Asia Argento / Actriz, directora de cine y cantante
“No he escrito mi autobiografía para recordar sino para olvidar”
Santiago Alonso 22/10/2021
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Actriz, directora, cantante, escritora… Todas estas facetas artísticas de Asia Argento (1975), labradas durante más de treinta y cinco años de carrera, pasaron a un segundo plano cuando su nombre ocupó los titulares de medio planeta en 2017. Fue una de las mujeres con mayor exposición ante los medios al descubrirse el escándalo del depredador sexual Harvey Weinstein; de hecho, suya fue una de las primeras denuncias públicas no anónimas que salieron a la luz. Dos periodistas conocedores de los hechos –en 1997, Weinstein había violado a Argento en el festival de Cannes– contactaron con ella para pedirle que los contara. Se produjo una tormenta mediática de la que la italiana no salió indemne, una situación que empeoró un año después por el demoledor discurso de denuncia que pronunció en el mismo festival donde había pasado todo, ante una industria y unos compañeros de profesión que enmudecieron y, en gran medida, le dieron de lado. Así terminaba su intervención: “También esta noche, sentados entre vosotros, hay quienes todavía deben ser considerados responsables de su conducta contra las mujeres, por un comportamiento que no pertenece a esta industria, ni a ninguna industria o lugar de trabajo. Sabéis quiénes sois. Pero, sobre todo, sabemos quiénes sois. Y no permitiremos que os libréis por más tiempo”.
A partir de entonces, la espiral de controversias en las que aparecía Argento se hizo mayor porque rompió con sus compañeras del #Me Too; acusó a uno de aquellos periodistas, Ronan Farrow (el hijo de Mia Farrow y Woody Allen), de tergiversar la parte de la entrevista en la que supuestamente dijo que después había tenido relaciones consentidas con el productor, algo que ella niega rotundamente; y, a su vez, ella fue acusada de abusar del actor Jimmy Bennet cuando este tenía 17 años.
A principios de 2021 publicó en Italia una explosiva autobiografía, Anatomía de un corazón salvaje, donde una Asia Argento, que parece haberse quedado sola contra todos, se propone dar su versión de todo lo dicho en torno a su figura durante los últimos años. Y ahora la editorial Applehead Team ofrece la traducción para los lectores españoles. Muchas personas conocidas desfilan por las páginas de un libro durísimo, todo un compendio de abusos sufridos y tristezas vividas desde la infancia. Entre ellas, aparte de Weinstein, sus padres (el director Dario Argento y la actriz Daria Nicolodi), Nanni Moretti (que ofreció su peor cara durante el rodaje de Palombella Rossa), Leos Carax (un ser despreciable, según la autora, con quien tuvo un año de relación), Rob Cohen (un director que también la violó, algo que revela ahora por primera vez), Vin Diesel (un buen compañero de profesión); J. T. Leroy (uno de los mayores engaños literarios de las últimas décadas en el cual Argento también cayó, y de manera muy dolorosa), Jon Spencer (uno de sus amores imposibles), Rose McGowan (la supuesta amiga y compañera del #MeToo) o Anthony Bourdain (el famoso cocinero y pareja de la actriz que se suicidó en extrañas circunstancias).
Pese a su crudeza, el texto se convierte en el relato de una mujer valiente que ha encontrado fuerzas para renacer. Citando la frase de Federico Fellini, un director al que recurrirá de nuevo al final de nuestra charla, Asia sostiene que si alguien busca un mensaje, mejor que vaya a una oficina de correos. Sin embargo, tras haber experimentado el poder salvífico de la escritura, recomienda a los demás que hagan lo mismo.
¿Pensaste alguna vez que ibas a acabar escribiendo una autobiografía?
Sí lo había imaginado, pero no tan pronto. Pensaba hacerlo ya de mayor, cuando todo el mundo estuviera muerto.
Te declaras gran lectora. ¿Qué piensas de las autobiografías de los demás?
No soy muy aficionada a ellas. Me gustan las biografías, no las autobiografías. Una excepción, la de Buñuel, aunque no lo es del todo porque la escribió con alguien más. A menudo son aburridas por lo que tienen de autocelebración. De hecho, con la mía no quería realizar un panegírico, contando mi carrera en el cine y todo mi trabajo, sino aclarar cosas que se han dicho sobre mí. Aquí va mi punto de vista. Pese a todo lo despiadada que luce la narración, intento ser lo más objetiva posible.
En España se te conoce sobre todo por tres cuestiones. Por tu carrera como actriz, por ser hija de Dario Argento y Daria Nicolodi, y después, desgraciadamente, por tu denuncia en dos entrevistas contra Harvey Weisntein y las polémicas que vinieron después… ¿Cómo es la fotografía completa de Asia? ¿Qué va a encontrar en el libro el lector?
