1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Negocios

Agua que no has de beber

En México el 90% de la población compra agua embotellada regularmente. En un país donde el 1% de la población concentran el 43% de la riqueza, también el 1,1% del total de usuarios explota más de una quinta parte del recurso

Kennia Velázquez (Bocado) México , 18/07/2021

<p>Protesta para exigir una nueva ley en la que se garantice el derecho humano al agua.</p>

Protesta para exigir una nueva ley en la que se garantice el derecho humano al agua.

Todos por el agua

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“Cuando vayas a México, no tomes agua del grifo que te vas a enfermar”, esa es la recomendación que suele darse a los viajeros extranjeros que vienen al país. Esa idea también ha permeado en los mexicanos, nadie en su “sano juicio” bebería “de la llave”, ¿quién quiere correr el riesgo de enfermarse gravemente?

En mi familia no se toman bebidas azucaradas, no lo hacía normalmente, dejé de hacerlo totalmente cuando comencé a cubrir los temas de salud. “No consumir productos ultraprocesados es una forma de resistencia”, me dijo un entrevistado y yo era una rebelde orgullosa de no comprar refrescos. Hasta que caía en cuenta que daba igual, cada semana compro 60 litros por los cuales pago seis dólares con 50 centavos, no importa la marca, ese dinero se va a alguna de las grandes empresas que si no venden bebidas chatarra igual venden agua.

Decidida a no pagar decenas de veces más por el agua que consumo, empecé a indagar sobre los filtros que hay en el mercado. Ante la variedad de precios, capacidades y marcas, pedí consejo a un amigo abogado y activista del agua que me dijo que no era necesario uno en la zona en la que vivo. Me contó que él y su hija tienen años de tomar agua del grifo y nunca se han enfermado. Sólo me recomendó tener siempre limpios tanto el tinaco como el aljibe y eso sería suficiente. Realmente me sorprendió.

Aquí beber agua embotellada es de lo más normal, no conocemos otra realidad. Pero Leo Heller, exrelator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento, alertó en 2017 de que México fuera el país con el mayor consumo per cápita de agua embotellada: 480 litros al año.

Lineales con agua embotellada en un supermercado. | Emilio Jiménez

El problema no es sólo el sobreprecio, también son las afectaciones al entorno. A 60 mil habitantes de Texcoco no les llega el agua por falta de infraestructura. Para proveerse requieren de pipas o deben comprar garrafones (botellones). La gran ironía es que en esta zona hay más de tres mil embotelladoras de agua registradas que extraen más de cuatro mil millones de litros de agua al año.

La venta de agua embotellada comenzó en 1990 con Nestlé y Danone, 10 años después se sumaron Pepsi y Coca Cola. Con las mayores corporaciones internacionales de alimentación comandando la estrategia, la gente paga al menos 20 veces el valor del agua al comprarla embotellada: hay marcas que llegan a cobrar más de un dólar por medio litro cuando el precio real es de 50 centavos de dólar por metro cúbico. Según el agua que se tome, es el estatus que se tiene: no es lo mismo tomar del grifo que pasearse con una elegante botella de marca francesa.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que en 2020 las 16 mil plantas purificadoras que hay en el país tuvieron ventas por 20 mil 652 millones de pesos, un incremento del 6 por ciento respecto al año anterior. La venta de botellitas de vidrio o plástico, de manantiales europeos o de lugares recónditos, parece que es un gran negocio.

La falta de confianza no es gratuita. Un estudio realizado en 2012 encontró “estreptococos fecales, coliformes fecales y totales” en aguas subterráneas de 16 municipios de Hidalgo y nueve del Estado de México, “además de que las muestras rebasaron los límites permitidos de jabones y detergentes, concentraciones de sodio, arsénico, nitratos y sulfatos”.

En el país, un 80 por ciento de las enfermedades están asociadas al agua, igual que un 50 por ciento de los casos de mortalidad infantil mientras unas 400 mil personas son afectadas por agua contaminada y presencia de arsénico, ha denunciado Úrsula Oswald Spring, académica de la UNAM, la universidad más importante del país.

La situación no es igual en todo México. Según el mapa de calidad del agua elaborado por la organización no gubernamental Caminos de Agua, en gran parte de las regiones el líquido cumple con todas las normas y es óptimo para el consumo humano.

