace un año.
Algo parecido a lo ocurre, pero de forma aún más destacada, si se analizan las cifras correspondientes a los últimos años. En las semanas en las que el desempleo alcanzó cifras records en nuestro país, durante el año 2013, la distancia entre la tasa de paro de los hombres era de apenas un punto y medio porcentual. Desde entonces, la desigual mejoría en los indicadores, más desfavorable para las mujeres, han ampliado la brecha hasta la diferencia actual.
Todo ello, pese a que otras cifras recientes sobre empleo y contratación sí que han arrojado mejores resultados en torno la participación de la población femenina trabajadora: a nivel de afiliación, diciembre registró el mayor número de mujeres adscritas a la Seguridad Social desde que existen datos. Además, ellas han impulsado la creación de empleo en el año que acaba de terminar, con un incremento interanual del 2,6%, bastante más alto que entre los hombres.
Sin embargo, las cifras de Eurostat dejan clara la incapacidad que aún arrastra el país para absorber esta demanda y la incorporación en igualdad de condiciones al mercado laboral, donde además ellas son las principales damnificadas por los principales problemas estructurales: un 70% de la fuerza laboral subempleada son mujeres, mientras que la tasa de temporalidad femenina se sitúa por encima de la masculina.