Sinceramente, mi esperanza es que en España, en Italia o en cualquier sitio donde se me conozca de una u otra manera, el lector encuentre una historia de valentía y resiliencia. Que se vea reflejado en ella, porque todos nos enfrentamos a dificultades y obstáculos en la vida. Se piensa que yo provengo de un cúmulo de circunstancias privilegiadas, por mis padres y el ambiente del cine donde nací. Pero esa es una idea muy superficial. En realidad, mi infancia, mi familia y mi oficio no han sido cosas felices, no procedo de ese mundo de rosas y flores que los demás imaginan. Por tanto, quería dar luz a las sombras, aclarar todo eso, contar la historia de una persona que ha tenido enormes traumas, pero que siempre se ha levantado. Quiero que solo se vea al ser humano.
Sigues haciendo pequeños papeles puntuales, pero declaras en un capítulo que ya no te consideras actriz.
Sí, pero esto ha cambiado desde entonces. Justo por haberlo escrito y, después, al leerlo, vi que no era cierto. Lo decía para protegerme. No podía hacer las películas atractivas que me ofrecían porque me habrían quitado tiempo como madre que cuida sola a sus hijos. Ahora que ya han crecido, he vuelto a actuar. He rodado una película francesa como protagonista absoluta, The Dormant, donde estoy sola el 90 % del tiempo. Con ella he recordado que esta profesión, cuando está hecha con creatividad y con personas en la misma onda, es un regalo del cielo. He vuelto a ella con una enorme humildad. Ha sido como enamorarse de nuevo, como con un amor que pensabas que se había terminado y, con el tiempo, te encuentras a esta persona y descubres que todavía es tu gran amor.
Hablando de tus tatuajes, cuentas que te has cubierto de ellos como un modo de separarte del oficio de actriz. Por ejemplo, para no poder filmar películas de época como en las que aparecías hace tiempo.
Ha sido reapropiarme de mi cuerpo. En todas las películas donde lo mostraba, era una página en blanco en la que los demás escribían. Además, si te fijas, mis tatuajes forman una especie de armadura para protegerme, ya que soy más frágil y sensible de lo que uno puede imaginar, de esa imagen que decidí dar. Ahora soy yo quien escribe en esa página.
Yo he contado la verdad, por tanto no tengo nada que temer. Posiblemente lo hice en un momento en el que todavía estaba resentida pero, al escribirlo, el resentimiento desapareció
Reflexionas en el libro sobre dos palabras: víctima y superviviente.
Víctima es una persona que se compadece desde un estado infernal, un lugar oscuro donde no se vislumbra la luz. Superviviente es la persona que, dándose cuenta de que ha vivido experiencias negativas y traumáticas, se ha levantado con intención de aprender de lo sucedido y crecer como ser humano. Para ser una persona luchadora.
¿Temías la reacción negativa de alguien cuando terminó de escribir?
Yo, sinceramente, no. Fue la editorial italiana la que tuvo miedo. No tanto por las cosas más fuertes que he plasmado, sino por la presencia de dos o tres personajes italianos conocidos. Me dijeron si quería modificar esto o lo otro, y respondí que, bueno, si nos poníamos a cambiar, por ejemplo, lo que contaba sobre Sergio Rubini [un conocido director y actor con quien comenzó una larga y tormentosa relación cuando ella tenía diecisiete años], entonces cambiábamos todo… Yo he contado la verdad, por tanto no tengo nada que temer de estas personas. Posiblemente lo hice en un momento en el que todavía estaba resentida. Lo importante es que al escribirlo, el resentimiento desapareció.
En cualquier caso eras consciente de que iba a tener un fuerte impacto.
Mira, mi madre enfermó durante el proceso de escritura, y si siguiera ahora viva yo habría publicado igualmente todo lo que cuento de ella en mi infancia. Si no aparecieran esos episodios de violencia, después no se iba a entender por qué, en el futuro, cuando la he sufrido de nuevo, siempre he reaccionado bloqueándome, congelándome.
Excepto por dos personas, el retrato que pintas de la condición masculina es muy pesimista.
No, no es pesimista. Es realista. Así fue mi experiencia de entonces. Sin embargo, ayer, cuando recogía el premio, pensaba que en realidad en mi vida hay tres presencias masculinas que representan las influencias más importantes: la de mi padre, la de Abel Ferrara y la de mi hijo Nicola. Hay un gran componente masculino dentro de mí, lo oyes hasta en la voz que tengo. En el libro también cuento traiciones y cosas horribles hechas por mujeres. Lo que pasa es que como decidí escribir este libro no para recordar sino para olvidar, aparecen más cosas sobre los hombres. En las relaciones más íntimas la gente da lo peor de sí misma.