Tanto es el miedo –y el efecto de la publicidad– que el 90 por ciento de la población, sin importar su nivel socioeconómico, compra agua embotellada regularmente. “Incluso los funcionarios de la Comisión Nacional del Agua lo toman, por lo que se trata de un fenómeno único en el mundo que no es normal”, dice Delia Montero Contreras, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Sin medida

“Que se vaya de nuestros pueblos, que nos deje de robar el agua” gritan habitantes de Juan Bonilla, estado de Puebla, que han decidido enfrentarse a la empresa Bonafont porque la extracción intensiva ha secado sus pozos y ha dejado sin nada  a cinco mil familias.

La empresa filial de la multinacional Danone tiene permitido extraer 105 millones de litros al año sólo en una de sus tres concesiones, pero no se sabe a ciencia cierta si respeta el monto. Este es uno de los grandes problemas en México: los tenedores de títulos de agua son quienes hacen el reporte de su consumo y en muy pocos casos la autoridad verifica que lo reportado sea real. Hace apenas un año se reglamentó la medición de aguas nacionales pero “el asunto es que sólo el 3 por ciento de las concesiones tienen medidor, el 92 por ciento nunca ha sido verificado como operan”, dice Manuel Llano Vázquez Prada, director de la organización no gubernamental CartoCritica.

Conagua es el organismo responsable de la protección y conservación de las aguas superficiales y subterráneas, de garantizar su disponibilidad, otorgar concesiones y verificar la extracción.

Dependiendo del uso que se le dé a la tierra, la Ley Agraria establece que una persona sólo puede poseer como máximo entre 100 y 800 hectáreas, pero no pasa lo mismo con el agua: para consumidores privados no existe un límite máximo ni de títulos ni de volumen a extraer. Las concesiones se pueden solicitar con una vigencia de entre cinco y 30 años, con la posibilidad de renovar incluso pueden ser transmitidas a terceros.

Además, la opacidad es total: “No sabemos cuánta agua se usa porque sólo sabemos el volumen concesionado. No sabemos quién la usa porque hay un mercado gris y porque las concesiones se transfieren de un concesionario a otro. No sabemos para qué la usa y no sabemos cuánto se paga porque es secreto fiscal”, explica Llano.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF), el máximo órgano fiscalizador del país reportó que lo hecho por Conagua en 2019 no permite determinar una mejora en la administración del agua pues no hay diagnóstico ni programación para regular; se desconoce si los usuarios sancionados por mal uso de los títulos cumplieron con las medidas de reparación. La Conagua, dice ASF, tampoco ha logrado incrementar la desinfección del líquido para reducir el riesgo de enfermedades, garantizar la subsistencia de ecosistemas, evitar la aparición de conflictos entre poblaciones que ya se dan en al menos 10 cuencas.

En nueve estados disminuyó hasta en un 30 por ciento el número de viviendas con agua entubada en 10 años

Especialistas han denunciado que uno de los problemas más graves es que no se sabe cuánta agua hay disponible en el país. La auditoría considera que la información proporcionada por Conagua es deficiente y no confiable, pues no se presentaron balances del recurso hídrico superficial y subterráneo que debía actualizarse en el Sistema Nacional de Información sobre cantidad de agua.

En opinión de Llano Vázquez Prada, lo que falta es “una auditoría del agua y que se legisle el agua subterránea. Debe haber control sobre los titulares de derechos de agua, sobre el consumo, la extracción y la contaminación”.

Además, se debe cambiar la visión pues “el agua se aborda desde una cuestión hidráulica, se toma como un tema de infraestructura -acueductos, plantas de tratamiento, presas- y no como un tema transversal que toca lo económico, lo fiscal, la protección de ecosistemas”, dice el experto en conservación de la biodiversidad.

“Urge una redistribución de atribuciones porque tenemos una súper comisión del agua que lo hace todo: determina la disponibilidad, otorga las concesiones y asignaciones, ejerce los actos de inspección, vigilancia y sanciona… esto no es adecuado”.

Agua y plusvalía

“¿Quieres vivir en una zona que no sufra de escasez de agua en la Ciudad de México? Te invitamos a conocer las alcaldías que no enfrentan esta problemática para que inviertas en bienes raíces de forma productiva” dice un mensaje en un buscador online para compra y venta de inmuebles. Es que según algunas proyecciones, la capital del país podría quedarse sin agua en 2030 entonces, el valor que tendrá una casa o un departamento no se vincula sólo con los metros cuadrados o la ubicación. Aquí los bienes raíces también se cotizan en “con” o “sin” agua.

