MEDIOS DE DESINFORMACIÓN
A ti que te están lavando el cerebro: Lorcas, Albertos, Soros, karmas y tetas
Desde cuatro consejos de administración se decide el 80% de las audiencias de televisión y radio. Y eso significa que nos llenan la cabeza con ideas favorables a las élites
Juan Bordera 4/02/2022
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A veces, a falta de justicia de verdad, nos tenemos que alegrar de que al menos exista la poética. Aquella que hace que sea un Alberto (Casero) el que –como si estuviera poseído– al equivocarse vota decisivamente lo que habría votado otro Alberto (Rodríguez), si no le hubieran sacado de malas maneras del Congreso para precisamente facilitar jugarretas como la que PP y Vox intentaron ayer. No creo en el karma, pero desde ayer, dudo un poco.
Hablando de dudas, si alguien tiene alguna al respecto de lo que ocurrió, que piense que el amigo Casero se equivocó tres veces el mismo día en el voto telemático, lo cual descarta cualquier complot con él como cómplice, que algunas personas ávidas de teorías estrambóticas quieren creer. Simplemente se equivocó, y varias veces. No tuvo su día.
Si esa persona aún sigue con dudas, que vea el vídeo donde Espinosa de los Monteros se gira haciendo un signo de victoria hacia la bancada de UPN al segundo de darse el resultado de la votación. Lástima que aquella fue una victoria cuya duración fue menor que la de los independentistas cuando Puigdemont proclamó la república más breve de la historia. Lástima para él. A mí todo lo que sea ir en contra del hijo del marqués de Valtierra, ese que se las da de aliado del proletariado, me va bastante bien.
Lorca es el mejor nombre para recordar el peligro de un fascismo que está emergiendo y que no deberíamos tomarnos a risa
Después del ridículo ya solo les queda el bulo como estrategia, para variar, y sobre todo para disimular el bochorno. Intentan un tamayazo, les sale mal, ¿y qué hacen? Acusar de pucherazo, ojo, de pucherazo al Gobierno, cuando si les ha salido mal a ellos el timo de la estampita es porque se han estampado en la capacidad de raciocinio de uno de sus diputados. Que juró en falso tres veces el mismo día. Tres veces. Ni Pedro. No, Sánchez, no, el otro.
En fin, otro bulo más. Qué más da. Ya hemos perdido la cuenta. El caso del Asalto al Consistorio en Lorca es otro más de esos sucesos que sin el bulofascismo funcionando a toda máquina –en este caso contra Garzón–, con toda seguridad no habría podido tener lugar. De hecho, uno de los asaltantes de Lorca ha usado como eximente –al quizá darse cuenta de la gravedad de lo que había hecho– un argumento muy revelador “estábamos desinformados”. Lo ocurrido es una réplica caricaturesca y cutre de lo ocurrido en el Capitolio hace un año, versión berlanguiana. Made in Spain. Pero no por ello es menos peligrosa.
Lorca es el mejor nombre para recordar el peligro de un fascismo que está emergiendo y que no deberíamos tomarnos a risa. Porque van a seguir sembrando de mierda las cabeceras, y por tanto las cabezas del personal. ¿Pero qué nos queda? Como recordaba el otro día el programa inaugural de La Base, el hedor, la putrefacción de los medios de comunicación en este país es monumental. La náusea mediática. Las macrogranjas informativas llenas de cerdos con nombres y apellidos. Desde cuatro consejos de administración se decide el 80% de las audiencias de televisión y radio. Y eso significa lavado de cerebros masivo, con ideas favorables a las élites que dirigen esos consejos de administración a través de –parafraseando a Galeano– esos medios de incomunicación masiva que controlan.
Hay un ejemplo que es de risa de todo este lío de los bulos, si no fuese para ponerse a llorar también: Soros. Recientemente fui testigo de cómo alguien usaba al magnate George Soros –un mal bicho pero también un saco de boxeo, un chivo expiatorio– como insinuando que financia al Gobierno que estas gentes llaman socialcomunista. Soros, que si por algo es famoso es por ser un anticomunista declarado desde hace más de 50 años. La verdad ya da igual. Estamos en la torre de Babel del bulo donde todo vale.
Como estamos desinformados, y no entendemos bien el momento crucial en el que estamos, ardemos de rabia por una votación sobre un festival de música
Y luego ocurre que, como estamos desinformados, y no entendemos bien el momento crucial en el que estamos, ardemos de rabia por una votación sobre un festival de música, hacemos mil tribunas sobre una teta –que no nos deja ver la luna–, mientras ignoramos que se está escondiendo deliberadamente el proceso de participación y decisión más importante de nuestro país, sobre un problema, el caos climático, la crisis ecosocial, el riesgo de extinción incluso de la raza humana a medio plazo, quizá un poco más grave que quién representará a España en Eurovisión.
A ti que te están lavando el cerebro. Espabila. Contrasta. Apóyate en medios libres, como este que estás leyendo, son lo único que permite respirar un poco entre tanta hediondez.
A veces, a falta de justicia de verdad, nos tenemos que alegrar de que al menos exista la poética. Aquella que hace que sea un Alberto (Casero) el que –como si estuviera poseído– al equivocarse vota decisivamente lo que habría votado otro Alberto (Rodríguez), si no le hubieran sacado de malas maneras...
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Juan Bordera
Es guionista, periodista y activista en Extinction Rebellion y València en Transició. Es coautor del libro El otoño de la civilización (Escritos Contextatarios, 2022). Desde 2023 es diputado por Compromís a las Cortes Valencianas.
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