¿Sabes cuál es el problema principal? El poder. Todo nace del abuso de poder
Como protagonista, a la vez voluntaria e involuntaria, del #MeToo, un movimiento con el que acabaste tomando distancias, ¿piensas que todavía se puede hacer más para cambiar la mentalidad de la sociedad?
¿Sabes cuál es el problema principal? El poder. Todo nace del abuso de poder. Y como el poder en el mundo está sobre todo en manos de los hombres, estos han abusado más de él que las mujeres. Pero estoy segura de que si se diera este poder a las mujeres, también abusarían, quizás no sexualmente, porque tienen otras maneras de sentirse dominantes.
En Anatomía de un corazón salvaje subraya que los inicios del movimiento no tenían nada que ver con la beatería.
Sinceramente, he visto con gran estupor cómo se ha ido de un extremo a otro. Se ha pasado de que en Hollywood y otros lugares estos poderosos violaban mujeres como si no hubiera un mañana, de que existían tantos testimonios silenciosos y que a las actrices se las consideraba unas putas, a lo contrario. Hay gente que dice que hasta tiene miedo de seducir. Repito, de un extremo a otro. Como digo en el libro, para mí ha estado siempre claro el límite entre violencia sexual y juego entre iguales, donde la seducción es una cosa hermosísima. Este cambio me parece algo típicamente americano, propio de su cultura. Estados Unidos es un país fundado con violencia, abuso y fanatismo religioso.
Después está el capítulo sobre Italia. Allí la gente prefirió mirar hacia otra parte. Casi nadie te apoyó y mucha gente llegó a decir en los medios de comunicación que te habías buscado todo lo que te había sucedido, llamándote furcia y trepa. ¿Hay solución para Italia? Lo digo por esto en concreto y en general.
Bueno, allí está el Vaticano. Un problema antiquísimo. Un cáncer que hay que curar. Poco a poco, estos casos son como temblores sísmicos que tienen repercusión tiempo después. Lo veo en la generación de mi hija, quien, con veinte años, tiene una concepción diferente del cuerpo, de la libertad y del abuso. Quizás no tanto para las personas de mi edad, que llevan interiorizada la misoginia, pero estoy segura de que todo lo sucedido ha sido muy útil para las nuevas generaciones.
¿Qué te ha sorprendido más de las reacciones de los lectores?
Yo, que siempre me he sentido diferente y sola, he descubierto que hay muchísimas personas con estas mismas vivencias, con parte de ellas o parecidas. Personas a las que la violencia sufrida en la infancia les ha llevado a hacerse daño después. Me han llegado tantos mensajes de lectores, sobre todo de mujeres, que decían que se han reconocido en mi historia, cuando yo había pensado que era única. Sí, todas las historias son únicas, pero todos nosotros estamos conectados. A estas personas, la mía les ha dado la valentía para hablar de lo que nunca habían dicho a nadie.
Ahora que hablamos con la Asia escritora, ¿vas a afianzar esa faceta?
De momento estoy escribiendo mi nueva película. Los actores con los que trabajaré me están ayudando a preparar sus papeles, pero desde Scarlet Diva [2000] es la primera que escribo sola. Después de Scarlet Diva y mi primera novela, I Love You Kirk [1999], me bloqueé. Creía que ya no sabía hacerlo. Y fíjate, la autobiografía la escribí solo por el contrato. Lo firmé sin tener ni siquiera una línea. La fecha límite de entrega me obligó y así reencontré mi voz, que pensaba que había perdido. No sé cuándo me pondré con el siguiente libro, porque mi vida ha sido siempre así: hacer una película como directora casi cada siete u ocho años, actuar, la música… Paso de una cosa a otra. Otras veces es todo a la vez: ahora estoy aquí hablando del libro, mientras está a punto de salir mi nuevo disco, mientras escribo mi película, mientras...
Este disco, Music from My Bed, también nace de una difícil experiencia personal, porque lo ha concebido y grabado durante los cincuenta días que pasó postrada en cama, a principios de año, a causa de una dolorosa rotura de rodilla…. ¿El artista debe siempre rebuscar en sus entresijos o hay otros recorridos para llegar a realizar una obra?
Por lo que tiene que ver conmigo siempre ha sido así. También, cuando veo a otros autores de literatura, cine o música, aunque escriban sobre los demás, siempre es por un motivo muy personal, por algo que les llega de manera profunda en ese momento de sus vidas. Una obsesión, un pensamiento. Hasta Tolstoi [dice señalando la exposición dedicada al novelista en la Colección del Museo Ruso de Málaga, donde estamos hablando]. Fellini decía que todo es autobiografía, y que la perla es la autobiografía de la ostra.
Actriz, directora, cantante, escritora… Todas estas facetas artísticas de Asia Argento (1975), labradas durante más de treinta y cinco años de carrera, pasaron a un segundo plano cuando su nombre ocupó los titulares de medio planeta en 2017. Fue una de las mujeres con mayor exposición ante los...
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