Aunque México tiene un alto estrés hídrico, es junto con Chile uno de los dos países latinoamericanos que menos invierten en agua: apenas un 0,5 por ciento del PIB. Esto se traduce en que no todos tienen acceso al agua. En nueve estados disminuyó hasta en un 30 por ciento el número de viviendas con agua entubada en 10 años. Y aun cuando dispongan de la infraestructura adecuada, eso no significa que tengan agua siempre pues el 20% de los hogares no la tienen todos los días.

La pandemia de covid-19 ha obligado a las autoridades a enviar pipas (camiones cisternas) para surtir agua manualmente en algunas  zonas que carecen del servicio de manera continua. Pero es insuficiente y los vecinos deben buscar por sus propios medios para cumplir las medidas sanitarias. Tan codiciada es el agua que desde hace años algunas zonas de la Ciudad de México han ocurrido secuestros de pipas y riñas vecinales.

Las ciudades densamente pobladas buscan de dónde proveerse. Las grandes capitales mexicanas van secando todo a su alrededor. Sobran ejemplos: el 40 por ciento del agua que consume la capital llega desde zonas alejadas; Guanajuato busca en su  estado vecino, San Luis Potosí; y en Jalisco las autoridades planean megaproyectos que lograrían el suministro a costa de destrucción, pero han encontrado la resistencia de pobladores ya convertidos en símbolo de lucha comunitaria.

México no siempre fue un país seco: lo han ido secando. La falta de agua se debe a la mala planeación como también a una extracción mal distribuida: 104 de 653 acuíferos están sobreexplotados, en ellos se encuentra el 33 por ciento de la población de México. En 1975 se extraía agua de 32 acuíferos, para 2016 ya eran 105.

En este tema se repite la misma desigualdad que socava al país: la mala distribución de todo, incluida el agua. Porque en México, un país donde el 1% de la población concentran el 43% de la riqueza, también el 1,1% del total de usuarios explota más de una quinta parte del recurso, según reveló el informe Millonarios del agua. Son 3.304 grandes usuarios privados con un volumen de agua de 13 mil 208 hectómetros cúbicos anuales. Entre esos usuarios se encuentran mineras, embotelladoras, de energía eléctrica, cerveceras, acereras, agroindustrias, automotrices y otras; 966 grandes empresas.

Las plantas de tratamiento de aguas en las ciudades no suelen cumplir con los estándares establecidos en las normas. | Juan José Plascencia.

La investigación de los académicos Wilfrido Gómez Arias y Andrea Moctezuma alerta que en ese grupo de grandes explotadores se encuentran los bancos BBVA y Banco Azteca: “La creciente participación de bancos como usuarios de grandes concesiones de agua no deja de ser un tema de preocupación que responde posiblemente a la creación de un mercado internacional del agua”.  La inquietud se incrementa en tiempos en que el agua comenzó a cotizar en Wall Street por primera vez en la historia de la humanidad, con la reciente creación de los mercado de futuros del agua que provocará especulación, similar a la del petróleo.

El panorama se complica aún más: hay una red “alterna” de tomas clandestinas en prácticamente todo el país, conectadas de manera ilegal a los sistemas de distribución municipales. Sólo en Ciudad de México se calculan cerca de 400 mil conexiones, de los pozos ilegales en todo el país, la cifra es incuantificable. En los últimos años saltó a la luz el escándalo del huachicoleo, el robo a refinerías y ductos petroleros. Sin embargo, aún no sabemos cuánto se ordeña a los acueductos.

Una nueva ley general de aguas

En 2012 se reformó la Constitución Mexicana que elevaba el acceso al agua como un derecho humano y se estableció un plazo de 360 días para emitir una nueva ley de aguas nacionales. Más de 400 organizaciones representantes de pueblos originarios, de la sociedad civil y académicos comenzaron a trabajar en una iniciativa de ley que garantizara el agua de calidad para todos, que protegiera los ciclos naturales y los ecosistemas. Sin embargo, ha pasado casi una década y la ley no llega.

Comunidades y municipios en los estados de Quintana Roo y Veracruz presentaron demandas de amparo para que la autoridad judicial presione al congreso y así se emita la Ley General de Aguas. El procedimiento fue admitido pero no hay resultados todavía. El argumento del nuevo retraso: la pandemia. Promulgar una nueva ley es urgente porque, en opinión de Anaid Velasco, coordinadora de investigación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el enfoque de la ley actual está superado por la realidad: “Las sanciones no son representativas del daño que están ocasionando, como la contaminación. A un usuario del agua le sale más barato contaminar y pagar la multa que dejar de contaminar”.

Unicef reveló que 12,75 millones de niños y niñas mexicanos viven en zonas de alta vulnerabilidad hídrica: sin agua en el presente y mucha menos en el futuro

Y mientras las autoridades demoran, la sociedad trabaja. El colectivo Agua Para Todos presentó una iniciativa ciudadana que propone que el manejo de ciclos del agua en cuencas vía sistemas locales sea sin fines de lucro; reconocer los derechos de los pueblos indígenas y los derechos al agua para uso personal y para la soberanía alimentaria; que existan políticas frente a la contaminación, la sobreexplotación y que no se consideren como actividades prioritarias a la minería y el fracking; asegurar recursos públicos suficientes y que se erradique la corrupción y la impunidad.

Experta en el tema y cercana al frustrado proceso legal, Anaid Velasco alerta que el mayor freno está en “cabildeo de los distintos intereses”. Y mientras los poderosos negocian el botín, “36 millones de mexicanos no cuentan con agua potable, el derecho a la salud es vulnerado minuto a minuto”. Unicef reveló que 12,75 millones de niños y niñas mexicanos viven en zonas de alta vulnerabilidad hídrica: sin agua en el presente y mucha menos en el futuro.

Manuel Llano explica que “hay mucha presión por parte de la industria porque no se cambie la ley o que en caso de hacerlo se mantengan los privilegios de acaparamiento del agua”.

Guardianas del agua

En la costera ciudad de Progreso, en el estado de Yucatán, no hay agua dulce. Para tener algo que beber, deben llevarla del centro de la entidad a las costas pues la que está disponible es salobre.

No falta agua, la espesura de la vegetación así lo demuestra. Los cientos de cenotes que servían para ceremonias religiosas a los mayas aún tienen agua en abundancia, son ahora uno de los muchos atractivos turísticos de la región. El problema es que está contaminada, relata Alfonso Munguía Gil, doctor en Economía política por la Sorbonne y esto se debe a “las concesiones y la falta de responsabilidad en el manejo del agua. Conagua ha estado al servicio de las grandes empresas, tiene que cambiar el papel del organismo hacia la justicia en la gestión  del agua”. ¿A dónde va el agua de Yucatán, la que no llega a los hogares?, A granjas porcinas y a la industria turística.

En su opinión, “el costo de no tener agua disponible implica contar con infraestructura cara que no debiera ser necesaria si hubiera un equilibrio en el uso del líquido, implica tener enfermedades, los costos ambientales y económicos son muy altos, estamos generando el cambio climático, vamos dañando la fauna y la flora. Y eso no se toma en cuenta”.

Munguía Gil, investigador del Instituto Tecnológico de Mérida, cree que la única alternativa para incidir en la toma de decisiones es convertirnos en “ciudadanos más participativos y vigilantes de lo que pasa en nuestro territorio. La ciudadanía debe tener más peso en las decisiones sobre el manejo del agua”.

En México hay pequeñas y grandes guerras por el agua. De norte a sur, en el país hay conflictos y resistencias comunitarias para garantizar su acceso al agua: en Puebla y Baja California  las comunidades se enfrentan a empresas de energía y cerveceras; en Oaxaca grupos armados despojaron de su fuente a un poblado, provocando la muerte de un hombre y varios heridos mientras impedían que se destruyeran los tanques de agua y las tuberías.

Pero también hay batallas internacionales: un conflicto con Estados Unidos por el agua que México entrega  en detrimento de los agricultores mexicanos (que han estado  al borde de la desesperación). Una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento y más durante la temporada de estiaje.

Al sur del país, donde abunda el agua, no hay conflicto pero se ha optado por evitar el trabajo coordinado, aun cuando compartimos seis cuencas hidrográficas con Guatemala y Belice que sirven como frontera. No hay acuerdos trilaterales con visión de cuenca transfronteriza, cada país se ha enfocado en sus territorios.

Los conflictos seguirán explotando en este país donde 36 millones de personas no tienen agua y un puñado de empresas --1,1% de los usuarios– explota un cuarto de los recursos hídricos. Un país donde la ley se retrasa al infinito y comprar inmuebles con acceso al agua es, sin dudas, un negocio seguro.

------------

Este artículo se publicó originalmente en Bocado.lat.

“Cuando vayas a México, no tomes agua del grifo que te vas a enfermar”, esa es la recomendación que suele darse a los viajeros extranjeros que vienen al país. Esa idea también ha permeado en los mexicanos, nadie en su “sano juicio” bebería “de la llave”, ¿quién quiere correr el riesgo de enfermarse...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Kennia Velázquez (Bocado)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí